Hubo
muchísimos hechos de corrupción durante la gestión del matrimonio Kirchner a lo
largo de ya casi diez años de gestión. Algunos verdaderamente escandalosos.
En
el período de la actual presidente recordemos la valija repleta de dólares de
Antonini Wilson en el comienzo de su gobierno.
Un hecho torpe y grosero que originó una reacción insólita por parte de
Cristina contra los EE.UU., que casi dio lugar a un verdadero conflicto
internacional con el gran país del Norte. Marcó a partir de ahí, el estilo visceral e irracional de la
presidente y arrojó serias dudas sobre su honestidad.
Esas
manchas sobre su honestidad en vez de desaparecer con el tiempo fueron
acreciendo por una enorme cantidad de hechos de corrupción estatal, en
particular entre sus más alegados, amigos y correligionarios con lo cual su
credibilidad y honestidad fueron cada vez más cuestionados.
Nunca
cuestionó o impulsó la investigación de sus allegados y amigos acusados, ante
las numerosas demandas presentadas. Muy al contrario, ejerció su influencia
para protegerlos.
Por
ello hoy día,
Cristina es un personaje absolutamente
desacreditado no solo por la mayoría de los argentinos, sino también en el
ámbito internacional.
Recientemente
se hizo público un grosero y casi absurdo, por lo increíble, acto de corrupción
en el cual el vicepresidente Amado Boudou, queda involucrado como sospechoso
del delito de negociaciones incompatibles con su función
pública, tráfico de influencias y lavado de dinero, en el llamado caso de
la imprenta Ciccone Calcográfica.
No
voy a detallar este gravísimo escándalo que afecta directamente al propio gobierno, a las instituciones y definitivamente al mismo
país, ya que fue amplia y profusamente difundido por todos los medios.
Queda
sobreentendido que una persona es inocente hasta que la Justicia pruebe lo
contrario.
Pero
en este caso hay tantos hechos, indicios, evidencias y pruebas que comprometen fuertemente
al alegre motoquero guitarrista de pelo largo, que lo menos que se puede pedir es una clara definición
de la presidente de la Nación.
No
ha ocurrido así. Como siempre cuando hay crisis o nubes en el
horizonte, Cristina se llamó a silencio y se refugió en el Sur del país.
Cuando reapareció después de la vergonzosa e incongruente conferencia de prensa
¿?
del vicepresidente, en vez de disponer
que este de un paso al costado hasta que falle la Justicia, hizo todo lo
contrario: le dio un fuerte y claro apoyo y dispuso que todo el oficialismo
extreme las medidas para proteger al vicepresidente. Entre estas, propuso
reemplazar al Procurador General, Esteban Righi acusado por Boudou, por Daniel Reposo, un militante
ultrakirchnerista, sin los títulos adecuados para el cargo y con el agravante
de estar estrechamente ligado y ser amigo del motoquero guitarrista de la campera.
Este
proceder presidencial puede tener cinco interpretaciones:
·
La
presidente Kirchner, como se sabe, fue la única responsable, sin consultar ni
siquiera a los integrantes de su entorno más íntimo, de haber seleccionado a Amado
Boudou como compañero de fórmula presidencial en los últimos comicios. Al poco
tiempo, las
condiciones personales y profesionales de este, mostraron que no estaba a la
altura, por su manifiesta ineptitud, para el desempeño de tan importante cargo.
Haber apartado al
vicepresidente hubiera sido un claro reconocimiento de su grave error en la
selección de su compañero de fórmula, que además durante la investigación
judicial, podría implicar a otros funcionarios del gobierno, con el
consiguiente grave debilitamiento del poder oficialista.
·
A
poco más de cuatro meses de haber vuelto a asumir la primera magistratura, la
magnitud de un escándalo de estas
proporciones que afectan directamente a la República, sumió
a Cristina
a una de sus frecuentes y agudas depresiones y en su aislamiento y angustiosa
soledad, tomó un decisión visceral totalmente contraria a la cordura y el
sentido común, sacrificando a un fiel aliado de su gobierno, el
Procurador General de la Nación, Esteban Righi,
simplemente para salvar al ya casi indefendible vicepresidente.
·
Es
conocido que Cristina tiene una fuerte tendencia, similar a como lo tenía su
finado esposo a creer en las hipótesis conspirativas y a las conjuras “destituyentes” ante cualquier crítica o disenso a su
gestión. Según un trascendido de la Casa Rosada la presidente habría manifestado a sus íntimos,
que largar la mando a Boudou, significaría alentar que en el futuro “vinieran por ella”.
·
Algunos
medios comentan que el proyecto de tener una imprenta que pueda imprimir
documentos de alto nivel de seguridad y papel moneda, ya había sido planificado
por Néstor Kirchner. De ser así, su esposa, la presidente Cristina, seguramente
estaba en el tema. Así lo afirma un importante matutino (ref.1). Según este artículo,
Boudou habría manifestado que Cristina estaba al tanto de todo. De ser así, el escándalo toma
ribetes verdaderamente escandalosos ya que involucra directamente a la
presidente de la Nación. Por todas las desprolijidades de esta increíble
trama indicaría que el vicepresidente operaba bajo un paraguas protector que le
otorgaba impunidad. Y ese paraguas sería precisamente la presidente Cristina.
·
Y
finalmente la última interpretación del “Boudougate”,
es que el vicepresidente al ver que querían soltarle la mano, convocó a esa insólita y lastimosa “conferencia de prensa” en la que
contraatacó en varios frentes y envío un
claro mensaje, de que no “quería ser el
pato de la boda”. Este hecho habría decidido a Cristina en proporcionarle
el apoyo del oficialismo que Boudou carecía hasta ese momento. En otras
palabras, si este cae, arrastraría indefectiblemente a la persona que lo creó.
¿Cuál
de estos cinco puntos cree el lector, que es la causa del grosero error de Cristina de apoyar al vicepresidente en este mega
escándalo, en el que este está fuertemente sospechado como el protagonista principal?
Personalmente
pienso que es, sin duda alguna, una conjunción de los diferentes puntos
mencionados.
16-Abr-12 Dr.
ALFREDO RAÚL WEINSTABL
NOTAS:
Lo que menos quisiera la Sra. Fernandez, es que se diga lo el inconsciente colectivo piensa,mmmm.
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