viernes, 8 de febrero de 2013

AFICHES DE SUBOFICIALES DE LA ARMADA


Este  afiche  apareció pegado  hoy en las inmediaciones del Edificio Libertad, en las carteleras de publicidad  que están en la parada del colectivo de la línea 26 y en frente de los  Tribunales de Comodoro Py.



A LA APLICACIÓN, buena conducta, subordinación al superior, circunspección afable con el subalterno, respeto a las dignidades de las demás carreras, urbanidad general, actividad y celo incansable en la fatiga, y finalmente, al ideal de exponer su vida a cualquier riesgo en defensa y gloria de la Patria, que son las cualidades que caracterizan de digno a un Oficial, debe unir el Oficial de Marina, conocimientos propios de los muchos ramos de su carrera, considerando que si ignora no puede mandar y que si algún acaso le pone en cargo superior a su inteligencia, estará en el continuado desaire de darlo a conocer a sus subordinados y en igual riesgo de perder su estimación.
ARMADA ARGENTINA

Esto credo fue extraído por la Armada Argentina de las “ORDENANZAS GENERALES DE LA ARMADA NAVAL” bajo el reinado de Carlos III de España (1716-1788). Está escrito en el Manual del Cadete y en el sitio oficial de la Escuela Naval Militar, es lo primero que se les enseñaba a los futuros oficiales de la Armada Argentina. Siempre se lo consideró una guía que alumbraba el camino para quienes abrazaran el camino de las armas, llegaran a convertirse en verdadero “Caballeros del Mar” y a su vez profesionales de la Marina de Guerra educados en el arte de Mando Naval y dominadores del arte de la navegación.

Siempre la Marina de Guerra consideró como su principal recurso, al humano y puso especial énfasis en que sus oficiales fueran conductores de hombres. La conducción es el arte de influir en la conducta humana.
Puede definirse como “el arte de imponer la propia voluntad sobre la de otros, de una manera tal que se domina su obediencia, respeto y toda colaboración”- Expresándolo en lenguaje corriente, puede decirse que es la facultad que capacita para manejar hombres. Es la tarea principal del Oficial de Marina

Si los suboficiales de la Armada pegan esos afiches en la calle: ¡Está rota la cadena de  mando! El Jefe de Estado Mayor General de la Armada es el conductor de la fuerza, tiene la obligación de responder por este grave suceso a la sociedad argentina, que costeó su educación, carrera, capacitación y le confió a sus hijos y a los pocos medios que hoy podrían servir para algo.


¿Qué han hecho con nuestra querida Armada Argentina?

jueves, 7 de febrero de 2013

LA TRISTE REALIDAD



Cualquiera que con dos dedos de frente pueda analizar la situación internacional y en este contexto el futuro de la Antártida y sus reservas de agua, y el destino de la pesca y el petróleo del Atlántico sur sabe -luego de escuchar las declaraciones de la presidente y su canciller- que estos dos personajes son aprendices de brujo cuya ignorancia se acerca peligrosamente a lo que se puede esperar de dos necios “exitosos” o, a contrario sensu,  son tan infames que utilizan Nuestras Islas como cortina de humo para tapar una realidad que es tan angustiante como aciaga para lo que queda de la República.


Podría entenderse que en el ajedrez ramplón pero siniestro que los políticos argentinos, oficialistas u opositores, juegan a diario se utilicen chicanas espurias, depravadas artimañas o pedantes afirmaciones cuyo único fin es tratar de ganar un tranco de pollo en las ventajas arteras que tratan de sacarse día a día; basta con leer sus declaraciones en cualquier periódico para saber a que nivel de bajeza se ha llegado.

Todo lo anterior es entendible y hasta podríamos decir aceptable dada la pedestre escala de valores que los argentinos usamos, en nuestra pusilánime pereza, para medir la estatura moral de nuestros “representantes”. Lo que no puede entenderse es el vil juego que desde hace tiempo se hace utilizando a Malvinas y a sus caídos.


Ha llegado el momento de decir las cosas como en verdad son. Ni las Malvinas serán nuestras en veinte años, frase grotesca que solo podía salir de la boca de un tipo que no ha hesitado en traicionar a su Patria y a su raza dándole el beso de la paz al representante de un País que carga en su haber con la vida de ochenta y cinco argentinos, ni hay ninguna posibilidad que estas, al menos sean objeto de una negociación diplomática ordenada.


Digámoslo con todas las letras, las Islas Malvinas son el mejor palo y zanahoria para hacerle creer a aquellos pocos avisados -que todavía son muchos- que el gobierno “Nac And Pop” ha puesto todo su empeño en recuperarlas cuando la realidad es que cada declaración pomposa del ejecutivo es un martillazo más sobre los clavos que crucifican a nuestra tierra irredenta.

En su descaro, la presidente y su cohorte se han animado a jugar con aquello que aún une a los argentinos en un emocionado respeto. Al utilizar a Malvinas para sus enjuagues y trapisondas han decidido cagarse en lo mejor que dio La Argentina en el siglo XX. En el albañal en que, por acción u omisión, los argentinos convertimos a nuestra República en los últimos setenta años es tan poco lo que hicimos que lo único destacable son aquellos que dieron sus vidas por la Patria y de estos, por historia y tradición, aquellos que tienen sus tumbas en el helado mar austral y en la turba malvinera.


En su descaro nos han mostrado que mientras para todos los argentinos esas tumbas son  altares donde aún vive lo mejor de la Patria, para estos personajes de bolsillos inquietos y moral endeble no son otra cosa que el “ara corrupta de un mercado” (*) donde día a día se vende lo que queda de Argentina.

(*) Carta a un soldado argentino. Enrique Vidal Molina. 1982

JOSE LUIS MILIA


CASI MIL MILITARES PRESOS SIN CONDENA: AL ENEMIGO NI JUSTICIA

Gracias al permanente apoyo y trabajo que nos brindan nuestros lectores y amigos, subimos esta nota del doctor Mariano Grondona, publicada en La Nación el 16 de octubre de 2012… la que se nos había pasado por alto. 

En la misma el autor y Santiago Kovladoff abordan temas con los cuales nuestra asociación viene bregando desde hace mucho tiempo al igual que otras, tales como Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia, AAFyAPPA, Libertad a los Presos Políticos, Víctimas del Terrorismo, etc.

Si bien nosotros ya habíamos tocado el tema del libro Los Hombres del Juicio y La media verdad que nos falta en una nota que publicamos el 10 de octubre de 2012, nos faltó continuar el tema con las reflexiones de Mariano Grondona… error que subsanamos hoy, ya que el problema persiste y se profundiza aún más la falta de justicia. Si bien hay juicios del autor que no compartimos totalmente, no debemos pasar por alto su llamado a una reconciliación nacional y el reconocimiento que el estado a ocultado la otra media verdad de la guerra revolucionaria que ensangrentó al país de la mano de las organizaciones terroristas y la reacción política de aniquilar a la subversión que ansiaba el poder por medio de la violencia.

También hace tiempo que venimos bregando y afirmando que “Es hora de Paz, Concordia, Justicia –bajo el imperio de la igualdad ante la ley-, Historia completa –revelando esa media verdad oculta-, Perdón y Reconciliación. Si los argentinos nos unimos dentro del marco de la Paz, podremos construir un país –hoy en ruinas- digno de legar a las generaciones que nos precedan”.

Sinceramente,

Pacificación Nacional Definitiva
Por una Nueva Década en Paz y para Siempre


Domingo 16 de octubre de 2011 | Publicado en edición impresa

Casi mil militares presos sin condena: al enemigo ni justicia


Por Mariano Grondona | LA NACION

El lunes pasado, el filósofo Santiago Kovadloff publicó en LA NACION un artículo titulado "La media verdad que nos falta", en el cual analiza en términos elogiosos el reciente libro de Pepe Eliaschev Los hombres del juicio, que su autor ha dedicado a entrevistar a los magistrados que juzgaron y sentenciaron a prisión perpetua, por unanimidad, a los ex comandantes del Proceso. Con 531 páginas, el libro de Eliaschev dista de ser una mera colección de entrevistas. Es, más allá, un estudio completo y profundo de las circunstancias y las personalidades que se reunieron para impulsar el llamado "juicio del siglo", la primera vez en nuestra historia que, por iniciativa del presidente Raúl Alfonsín, un tribunal civil se animó a juzgar al gobierno militar que lo precedió, lo cual no había ocurrido en 1931, 1946, 1958, 1963 ni en 1973, las cinco ocasiones previas a 1983 en que un régimen militar devolvió el gobierno a un sucesor constitucional.

Strassera, Valerga Aráoz, Moreno Ocampo, Ledesma, Torlasco, Arslanian y Gil Lavedra, jueces y fiscales que hicieron historia. Foto: Archivo / Daniel Pessah

En su artículo, Kovadloff alaba no sólo la concienzuda obra de Eliaschev, sino también los conmovedores testimonios de los magistrados que se "confesaron" ante éste, dejando al desnudo el drama y los dilemas que les tocaron vivir hasta que una madrugada, a las seis de la mañana, completaron insomnes su tarea con una mezcla de alivio y de dolor después de haber pasado días y noches en medio de ásperas discusiones y cruciales interrogantes.

Es que hay dos diferencias esenciales entre el traspaso de lo militar a lo civil de los cinco golpes anteriores y el traspaso de 1983, cuando se volvió a fundar la democracia en la que hoy vivimos. La primera es que, de 1931 a 1973, el gobierno civil se restauró a medias porque las Fuerzas Armadas le trasladaron el gobierno a un presidente electo, pero se quedaron con el poder, condicionando así a sus sucesores. Esto no ocurrió en el caso de Alfonsín, quien fue el primer presidente civil que asumió tanto el "gobierno" como el "poder" debido a que las Fuerzas Armadas habían quedado desmembradas por la Guerra de las Malvinas, un conflicto que Juan Bautista Yofre acaba de narrar en su libro 1982, un documento tan imborrable como el del propio Eliaschev. La segunda diferencia entre ambos traspasos es que los "pecados" de los gobiernos militares entre 1930 y 1973, que sin duda existieron, no fueron ni remotamente comparables a la feroz represión del régimen militar de 1976-1983, que generó miles de atentados sin parangón contra los derechos humanos.

LA "MEDIA VERDAD"


En su análisis del libro de Eliaschev, Kovadloff se ocupa de "la media verdad que nos falta". ¿Cuál es ella? En palabras de Kovadloff, "reconocer las acciones criminales de quienes, antes del golpe de 1976 y en nombre de la patria socialista, embistieron contra el orden constitucional, ya que está probado que el terrorismo fue el primero en recurrir a la violencia armada y que siguen pendientes de condena los responsables de tantos secuestros y asesinatos cometidos en nombre de esa patria socialista y en desmedro de la democracia y la Constitución". Continúa Kovadloff: "Los terroristas jamás fueron juzgados ni tampoco sus víctimas fueron reconocidas como tales, y ello deja la sensación amarga de que la media verdad ganada sobre aquel oscuro país que fue el nuestro debe y puede llegar a convertirse en una verdad entera".

Según las fuentes a las que hemos consultado, esta otra "media verdad" tendría que incluir el hecho de que aún hoy hay alrededor de mil militares presos sin condena. Algunos de ellos pueden haber cometido crímenes de lesa humanidad, pero todos ellos siguen en prisiones comunes con procesos inexplicablemente aletargados que se prolongan indefinidamente, sin que el Estado de Derecho, que es por definición el nuestro, haya avanzado resueltamente después de que el presidente Kirchner, a partir de 2003, ordenó encarcelarlos.


Se nos dirá: pero ¿no son sospechosos los encarcelados de haber cometido crímenes de lesa humanidad? A esta pregunta que aún no tiene repuesta indudable en los tribunales habría que agregarle esta otra: ¿cómo probar los crímenes que supuestamente cometieron sin el debido proceso, que es el único camino que admite nuestra Constitución? ¿O la sola sospecha acerca de sus conductas permite encarcelarlos, como hoy, prácticamente sin término? Hay un principio que hoy parece lejano: la presunción de inocencia de los acusados hasta que medie una condena firme contra ellos. De 1976 a 1983, miembros de las Fuerzas Armadas violaron horrorosamente los derechos humanos. Pero ¿basta esta afirmación incontrastable para encarcelar indefinidamente a los sospechosos de haber cometido esos abominables abusos, a veces por el solo hecho de que eran militares? Al mantenerlos en la cárcel, así, ad infinítum, sin plazos a la vista, lo que ha desencadenado el kirchnerismo desde 2003 hasta la fecha, ¿son entonces actos de justicia o actos de venganza? ¿Son actos de justicia, cuando una alta proporción de los detenidos tienen más de setenta años y merecerían por ello la prisión domiciliaria que se les desconoce? ¿Son actos de justicia cuando cerca de 140 de ellos han muerto en la cárcel sin condena, por enfermedad o por vejez?

¿VENGANZA O CONCORDIA?

Cuando Alfonsín arribó al poder, al promover el juicio contra los ex comandantes lo limitó a los supremos responsables de la represión, siguiendo así el criterio restrictivo del tribunal que condenó a los máximos responsables de la barbarie nazi. Dos criterios campearon en Nuremberg: uno, que Hitler y sus secuaces habían cometido crímenes de lesa humanidad, esto es, crímenes tan graves que habían lesionado a la humanidad como tal; el otro, que era imposible juzgar a los miles de alemanes que, en su momento, habían apoyado a uno de los grandes carniceros de la historia. Al limitar el juicio a los ex comandantes del Proceso, ¿no siguió acaso Alfonsín este mismo criterio? Las leyes de punto final y de obediencia debida, ¿no apuntaron en esta dirección? Los indultos de Menem y de Duhalde beneficiaron a militares y terroristas por igual.


Lo que hubo entre 1983 y 2003, entonces, fue una amnistía gradual. Pudo pensarse que de este modo se daba término al odio entre argentinos. Pero al asumir el poder en 2003 el presidente Kirchner nos retrotrajo de golpe a la raíz de los terribles años setenta. Lo que estamos viendo ahora, ¿es por ello el retroceso de la pacificación de 1983-2003, y su reemplazo en nombre de la venganza por lo que ocurrió hace treinta años?

La venganza encierra un mecanismo incesante. Cuando un grupo agravia al otro, siente su ofensa como algo menor si se la compara con lo que siente el grupo agraviado. Cuando éste ejecuta su propia venganza, infiere a su vez una ofensa que el grupo ofendido siente como algo mayor. La secuencia de las venganzas recíprocas se vuelve, así, inexorable, transmitiéndose a hijos y nietos. Este oscuro mecanismo puede tornarse interminable; basta recordar, en tal sentido, que los serbios y los croatas, antes de la paz actual, se han odiado a lo largo de mil años.

¿Queremos este fatídico derrotero para nosotros? Aunque silenciadas, ya hay organizaciones de hijos y nietos de militares que maduran, quizá, su propia revancha. La única manera de ponerle coto a esta fatídica secuencia es la reconciliación. Cuando Mandela tomó el poder en Sudáfrica, lo primero que hizo fue promover el perdón recíproco de los blancos y los hombres de color. Hoy, Sudáfrica es un ejemplo de democracia. ¿Nos queda demasiado lejos este horizonte? Este es, al menos, el temor de Kovadloff.


NOTA: Las imágenes y negritas no corresponden a la nota origina.

DESANGRARSE HACIA LA NADA


por el Lic Gustavo Adolfo Bunse  -  4 febrero 2013  -


Flota en el aire el peor efluvio de inestabilidad social.

Nadie quiere decir un bledo acerca del abismo que bordeamos.
Y eso… es porque campea un plomizo tufo a miedo.

Cuarenta millones de momias con sus vendas colgando… mudas y silenciosas… están siendo arrastradas hacia alguna ciénaga.
Y son llevadas por una gorgona … en su estado de peor malicia.

Para la enorme cantidad de gente que trata de adivinar cual ha de ser finalmente la salida o el desenlace del desquicio hacia el que desciende inevitablemente la comarca en este momento… rodando y a los tumbos… quien esto escribe, tiene algunas reflexiones.  


En la imagen gráfica… el fotograma de mayor proximidad en este instante … casi lo que primero aparece como equivalente… es algo así como el Crucero “Costa Concordia” … escorado unos 45 grados… pero en un mar de sargazos que ya empieza a producir una atmósfera de descomposición orgánica irrespirable.

La Comandante … con un espejo en cada mano… en un ataque de autocontemplación narcisista… nos mandó a las rocas y abrió la sentina como una gran lata de conserva.

Maniática por inutilizar navíos de todo tipo… compulsiva de los naufragios producidos a la bartola… acaso se dispone ahora a perfeccionar para la historia un hundimiento mayúsculo, no sin antes arriar alegremente todas la banderas de una tierra de la que no tuvo la menor piedad en su arrasamiento.

Necesita banderas
… bien sea para tapar de la humedad los cofres de su desfalco… o bien sea para usarlas de mantel en su festín de despedida.  


A la Comandante de la comarca… miles de “valientes” le indican de diverso modo… que es una terrible ladrona… y que detrás de ningún parapeto puede ya ocultar ese hecho tan ostensible.

Al día siguiente… muertos de miedo… se retractan.
Saben bien que es mucho más que una ladrona… pero retroceden.

Se suman de ese modo… a una oposición de alabarderos, cuya mayor gloria es juntar firmas para no ser fusilados en una cornisa.

Los maravedíes que ayer alcanzaban para comprar un carro de pan … hoy apenas compran una hogaza.
Y puedo dar seguridad aquí que… en dos meses… ni un jarro de agua ha de conseguirse por el mismo dinero.

Un aumento de salario… o la imbécil mengua del tributo que ese salario sufría para darle una parte a la corona… se puede esfumar en un mes, tranquilamente. 


Todo lo traga la inflación.  Ella no lo ignora… y en eso consiste su terrible criminalidad. Antes que cualquier correctivo… prefiere el desangramiento de sus conciudadanos.

Tal como ocurrió con Hungría no hace mucho tiempo… ahora es la Comarca la que es señalada en el mundo entero como un enjambre  de falsedades en las estadísticas… Y como que eso… para nadie es novedad en estas tierras… cualquier otra demasía dejará ese baldón en el peor flanco del olvido.

Curiosamente… los servicios de inteligencia, en casi todos sus documentos confidenciales, le han advertido al gobierno sobre la probable aparición de varios focos de conmoción interna, protestas sociales e instigación a la violencia por parte de grupos de acción directa.   

En las conclusiones módicas y complacientes de esos informes, se concentran todas las culpas en la “instigación preelectoral de elementos empeñados en la desestabilización del gobierno

El gabinete real, también percibe … ese feo clima… en sus propias entrañas. Pero debe reaccionar con un desprecio ensayado para agradar a los oídos de Gorgona.

El desaforamiento salvaje de la reapiña oficial… la inseguridad pública ya completamente salida de madre… la inflación galopante,  las mentiras oficiales y la gran incertidumbre social… son factores más que suficientes para imaginar… muy fácil… un escenario de desastre en el que todo lo que hoy ocurre es apenas un paseo.

Escorados a 45 grados y resbalando por el piso de estribor a babor al menos tenemos por ahora algunos bordes de donde agarrarnos.

Se preguntan todos que ha de ocurrir.  Y por ese voluntarismo militante que hubo siempre… se tejen mil conjeturas acerca de una caída inminente.

Pero esta vez aunque toda su estantería se halle desparramada por el piso, aunque le agrade en extremo dejarse lisonjear cada día por un vice absolutamente corrupto… venal, amoral y desfalcador… aunque todo en derredor suyo se caiga de putrefacción… ella no se irá… no dejará sus dos espejos… no lo hará.

Sin un espectacular ajuste fiscal la comarca no puede seguir.
Pero el límite del enorme salvajismo impositivo… ya lo ha cruzado ella sin ningún escrúpulo.     

Los tributos de la comarca… con este escenario… empiezan a caer en una morosidad angustiosa.
De modo que ya sólo quedan pequeñas cajas para pagar la máquina de los restos del Estado y para darle a ella su cuota de robo diario.

¿Entonces que hará ella ?

Muy simple:  Subirá todas las apuestas.


Prohibirá cualquier derecho personalísimo.
Agregará el triple de controles.
Ordenará una tormenta de regulaciones.
Se apropiará de nuevas cajas como si fueran su patrimonio.
Dispondrá impuestos a los que cayeron en la trampa de invertir
Perseguirá a los que quieran ejercer sus libertades consagradas.
Confiscará y expropiará todo lo que se le antoje.

Son precisamente estas atrocidades, acaso entre otras cien, las que han de instaurarse para “fortalecer” las instituciones de la comarca de los filibusteros.

En suma… ella perfeccionará el desangramiento de la Comarca.
            
             Y recién después de eso… sobre un paisaje en llamas … quizás se escriba la página final de todas las  ambiciones y los sueños de esta  terrible aventurera…  que un día decidió embarcarnos en ese mar… sin costas ni rumbos de bitácora,…  inspirada en un espejo que refleja su rostro bordeado en laurel de fantasía…  y en  ovaciones temerosas que ella misma ha pagado a los siervos que todavía no quisieron o no pudieron  tirarse al agua.
La desunión nacional, ha sido un mérito exclusivo de esta singular trovadora de la inquina… que prepara en un poco más de 3 meses la gran fiesta de los 10 años de saqueo.

Para ella… que es la peor de las aventureras… casi a diario, se está muriendo a una vida, para renacer en otra.

Ha sido incapaz hasta de representarse su propio futuro.
Mira al porvenir… aún al más inmediato… y no ve nada.
Por eso carece de vocación.      
Su vida es casi paralítica.
Pero esa misma incapacidad para representarse el porvenir… le impide que se desarrollen los frenos a su compulsividad, la cual, abandonada a sí misma… crece.   
 
Y puesta hoy… en el descerebrado ensueño de violar por enésima vez la Constitución parece descubrir que acaso haya muchas cosas más … que pueden desunirse y despedazarse… todavía.
Lic  Gustavo Adolfo Bunse

gabunse@yahoo.com.ar

miércoles, 6 de febrero de 2013

SEÑORES JUECES: FUE UNA GUERRA



En relación al debate suscitado en El Tribuno (Salta) acerca de “si fue o no fue una guerra” lo ocurrido en la Argentina durante los años setenta, los que suscriben, ciudadanos de cincuenta años para arriba, porque la vivimos, no necesitamos que un fiscal, juez o quien fuere nos cuente que fue lo que sucedió. Fue una guerra, por donde se la mire; sin embargo, no son pocos los que opinan, difunden y hacen bandera con lo contrario. Ahora bien, una cosa es que sean ciudadanos comunes los que dicen tal cosa y otra muy distinta es que sean los jueces y fiscales federales los que admiten semejante distorsión de los hechos. Ello así, porque la adulteración de la Historia no es gratis; tiene consecuencias directas sobre la libertad, el honor y los bienes de los individuos afectados por dicha acción.

Para los jueces y fiscales federales que llevan adelante los juicios de “lesa humanidad”, en contra de lo evidente, los militares, policías y civiles acusados no fueron enviados por el poder político (el gobierno peronista) a combatir en una guerra. Para estos magistrados lo que sucedió es que sin mediar razón alguna y de un día para el otro, todos los militares (menos el general Balza) se transformaron en locos genocidas. Por eso, en sus acusaciones y sentencias, no dicen NADA de la guerra declarada y el daño producido al gobierno constitucional y a la sociedad toda por la guerrilla marxista. Tan es así, que los que asesinaron a Aramburu, Rucci, Alonso; Vandor; Salustro; Viola y cientos más son tratados como héroes por la justicia. Más aún, su testimonio es “palabra santa” y resulta suficiente para condenar sin pruebas al que ponga al frente.


Señores fiscales y jueces federales, ustedes, más que el gobierno nacional y provincial, son los principales responsables de esta persecución ignominiosa a argentinos inocentes. Ustedes lo saben. Nosotros, que también lo sabemos, nos encargaremos que lo sepan nuestros hijos, nuestros nietos y los nietos de nuestros nietos. En la Argentina no hay Jueces; lo que hay es un conjunto de individuos a los que la gente, por pura costumbre, les dice: jueces.

Mario Cabanillas DNI: 11.282.776
Marcelo Gómez  DNI es 11.039.115
Carlos Luque Colombres  DNI: 7.989.954
Rodrigo Alejandro Caro Figueroa  DNI 14.022.309.
Carlos Alberto Villanueva 10.232.899
Carlos D. Solá DNI 11.944.685
Jorge P. Mones Ruiz DNI 8.019.504
Siguen las firmas

PARA AQUELLOS QUE NUNCA LO SUPIERON O PARA AQUELLOS QUE LO OLVIDARON


En la conmemoración del bicentenario de la batalla de San Lorenzo, el vicepresidente Amado Boudou comparó el liderazgo del General San Martín y el del General Belgrano con el ejercido por el ex presidente Kirchner y el de su esposa Cristina.

Esta afirmación del guitarrista motoquero de pelo largo y sonrisa complaciente y aduladora, resultó casi divertida e hilarante sino fuera tan obscenamente patética. ¡A que extremos ha llegado este personaje, al resignar públicamente su dignidad en aras de la obsecuencia!

Pero esta grosera afirmación del cuestionado motoquero de la campera, me da pie a redactar unas reflexiones, precisamente sobre liderazgo.


Muy joven aún, cuando todavía no había cumplido los diez años formé parte de una agrupación de Boys Scout. Cuando empecé la escuela primaria lo hice en un colegio alemán y posteriormente en un colegio inglés en donde terminé el ciclo primario.

En los tres lugares se impartían clases muy elementales sobre liderazgo. En el resto de mi formación académica volví a recibir esporádicamente conceptos referidos a ese tema. Ya mayor, al organizar una pequeña empresa, adquirí algunos libros referidos a Conducción Empresaria para tratar de estar en mejores condiciones para conducir exitosamente este emprendimiento, tanto en su aspecto administrativo como en lo referente a conducción del personal.

Es todos los casos y fuentes, todos coincidían que la piedra basal para lograr un liderazgo exitoso era que el líder debía predicar con su ejemplo personal. Este solo hecho predispone a los conducidos favorablemente para lograr los objetivos propuestos. No obstante el líder o conductor debe poseer los valores esenciales de una persona de bien. No detallaré estas cualidades para no convertir este artículo, que pretende ser un comentario crítico de la política nacional, en un manual de Liderazgo.

Simplemente quiero poner de relieve los conceptos esenciales de esta disciplina. En todos los lugares en los que pude abrevar algún conocimiento sobre liderazgo, se repetían con diferentes puntos de vista, con diferentes palabras y explicaciones, prácticamente los mismos conceptos. Todas confluían a un mismo concepto general.

No obstante la enseñanza que aún hoy retengo y recuerdo como si lo tuviese grabado a fuego, tal vez por su elemental simplicidad,  es la que adquirí en los boys scouts en los primeros años de mi infancia.

El objeto de esta introducción es fundamentalmente recordar los aspectos básicos de la conducción y del liderazgo. Y para ello quiero repetir esos conceptos tan elementales. El jefe para ser merecedor de ese cargo y lograr la adhesión voluntaria a su liderazgo de sus empleados o dependientes, debe cumplir a rajatabla los siguientes puntos: Guiar, Proveer y Proteger.

  • Guiar implica indicarles claramente a sus dependientes la tarea a realizar; fijarles un objetivo concreto a lograr, imponerle normas de orden; encarrilarlos cuando se apartan de la meta; alentarlos  a  cooperar; desarrollarles el sentido de pertenencia al grupo, incentivarlos en sus tareas, marcarles la dirección a seguir y dirigirlos cuando estén desorientados o se apartan del objetivo asignado.
  • Proveer significa otorgarle todos los medios necesarios, en su sentido más amplio, ya sea materiales, psíquicos y espirituales, para que se encuentren en las mejores condiciones para afrontar las tareas a realizar.  Entre ellos, simplemente para dar unos ejemplos: conocimientos o consejos, descanso, vacaciones, compensaciones  adecuadas y otros incentivos.
  • Proteger a sus dependientes. Impone evitarles riesgos o daños físicos por imprudencia, tenerlos cubiertos por seguros adecuados, saber defenderlos cuando son injustamente tratados o excesivamente exigidos y hacerlos sentir seguros de sus capacidades y habilidades. Esta acción puede incluir también, al núcleo familiar del conducido.
Estos tres puntos son absolutamente básicos. No obstante hay otros aspectos a considerar, los valores ya mencionados, la lealtad  hacia los conducidos y  se destacan las cuatro virtudes cardinales: templanza, prudencia, fortaleza y justicia, entre muchos otros valores.

El líder no debe descender al nivel de sus dependientes, empleados o subordinados, porque si lo hace entonces será uno más del grupo y habrá abandonado el puesto de enorme responsabilidad que ostenta. En otras palabras para mandar hay que tener autoridad moral. Quien mande debe ser virtuoso.

Sobre las condiciones para ser un líder, un conductor en todo el contenido y sentido de la palabra, habría conceptos esclarecedores para escribir varios libros. De hecho hay infinidad de publicaciones de diferentes autores que abordan esta problemática desde diferentes puntos de vista.  Pero todos de alguna manera, terminan con otras palabras, en las tres acciones que se mencionaron precedentemente: Guiar, proveer y proteger.

El lector se preguntará el porque de esta larga y tediosa  introducción, ya que seguramente es más que conocida por la mayoría. Pero la realidad muestra que aquellos que necesaria, casi  imprescindiblemente, las deben conocer, las desconocen.

Me refiero a la dirigencia. Pero muy especialmente a  la dirigencia política.


Si bien el liderazgo de una organización verticalista no es lo mismo que el liderazgo de una organización política, los argumentos basales son absolutamente validos para ambas.

No podría confeccionar una lista, ya que sería demasiada extensa. La mayoría de los dirigentes políticos en particular aquellos que tienen en su esfera de acción,  personal que liderar o conducir, desconocen absolutamente estos sencillos conceptos, o tal vez de conocerlos, simplemente los ignoran, por la cual su gestión específica  se ve seriamente comprometida.

A modo de ejemplo vimos que recientemente se produjeron gravísimos problemas en varias instituciones fundamentales del país, las Fuerzas de Seguridad y Policiales, justamente porque los directamente responsables no aplicaron estos sencillos conceptos.

Lo que ocurrió en estas instituciones es realmente gravísimo ya que deja heridas muy difíciles de cerrar…o tal imposible de cerrar.

Pero el ejemplo más demostrativo de la no aplicación de lo expresado en los tres puntos, es la conducta y comportamiento de la presidente Cristina Fernández, entre muchísimos otros.

Es difícil ver en Fernández una líder. Precisamente por una numerosa carencia de los valores esenciales de una persona equilibrada y con sentido común. Todo en ella es temperamento fuerte, descontrolado, falta de moderación. No solo ello, su personalidad deja traslucir odio, resentimiento, agresividad, agresión. Una verborragia exagerada, un flujo verbal inagotable y desordenado… y lo peor, engañoso y muchas veces lisa y llanamente mentiras escandalosas que permiten ver trampas e impostura.

¿Cómo puede conducir una persona con semejantes defectos y falta de virtudes? ¿Cómo puede controlar esa persona a las demás si es incapaz de moderarse o controlarse asimismo?

Su liderazgo es autoritario, personalista e intolerante. Consiste en extorsionar y agredir a aquellos que no están en su misma frecuencia. Todo lo contrario a lo que debe ser un líder o conductor.

El diálogo, los consensos, el bien común, el esfuerzo compartido, la persuasión, casi totalmente ausentes.
Nombro solo a la presidente en aras de la brevedad de esta nota, pero la mayoría de los dirigentes incurren en errores y fallas similares. No puede ser de otra manera: es el ejemplo de la más alta autoridad del país. Realmente lamentable.

04-Feb-13

Dr. ALFREDO RAÚL WEINSTABL                                                                                                                                          

lunes, 4 de febrero de 2013

Fiscal General ante la Cámara Nacional de Casación Penal Javier Augusto De Luca... acepte una invitación



Después de un breve alejamiento de nuestro blog, por razones personales, retomamos el hilo de la discusión que “hombres de derecho” mantienen con el Fiscal General ante la Cámara Nacional de Casación Penal Javier Augusto De  Luca, en este caso damos difusión a la propuesta a debatir sobre los crímenes de lesa humanidad por parte de un abogado defensor. Hasta ahora el mencionado fiscal no ha aceptado ninguna de las numerosas invitaciones de debatir sobre este espinoso tema.

Eduardo San Emeterio

Como abogado, y defensor en numerosas causa de las llamadas de "LESA HUMANIDAD”, como muestra informo sólo algunas de las jurisdicciones donde he defendido y sigo defendiendo, a miembros de nuestras FFAA y FFSS, Ejército, Gendarmería, Policía provincial y Federal, en Corrientes, capital, en el año 2010, en el mismo año en San Rafael, Mendoza, y Mar del Plata, en 2011 Viedma, 2011/2012, Bahía Blanca, San Juan, desde 2012, todos ellos debates orales, San Juan aún en debate, Paso de los Libres, Corrientes, Mendoza Capital, Neuquén Capital, San Martín y La Plata, Paraná Entre Ríos, aún en instrucción, en Capital Federal, TOF N 1 y 6. Ejerzo las defensas desde hace más de nueve años. En los recursos de Casación que he intervenido, jamás, reitero, jamás le he visto la cara al Dr. Javier De Luca, ya que o reemplaza su participación por breves notas, o envía un reemplazo, pero el señor Fiscal General nunca dió, al menos en mis causas, la cara. Es por ello que jamás he tenido la oportunidad de "debatir jurídicamente" con el letrado. Creo que tengo suficiente experiencia y causas acumuladas como para decirle al señor Fiscal, que en todas y cada una de ellas se ha violado y se sigue violando todos las normas, no sólo constitucionales, sino procesales. He denunciado, como él sugiere a muchos jueces por prevaricato, tanto penalmente como ante el Consejo de la Magistratura. De ello guardo las debidas constancias. Es por ello que sería para mí, un simple abogado, un privilegio poder debatir con el señor Fiscal, las pruebas las tengo, el lugar también. Le propongo al distinguido colega, un serio debate en el Colegio Público de Abogados de la Capital Federal, he invito a los otros colegas que se sumen, ya sea al debate o al público. Espero que el Dr. De Luca me honre con su aceptación.

Eduardo San Emeterio
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