miércoles, 21 de septiembre de 2011

La versión política argentina de Mogambo

Rolando Hanglin, un testigo peronista, escribió un artículo para La Nación que describe en una apretada síntesis la transversalidad que existió entre el nazismo, fachismo, neo-liberalismo, populismo y el gorilismo, en la República Argentina desde el año 1930 al presente.

Martes 20 de septiembre de 2011 | 01:05

De fachos a gorilas

Por Rolando Hanglin | Para LA NACION



En la actualidad, se utiliza la palabra "facho", a modo de insulto, para toda persona que se muestre agriamente conservadora frente a las nuevas ideas en la política, la moda, el arte y las costumbres. Un facho es un autoritario pero también un reaccionario, en el sentido de que ataca enérgicamente a las nuevas ideas que -a su modo de ver- vienen a corromper a la sociedad. Lo indignan, sobre todo, los tumultos obreros, los partidos de izquierda, los artistas de vanguardia, los jóvenes progresistas, su lenguaje y su forma de vivir.

Naturalmente, esta palabra es una abreviatura de fascista. En España se usa la forma "facha", con el mismo significado. Entendemos que este término se está usando de una manera errónea. Tomamos algunos pasajes del tratado "La Epoca Contemporánea" (Maurice Crouzet, Ediciones Destino, Barcelona, 944 páginas) sobre el fascismo en tanto que realidad histórica.

1. "Antes de la crisis de 1929, el régimen parlamentario ya había dejado de existir en gran parte de Europa, sustituido por dictaduras de corte militar. En España, en 1923, el general Primo de Rivera tomó el poder, imitándolo en 1926 en Portugal el general Gomes da Costa, luego de tomar Lisboa. Lo sucede el general Carmona y, muy a la larga, Oliveira Salazar. Bulgaria había pasado por la dictadura del general Tsankov (1923-1926) y Grecia atravesó un período similar, con el general Pángalos. Luego, el mariscal Pilsudski. Pero todos ellos -aunque muy cercanos- resultaron indefinidos en comparación con el régimen instaurado en Italia, durante el año 1922. Esta era una auténtica contrarrevolución ante el avance del socialismo y el comunismo. Su ideología quedaría completada muchos años después.


Es en 1933, con la llegada al poder del partido nacional-socialista alemán, cuando la dictadura fascista italiana aparenta estimularse, en paralelo con sus primos teutones, y se constituye en un ejemplo espectacular de los regímenes que combatían al comunismo y al capitalismo".

En la actualidad, se utiliza la palabra "facho", a modo de insulto, para toda persona que se muestre agriamente conservadora frente a las nuevas ideas en la política

2. "El nazifascismo se desarrolla en Italia y Alemania, dos países con problemas similares, a saber: el desempleo, la humillación nacional y la inestabilidad económica. El fascismo ha sido una revolución popular, que ha movilizado grandes masas, contra un régimen político acusado de corrupción e impotencia".

".No había firmes tradiciones democráticas en Italia y Alemania. Por eso se facilitó el avance del nuevo partido. Aunque, en realidad, no se trata de un partido sino de un movimiento".

".La mayor parte de los afiliados proviene de la clase media. En el Congreso de Roma de 1921, entre 150.000 miembros del partido, se cuentan 18.000 propietarios de fincas, 14.000 comerciantes, 4.000 industriales, 10.000 abogados o médicos, 20.000 estudiantes, unos 37.000 trabajadores del campo y cerca de 24.000 obreros urbanos. Esta es la cuna del fascismo: en 1930, de 305 jefes fascistas, hay 254 que proceden de la clase media o media-alta".

".En Alemania, durante el período 1930-33, pasa lo mismo: la clase media se ve proletarizada y reacciona con ira. Sólo 2.300.000 personas (en toda Alemania) poseían una fortuna equivalente al mínimo imponible de 5.000 reichstags".

Los que se levantan contra el régimen burgués son "el proletariado de cuello duro". Ganan menos que un obrero, pero no aceptan el comunismo. Cabe añadir a los jóvenes de la clase media, también desarraigados y sin futuro. NOTA del Autor: ¿Alguna semejanza con los Indignados de hoy en España, Grecia e Israel?

Seguimos leyendo el tratado: "La evolución de los votos nazis muestra que el desempleo es paralelo a esta ideología. En mayo de 1924, después de la hiperinflación, los nazis obtienen el 6.6% de los votos. Superada la crisis, en diciembre del mismo año, bajan al 3%. En mayo de 1928, con prosperidad, caen más aún, al 2,6%. Pero al producirse la crisis mundial, en 1930, los nazis suben al 18.3 % de los votos. En julio de 1932, llegan al 37.3%".

El nuevo movimiento nacional-socialista es, fundamentalmente, anti-parlamentario. Dice Moeller Van der Baank: "El socialismo no puede dar equidad entre los hombres si no hay equidad entre las naciones. Los trabajadores alemanes están esclavizados por el capital extranjero. Esta lucha de liberación nacional es una guerra civil contra la burguesía". Si algún lector cree estar leyendo una proclama de los Montoneros 1970, es su problema. Esta característica se repetirá a lo largo de un siglo de fascismo: el facho necesita un enemigo a muerte para su combate contra los enemigos de la patria, que son todos los no-fascistas. Salvar al país significa exterminar a las alimañas que lo socavan. De esta forma se justifica cualquier atentado terrorista, los fusilamientos masivos, las bombas de la ETA, la jihad, las Torres Gemelas. El fascista sacrifica su vida en el altar de la Patria, y naturalmente sacrifica la vida de los otros, sean niños, mujeres o peatones casuales. Son bajas colaterales. Como dijo Ernesto Guevara: "La guerra debe librarse en todas partes y en todo momento, cuando menos lo espere el enemigo, para que no se sienta seguro en sus madrigueras más triviales".

Dijo Josef Goebbels: "Nuestro socialismo es el que animaba a los reyes de Prusia y el que se reflejaba en el desfile de los granaderos de Prusia, el socialismo del deber". ¿Alguien intenta evocar las palabras del General San Martín? ¿Aquello de que serás lo que debas ser, y si no, serás la nada? Es su problema. Se trata sólo de un acento militar o mesiánico sobre la vida: la búsqueda de un destino de victoria.


"La fuerza del fascismo reside en el partido, sólidamente organizado, incluso con entrenamiento y uniforme militar, capaz de imponerse por la violencia. También se apoya en una máquina de propaganda conformada por la radio, la prensa, el cine y un complejo sistema de espionaje.

"..En el seno de los sindicatos obreros, los nazifascistas enfrentan a comunistas y socialistas, que se han deshecho entre sí".

".La doctrina fascista es una mezcla de fraseología revolucionaria con ideas de clase media"°.

3. "El fascismo desprecia la consigna de la paz y, especialmente, a los parlamentarios de la democracia incapaz".

"No puede haber derechos individuales opuestos a las conveniencias del Estado. En el campo económico, todas las compañías deben someterse al control estatal. Del mismo modo, el estado debe inspeccionar cualquier actividad intelectual".

".Rasgo común de los regímenes fascistas: lo irracional. Thomas Mann subraya "la embriaguez" de la revolución hitleriana. La pasión, la fe y el poder del Fuhrer o Duce o Generalísimo o Líder, que todo lo sabe y a cuya voluntad todo debe someterse. El artículo VII del Decálogo de las milicias fascistas dice: Mussolini siempre tiene razón".


Agregamos, por nuestra cuenta: Hitler, como Calfucurá, se declaraba un "elegido de Dios". En cuanto al asunto de la infalibilidad, mejor guardamos silencio por respeto a Su Santidad, el Papa de Roma, que ya bastantes problemas tiene para que vengamos a molestarlo nosotros, tan luego nosotros, ciudadanos de un país católico.


"El Partido es fundamental: constituye la élite de toda la Nación. Aquellos que no forman parte del partido son enemigos de la Patria. El Partido es el Estado y por eso maneja o controla todas las actividades del país.

".Para luchar contra los enemigos del régimen, se dispone de fuerzas especiales de asalto (S.A.) y vanguardias de protección (S.S.) similares a la Milicia italiana". N. de A: Toda la gimnasia de escraches, linchamientos atenuados (escupir fotografías en una plaza, por ejemplo, o perseguir a Graciela Alfano o Carlitos Balá, desvalorizando la imagen de los hombres de otro tiempo, como Tato Bores) y las marchas con enmascarados y garrotes, se originan en el movimiento nazi-fascista. Si alguien quiere ver similitudes con el peronismo de Kirchner, es su problema. El fascismo enfoca todos los momentos de la historia con un único cartabón acuñado en el tiempo actual, con la dialéctica amigo-enemigo. Son las dos únicas categorías del fascismo, que desconfía incluso de los aliados, los simpatizantes, los intermedios y los "tibios" como los calificaba el General Albano Harguindeguy.

"Los sindicatos obreros se convierten en corporaciones, es decir empresas con sus servicios médicos, hoteleros, cooperativos y comunitarios". NOTA: Los jerarcas sindicales se transforman en magnates, de avión privado y casa en Miami. Si el lector imagina alguna similitud con Hugo Moyano, Oscar Lezcano u otros jefes gremiales, es problema del lector.


"Todo régimen fascista exalta la fuerza, los escuadrones de acción directa -entre la Triple A y el ERP, según como se mire, N. del A.- y practica una política de prestigio y poder basada en una juventud vigorosa". Si alguien recuerda por este motivo a La Cámpora, es su problema.

"La juventud debe ser de raza pura. Por eso se procuró la eliminación de las minorías judía y gitana, y se esterilizó a los llamados incurables". NOTA: Si algún perturbado imagina ver, en este detalle, una evocación de los militares argentinos postergados en el ascenso por ser hijos de represores, o padres de curas y monjas, o portadores de apellidos vinculados de alguna manera con la corporación militar, esto es sólo un desvarío psíquico del perturbado en cuestión.

En el cuadro de los "fachos", según estas precisas definiciones de Msr. Crouzet, podrían inscribirse de lleno Stalin y Mussolini, Hitler y Franco, Fidel Castro, Stalin y Perón. Con menos definición, a la criolla, entrarían los mismísimos Hugo Chávez, Kirchner y hasta Isaac Rojas. ¿Por qué no? Hasta el "¡Síganme, a triunfar, a triunfar, a triunfar", de don Carlos Menem, tiene una resonancia fascista: el líder encabeza la marcha hacia la victoria. Fascismo puro. Digamos que la influencia histórica de Goebbels y don Benito ha impregnado a muchos partidos durante cien años. Está por todas partes.


En nuestro país, lo más parecido al fascismo puede encontrarse en las raíces del corporativismo católico, que tuvo su rama juvenil (a partir de los años 50) en el M.N.R. Tacuara, y alcanzó el gobierno, sin mucho éxito, en dos presidencias históricas: las de los generales Uriburu y Onganía. Posteriormente, estas falanges juveniles desaguarían en el grupo Montoneros, en cuyo decurso vivieron, lucharon, mataron y murieron muchos amigos y parientes de quien firma.

En cambio, el general Videla, a todos los efectos, salvo los derechos civiles, fue un liberal. Autoritario (como todos en nuestro país) pero signado por su gran ministro de Economía, don José Alfredo Martínez de Hoz. Es decir: Videla no fue facho, no más que todos los otros. Más bien puede parangonarse con el gobierno de la actual China (¿comunista?) sea quien fuere el premier al publicarse estas líneas.


Otra palabra que suele utilizarse en el mismo sentido de "facho" es: "gorila". Por ejemplo, mi colega Mario Mactas y yo hemos sido descriptos como "Gorila y Gorilón", en un programa de TV.

¿Cuál es el origen de la expresión "gorila"?

En la década del 50 se estrenó en Argentina la película "Mogambo", con Clark Gable y Ava Gardner. En un ambiente africano, conversaban junto al fogón nocturno dos compañeros de safari.


- ¿Qué son esos ruidos?- preguntaba uno de ellos, asustado.

- Han de ser los gorilas - respondía el otro.

En esa misma época, con Perón en el gobierno, se registraba un fuerte malestar en las Fuerzas Armadas, que culminaría con el golpe de 1955, y la dictadura militar paradójicamente conocida como Revolución Libertadora. Sobre todo, si la comparamos con el gobierno del General Perón, un líder popular reelecto por abrumadora mayoría, en democracia y con la prensa en contra. Recordemos que la "Libertadora" prohibió por ley (¡) pronunciar el nombre de Perón, que fue aludido como "Tirano Prófugo", "Líder Depuesto", "Pocho" o "El Que te Dije".

Aquellos rumores militares no tenían explicación en los diarios, de modo que alguien los describía como "sonidos de gorilas en la oscuridad", siguiendo el caso de "Mogambo". Esta expresión fue popularizada por una bella canción popular, que difundió "La Revista Dislocada". Era este un memorable programa radial de los domingos, manejado por el genial Delfor Amaranto Dicasolo, más conocido como Delfor, a secas. El estribillo repetía: "Deben ser los gorilas, deben ser. que andarán por ahí".


De allí en adelante, se aplicó el calificativo de "gorila" a cualquier antiperonista rabioso. Recordemos que, en aquel entonces, la sociedad argentina estaba dividida en dos mitades. A saber: "peronachos" y "gorilas". En uno y otro bando, había gente de izquierda y de derecha. Concretamente, la historia consigna la militancia de numerosos gorilas de izquierda: los afiliados del Partido Comunista de Vittorio Codovilla y Rodolfo Ghioldi, los socialistas de Alicia Moreau de Justo y Américo Ghioldi, Julio Cortázar y los suyos, Jorge Luis Borges, Victoria Ocampo y miles de familias de clase media, que leían fervorosamente "La Prensa" y "La Nación".

Yo me crié en Ramos Mejía, que era un distrito gorila por excelencia. Los únicos peronistas de la cuadra eran mi papá, mi mamá y don Gaetano, que tenía una herrería a 50 metros de casa, por la calle Belgrano, donde se clavaba la herradura en los vasos de los caballos, se recortaban estos últimos con un fierro caliente y demás labores. Cabe recordar que, en aquel tiempo, existían muchos servicios a domicilio que se atendían mediante carros de caballos. El botellero, el sodero, el lechero.

Aquellos caballos necesitaban -digamos- su manicura, por lo que don Gaetano hacía bien su trabajo, sudando la gota gorda. El hombre había pintado con cal blanca, grande, en el primer piso de chapa de su local con vista a la calle, este letrero: "Viva Perón". Nunca se lo perdonaron. Por eso, en cuanto cayó el gobierno democrático, en 1955, se recogieron firmas en el barrio para expulsar a la herrería de don Gaetano, acusada de actividad insalubre, con su secuela de moscas y gérmenes. Mi papá no firmó.

Yo viví la época gorila en 1956, siendo un niño de escuela: los manuales de educación, con la divinización de Evita, habían sido arrojados al fuego. Mis amiguitos coreaban "Viva Balbín, viva Balbín", utilizando en son de burla la música de los Muchachos Peronistas, compuesta por Hugo del Carril, que de ahí en más quedó apuntado en la lista negra y no trabajó más, hasta los años 70. Agrego, sin ánimo de ofender, y sólo por decir la verdad: Ricardo Balbín era el máximo gorila, el ídolo de todos los gorilas que en el mundo han sido.


También podemos mencionar a Ernesto Sammartino, Arturo Mathov, el almirante Isaac F. Rojas, el capitán Francisco Manrique, el escritor Jorge Luis Borges, Monseñor D´Andrea, y muchos otros eminentes gorilas. Los hubo de izquierda y de derecha. Esto es sólo una cuestión de piel.

En tiempos del presidente Carlos Menem, que obtuvo, por el camino de la democracia, dos presidencias sucesivas, compartiendo este record con Perón y Roca, se observó algo muy curioso. Menem giró sorpresivamente hacia el liberalismo, se alió con el ingeniero Alvaro Alsogaray, denodado defensor de unas ideas, hoy descartadas, que murió en el mismo departamento donde vivía con sencillez a los 30 años, y con el mismo secretario todoterreno, el señor Botta. Lo mismo sucedió con Arturo Frondizi y Rogelio Frigerio: acusados de negociar con poderosos intereses extranjeros, vivieron y murieron con honrosa austeridad.

Menem, entonces, recibió un contundente apoyo popular. Pero fue rechazado por los gorilas de paladar negro, los gorilas de raza. Estos hombres tienen sus reductos: el Círculo Militar, el Centro Naval, la Sociedad Rural, el Jockey Club, la Sociedad Argentina de Escritores, la Sociedad Interamericana de Prensa, el Colegio Nacional de Buenos Aires, el Club Universitario de Buenos Aires, etc.

Hagamos aquí un entre-guiones. El C.U.B.A es un reducto gorila de tradición católica, pero su propia esencia liberal está ligada a la tolerancia, el pluralismo y-desde luego- el deporte. Ideales consagrados en la espléndida biblioteca de la sede central, en la calle Viamonte. Por eso mismo, el firmante -que se declara peronista, masón y libre-pensador- ha vivido toda su existencia en este club, del que ya es socio vitalicio con el número 19803.

Sigamos. El que es gorila-gorila no puede tragar a Menem, con o sin patillas, neo-liberal o populista. Es siempre lo mismo: un "peronacho" más. Es decir: hubo gorilas de todos los colores. También hemos existido peronistas de distintos pelajes, desde el rojo de John William Cooke hasta el celeste de Antonio Cafiero, pasando por el rojo punzó de Eduardo Bauzá, hasta llegar a la camisa parda de José López Rega.

Los peronistas: una piel, un sentimiento. Los gorilas: otra clase de gente. Esta es la realidad de la vida. Los que hemos crecido en tiempos históricos sabemos bien que estos dos bandos (unitario y federal, celeste y rojo punzó) representan una manera de vivir los conflictos, no una ideología. ¡En absoluto! Por ejemplo, podría decirse que Néstor Kirchner era rojo punzó, y Cristina, celeste.

El sentimiento puede mucho más que la ideología y se rige por otras normas. Es una ley que se verifica sólo cuando hay elecciones, o cuando los ciudadanos se vuelcan a favor de un determinado movimiento. Pero debe establecerse con claridad que los grupos "gorila" y "peronista" constituyen una comunidad de emociones opuestas, del mismo modo que la hinchada de River y Boca. Nada que justifique el daño, la violencia, la opresión o la muerte.

La mesa está puesta, en definitiva, para el banquete de la gran reconciliación. ¿O seguiremos insultándonos entre unitarios y federales? La historia se estudia, no se usa como panfleto.

Nihil novum sub sole… (Nada nuevo bajo el sol)

¿Serán los gorilas... o serán otros animales?

2 comentarios:

  1. me encantó como transcribieron la nota de Hanglin , la canción de la revista dislocada, y sobre todo como remarcaron el final con negrita.

    La mesa está puesta, en definitiva, para el banquete de la gran reconciliación. ¿O seguiremos insultándonos entre unitarios y federales? La historia se estudia, no se usa como panfleto.

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  2. Al leer la nota de Rolando Hanglin, recordamos muchas dictaduras del pasado, especialmente en Europa que luego desembocaron en Guerra Civiles, 2ª Guerra Mundial y Guerra Fría, con el consiguiente baño de sangre de muchísimas personas, civiles hombres, mujeres y niños incluidos.

    Nuestra República es muy joven y aún continuamos manteniendo viejas disputas que nos impiden alcanzar un mejor futuro y más virtuoso. La reconciliación y la paz dentro del marco de la ley son requisitos indispensables para la logro de esa ansiada meta.

    Como dijo Hanglin la mesa 'está servida'... en la sociedad está la decisión, ni siquiera en los políticos.

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