lunes, 21 de abril de 2014

BONASSO OMITIÓ LA MITAD DE LA HISTORIA

por Juan Manuel Otero


Entre tantos merecidos homenajes rendidos al ilustre escritor Gabriel García Márquez me llamó la atención la nota que publicó La Nación el 20 de abril último, surgida de la pluma del Sr. Miguel Bonasso quien, a diferencia del resto de quienes glosaron sobre sus condiciones y méritos literarios, omitió absolutamente tal faceta reduciendo sus comentarios a la cita de anécdotas compartidas con Gabo y Sra. referidas exclusivamente a su militancia política. Y bajo tal postura recuerda cuando en marzo de 1978 se encontraba “exilado” en México trabajando “duro para que la opinión pública internacional conociera las atrocidades que se perpetraban a pocas cuadras de la cancha de River”, o al “grupo de 60 chupados reducidos a la esclavitud a los cuales el Almirante Cero llamaba cínicamente mis asesores por izquierda”. Y recordando su ingreso a la Organización Terrorista Montoneros en 1970, se me ocurre preguntarle al Sr. Bonasso si en su afán de ilustrar a la opinión pública internacional incluía capítulos dedicados a la sangre derramada de argentinos inocentes -desde niños hasta ancianos, incluyendo civiles, jueces, militares, conscriptos- que la guerrilla había iniciado una década atrás, a través de asesinatos, secuestros, robos, torturas en “cárceles del pueblo”, ataques a guarniciones del ejército argentino, detonación de explosivos en lugares públicos, etc. acciones todas que finalmente dieron lugar a la represión desplegada por el Estado. Ambas deplorables, aclaro. También supongo que habrá explicado que dentro de aquellos “chupados” estaban quienes voluntariamente se prestaron a delatar a sus propios compañeros a cambio de un pasaporte y dinero para radicarse en Europa. Deplorable actitud que completaron en su regreso a la Patria recibidos en carácter de “héroes” merecedores de importantes indemnizaciones, honores y cargos públicos. Aunque a la luz del “relato” instalado en la última década, dudo que haya tenido la honestidad o el coraje de divulgar la totalidad de los hechos, seguramente habrá omitido la mitad de la verdadera historia.

Miserias al fin de toda guerra.

Juan Manuel Otero

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