jueves, 26 de septiembre de 2013

ÉL… ES MI PADRE


Les escribo porque tengo ganas de llorar a gritos. ¿Qué clase de justicia tenemos en la Argentina? En donde una persona inocente está presa hace 7 años en una cárcel de máxima seguridad. Lejos de su familia, pasando calor frío y hambre, castigado como si fuera un delincuente.


Es un veterano de guerra de Malvinas dónde arriesgó su vida como corresponde a un militar. Siempre estuvo al servicio de su patria. Con un magro sueldo y aceptando tranquilo la rudeza de la vida castrense, se pudo jubilar.

Su único deseo era disfrutar de sus nietos. ¿Cómo puede ser que esté preso tantos años sin condena?  ¿Sin testigos?  ¿Sin pruebas que lo inculpen?

¿Cómo puede ser que esté preso sólo por el odio acarreado por más de 40 años en un sector de la sociedad?


Además ni siquiera le otorgan los derechos de los delincuentes.  Están encerrados sin asistencia médica, en una lenta agonía.  Resignados y con una sonrisa  para contener a los que sufrimos por ellos. Sin permisos de salida, sin el beneficio de la prisión domiciliaria,  sin comida saludable y sin agua potable. 

Pero lo que más me duele es que no puedo decir su nombre por las represalias que toman. Tampoco puedo decir el mío.  Pero lo que sí puedo decir es que él, es mi papá.

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