martes, 17 de diciembre de 2013

CARTA ABIERTA AL SEÑOR FISCAL RICARDO TORANZOS

No sabemos en qué fuentes documentales habrá abrevado el Fiscal para redactar su alegato en Juicio de la Megacausa de Salta; aparentemente, sólo escuchó el repicar de una de las dos campanas

lunes, 16/12/2013 | 09:35 horas


Ricardo Toranzos
SALTA.- No sabemos en qué fuentes documentales habrá abrevado el Fiscal Ricardo Toranzos, para redactar su alegato en Juicio de la Megacausa de Salta; aparentemente, sólo escuchó el repicar de una de las dos campanas. En el Ítem, “II.- CONTEXTO NACIONAL AL MOMENTO DE LOS HECHOS”, entre otras cosas, deslinda, absolutamente, de toda responsabilidad al poder político por el terror ejercido desde el Estado durante el gobierno constitucional en la década del ’70. Siempre son las FFAA las responsables. Nada dice acerca de la masacre que los peronistas hicieron en Ezeiza y, la Triple A, pareciera nació de un rabanito y no de la intimidad del gobierno justicialista. Cita la, tristemente célebre, frase del general Ibérico Saint Jean, dicha en Mayo de 1977 (“Primero mataremos a todos los subversivos, luego mataremos a sus colaboradores...”) pero no la del entonces presidente, Juan Perón, que tres años antes (22 de Enero de 1974), refiriéndose a los guerrilleros, dijo: “...que el reducido números de psicópatas que van quedando sea exterminado uno a uno para el bien de la República". Es falso, también, lo que afirma respecto a la represión cuando alega: “Toda esta actividad se desarrollaba sistemáticamente y estaba destinada al exterminio de toda persona que se sospechara como opositora del régimen de facto”. Tanto el gobierno constitucional de Juan e Isabel Perón, como el de facto, asesinaban a terroristas y subversivos. El propio Firmenich así lo certifica. Es, alevosamente, falso de que los militares exterminaban a todo sospechoso de opositor al régimen. Raúl Alfonsín; Oscar Alende; Jorge Abelardo Ramos; Arturo Frondizi y tantos otros eran opositores y no fueron ni encarcelados, ni exterminados. Es una argucia de baja estofa poner en la misma bolsa a asesinos y secuestradores con ciudadanos que creían en la democracia.

Por último, algo más de su tendencioso alegato nos revuelve las tripas y no se lo podemos dejar pasar. Dice usted que, María Cristina Viola, de dos años de vida, falleció porque su padre, el Capitán Humberto Viola se agachó en el momento en que le disparaban para asesinarlo. Que sentada en el asiento trasero del Citroen Ami 8 recibió el impacto que iba al padre, que estaba al volante. Otra vez usted distorsionando los hechos. Palabras más, palabras menos, se parece a la de los degenerados, genocidas y criminales de niños y de lesa humanidad que mataron al Capitán Humberto Viola y que publicaron como hazaña en la revista del ERP.  Esos cobardes (usted los llama, grupo comando) actuaron de manera muy distinta de como usted lo describe. Fue desde atrás y con una escopeta Itaka de cinco perdigones por cartucho que dispararon adentro del auto. Nadie se agachó, porque no vieron al atacante y no hay forma de esquivar una bala a tres metros y, mucho menos, a cinco proyectiles juntos de una escopeta. A continuación, le transcribimos el relato de, como sucedieron los hechos, según el Dr. Carlos Picón, cuñado y tío de las víctimas: “El primer escopetazo lo hicieron desde atrás, a no más de tres metros de distancia, prácticamente a quemarropa. La perdigonada entró de lleno por la ventanilla del asiento trasero, justamente donde estaban ubicadas las nenas. Tres postas de plomo dieron en el cráneo de María Cristina, destruyéndolo. Murió en el acto. Una posta entró por la base del cráneo de María Fernanda y se alojó, sin salida, en el lado derecho del frontal. Es decir, recorrió todo el cerebro de esa cabecita. María Fernanda, vive, sólo porque Dios así lo dispuso. Humberto recibió, en ese momento, una posta de plomo, por la espalda, en la base del pulmón. Es ahí, cuando desciende del Ami 8 y corre hacia adelante para alejarse del auto tratando de salvaguardar a sus hijas”. Ponga atención, Dr. Toranzos, a las seis últimas palabras de la frase anterior.

-: Señor fiscal, como representante del poder del Estado encargado de impartir Justicia, usted no tiene derecho a ofender la conducta de un hombre (cobarde y salvajemente asesinado) insinuando que privilegió su vida a la de sus hijas. No le pedimos que cambie su opinión angelical para con los que ensangrentaron al país desde la subversión; mas, como mínimo, le exigimos que no agravie gratuitamente, desde la función pública, la memoria de un gran militar argentino, excelente esposo y mejor padre, como lo fuera en vida el Capitán Humberto Antonio Viola.

Mario Cabanillas                   
DNI Nº 11282776
Guillermo Solá                      
DNI Nº   7636195
Belisario Saravia                    
DNI Nº   8019614
Jorge P. Mones Ruiz                  
LE Nº     8019504
Alejandro Patron Costas (h) 
DNI Nº 23079809
Mauricio Ortín                       
DNI Nº 13347228
Luisa María Arias               
DNI Nº 12957744
Maria Cecilia Arias                
DNI Nº 10993228
Luis M. Cabanillas                      
DNI Nº 16883922
Mariano Segundo Gradín     
DNI Nº   4461773
Federico Javier Gatto D'Andrea
DNI Nº 28886350
María Laura Gatto D'Andrea      
DNI Nº 31338433
Jorge Daurat


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