ES HORA DE HABLAR CLARO
(Claro –Sencillo – Conciso)
Mientras toda la sociedad
argentina está inmersa en temores por la inseguridad ciudadana y jurídica, por
la inflación implacable, por el temor de perder el empleo, por el desempleo,
por la salud física y moral de sus hijos y por el futuro incierto de la Nación, un grupo importante
de militares sufre el escarnio de la cárcel y/o de la falta de libertad – que
es lo mismo – por haber participado en la lucha contra la subversión con convencimiento
pero no con gusto y sí por subordinado y obediente soldado en su mayoría de
jerarquía sin poder de decisión en relación a la masa de ese grupo.
En principio, esa Sociedad, hoy
asustada, sufrió en carne propia los desmanes terroristas que asolaban al país,
y aplaudieron a los soldados del Operativo Independencia cuando se quiso
liberar aquella zona de nuestra Provincia de Tucumán y/o clamaba por el orden
político y económico descontrolado por el gobierno de Isabel Perón.
Hoy, dicha sociedad sabe de
esos presos, pero la desinformación, el individualismo y el temor ha hecho que
de ellos se hayan olvidado.
Es posible que hasta aquí
justifiquemos que la sociedad argentina no piense en ese personal militar preso
pues le han lavado el cerebro tergiversando desde la constitución nacional
hasta la definición de la lesa humanidad. Hay que volver a que el pueblo quiera
a sus FFAA.
Los sectores políticos
pertenecientes al oficialismo actual – legalmente constituidos pero ilegítimos
en la realidad por mentirosos, por manejadores de voluntades y vengativos por
la batalla militar perdida, sólo piensan mantenerse en el poder más por
avaricia del mismo y/o para lograr objetivos personales en lo material, que por
hallar vías que conduzcan a lograr el bien común.
La oposición al sector
oficialista parece miope: sólo ve lo que tiene delante de la nariz y casi
siempre actuando de contragolpe sobre hechos inesperados favorables que el
oficialismo presenta con su accionar irreflexivo, pero manteniendo intacta la iniciativa
política (lo que la oposición no se preocupa en dificultar). Mayoría
legislativa por un lado, Comisiones por otro y DD NN UU de por medio existen,
pero la mencionada miopía no les permite advertir el estado de indefensión
vergonzoso del país, la pobreza, marginación, manipuleo de gente y,
fundamentalmente las nuevas – ya no tan nuevas – amenazas estratégicas y/o
geopolíticas que pronto – “alguien” – pondrá en ejecución con inciertos
resultados para la vida de la
Nación.
Sobre este ultimo párrafo, a
modo de síntesis recuérdese al Fiscal Campagnoli.
Todo lo referido al sector
político no tiene justificación alguna, pues las próximas generaciones – no
sólo las actuales - lo sufrirán con mayor intensidad y virulencia, pero lo más
increíble, lo más asombroso, lo más detestable, lo profundamente injustificable
es el sector militar de la Nación. Digo
“de la Nación”
porque lo son y a ella se le debe responder para defenderla hasta perder la
vida y ello alcanza a los actuales mandos de las Instituciones y a las anteriores
más próximas y a las más las altas jerarquías en situación de retiro, que miran
y miraron para otro lado.
La cúpula del sector militar
sabe que el poder militar ha sido subsumido al estado de casi estar
incapacitado de operar (me refiero al empleo del poder militar de la Nación – su brazo armado –
sin alusión alguna al poder político del sector militar) tanto en lo material
como espiritual; no pueden ignorar que la etapa en que estamos viviendo
constituye la explotación del éxito obtenido por la estrategia sin tiempo
asumida y conducida por la subversión desde que comenzó su “Campaña” (término
castrense para señalar acciones estratégicas compuestas por marchas, combates y
descansos correspondientes a una o a un conjunto de batallas).
Tienen que saber que han
abandonado a sus subalternos jóvenes y viejos, presos o no; que han incumplido
con uno de los más sagrados deberes del superior militar: la defensa de sus
subalternos, con el agravante de saber que es a causa de un sentir vengativo e
ideológicamente dirigido a la desaparición de la Defensa para ser
suplantado por un sistema ajeno a nuestras tradiciones, ajeno a la Constitución
Nacional y ajeno hasta a nuestra religión.
El colmo de las cúpulas militares
subordinados a los Ministros de Defensa ha llegado con el impedimento a acceder
a grados superiores por el solo hecho de ser el hijo de un militar acusado de
“defender a la Patria”
cumpliendo también el sagrado deber militar signado por la Lealtad, la Subordinación y la Disciplina.
Las Juntas de calificaciones
que determinaron la elección de los mejores, callan; la cúpula militar siente
vergüenza y pide paciencia pues algún día se recompensará con honores la
pérdida que – los mejores – según dichas cúpulas, están sufriendo.
Hoy se prohíbe la atención de
la salud a los presos militares, es decir ni las heridas causadas por el
subversivo terrorista, pueden ser curadas en nuestro único puesto de
socorro(Los HHMM)
Son esas cúpulas las que
soportan que sean eliminados algunos de los mejores conductores del mañana por:
“Prudencia Política” (sic Min. Def). Ni siquiera se han dado cuenta que la
jurisprudencia habida y que sirve como fundamento de eliminación, fue utilizada
por la Junta Militar
gobernante para eliminar a Oficiales que se opusieron al asalto a la Democracia.
Dan asco, y necesitarán mucha
ayuda de Dios para que públicamente no se los desprecie y para que en la vida
perdurable no los espere el infierno.
Respecto
de esto último para ser “claro, sencillo y conciso”, me refiero a todos los que
no luchan por sus Camaradas, ya sea que estén en actividad y/o en retiro,
durante los juicios ostensiblemente y desde las cárceles o sus casas con
voluntad de vencer. No hay excusa alguna – y ninguno lo desconoce por más
distraído que se haga – porque es el Subalterno el que ha sido abandonado.
A los valientes que sí lo hacen
– muy pocos, casi un número insignificante -
el agradecimiento por haber comprendido que “no hay virtud sin lucha”.
HAY
QUE LOGRAR QUE EL PUEBLO VUELVA A AMAR A SUS FFAA
18 de diciembre de 2013
Escrito en Cautiverio
JORGE TOCCALINO
Coronel de la Nación