viernes, 24 de junio de 2011

Carta de un Suboficial (RE) al Ministro de Defensa

Roberto O. Barbalace* Correo: morenoscar50@yahoo.com.ar * 15-6739-1263 * Godoy Cruz 1149 – (1613) Los Polvorines
                                                                       Los Polvorines, 21 de junio de 2011

Dr Arturo Puricelli
Edificio “Libertador Gral San Martín”
Azopardo 250 – Piso 10 – CABA


Asunto: Desagravio para héroes de Malvinas y de la Patria


De mi mayor consideración

                                                                       Le escribo la presente en nombre del futuro de mis nietos, tratando de despojarme de la “Santa indignación” que me produjo tomar conocimiento del ese hecho absurdo y anacrónico, en mi calidad de militar por formación y sentimientos, en situación de retirado del Ejército Argentino, testimoniando mi total y absoluta discordancia, irritación y decepción por las excusas que justificaron la insustancial sanción aplicada a un jefe militar por “exceder sobrada, innecesaria e inconsultamente las atribuciones que lo asisten al ordenar y ejecutar un ceremonial militar incorrecto, comprometiendo la imagen institucional del Ejército y afectando la confiabilidad y equilibrio emocional para ejercer su cargo”, adjudicando como real la información obrante a través de los medios de información masivos.


                                                                       Asumo la total responsabilidad por el contenido de la presente, dejando perfectamente aclarado que no estoy defendiendo la persona del Teniente Coronel Don Víctor Manuel Paz, a quien no tengo el honor de conocer, ni lo ataco a Ud sino a su escabroso argumento contenido en la sanción aplicada, por cuanto, la Justicia de la Nación, se expidió en sentido contrario al manifiesto de la misma. Mi objetivo es exaltar las excelsas y heméritas personalidades del Almirante Carlos Robacio y del Coronel de la Patria y el Pueblo (calificativos expresados por un presidente de la Nación) Mohamed Alí Seineldín, consumados héroes de Malvinas y prestigiosos soldados a quienes, los idiotas útiles (como calificara otro presidente argentino al cipallaje vernáculo), pretenden desconocer y deshonrar.


                                                                       Considerar que RENDIR homenaje a TREMENDOS soldados y excelsos Señores es exceder las atribuciones del jefe de unidad, de la misma unidad que fuera comandada en el campo de batalla por  uno de los homenajeados, es intentar ser un supino ignorante de los méritos personales y militares de Seineldín o poseer la perversidad de Judas por las 30 monedas que compraron la moral. El militar que sucede la jefatura del glorioso Regimiento de Infantería 25 tiene “in eternum” la OBLIGACION de rendir homenaje a TODOS todos los caidos.


                                                                       Honorabilidad, humildad, honradez, devoción, sacrificio, inmolación, esfuerzo, renunciamiento, empeño, valentía, mutismo, guapeza, firmeza, disposición, abnegación, generosidad, magnificencia, sentimientos, profundos sentimientos, que no son adjetivos sino virtudes, son las que debe poseer el soldado y que no se adquieren a partir de un libro sino del servicio, en las campañas, en las guardias, en las misiones, en los casinos, en las plazas de armas, en “la trinchera”, en la adversidad. A todos ellos los ejercitamos y los sintetizamos llamándolos con una sola palabra: CAMARADERÍA. Para conocerlos a todos, no se recurre a la biblioteca, ni al cine y quien no los vivió deberá nacer nuevamente o recurrir a un cronista. Los soldados los aprehendemos durante el servicio de vida a la Patria y tenemos el deber, la obligación, ética y espiritual de ejercerlos toda la vida. Los homenajeados, eran paradigmas en ellos pero, además, poseían el don de la sabiduría, de la conducción, de la hombría de bien. Se lo narro para que lo sepa y no pretenda ignorarlos.


                                                                       Además le recuerdo que Ud. está ahí como funcionario de paso y que pronto volverá al llano, seguramente antes de lo deseado. No fue sufragado por ningún argentino para desempeñarse en ese cargo y es obvio pensar que lo está ejercitando a partir de una nefasta política institucional de descolgar cuadros, ocultar héroes y de pretender alejar los mejores ejemplos de quienes podrían ser concurrentes imitadores, haciendo prevalecer lo peor sobre lo ideal. Tenga por seguro que llegará el tiempo de colgarlos donde corresponde. A tal punto es dable pensar que se trata de un perverso procedimiento que demoró la autorización al Ejército Argentino para que auxilie a la población afectada por la ceniza proveniente del volcán chileno... un simétrico abandono al pueblo de la Nación.


                                                                       “Sacudid el polvo en las sandalias de aquellas casa que no os reciban” sentenció nuestro Señor, lo que debemos asimilar sobre todos aquellos que, habiendo sido expulsados en dos oportunidades por el conductor y derrotados con las armas de la Patria, también lo serán con las urnas de la Nación y la doctrina del mismo conductor. Robacio, Seineldín y Giachino estarán presentes en el sentimiento y la acción de todos los uniformados argentinos en el mismo momento que ingresemos al cuarto oscuro a sufragar.


                                                                       Epilogando mi pensamiento al respecto deseo expresarle que, no desciendo a calificarlo como se merece para no descalificarme pero que, utilizando la expresión popular del filósofo de la zurda que tantas alegrías nos brindó, si lo molesto con la presente, en lo que me atañe, escuche a Maradona…


                                                                       Sin más por la presente y manteniendo el anhelo de que brinde a esta el tratamiento más conveniente, lo saludo con la distinción por Ud merecida.

Quien suscribe:
Roberto Oscar Barbalace
Suboficial Principal (RE) EA
DNI Nº 8.393.126

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