miércoles, 22 de junio de 2011

¿Derechos Humanos... donde?

Habida cuenta de la nueva presión sobre la Suprema Corte de Justicia de la Nación para que siente jurisprudencia aprobando un aborto que en realidad ya se realizó. Los matadores del niño eliminaron su cadáver, de modo que no se puede ahora por ADN ni siquiera asegurar quién era el supuesto violador...

Pensamos que es importantísimo que todos los fieles católicos conozcan  el alegre y grave deber que tenemos de defender la vida, e incorporen un mínimo de argumentación contra los ataques más comunes de los promotores de la cultura de la muerte y la enorme cantidad de tibios cómplices que les ayudan, incluso dentro de quiénes alguna vez han recibido educación católica.

Con ese fin, un amigo ha casi plagiado un panfleto anónimo de hace varios años de dos carillas, al que le agregó algunas líneas. La idea es que se distribuya ampliamente en todas las instituciones católicas y en la salida de los templos, e incluso que el párroco lo lea y comente.

Seguramente habrá otras muchas y mejores cosas que pueden hacerse, pero lo indudable es que en las últimas décadas en este país, los católicos venimos perdiendo por paliza. Lo peor es las graves consecuencias sobre las almas, y la grave también responsabilidad que a todos nos toca.

Por supuesto que el texto puede ampliarse, modificarse o reescribirse como a cada cuál le parezca para mejorar los resultados.

Les pido la paciencia de leerlo y de pensar en la posibilidad de hacerlo.

Beato Juan Pablo IIº, Ruega por nosotros.


LA VIDA HUMANA AMENAZADA, Y LO QUE LOS CATÓLICOS Y PERSONAS DE BUENA VOLUNTAD NO PODEMOS NEGAR NI DESCONOCER.

Desde hace años se viene intentando de todas formas lograr la legalización del aborto en nuestro país: Es decir el hacer legal el hecho de matar a los niños en el vientre de sus madres. Aunque detrás de este tema se mueven intereses económicos, también existen los promotores de lo que Juan Pablo IIº llamaba “Cultura de la Muerte, que presentan los más variados argumentos para justificar aberraciones siempre injustificables como el dar muerte a enfermos terminales,  a ancianos, y a niños por nacer o incluso ya nacidos.

Para no dejarse manipular por la argumentación de entrenados enemigos de la vida, debemos esforzarnos por mantener las ideas claras en este tema, para lo cuál puede ser de ayuda el considerar las siguientes preguntas y sus respuestas:

1)    ¿Es el derecho a la vida el principal de los derechos?

SI: Sin este derecho que es la vida no se puede gozar de ningún otro.

2)      ¿Luego de la concepción y antes del nacimiento, hay vida humana?

SI, está científicamente comprobado que inmediatamente después de la concepción hay vida humana, siendo al principio sólo una célula pero claramente distinta a las del padre y a las de la madre.

¿Qué otra cosa podría generarse de la unión de un hombre y una mujer? En efecto, si no es un ser vivo ¿Qué es, una cosa?, y si admitimos que es un ser vivo, si no es humano, ¿Qué es, un animal?

Algunos todavía argumentan que al principio no está desarrollado el sistema nervioso, y que por eso no es un ser humano.  Se les podría responder que además de esgrimir un criterio caprichoso, el sistema nervioso no estará completamente desarrollado hasta los 7 años. Tampoco un bebé recién nacido puede menstruar o dejarse el bigote, o ni siquiera caminar, ¿y alguien piensa que no es un ser humano?


3)      ¿Abortar, ¿equivale a matar una vida humana?

SI. Ni más ni menos. Hablar de un aborto como “interrupción del embarazo”, es tan ridículo como definir al homicidio como “cese de la respiración”. El  aborto provocado es siempre un crimen: suprimir una vida humana inocente.

4)      Pero, ¿No es el embrión una parte del cuerpo de la mujer como si fuera un quiste que se puede extraer?

NO: Como ya se dijo es un ser cuyas células son claramente diferentes a las que forman los órganos de la madre, y que desde un principio tiene actividades propias, comenzando por ejemplo al 6º o 7º día con la inducción de mensajes hormonales que detienen las menstruaciones de la madre. “A los quince días después del retraso  menstrual, a la edad real de un mes, el ser humano mide  cuatro milímetros y medio, y mientras su minúsculo corazón late desde hace ya una semana, sus brazos, piernas, cabeza, y cerebro…., comienzan a ser visibles” (Jérôme Lejeune, descubridor de la Trisomía 21-Síndrome de Down-, y Premio Nobel de Medicina).

5)      Legalizando el aborto, ¿se eliminan los abortos clandestinos que se realizan en precarias  condiciones?

Además de que nunca se eliminan porque aunque estén  permitidos  muchas mujeres prefieren ocultarlo, caeríamos en la disparatada decisión  de brindar la  máxima seguridad a los matadores desprotegiendo a las víctimas inocentes.


6)      ¿No se justificaría el aborto en el caso de que la criatura pueda nacer con Malformaciones?        

          NO.  Es el mismo crimen que matarlo después de nacer o años más tarde.

7)      Los sectores que defienden el aborto, ¿son progresistas?

         NO, retroceden a las civilizaciones antiguas (Roma por ejemplo) que negaban la  dignidad de la mujer y hacían tan absoluta la autoridad paterna, que podía disponer de la vida de sus hijos aún después de nacer. Justamente es signo del progreso de las sociedades el grado de respeto y cuidados que se presta a los más débiles y enfermos.

8)      El rechazo del aborto, ¿es exclusivamente una cuestión de fe religiosa?

         NO. La protección de la vida de los niños debe ser sostenida por todos, tengamos o no creencias religiosas. ¡Cuidado! No entremos en el discurso dialéctico de quienes quieren plantear este tema enmarcándolo en un debate entre la libertad y la fe.

         El verdadero y único debate es entre la vida y la muerte de un pequeño ser humano que no se puede defender.


          ¡Cuidado! Que no se cumpla entre nosotros la ley del dominó: caída una ficha, que caigan las demás. Del aborto a la eutanasia hay un solo paso. Si los padres pueden matar a sus hijos indefensos ¿por qué estos no podrán mañana suprimir a sus padres ancianos o enfermos?

9)      Para los católicos la cooperación formal a un aborto es pecado mortal. Además quién procura el aborto, si éste se produce, queda excomulgado automáticamente.

        Tanto el pecado mortal como la citada excomunión no ocurren si hay ignorancia inculpable al respecto. La absolución de este pecado queda reservada al Papa, al Obispo del lugar, o a sacerdotes autorizados por ellos, salvo en caso de peligro de muerte en el que puede absolverlo cualquier sacerdote. (Catecismo de la Iglesia         Católica).

10)    ¿La votación de partidos o políticos partidarios del aborto constituiría en principio una falta muy grave, implicando responsabilidad sobre todos los abortos criminales que se realizaran en adelante al amparo de leyes promulgadas por los mismos?

Recordemos las palabras de la Madre Teresa de Calcuta al recibir el Premio Nobel de la Paz en 1979:


“Creo, sin embargo, que el peor enemigo de la paz es el aborto, porque es un verdadera guerra, un verdadero crimen, un verdadero crimen que la misma madre realiza….Este es el peor enemigo de la paz hoy en día. Si una madre puede matar  a su propio hijo, qué nos queda a nosotros; bien pueden ustedes matarme…o yo matarlos, ya que nada nos une…”       

DIFUNDAMOS ESTAS IDEAS POR EL BIEN DE LOS NIÑOS Y POR EL BIEN DE TODOS.

Este mensaje no tiene firmas, pues lo importante no es quién lo dice, sino qué es lo que se dice.  


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