jueves, 8 de diciembre de 2016

LA JUSTICIA NO CAMBIA


¿Cambió algo en el Poder Judicial con el cambio de gobierno? Lamentablemente, nada. Todo sigue estando como durante los nefastos doce años de gestión kirchnerista y las actuales autoridades no atinan a cambiar absolutamente nada más que la persecución al juez Freiler, que parece motivada más por cuestiones personales del Presidente que en el cumplimiento de metas de gobierno. Con la llegada de la primavera de 2016 volvieron a florecer los mismos vicios que afectan a los tribunales del edificio de Comodoro Py, en el que todos vuelven a respirar tranquilos pues nada ha cambiado. Denuncias y sainetes de los propios integrantes de Cambiemos (que bien podría ser la continuación de Il Gatopardo si Tomasi di Lampedusa viviera) acusando a los operadores judiciales. Nada ha cambiado y menos aún para quienes injustamente se encuentra privados de libertad en las causas denominadas de lesa humanidad, que no esperan justicia, sino que el tiempo se encargue en sepultarlos. Todo sigue igual, las mismas organizaciones que se enriquecieron a costa de estos juicios continúan digitando las causas y los jueces, con la cabeza gacha, les rinden sumisión y, como si ello no fuera suficiente, diputadas de la Nación le envían directivas al Tribunal Oral Federal N° 5 respecto de cómo debe continuar la tramitación de la causa ESMA y a qué personal deben designar proponiendo que pidan a la CSJN la contratación de una abogada relacionada con una organización querellante para que ayude en la redacción de la sentencia. Es decir que los mismos querellantes serán los redactores de la sentencia que dicte este tribunal.


¿Hasta cuándo debemos soportar la intromisión de los poderes Ejecutivo y Legislativo en las causas judiciales? ¿Hasta cuándo tendremos jueces mendicantes y arrodillados ante los grupos de presión? ¿Con estos jueces podremos enfrentar el crimen organizado, la corrupción generalizada y las grandes causas de narcotráfico? Lamentablemente, el panorama que se vislumbra me lleva a la conclusión de que nada cambia, que todo es para peor y que nuestra querida patria es inviable.

Guillermo Jesús Fanego



NOTA: Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.

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