jueves, 11 de diciembre de 2014

EL POPULISMO PENAL

 

“No es solo la búsqueda de un chivo expiatorio que pague con su libertad o su vida todos los males de la sociedad, como era típico en las sociedades primitivas, sino que a veces hay una tendencia a construir deliberadamente enemigos a partir de estereotipos que concentran en sí mismos todas las características que la sociedad percibe o interpreta como amenazantes. Los mecanismos usados en la formación de estas imágenes son los mismos que en su tiempo, permitieron la expansión de las ideas racistas.”



Quien expreso estos conceptos fue su SS el Papa Francisco el día 23/OCT/I4 en un discurso dirigido a los delegados de la Asociación Internacional de Derecho Penal. En la introducción al mismo, este tema está contenido bajo el título de Populismo penal.



Los argentinos conocemos muy bien las perniciosas consecuencias que produjo el accionar de todos los gobiernos populistas que supimos conseguir. Entre ellos se destacan notablemente los gobiernos de la “década ganada” ejercidos por el matrimonio Kirchner.
Utilizando asesores como el discutido filósofo Ernesto Laclau, el terrorista montonero H. Verbitski, miembros de Carta Abierta y de organizaciones sociales y de “DD.HH. selectivos”, políticos oportunistas y funcionales, jueces cómplices, periodistas adictos y otros partícipes del negocio derecho-humanista, Néstor Kirchner impuso políticas confrontativas (dividir para reinar), que fueron factores comunes en toda su gestión. Así construyeron deliberadamente a sus enemigos.


Hubo muchos casos, suficientemente conocidos, de instituciones, entidades y personas que fueron demonizadas públicamente para declararnos enemigos del pueblo, con el fin de convertirlas en verdaderos “chivos expiatorios”, culpándolos de todos los males habidos y por haber en nuestro país. Entre las más importantes víctimas de este nefasto accionar político, se destacan las siguientes:

La “derecha” o la “década del 90” o el “neoliberalismo” (pese a que los Kirchner lograron grandes ganancias apoyando las privatizaciones y hasta dijeron ser fervientes admiradores de Menem).
También el campo fue un enemigo porque sus dirigentes se opusieron a las abusivas y groseras retenciones que el gobierno, aduciendo populacheramente proteger la “mesa de los argentinos”, pretendía imponerles. Al no poder lograrlo legalmente, continuó el hostigamiento incesante a este sector de la producción, que fue orgullo de nuestro país, reduciéndolo a su mínima expresión.
El grupo Clarín también fue demonizado. Es perseguido por haber dejado de acatar a Kirchner. Cabe aclarar que cuando Clarín era amigo del régimen, fue un medio muy importante en la campaña de demonización de las FF.A A. Años después, por apoyar al campo, paso también a ser enemigo.
La prensa independiente fue también declarada enemiga por no acatar y criticar al régimen. Tildada como “la corporación”, “prensa opositora”, “desestabilizadora”, “complotadora”, etc. y atacada por todos los medios que puede manipular el gobierno: judiciales. Económicos, prensa adicta, sindicales, páutas publicitarias, prohibición a empresas privadas de darles publicidad, etc.
También fueron enemigas otras muchas entidades y personas, ya sean nacionales o internacionales.


Dejamos para el final al enemigo más castigado: Las Fuerzas Armadas, Policiales y civiles que, en defensa del Estado, combatieron a las organizaciones armadas terroristas subversivas. Sanguinarios ejércitos invisibles que atacaron a la población argentina, en pleno gobierno constitucional, para tomar el poder por la fuerza. Nada frenó al régimen, ni moral ni legalmente, en imponer sus objetivos:
  • Operaron con largas campañas sobre la opinión pública para demonizar a las fuerzas legales.
  • Mintieron descaradamente, falsificaron la verdad histórica y encarcelaron vilmente a los hombres que defendieron al país, mientras que liberaron de culpas a quienes lo atacaron.
  • Violaron la Constitución y las leyes y forzaron retorcidas interpretaciones de los tratados.
  • Se burlaron del debido proceso convirtiendo a los juicios en meros espectáculos circenses.

 Este es el caso más claro y emblemático de lo que SS el Papa conceptúa como populismo penal.

N/E: La autoría de las presentes reflexiones corresponde a un detenido como “Preso Político”, cuya identidad se mantiene en reserva por razones de seguridad.

NOTA: Las imágenes no corresponden a la nota original.

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