jueves, 24 de noviembre de 2011

La Burka Argentina

Han pasado ya casi diez años desde que el régimen talibán –calificado por la ONU como el más misógino del planeta- fue derrocado por la fuerzas de coalisión lideradas por los EE.UU., tras mas de 6 años de dominio en Afganistán. El régimen negaba a las mujeres y niñas los derechos civiles básicos, como libertad de expresión, educación, salud, asistencia médica, trabajo.

Tenían prohibido consultar a un médico varón, y las médicas no podían trabajar. Tampoco podían salir de sus casas sino estaban acompañadas por un pariente varón. Los talibanes habían prometido paz y seguridad después de dos décadas de guerra y violencia, pero lo que les dieron fue presión.

La ley patriarcal
"Me temo que estaremos aquí mucho tiempo", dice Rahima, de 35 años, mientras se acomoda el velo y alza a sus dos mellizas.  Aquí es la cárcel de Kabul para mujeres donde Rahima pasa sus días con otras 28 afganas y sus respectivos hijos, que son encarcelados con ellasRahima dice que fue a prisión por negarse a casarse con su cuñado después de la muerte de su esposo, rechazando así la costumbre tradicional afgana.  Huyó de la casa de su familia política y su cuñado la hizo arrestar.  "Muchas se fugan de sus casas con un hombre y, para un gobierno islámico, ése es un gran delito", dice Khatol, la guardiana, que ha trabajado diez años en la cárcel.  "Me entristece verlas aquí, pero cometieron errores.  Deberían haber tenido matrimonios verdaderos, no por amor". Aun en la relativamente cosmopolita Kabul las mujeres todavía cumplen, por costumbre, algunas de las reglas más represivas de los talibanes: muchas siguen usando el burka, un velo que las cubre de la cabeza a los pies, y casi todas necesitan el permiso de su esposo para consultar a un médico.  Fuera de Kabul, sufren aún más.

La burka es muchas cosas, pero también una metáfora del abismo cultura entre el llamado mundo árabe y Occidente y del que sólo se conoce la epidermis.  La incapacidad de ir más allá de la suerte corrida por ese espantoso vestido es nuestra propia burka, tan asfixiante como la que aún usan las mujeres afganas y tan limitante, sólo que -en nuestra certeza de superiores- menos evidente que ese género tosco y opresor.


En la República Argentina, por ahora las mujeres de los militares no están obligadas a usar al burka, pero ellas están siendo discriminadas y oprimidas… no tienen libertad de expresión y deben ser controladas por sus maridos –militares en actividad- tales han sido los casos de las siguientes esposas de militares:

  • Señora Cecilia Pando, esposa del señor Mayor (R) Don Rafael Mercado), quién  pasado a retiro obligatorio por la siguiente causa: “La gran falencia en relación al concepto habiente del causante al surgirle en el seno de su grupo familiar continuas críticas contra el PEN (Poder Ejecutivo Nacional) y el Ejército argentino, con el agravante que algunas se originaron desde la casa asignada al causante en el Barrio Militar General San Martín, sito en Paso de los Libres”, se afirmó en la comunicación oficial firmada por el JEMGE Tte. General Bendini.

  • La ingeniera señora Mónica Liberatori, esposa del todavía  señor Capitán de Fragata Don Marcelo Toulemonde, cuya carrera se verá terminada por las causas que explica el periodista Mariano Vedia en su artículo en La Nación del día de la fecha.




¿Cuando cesará la persecución de la que son objetos los oficiales de las Fuerzas Armadas y sus Familias? Pregunta que deberían hacerse todas las personas de bien de la República Argentina y contestar la persona que desempeña el cargo de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas.




Jueves 24 de noviembre de 2011 | Publicado en edición impresa

Polémica decisión militar / Caso sin precedente en la Armada
Su esposa le gritó a la Presidenta y ahora ordenan su pase a retiro

Por Mariano De Vedia | LA NACION

La promoción 111 de la Armada ha sido la más postergada en los últimos años. Al retiro forzoso de los Capitanes de Fragata Eduardo Pizzagalli, James Whamond, Gustavo Barreto, Jorge Sciurano y Marcelo Barbich, dispuesto el año pasado por "portación de apellido", se suma ahora el pase a retiro del capitán Marcelo Toulemonde, que había recibido sanciones por "no controlar debidamente a su esposa".

La decisión, comunicada la semana última a través de una nota de la Junta de Calificaciones, es el corolario de un proceso que comprendió el relevo de sus funciones, la aplicación de sanciones, la negativa al pedido de vista del expediente y una licencia médica por "trastorno de ansiedad". La acumulación de castigos concluyó con la nueva decisión de la junta, que recomendó expresamente su pase a retiro obligatorio.


Incluso, hace un año la propia Armada lo propuso para un ascenso retroactivo a 2008, al sostener que muchas de las imputaciones no tenían sustento y teniendo en cuenta sus méritos y años de servicio. Pero cuando el expediente llegó al Ministerio de Defensa su nombre fue eliminado de la lista de promociones.

"Vivimos un calvario de persecuciones", relató a La Nacion la ingeniera Mónica Liberatori, esposa del capitán Toulemonde, cuya reacción frente a un discurso de la presidenta Cristina Kirchner en el Colegio Militar el 22 de diciembre de 2007 derivó en una sucesión de represalias contra el oficial naval. En ese acto egresaba como guardiamarina el hijo mayor del marino, Agustín Toulemonde. Hace dos años, a fines de 2009, la propia Presidenta le entregó el sable de egresado a su otro hijo, Matías, que se graduó con el mejor promedio.

La esposa del oficial relató que el maltrato que su marido recibió en el Ministerio de Defensa, cuando a mediados de este año quiso averiguar por qué postergaban su ascenso al grado superior, le provocó trastornos de salud, por lo que se vio obligado a tomar una licencia médica.

"Un alto oficial de la Armada le imputó como falta grave haber concurrido al Ministerio de Defensa para ver su expediente sin autorización de sus superiores", contó la mujer, que es docente en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Mar del Plata.

Al recibir la notificación del retiro, el capitán Toulemonde presentó un pedido de reconsideración al jefe de la Armada, almirante Jorge Godoy, aunque con pocas expectativas de que prospere.

LA REACCIÓN DE LA ESPOSA

Al recordar el entredicho en el acto oficial, la señora de Toulemonde dijo que no se pudo contener cuando la Presidenta dijo que los militares habían tomado las armas contra el pueblo. "Me indigné y atiné a gritar: «¡Larrabure!»", dijo, en referencia al militar secuestrado por el ERP en noviembre de 1974 y muerto después de un año de cautiverio en una "cárcel del pueblo".


Esa misma tarde, al regresar a Mar del Plata, su lugar de residencia, el Tcapitán Toulemonde recibió una citación para presentarse de inmediato en Buenos Aires ante el almirante Godoy, quien le impuso una sanción de siete días de apercibimiento por "no controlar a su esposa".

Toulemonde se desempeñaba como jefe del Arsenal Naval de Mar del Plata y fue relevado del puesto. Recibió luego otras imputaciones, que lo hacían responsable por presuntas demoras en la entrega de repuestos de un barco y por la rotura de un motor. "Se le negó el derecho de defensa y luego se comprobó su inocencia", resumió su esposa.

El secretario de Asuntos Militares del Ministerio de Defensa, Alfredo Forti, no respondió los reclamos y sólo dio explicaciones en una carta de lectores publicada en LA NACION en junio de este año. Le atribuyó al jefe naval responsabilidad "en una avería que inutilizó el motor del Buque Hidrográfico Puerto Deseado" y le imputó el incumplimiento de tareas de control y supervisión de la reparación del buque, "lo que le causó al Estado un perjuicio económico de $ 1.395.360, además de comprometer la tarea de relevamiento de la plataforma continental", sostuvo el funcionario.

La mujer del oficial sancionado dijo que no hay constancia de la responsabilidad del jefe naval en esos daños y reiteró que nunca se le permitió ver el expediente.

Recordó que en noviembre de 2010 la Armada propuso su ascenso, con retroactividad a 2008, pero el Ministerio de Defensa, con directa intervención de Forti, congeló el expediente.

COMPORTAMIENTO

PRIMERA SANCIÓN Tras el incidente con la Presidenta, la Armada le impuso al capitán Toulemonde un apercibimiento por "no controlar a su señora esposa".

1 comentario:

  1. No me extraña para nada lo que le paso al señor Capitan, en el Ejercito viene ocurriendo hace mucho y que coincidencia, terminan de la misma forma. las presiones son hacia los mandos de las FFAA y si no cumplen:
    AFUERA,; la verdad es que con indignidad se olvidan de su condicion de hombres de palabra y HONOR y se transforman en COBARDES. Pobre patria mia.

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