viernes, 16 de enero de 2015

DESAPARECIÓ UN MISIL ANTITANQUE DE UNA UNIDAD DEL EJÉRCITO EN LA PLATA

DESAPARICIÓN DEL MISIL: ADVIERTEN SOBRE LA GRAVEDAD DEL HECHO Y LA FALTA DE CONTROLES
El ex ministro de Defensa Ricardo López Murphy consideró que se trata de un "hecho inconcebible para la seguridad". El especialista Sebastián Zurutuza lo atribuyó al "desmadre del sector"


Este viernes el Ministerio de Defensa confirmó la noticia que había adelantado este medio: la desaparición de un misil TOW 2 del Escuadrón de Caballería Blindado 1 del barrio platense de Arana. Se trata del cohete guiado antitanque más usado en el mundo, capaz de perforar cualquier tipo de blindaje.

El extravío del misil fue denunciado por el Ejército Argentino en el Juzgado Federal 1, subrogado por Laureano Durant. La investigación quedó en manos de la Secretaría 3, a cargo de María Cristina Grau.

Para el ex ministro de Defensa Ricardo López Murphy, el episodio del misil es "un hecho grave", sobre todo tomando en cuenta "los mecanismos de control que hay en las unidades militares". El ex funcionario sostuvo que la sustracción del arma tuvo que contar "con varias complicidades".

"Es un episodio inconcebible y muy grave para la seguridad", opinó López Murphy ante la consulta de Infobae. "Cuando una guardia hace el pase a la siguiente debe revisar el inventario, es algo complejo", agregó. El economista dijo que seguramente habrá "una investigación interna en curso" para esclarecer lo ocurrido.

El ex ministro de Defensa Ricardo López Murphy
Foto: Natalia Bohdan


Por su parte, el asesor en Defensa de "Pino Solanas", Sebastián Zurutuza, encuadró la desaparición del misil en "el desmadre del sector de Defensa en general y de los 10 años del kirchnerismo en particular". Para Zurutuza, la política para el área "fue negativa en sus efectos" y tiene "un presupuesto del 0,8% sobre el PBI, el más bajo desde el regreso de la democracia".

"El control político se relajó y se produjo una pauperización de las Fuerzas Armadas, sobre todo de la Armada y de la Fuerza Aérea", señaló Zurutuza. El asesor de "Pino" consideró que, si bien este episodio vio la luz, hubo otros que no cobraron estado público y que tuvieron la misma gravedad.

"Hubo faltantes de munición en distintas unidades, pasó en el Ejército, en la Fuerza Aérea, en embarques a otras provincias, sin control, no se sabe para qué fueron. Hay un abandono del área de Defensa y una retirada del control político sobre el área", concluyó.



EL MINISTERIO DE DEFENSA RECONOCIÓ LA DESAPARICIÓN DE UN MISIL DE UNA UNIDAD DEL EJÉRCITO EN LA PLATA
Luego de la noticia que dio a conocer Infobae, la cartera que conduce Agustín Rossi comunicó "la ausencia de material sensible" del Escuadrón de Caballería Blindado  1 de Arana


Este medio dio a conocer esta mañana una preocupante noticia: la desaparición de un misil TOW 2, un arma con cabeza inteligente y capaz de perforar cualquier blindaje conocido, del Escuadrón de Caballería Blindado 1 de Arana, localidad ubicada en La Plata.

En principio, y ante llamados de Infobae, la cartera de Defensa había negado estar al tanto del tema. Ahora, el ministerio que conduce Agustín Rossi difundió un comunicado en el que reconoce "la ausencia de material sensible" de la unidad militar platense.

El escrito indicó que "con fecha 12 de enero del corriente año el Ejército Argentino realizó una denuncia" tras detectar el faltante de un misil TOW 2. Asimismo, confirmó, como anticipó la nota de Infobae, que la denuncia quedó radicada en el Juzgado Federal N° 1 de La Plata.

Según el comunicado de Defensa, "el misil ausente resulta inoperable como tal", ya que no fueron detectados "faltantes de los lanzadores existentes". El TOW 2 (Tube-launched, Optically tracked, Wire-guided) es un arma versátil y puede ser lanzado desde un trípode o un vehículo.

"A la fecha, se han llevado adelante las medidas iniciales, con el objeto de avanzar en la investigación. El Ministerio de Defensa y el Ejército Argentino se han puesto a disposición del Juez y del Fiscal a cargo, brindado toda la asistencia, información y colaboración que se pudiese requerir para el esclarecimiento del hecho", concluyó la comunicación oficial.


Así funciona el TOW 2

El TOW 2, de fabricación norteamericana, es el cohete guiado antitanque más usado del mundo. Tiene un costo aproximado de 50 mil dólares y pesa poco más de 21 kilogramos (28 kilogramos en lanzador). Mide un metro con 17 centímetros, tiene un alcance máximo de disparo de 3.750 metros y alcanza una velocidad de 329 metros por segundo.

DILMA, CRISTINA, CORRUPCIÓN


Una sufriendo los últimos días en el ejercicio del poder, otra reasumiendo el mando obtenido por escaso porcentaje de sufragios, ambas cascoteadas en su imagen por la corrupción que les escupe los rostros. Cristina y Dilma tienen sus puntos en común y sus sutiles -aunque importantes- diferencias.

Cristina con la invalorable ayuda de sus disciplinados legisladores propios, de los que truecan la cárcel por el voto y de las torpes decisiones de la Procuradora General de la Nación, intenta blindarse confiando en jueces y fiscales que puedan bloquear las múltiples y graves imputaciones de corrupción. Tiene en su contra el hecho de que la Justicia ha dado sus primeros pasos y parece que aprendió a caminar sin andador[1].

Dilma, que no tiene dominio absoluto ni del Congreso ni de la Procuración General, se encuentra en una situación diferente. Sólo le queda dar una vuelta de timón y demostrar, en los años que le restan en el Planalto, que está dispuesta a combatir la corrupción y aceptar, sin interferir, la labor de la justicia. Tarea harto difícil para quien, pese a su increíble e inocente juramento de ignorar la corrupción, se encuentra -como mínimo- sumergida en las generalizadas sospechas de encubrimiento.

Otra similitud es que gran parte de la corrupción surge del gracioso otorgamiento de la Obra Pública a las empresas “amigas” sin necesidad de cualquier trámite que demore u otorgue transparencia a la decisión, sea ésta nacional, provincial o municipal. Báez, López o Camargo Correa son apellidos que cargan en cada región con las sospechas de corruptos favoritismos, y pruebas cuasi fehacientes les otorgan el carácter de “socios” del gobierno.

Las diferencias más extremas se notan en las iniciales e inmediatas consecuencias de las investigaciones. Mientras que los amigos de Cristina siguen gozando -por ahora- las mieles del éxito y la impunidad, varios de sus colegas brasileños ya conocen cómo es el mundo visto a través de las rejas de una prisión federal y muchos más están armando sus defensas ante las inminentes imputaciones.

En estos días la Empresa Camargo Correa negocia con el Ministerio Público brasilero la posibilidad de cerrar un acuerdo de “leniência” o “Delação premiada”[2] que consiste en “contar” lo que sepan sobre un crimen a cambio de la reducción de la pena. Es que a la fecha y desde mediados de Noviembre once altos ejecutivos de grandes empresas se encuentran detenidos en la Prisión Federal de Curitiba.

La exigencia inexcusable es la previa declaración de culpabilidad, en segundo lugar se procede a informar sobre las formas en que se llevaron a cabo las maniobras dolosas e identificar a los participantes. Obviamente que luego de analizar la situación, son muchos los que se aprestan a denunciar a colegas, funcionarios, lobbistas, etc. y detallar la metodología aplicada. (É preciso trair para não ser traído)[3]

Resulta significativo el hecho de que haya dieciséis empresas -y sus altos ejecutivos- implicadas en el “Petrolão” y ante la posibilidad de una corrida hacia su despacho, el Procurador Dos Santos Lima afirmó recientemente que “Sólo las que fueran más rápidas serán beneficiadas”, “las que decidieran colaborar al último no tendrán más novedades que contar” concluye con un dejo de ironía.

Y hay algo que, finalmente, también hermana a Dilma con Cristina y es el hecho de que uno de los investigados por la Justicia brasilera es nada menos que Cristóbal López.

Juan Manuel Otero


[1] La presente nota fue escrita antes de las denuncias del Fiscal Nisman.
[2] Artigo 14 (Código Penal Brasileiro): “El imputado o acusado que colaborara voluntariamente con la investigación policial y el proceso criminal en la identificación de los demás co-autores o partícipes del crimen, en caso de ser condenado tendrá su pena reducida de uno a dos tercios”.
[3] “Es preciso traicionar para no ser traicionado”.

jueves, 15 de enero de 2015

CARTA DE LECTORES: PARAÍSO TERRORISTA

Galvarino Sergio Apablaza Guerra

Señor Director:

Así como los terroristas que colocaron bombas en la embajada de Israel o en la AMIA nunca fueron encontrados, hoy Osama ben Laden o los guerrilleros de las FARC, Sendero Luminoso y el Frente Manuel Rodríguez, entre otros, han encontrado un verdadero paraíso en la Argentina, porque a pesar de que la Suprema Corte de Justicia de Chile pidió la extradición de Apablaza por el asesinato de un senador de la república chilena y el secuestro del hijo del principal dueño del diario El Mercurio (que está entre los más antiguos del continente), por el cual cobraron un millón de dólares, y de que la Corte Suprema Argentina concedió la extradición, la presidenta Cristina Fernández le concedió asilo con pretextos que sólo pueden considerarse solidarios. “Por lo tanto, los terroristas del mundo pueden alegrarse: han encontrado el paraíso en vida, tienen las puertas abiertas.”
Alvaro Puga Cappa
CI 26.579.538


NOTA: Esta carta de total actualidad, fue publicada el 08/10/2010.

miércoles, 14 de enero de 2015

CONFUNDIR VÍCTIMAS CON VICTIMARIOS

Por Diana Cohen Agrest |  Para LA NACION

Esta vez se hizo escuchar una voz del Gobierno. Pero, de acuerdo con una ya arraigada modalidad escapista de enfrentar tragedias, y a diferencia de otros mandatarios del orden mundial, no fue la Presidenta la que se pronunció: el comunicado de la Cancillería en respuesta a la masacre de Charlie Hebdo apeló apenas a una fórmula de rigor cuando expresó “el compromiso con la paz y la lucha contra el terrorismo en todas sus formas, fortaleciendo los mecanismos de cooperación, observando las leyes y respetando los derechos humanos, como único camino de las sociedades democráticas para afrontar este flagelo”.


Sin embargo, y habida cuenta de que ese lacónico mensaje sintetiza y representa la posición argentina en uno de los eventos más significativos de la escalada terrorista, y dada su equivocidad expresiva, es lógico interrogarnos: ¿los derechos humanos de quiénes deben ser respetados por las sociedades democráticas? Esa distinción incluye a nuestro país en la constelación de regímenes democráticos, pero a la vez lo excluye con esa expresión tan equívoca.

La respuesta a ese interrogante fue revelado por las palabras de otra vocera del Gobierno, la concejala y decana de la Facultad de Periodismo de la Universidad de La Plata, quien laureó a Hugo Chávez con un premio a la libertad de expresión y le concedió la participación en un evento académico al asesino de Cabezas. En un controvertido tuit sobre uno de los ataques más aberrantes a la libertad de prensa de la cual, desde su jerarquía académica misma, no debería claudicar, Florencia Saintout concluyó una obviedad: “El terrorismo sólo se combate con paz”, coronado este pacifismo por un sospechoso cinismo, cuando afirmó: “Los crímenes jamás tienen justificaciones, pero sí tienen contextos”.

Indiferentes a los lazos culturales que nos unen y nos separan históricamente en el concierto de las naciones, las palabras de Saintout condensaron una extensión de una deteriorada matriz: si se considera (elípticamente, ya no como un principio de justificación, pero sí de explicación) que un crimen es tal según el contexto, entonces podemos “explicar” desde el ataque a la embajada de Israel, a la AMIA y, a fuerza de ser reiterativa, a la liberación de asesinos amparados en su condición de presunta vulnerabilidad o en los intereses del poder por proteger.

Esta inexplicable pseudoexplicación y la mención del contexto que enmascara una justificación no nos es ni ajena ni lejana: no es ajena porque ya entregamos nuestras víctimas sacrificiales en atentados terroristas, cuyos perpetradores permanecen impunes. Ni es lejana porque, recogiendo un debate que nos debemos, en la lucha armada setentista no participaron sólo armas contra armas, sino que se empuñaron armas de civiles y de militares contra civiles. Ataques que ni siquiera comenzaron con la dictadura (invocación con la cual se pretende ocultar con un barniz de legitimidad una violencia que, por su esencia misma, sólo muy excepcionalmente puede ser legitimada), sino mucho antes: nacieron ya en el onganiato, arreciando en el gobierno democrático de Perón y prosiguiendo en esa crisis de gobernanza que fue el gobierno de Isabelita.

La  que sobrevivió no sólo entregó a sus compañeros en la Contraofensiva (conmovedoramente retratado en el film Infancia clandestina, que pasó sin pena ni gloria al mostrar una realidad pasada que se insiste en negar). Con la capacidad de reciclarse que caracteriza a la dirigencia local que no acepta morir políticamente a tiempo, sumada a la pérdida de la vergüenza asociada a la garantía de impunidad, hoy son funcionarios del establishment o se desempeñan como think tank en empresas internacionales o hasta se hicieron nombrar en la Corte Suprema de Justicia cuando jamás se jugaron ante una solicitud de hábeas corpus.

Hoy como ayer, se nos pretende convencer de que hay crímenes de segunda y crímenes de primera, víctimas de segunda y víctimas de primera. Así, silenciamos a las víctimas de la delincuencia de hoy mientras premiamos con la impunidad a las presuntas víctimas de ayer, los militantes de esa glorificada juventud idealista que secuestraron y mataron desde mucho antes de que irrumpiera la dictadura.

Esa escisión culminó en la victoria en una batalla ideológica en la que nuestros jóvenes de hoy, adoctrinados por esta doctrina perversa e impulsados por un ingenuo y negador buenismo, exaltan el pasado más negro de la historia argentina. Un pasado que consagró la violencia como la metodología para alcanzar el poder, indiferente a las vías democráticas. En el mejor de los casos, creían ser los héroes de una revolución que, aunque no fue tal, fue mensajera de muerte y dolor. En el peor de los casos, dos violencias enfrentadas, la del terrorismo de la lucha armada y la del terrorismo de Estado.

No debería sorprendernos la reacción oficial por los ataques terroristas en París. Nace de la misma ideología que esculpió una perversa inversión entre la víctima y el victimario, promovida por una dirigencia política que se recicla desde la vuelta de los tiempos democráticos y que marca todo el discurso sobre la seguridad y el sistema penal.

Las palabras de Saintout, el inocuo comunicado de la Cancillería, la desautorización a que Timerman asistiera al acto en París, al que había sido oficialmente invitado, y las omisiones del gobierno argentino replican a nivel internacional esa inversión local entre la víctima y el victimario: la misma matriz ideológica construida con una gigantesca máquina de propaganda que instrumentó un nuevo imaginario colectivo y mecanismos legales recientemente consagrados: el Código Civil y Comercial, el Código Procesal Penal y un sinnúmero de leyes con impronta clientelar o que, lisa y llanamente, garantizan la autoimpunidad.

Por último, la misma Cancillería que firmó el ominoso pacto con Irán urgió a condenar el aberrante atentado en Nigeria “con el mismo vigor”, pues “la Argentina honra sin diferencia alguna la condición humana de todas las víctimas”. No lo parece si, siguiendo el consejo de Saintout, se atiende al contexto. Es el diablo que se muerde la cola.

En su inclaudicable afán autorreferencial, la Presidenta ordenó hace unos meses que, si le pasaba algo, “miren al Norte”. Pero cuando miramos al Norte, apenas si vemos a víctimas invisibilizadas como Néstor Femenía y tantos otros que mueren en el día tras día por la inanición o la violencia. Inanición o violencia de Estado.

Nos llevará varias generaciones desarmar esta maquinaria perversa y recuperar la dimensión de los valores en el marco de una Justicia que proteja a quienes vivimos a la intemperie, sojuzgados por un gobierno autoritario con la complicidad de una oposición inerme. Mientras tanto, los bárbaros vienen marchando.

La autora es doctora en Filosofía y ensayista. Miembro de Usina de Justicia.


NOTA: Los destacados no corresponden a la nota original.

“JE SUIS CHARLIE HEBDO” ET “JE SUIS PEDRO EUGENIO ARAMBURU”

12/01/15                                                          

Por Mauricio Ortín

La mayoría de los analistas políticos y jefes de Estado occidentales ha coincidido en calificar como  “acto de guerra” al atentado en París que costó la vida a doce personas. ¿Guerra? ¿Y contra quién? Pues no se advierte el despliegue de regimientos de infantería, de escuadrones de blindados o portaaviones y flota enemiga dirigiéndose a Francia que justifiquen semejante afirmación. Si fuéramos  rigurosos, debiera decirse  que los atacantes no sumaron  más de cuatro y que dos de ellos (los hermanos Kouachi) fueron literalmente cazados por las fuerzas de seguridad francesas que, en número de 88.000, se abocaron a ello. Chérif y Said Kouachi estaban atrincherados en una imprenta y perfectamente controlados por la policía. Ésta –disponía de  todo el tiempo del mundo- podría haberlos reducido respetándoles la vida de varias maneras. Por ejemplo, con gases paralizantes o con proyectiles no letales. Pero no fue así porque, es evidente, el Estado había dado carta blanca para matar. Debe agregarse, además, que los terroristas eran franceses y no se trataba de delincuentes comunes porque luchaban por un ideal (a través de un método –la matanza- obviamente repudiable) que formaban parte de una organización internacional y que habían recibido entrenamiento militar en el extranjero. Nadie, sin embargo, ha declarado formalmente la guerra pero todo indica que el Estado francés está dispuesto a perseguir y aniquilar a los ofensores como si se trataran de enemigos y no de civiles. Dicho en otros términos, Francia, en lugar de enviarles formales citaciones judiciales ¡les va a meter bala! Pero, como en todo, hay guerras y guerras. Las hay convencionales, donde los bandos se rigen (muy elásticamente) por reglas internacionales y las hay, donde uno o ambos bandos imponen el vale todo. Al respecto, si existe un país especialista en este último tipo de operaciones bélicas, ese es Francia. Su larga experiencia en Indochina y Argelia la hace una experta maestra. Ahora bien, la guerra sucia, aunque evidentemente más eficiente que la primera para alcanzar los fines ¿representa una opción moral aceptable? Acaso, ¿No estaríamos representando  un caso propio de aquel dicho universal que censura: combatir al canibalismo comiéndose a los caníbales? Hasta ahí, la teoría. Ahora bien, la opinión al respecto suele cambiar según uno se encuentre en el ring o en el ring-side. Sobre todo si, luego de recibir las indicaciones de rigor del árbitro acerca de pelear limpio (no golpear con la cabeza, no aplicar golpes bajos, etcetéra), se escucha que, a su vez, el árbitro le informa al boxeador rival que él sí tendrá  permitido apuñalar, apalear e incluso balacear al contrincante, al jurado o al público porque así lo establece la ley. En esas condiciones, no es difícil predecir cuál será el resultado. De allí que, cuando les toca en suerte, los Estados afectados se apartan del legalismo para darse un baño de crudo realismo. Los bombardeos de Hiroshima, Nagasaki, Dresde, Coventry, Rotterdam y, más cerca, en América Latina, la represión llevada adelante por gobiernos constitucionales y/ o de facto contra el terrorismo de izquierda son claro ejemplo de ello. Así pues, cuando las papas queman, rápidamente, como de la nada surge el cálculo matemático con la fría ecuación que encuentra que el número de inocentes muertos es inversamente proporcional al de terroristas vivos.


La guerra que los terroristas islamitas han declarado, de hecho, a Francia no es algo que pudiera sorprender a los argentinos. Atentados como la matanza a los periodistas de la revista Charlie Hebdo y el remate del policía herido eran cosa de todos los días en nuestro  país durante el gobierno peronista de la década del ’70. Aquí también los Montoneros, el ERP y las FAR instalaron la “guerra sucia”. El peronismo respondió con el realismo de la Triple A. Luego vinieron los militares y el  golpe de Estado.



Los más destacados medios de comunicación del mundo aseguran que el asesinato de las doce personas en París fue motivo de algarabía y festejo en países donde existen sectas de fanáticos musulmanes. Es que, desde su particular punto de vista, no se trató de lo que efectivamente fue, una brutal masacre de inocentes, sino de un “ajusticiamiento”. “Ajusticiamiento” fue también el término que usó (reportaje de la La Nación el  03/01/15) el ex ministro de Interior kirchnerista, Juan Manuel Abal Medina (hijo), para referirse al cobarde, alevoso asesinato del general Pedro Eugenio Aramburu. No hubo, sin embargo, una sola voz de protesta de juez, político o sacerdote ¿Será esto la decadencia? ¿O será que la vida de los periodistas franceses vale más que la de los militares, sindicalistas, niños y empresarios argentinos asesinados por el terrorismo criollo? 

INACEPTABLE ADOCTRINAMIENTO K A LOS NIÑOS: ZAMBA CONOCE A MARX Y HACE LA REVOLUCIÓN

Zamba, el dibujito ícono del kirchnerismo del canal Paka Paka adoctrina a los niños a través de sus aventuras. Esta vez el personaje se encuentra con Karl Marx y pondera la revolución y los levantamientos. La polémica se desató ya que desde muchos sectores consideran que el dibujo animado hace adoctrinamiento con los niños.

Karl Marx y Zamba

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24).- ¿Adoctrinamiento infantil? El kirchnerismo intenta imponer su ideología y probablemente las inclinaciones del Ministro de Economía Axel Kicillof también tienen peso a la hora del contenido.

Ocurre que, la TV Pública anunció este martes 13/01 que repetirá por la señal Paka Paka un capítulo del personaje Zamba, que el Gobierno nacional utiliza para explicarles a los chicos su visión de la historia, en el que el personaje conoce “la asombrosa vida de Karl Marx”.

“Hola Karl Marx, ¿por qué su vida es asombrosa?”, pregunta en ese capítulo Zamba, a quien en el kirchnerismo duro comparan con el ratón Mickey e intentan exponerlo en los diferentes canales y programas con contenido oficialista.

Marx que le habla y le da una lección al niño dice: “Algún día llegará un mundo sin ricos ni pobres, donde cada uno obtendrá el fruto de su trabajo de manera justa”, la caricatura causa revuelo ya que se cree que solo se intenta adoctrinar a los niños como lo ha hecho también La Cámpora en diferentes actos de militancia.

Luego, Marx rescata a Zamba cuando una fábrica demoníaca se traga al pequeño amante de los chipá y le explica que en el capitalismo los “hijos de los obreros no van a la escuela” porque tienen que trabajar.

En el final del capítulo, que ya había sido emitido en noviembre, Zamba ayuda a los obreros a hacer la revolución. En el mismo capítulo, Zamba conoce a Adam Smith, que le explica al personaje los conceptos de la revolución industrial.



NOTA: Los destacados no corresponden a la nota original.

PREMIADOS


El mundo se movilizó por todos los medios para criticar y rechazar los actos terroristas contra la democracia y la libertad de expresión, pero estamos a la espera de que en nuestro país alguien nos explique racionalmente por qué se ha premiado con dólares y cargos públicos relevantes a subversivos apoyados desde el exterior. Estos subversivos han participado -en muchos casos en gobiernos constitucionales- de distintas formas en el asesinato a sangre fría de pensadores (Sacheri), políticos (Mor Roig), gremialistas (Rucci), ejecutivos (Sallustro), jueces (Quiroga), militares (Aramburu), policías, soldados conscriptos y un millar más de inocentes ciudadanos que murieron por las bombas colocadas en lugares públicos o como resultado de las acciones de guerra terrorista, actos que son claramente delitos de lesa humanidad.

Arq. Fernando J. Figini
LE. 4.813.359


NOTA: Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.

domingo, 11 de enero de 2015

FRANCIA, LA RAZÓN DE LA SINRAZÓN

Por: Ricardo Angoso

El autor es periodista español






Algo estamos haciendo mal en Europa. En nombre de los valores y libertades del hombre, que están inspirados en esos principios eternos de Libertad, Igualdad y Fraternidad, se ha permitido que una bestia irracional, criminal e incluso salvaje se haya instalado en el corazón del continente. Demasiada tolerancia hacia los bárbaros y demasiado tarde para comprender el problema. Y es que, como decía el general Douglas MacArthur, "la Historia de los fracasos de la guerra se puede resumir en dos palabras: Demasiado tarde. Demasiado tarde para comprender el letal peligro. Demasiado tarde para colocar todos los recursos disponibles para enfrentar ese peligro. Demasiado tarde para ponernos al lado de nuestros amigos."



Hace tiempo que debíamos de haber comprendido que la bestia que hoy se manifestó en París, de una forma brutal e inhumana, asesinando a doce inocentes, se estaba incubando en el interior de nuestras ciudades. Unas políticas migratorias absolutamente erráticas y sin ningún control abrieron las puertas del continente a gentes sin escrúpulos, bárbaros sin principios y claramente contrarios a nuestro sistema de valores. Llegaron muchos con buenas intenciones, pero también llegaron seres mezquinos y enemigos de la democracia. En las mezquitas de Europa, como ocurría especialmente en Londres, París, Madrid y Roma, algunos imanes llamaban a la guerra santa impunemente y reclutaban a hombres y mujeres para la yihad, es decir, para hoy ejecutar estos crímenes que estamos viendo en las pantallas de nuestros televisores. Era una obligación sagrada para ellos, una simple bestialidad para nosotros.



Nada de lo que está ocurriendo es ajeno a nuestra desidia y falta de interés por combatir la intolerancia y la brutalidad de unos grupos que actuaban con absoluta impunidad. Ya en la guerra de Bosnia y Herzegovina (1992-1995) contemplamos horrorizados cómo se reclutaba a yihadistas para combatir a los serbios y los croatas, ambos pueblos cristianos, y para expandir el Islam en el corazón de los Balcanes.



Los mismos grupos, la misma barbarie que llevó a un grupo de jóvenes musulmanes parisinos a asesinar a un joven judío, Ilam Halimi, tras torturarlo durante días ante el silencio cómplice de una sociedad que tenía que haber reaccionado de una forma más rotunda y contundente. No lo hizo, y ahora estamos pagando las consecuencias. Habrá un Islam de paz y concordia, pero no es el que se está difundiendo hoy en día en las mezquitas y centros musulmanes de Europa.

ES HORA DE HACER ALGO, DE ACTUAR Y DECIR LA VERDAD

Hace falta un mayor control policial de estas mezquitas, crear mecanismos de expulsión rápida de los que propagan estas ideas que hacen apología del terrorismo en su forma más inhumana y también, por supuesto, prohibir cualquier forma de propaganda radical islámica y poner a buen recaudo, quiero decir en la cárcel, a los más activos miembros de estas hordas de fanáticos. Es hora de actuar, de luchar, de decir la verdad y hacer algo.



Si seguimos así, presas de esta pusilanimidad y de no decir a las cosas por su nombre, nos volverán a atacar y la civilización occidental, basada en el respeto al diferente y la pluralidad social y política dentro de las reglas de juego democrático, acabará sucumbiendo y se derrumbará para siempre dejando libre el camino al totalitarismo y el despotismo. La defensa del Estado de Derecho, ese logro de la civilización en donde la Ley prima sobre la fuerza bruta, es absolutamente compatible con la pluralidad religiosa, pero siempre desde el respeto al otro y a las ideas nuestros vecinos.

NO ES UN FENÓMENO NUEVO NI AJENO A OCCIDENTE



Lo que ha ocurrido en París no es nada nuevo. Estos vengadores de Alá llevan conviviendo codo a codo con nosotros en nuestras escuelas, centros de trabajo y también en las calles; son las mismas alimañas que mataron al holandés Theo Van Gogh, simplemente porque les desafió con sus ideas y películas, y los mismos descerebrados que ya atacaron al periódico danés Jyllands-Posten. No aceptan nuestras libertades ni nuestro modo de vida; luchan por destruir ambas cosas y quizá, fruto de nuestra infinita cobardía, lo acaben consiguiendo.



Las doce víctimas de París son unas más a unir a la larga lista de horrores. La intolerancia del Islam más radical hacia el no creyente se extiende por el mundo y la geografía del mal es muy amplia. En Argelia ya el Frente Islámico de Salvación (FIS) ha asesinado centenares de extranjeros que trabajaban allí, ha asesinado a sacerdotes y ha degollado a inocentes por el simple hecho de no ser musulmanes. Lo mismo podemos ver en otras latitudes, donde los cristianos son perseguidos, tal como ocurre en Egipto, Nigeria, Somalia, Siria e Irak. Estas semillas del odio y del terror se están expandiendo por todo el mundo.



Hasta Estados Unidos han llegado con ese rencor intenso de la mano de esos refugiados chechenos que perpetraron en su día la matanza de Boston durante un acontecimiento deportivo. ¿Cómo fue posible que un joven casi adolescente, Djokhar Tsarnaev, fuera capaz de participar de un acto deplorable y deleznable? Muy fácil: las redes sociales están llenas de esta propaganda criminal y en muchos centros religiosos se infunde este discurso demencial e intolerante que apela a la lucha armada y a la eliminación física del que no comulgue con sus ideas. La misma madre del terrorista, un ser lleno de ira, locura, odio y resentimiento hacia todo lo que fuera algo distinto de su versión dogmática y fundamentalista del Islam, era presa de esas ideas si es que se le pueden dar ese nombre a semejantes aberraciones. Por no hablar de los iluminados del Estado Islámico, ISIS, esos "humanistas" que han decapitado en los últimos meses a todos aquellos no musulmanes que se encuentran en su camino hacia Bagdad, entre los que destacan periodistas occidentales, kurdos, cristianos iraquíes, mujeres liberales e incluso niños.



Desde la condena más rotunda de este atentado, que vuelve a poner encima la necesidad de vertebrar y articular mecanismos que permitan defender desde la Ley a nuestros sistemas democráticos frente a estas nuevas "maldiciones", hay que reconsiderar muy seriamente los peligros que bajo el paraguas democrático se guarnecen y desde la legalidad trabajan para subvertir nuestro orden político. Hace setenta años terminó la Segunda Guerra Mundial, en la que el mundo quedo aterrado al descubrir el Holocausto y el exterminio de millones de seres humanos -judíos, homosexuales, gitanos, rusos y un sinfín de nacionalidades y condiciones- a manos de los nazis. Sirva el recuerdo de las víctimas de hoy para poner sobre la mesa que las amenazas contra nuestras democracias siguen intactas y que debemos estar alerta. ¿Estaremos a tiempo?

POLÍTICAS DE ESTADO, EN VEZ DE UN ESTADO PARA LOS POLÍTICOS

Frente a los próximos comicios, es necesario superar las antinomias, promover el diálogo y establecer compromisos de gobernabilidad y transparencia
  
Hace cuatro años, en vísperas de la última elección presidencial, dirigentes de varias fuerzas políticas firmaron un acuerdo programático de cinco puntos, con el fin de comprometerse a llevarlos a la práctica independientemente de quién resultare elegido en las urnas. Ese entendimiento fue suscripto con la mirada puesta en un diálogo interpartidario que fuera más allá de diferencias ideológicas, y vio la luz con el nombre de "Acuerdo de gobernabilidad y políticas públicas". Sus cláusulas eran las siguientes:

Gobernabilidad: obligaba al Poder Ejecutivo y a la bancada que resultara con más miembros en el Congreso a aceptar que los derechos de las mayorías no son absolutos y que es deber de sus representantes "promover el diálogo", al tiempo que la oposición se abstenía de obstruir ilegítimamente la acción de gobierno.

Estado de Derecho: los firmantes se comprometían de manera rigurosa a respetar la división de poderes, la independencia de la Justicia y los principios y garantías fundamentales consagrados por la Constitución Nacional.

Seguridad jurídica: disponía que quien contratara con el Estado o realizara inversiones por él autorizadas tendría garantizado que esos actos jurídicos no serían alterados mediante decisiones administrativas o leyes de efecto retroactivo.

Transparencia: se centraba en la revisión a cargo del Poder Judicial para impedir hechos de corrupción administrativa.

Políticas públicas: se propiciaba la constitución de equipos técnicos de los que participarían todos los firmantes, de modo de fijar una agenda común en asuntos de fondo, como la lucha contra la corrupción, la seguridad, la educación masiva de calidad, el desarrollo productivo, el federalismo económico, el aumento del poder adquisitivo del salario y la erradicación de la pobreza.

Firmaron aquel acuerdo de gobernabilidad Mauricio Macri, Eduardo Duhalde, Felipe Solá, Ricardo Alfonsín, Ernesto Sanz, Hermes Binner y Margarita Stolbizer, entre muchos otros dirigentes. El kirchnerismo, que finalmente ganó en los comicios del año siguiente, no lo suscribió a pesar de que había sido invitado a hacerlo.

Aunque realmente está a la vista, no es ocioso remarcar la brutal embestida que precisamente el actual gobierno encaró contra todos y cada uno de los puntos de aquel acuerdo.

Los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner -muy especialmente durante sus dos últimos períodos- han sembrado una enorme discordia y desconfianza entre los argentinos; se ha roto deliberadamente la división de poderes, poniendo al Ejecutivo por encima de los otros dos poderes del Estado; se ha hecho añicos la seguridad jurídica, y las políticas públicas jamás se consensuaron. Muy por el contrario, se utilizaron y se utilizan como herramienta para consolidar el clientelismo y el prebendarismo.

Lamentablemente, ha quedado claro en todos estos años que la única gobernabilidad que el kirchnerismo puede proveer es la que se basa en la tergiversación de los procedimientos, si es que a eso se le puede llamar gobernabilidad. Para el actual partido gobernante, la opinión de la oposición no existe, como tampoco tienen cabida quienes, dentro del kirchnerismo, muestren un ínfimo grado de independencia, de diálogo y razonabilidad. Ha sucedido en los últimos días con la visita del gobernador Daniel Scioli a un evento organizado por el diario Clarín. "O están de este lado o están del otro lado", resumió el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich. Una síntesis perfecta de pensamiento antidemocrático.

Ha abrevado poco el kirchnerismo en su propio pasado. Acordar con otras fuerzas no es perder identidad ni relegar autoridad, es buscar puntos programáticos en los cuales trabajar en forma conjunta para llegar al mejor resultado. En 1970, el radicalismo y el peronismo firmaron un documento denominado "La hora del pueblo", con el propósito de reclamar el fin del gobierno militar de entonces. El objetivo se cumplió. Fue un hecho histórico que llevó a los comicios de 1973.

En 1981, la UCR, el PJ, la Federación Demócrata Cristiana, el Movimiento de Integración y Desarrollo y el Partido Intransigente conformaron lo que se conoció como la "Multipartidaria". Ocurrió durante el último gobierno militar y con el mismo fin de reabrir el proceso democrático.

A lo largo del tiempo, se supo de otros grupos conformados por distintas agrupaciones con objetivos precisos, como la búsqueda de diálogo, la unidad y el respeto institucional. Tal el caso del Grupo de Acción Política, espacio multipartidario auspiciado en 2012 por Pro, Unión por Todos, el Peronismo Federal y la UCR, entre otros partidos.

Un año más tarde, monseñor Jorge Lozano, en su carácter de presidente de la Comisión de Pastoral Social del Episcopado, firmó con varios partidos políticos un compromiso para instrumentar políticas públicas contra el narcotráfico. Del arco oficialista sólo adhirió Scioli, aunque no asistió a la reunión a la que sí concurrió la mayoría de los precandidatos presidenciales de la oposición.

Y, sin ir más lejos, el año pasado, un grupo de ex directivos del Indec pidió a esos postulantes que se comprometieran a normalizar ese organismo, otrora ejemplo de instituto estadístico y, desde 2007, la más poderosa herramienta de falseamiento de datos oficiales. Hasta el momento, suscribieron esa iniciativa Sanz, Sergio Massa, Elisa Carrió y Fernando Solanas.

También en 2014 se conoció el primer documento del Foro de Convergencia Empresarial, denominado "La hora de la convergencia", suscripto por una treintena de entidades del mundo agropecuario e industrial, representantes de organizaciones académicas y profesionales, y por el Episcopado, con vistas al diseño de políticas de Estado. Más tarde, en un acto con el lema "Compromiso para una Argentina posible", el Foro de Convergencia Empresarial dio a conocer sus propuestas de gobernabilidad sumando a numerosos dirigentes políticos y entidades de la sociedad civil con el objetivo de comprometerse con el fortalecimiento de los poderes del Estado, el combate a la inflación, la defensa de reglas de juego claras y el impulso a la educación, la salud y la generación de empleo.

Es necesario volver a hacer hincapié en este tipo de compromisos, que nada tienen que ver con alianzas electorales. Desde el acuerdo de 2010, que sigue vigente, se han producido en el país numerosos y graves retrocesos, por lo que urge que aquellos dirigentes, y los que quieran sumarse, se sienten a la mesa de diálogo y discutan, entre otros asuntos, sobre cómo reducir la inflación, resolver el drama del narcotráfico y la inseguridad, y sancionar la corrupción en el Estado.

Aun con enormes discrepancias ideológicas, es posible hallar caminos comunes y, fundamentalmente, proponer soluciones. Como muy bien ha dicho Rodolfo Terragno, uno de los impulsores de aquel acuerdo programático, la tarea no se agota en coincidir sobre el "qué"; y desentenderse del "cómo" resolver los problemas. Un acuerdo serio requiere discutir su eventual instrumentación, con papeles de trabajo, sin discursos y con la participación de expertos en cada punto por abordar. "Es como elogiar la felicidad o la salud. Nadie puede estar en desacuerdo. Lo que tenemos que hacer es decir cómo se consigue todo esto", sostuvo Terragno.

Un acuerdo programático se piensa para muchos años. Los opositores de hoy pueden gobernar en el futuro y esos compromisos estarán siempre por encima de todos ellos. Hay que volver a generar confianza. Es falso y a la vez peligroso plantear la transición en términos de todo o nada.

Es probable que el kirchnerismo tenga una dificultad para comprender y aceptar este tipo de consensos. Esa dificultad deriva de su concepción general de la política. La agrupación gobernante se ve a sí misma no como una parte sino como el todo. Es una propensión autoritaria que la historia argentina ha registrado con demasiada frecuencia y que pone de manifiesto una incapacidad para reconocer que puede haber un acierto en quien expresa otra idea, aunque más no sea la semilla de una verdad. Esta inclinación aparece con frecuencia en los discursos de la Presidenta cuando alega que, oponerse a su gobierno, es estar en contra de la Patria. Este argumento le ha servido de plataforma para avanzar sobre la Justicia o sobre la prensa.

En este 2015, los argentinos volvemos a tener la oportunidad de definir nuestro perfil de país y, para ello, necesitamos dirigentes sensatos, componedores, moderados, buenos administradores, que den ejemplo de honestidad y que estén dispuestos a trabajar para que podamos revertir los odios y enfrentamientos que han caracterizado a la última década y que tanto daño nos han hecho.


NOTA: Los destacados no corresponden a la nota original. 

HIPOCRESÍA


Recuerdo que días atrás el senador kirchnerista Juan Manuel Abal Medina preguntado por LA NACION por el secuestro y homicidio del general Pedro Eugenio Aramburu, hecho perpetrado por el grupo terrorista Montoneros, respondió: "Del «ajusticiamiento», decimos nosotros".

Los hermanos Chérif y Said Kouachi

El mismo pensamiento y lenguaje de los terroristas que atentaron en Francia contra la revista Charlie Hebdo. Queda en claro que cualquier declaración del gobierno argentino sobre lo acaecido en París es un ejercicio de hipocresía.

Ariel Corbat