viernes, 22 de junio de 2012

MOYANO NO ES SCIOLI


21/06/2012                                                      
Por Mauricio Ortín
                               
Además de Cristina, Hugo Moyano es el único tipo con verdadero poder en la Argentina. Poder como para desafiar al kirchnerismo, se entiende (Clarín, por ahora, sólo resiste). El camionero tercia en el gremialismo y en política desde principios de los setenta, cuando los padres de Kiciloff ni siquiera habían formado pareja. Conoce el paño como pocos. Fue el único que construyó poder propio en los últimos diez años. Toda una hazaña, atendiendo a que lo hizo acompañando a esa máquina de picar carne que fue Néstor y es Cristina. Tal vez, construyó demasiado; pensarán aquellos que en el “reducido” espacio del poder no hay lugar para dos (¡que le pregunten al “Tío” Cámpora que de eso es enseñado!). El hecho es que, Moyano, de ser uno más del montón de sindicalistas pasó a ser el principal referente del poder obrero en el kirchnerato. 

Ni Lorenzo Miguel, ni Augusto Vandor, ni ningún otro líder sindical tuvieron jamás dentro de un gobierno el peso político que llegó a tener Moyano con los Kirchner. En los últimos diez años el Moyano actuó como si le hubiesen extendido “carta blanca” para hacerse dueño de la calle. Con la aquiescencia oficial impidió la salida de importantes diarios, bloqueó con sus camiones a grandes empresas, se hizo por la fuerza de afiliados de otros gremios, etc. Mas, de ninguna manera se puede decir que exhibió toda la fuerza que posee y que puede desplegar cuando le venga en gana. Hacer venir a la presidente de la Nación de una reunión internacional importante ¡Es poder a secas! Poder para hacer daño, pero poder al fin. 

Con Moyano no puede lo que con Scioli y Macri (jugar con ellos como hace “el gato maula con el mísero ratón”). Es que, paralizar el país dejándolo sin combustibles tiene el mismo o mayor efecto que una huelga general. Por el contrario, Amado Boudu, (sin Cristina detrás) asusta menos que “Bamby” atado. Aníbal Fernández; Nilda Garré, etc. y toda la Cámpora tienen su porcentaje de poder encadenado al ánimo con el que ese día se levantó la presidente, a la frecuencia frenética con que baten las palmas en el momento que ella habla de “El” y, también, a la energía con que festejan las ocurrencias de Cristina cuando se pone en canchera. Máximo, tiene más poder que todos ellos juntos (sumados los diputados y senadores del Congreso de la Nación). 

Hugo Moyano, en cambio, está en otra categoría. Es un peso pesado. A él, así como así, no se le puede enquistar un Mariotto y, menos aún, apurarlo con un “cuatro de copas” como el rockero Boudu. Rodeada de adulones y bufones cortesanos la presidente está recién advirtiendo: que, fuera de ella, no hay espadas diestras; que no cuenta con un Domingo Cavallo o un César Jaroslavsky para amortiguar el envite; y que, también, a veces la suerte se acaba.


1 comentario:

  1. La verdad es que no es así.

    El único nombre que el kirchnerismo no puede mencionar es el de Lucía Folino.

    Ahora, nosotros, le damos el apoyo desde Alemania, España e Italia.

    y el sionismo judío se joderá.

    Se avecina un nuevo Holocausto.
    Y no da para hacer chistes con eso.

    ResponderBorrar

No dejar comentarios anónimos. Gracias!