miércoles, 11 de noviembre de 2015

MÁS HISTORIA IDEOLOGIZADA

EDITORIAL

Las represalias contra docentes que quisieron reivindicar a las víctimas del terrorismo resultan inadmisibles y propias de un sistema totalitario

LUNES 09 DE NOVIEMBRE DE 2015

Desde hace un mes se está dando un debate en la provincia de La Rioja respecto de la libertad de cátedra que tienen los docentes para brindar contenidos a sus alumnos que no están incluidos en los contemplados por el Ministerio de Educación de la Nación.

Fernanda Megías

El 5 del mes pasado, la docente Fernanda Megías, con la autorización de la rectora del Colegio Joaquín V. González de La Rioja, pretendió dar una charla a sus alumnos sobre las víctimas del terrorismo, es decir, aquellos ciudadanos inocentes que fueron victimizados por organizaciones armadas, como Montoneros o el ERP, responsables de la comisión de miles de atentados terroristas durante la década del setenta.


La fecha elegida no fue caprichosa porque ese día, en Formosa, se conmemoraba el Día Provincial del Soldado Formoseño en recuerdo y homenaje a los 10 soldados conscriptos que fueron asesinados por Montoneros el 5 de octubre de 1975, cuando fue atacado el Regimiento 29 de Monte de Formosa en el que estaban destinados. Los soldados, junto con un policía, un teniente y un suboficial, perdieron la vida cuando fueron agredidos con alevosía por los terroristas. Esa fecha, a su vez, fue la elegida por las víctimas para conmemorar el Día Nacional de las Víctimas del Terrorismo.

10 conscriptos y 3 policías asesinados

Por estas razones, Megías solicitó a sus superiores brindar una charla a sus alumnos en la que pudieran ver los rostros de las víctimas y conocer la etapa previa al gobierno de facto iniciado en 1976. Asimismo, contaría con el testimonio en vivo de la hija de un civil asesinado en Tucumán en 1975 y con el asesoramiento de la Asociación Civil del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv), que nuclea a las víctimas en la Argentina y brinda este tipo de charlas en distintos colegios del país.

Délfor Brizuela

Ese día iba a iniciar la charla cuando otra docente y madre de una alumna la interrumpió aduciendo ser familiar de un detenido desaparecido y denunciando a Megías en la Secretaría de Derechos Humanos de esa provincia. Su titular, Délfor Brizuela, y la denunciante comenzaron una caza de brujas al acusar a Megías de apología del terrorismo de Estado e insultando la memoria de los 13 muertos de Formosa tildándolos de represores.

Luego de este escándalo suscitado frente a los alumnos, Megías y la rectora fueron separadas de sus cargos y se les ha iniciado un sumario para averiguar si cometieron una falta administrativa.

Se ha configurado así un nuevo hecho de censura preventiva, en el cual ni la docente ni la rectora han realizado acción alguna, siendo penalizadas por lo que podrían haber dicho y no por lo que efectivamente hicieron.


La libertad de cátedra es uno de los derechos humanos que surge de la libertad de expresión y si bien se encuentra consagrado dentro del nivel superior de la educación, no por ello es ajeno al nivel secundario, en el cual desde el Estado se hace profundo hincapié en la construcción de la memoria y el respeto a los derechos humanos. Sin embargo, estos propósitos parecen estar restringidos con exclusividad a lo ocurrido luego del 24 de marzo de 1976, cercenando la historia, desapareciendo a las víctimas del terrorismo de la misma y ensalzando a quienes fueron sus agresores, justificando sus acciones delictivas y eliminando cualquier rastro de culpabilidad y responsabilidad en la tragedia que todo el pueblo argentino vivió en los años 70.

Mientras miles de adolescentes absorben una historia parcial, en la cual como en un rompecabezas faltan importantes piezas que le den coherencia al conjunto, el Estado argentino se dedica a sumariar a docentes que intentan brindar una visión completa e integradora de uno de los momentos más relevantes de nuestro pasado como país.


Es lamentable que un gobierno democrático ejerza la censura y use el aparato estatal para perseguir a trabajadores por el simple hecho de pretender relatar los atentados terroristas que ocurrían en democracia en el país, y más preocupante aún es el mensaje que se les da a las nuevas generaciones, indicándoles que la violencia y el terrorismo son métodos válidos para la conquista del poder, como propugnaban Montoneros y el ERP.

La memoria de las 13 personas de Formosa y de las miles que fueron asesinadas, heridas y secuestradas clama por un espacio en la historia. Esperemos que pronto se inicie una etapa donde haya lugar para todo el dolor y no sólo para una parte.



NOTA: Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.

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