sábado, 12 de marzo de 2016

CLAUDIO AVRUJ: "NO HAY POSIBILIDAD DE QUE SE DETENGAN LOS JUICIOS A MILITARES"

Estimados Amigos:

No estamos totalmente de acuerdo con el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, sí compartimos que los juicios de lesa humanidad deben concluir cuanto antes, sí compartimos que los mayores de 70 años deben estar en su domicilio y compartimos que son temas que debe decidir la justicia… y si la justicia no lo hace deberá ser una decisión política del más alto nivel, a través de las herramientas constitucionales previstas para estos casos.

En la nota existen algunos temas sobre los que pensamos es necesario destacar nuestra discrepancia y llamar a la reflexión de la sociedad y sus representantes políticos:

A nuestro criterio estos juicios solo se han podido celebrar a “contra del derecho” y son tantas las “aberraciones jurídicas” que los mismos deberían ser anulados. Esa sería una forma de concluir rápidamente con los juicios. Por ser legos en la materia, la extensión de estos conceptos la dejamos en manos de los profesionales del derecho.

No solo se viola y discrimina la ley al mantener presos a los mayores de 70 años, ocurre lo mismo con todas aquellas personas que se encuentran en prisión víctimas de enfermedades graves que no son atendidas debidamente dado a la incapacidad sanitaria en las Unidades Penales y también se viola la ley y se discrimina a los Presos Políticos cuando permanecen en prisiones preventivas excedidas en el tiempo que establece la ley y tratados internacionales. Hay casos de personas que llevan más de quince (15) años en prisión preventiva y sin sentencia alguna.

Si se cumpliera debidamente con la ley, tratados internacionales, derechos jurídicos y humanos con todas las personas acusadas de delitos de lesa humanidad, serían muy pocos los que permanecerían en prisión. Seguramente ese colectivo estaría representado por los más jóvenes, y que en los años '70 eran los de menor jerarquía, sería una tremenda injusticia y más cuando las pruebas presentadas por los fiscales no están más allá de toda duda razonable.

Se dice que son Presos Políticos porque para poder llevar adelante el objetivo político de su procesamiento y juzgamiento, el Estado Argentino ha debido violar, tergiversar y “manipular” todas las garantías y derechos constitucionales, creando una situación jurídica ilegal y totalmente alejada de los mas elementales principios del Derecho, de la que destacamos :

  • Juzgados por Tribunales incompetentes e ilegales.
  • Procesados y condenados en Juicios ilegales e insanablemente nulos.
  • Nuevo Juzgamiento a quienes ya fueron procesados y absueltos con sentencia firme, en la misma causa.
  • Acusaciones con acumulación generalizada de casos para todos los procesados, por el solo hecho de ser miembros de las FFAA y FFSS en el momento de los hechos investigados y sin que requiera una prueba tangible de su real participación en dichos hechos. 
  • Inconstitucionalmente se descartó para su juzgamiento el único Código Penal vigente para los procesados en el momento de los hechos que se pretende juzgar, que era el Código de Justicia Militar.
  • Violación sistemática y reiterada de las garantías constitucionales del Principio de Legalidad y el Debido Proceso. 
  • Condenas basadas en pruebas que no se ajustan a las formalidades legales.
  • Prisiones preventivas que superan excesivamente los límites establecidos en la legislación vigente.

Por último deseamos señalar al secretario Avruj, que no tiempo de memoria… es tiempo de historia contextualizada en la época de la guerra revolucionaria que sufrió el país.

Sinceramente,


Pacificación Nacional Definitiva
por una Década en Paz y para Siempre


El secretario de DD.HH. rechaza la "teoría de los dos demonios"; dice que debe haber prisión domiciliaria para los mayores de 70 u 80 años

El secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, sabe que se trata de temas complejos y busca cuidar sus respuestas. Pero al mismo tiempo es claro al definir que "no hay ninguna posibilidad" de que se detengan los juicios a los militares. Sin embargo, plantea que deben acelerarse los procesos en los casos de detenidos de más de 70 u 80 años, para quienes, según el funcionario, debe considerarse la posibilidad de que estén en prisión domiciliaria.

-      Hablemos de los derechos humanos en relación con los 70. Ahí aparecen dos paradigmas bien opuestos. El de la juventud maravillosa y el de la teoría de los dos demonios. Por supuesto que son dos extremos y hay matices, ¿pero dónde se ubicaría ideológicamente usted?

-      Ideológicamente yo no avalo la teoría de los dos demonios. Yo sí reconozco que la Argentina vivió un proceso de violencia muy fuerte, con una misma lógica, donde la muerte en busca del poder se instaló en el centro de la escena, pero yo reconozco fundamentalmente que quien incumple y violenta los derechos humanos es el Estado, que es justamente quien tiene la obligación de protegerlos y promocionarlos.

-      Hay sectores que temen que se detengan los juicios a los militares. ¿Podría ocurrir?

-      No hay ninguna posibilidad de que esto ocurra. Los temas de memoria, verdad y justicia bien entendidos no solamente le hacen bien a las víctimas y a los familiares, sino que es una necesidad de la sociedad. Por otro lado, el tema de los juicios está en el ámbito de la Justicia, y nosotros queremos trabajar para una Justicia totalmente independiente. En los juicios de lesa humanidad, donde el Estado es querellante, seguimos siéndolo y no hay ninguna posibilidad de cambiar en ese sentido.

-      Usted recibió al Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus víctimas (Celtyv). ¿Qué le pidieron?

-      Primero hay que dejar en claro que como secretario de Derechos Humanos yo voy a recibir a todo aquel que pida una reunión, que sienta que sus derechos están vulnerados. Con un límite que se los planteé a ellos también: no hay posibilidad de que en nuestra mesa se dialogue en función a una negación de lo que fue el terrorismo de Estado. En el caso de esta organización, del Celtyv, ellos plantearon el dolor que sienten de que las víctimas civiles de los grupos Montoneros, ERP y otros hayan sido invisibilizados y quitados de la historia, y que ellos consideraban que tenían que tener un lugar en la educación y en la difusión. Ellos iban a pedir reuniones con distintos funcionarios y nos pedían esta articulación.

-      Hay muchos militares que están detenidos que hoy tienen más de 70 u 80 años. Muchos tienen condena y otros no. ¿Hay alguna idea de cambio de estatus para esos detenidos?

-      Es una decisión plenamente de la Justicia, donde el Estado no va a ejercer una presión sobre eso. Nosotros estamos porque se cumplan los juicios, que se terminen cuanto antes, pero no porque haya que terminarlos y listo, sino porque el tiempo juega en contra de las víctimas, de los acusados y de la sociedad misma, que requiere una solución. Después, el tema de la edad: yo creo que el tema de la excarcelación de la gente de más de 80 años o de más de 70 tiene que ser igualitaria para todos. Y si la Justicia lo considera para todos, habrá que aceptarlo.

-      ¿Usted, en lo personal, piensa que los mayores de 70 deben ir a prisión domiciliaria?

-      Yo considero que sí, porque tiene que ver esto con un respeto al derecho y a la justicia. La liberación de una persona después de los 70 u 80 años es una decisión de la Justicia. Si la Justicia, en plena libertad, lo considera, hay que respetarlo.

-      ¿Y esta posición es suya o la comparte con el Gobierno?

-      Yo creo que es del Gobierno.

-      O sea que deberían acelerarse los juicios a los detenidos y, eventualmente, pasar a domiciliaria...

-      Esto lo dijimos ayer en Mendoza, lo dijimos hoy en la reunión que tuvimos con la Cámara de Casación Penal, que necesitamos que los juicios se lleven adelante, concluyan cuanto antes, con el tiempo lógico y sin chicanas, pero que se termine todo esto justamente porque hay una necesidad que tiene que ver con el tiempo.

-      Usted se reunió varias veces con Estela de Carlotto. ¿Hablaron de esto?

-      No. De esto no hablamos. Sí hablamos -y en esto coincidimos- de que los juicios tienen que llevarse a cabo y tienen que concluirse. Estela, como muchos organismos, entienden el daño que se les produce a las víctimas al ir una vez y otra vez ir a declarar, dar su testimonio y después esperar mucho tiempo que sean citados a audiencia. Eso termina afectando muchísimo a la gente.

TERRORISTA AMNISTIADO E INDEMNIZADO

¡PERSONAJE INVITADO A INTRATABLES Y MUCHOS OTROS PROGRAMAS DE TELEVISIÓN[1]!


""....INTEGRANTE DEL ERP (ejército revolucionario del pueblo)... En 1973, pleno gobierno democrático, nada menos que  del Gral. Perón, asesina al Teniente Coronel Juan Ardoy en el asalto al Comando de Sanidad del Ejército... Este asesino, detenido, procesado con todas las garantías fue condenado y, cumplió prisión hasta 1983. Amnistiado por Raul Ricardo Alfonsín, luego durante el gobierno kirchnerista fue indemnizado con 252.000 dólares.

Hoy en  2016 pasa sus días paseando por los canales de televisión dando clases de democracia, economía, seguridad etc., etc., etc., sin que ningún periodista le pregunte "por qué en pleno gobierno democrático del Gral. Perón asesinó al Teniente Coronel Duarte Ardoy en un intento de toma al Comando de Sanidad del Ejército", acaso ¿no es hora de hacerle sentir a estos tipos el malestar de la gente?, acaso ¿no es hora de escrachar sin temor a estos hijos del odio?, acaso no es hora de hacerles sentir el poder del pueblo? nadie habla de agresión física, solo hablamos de hacerlos sentir lo que son, cobardes y asesinos.





[1] El viernes 4 de marzo de 2016 participó en el programa Plan M, que conduce el periodista Maximiliano Montenegro, y tuvo varios cruces duros con el periodista y escritor Ceferino Reato.

DE LA MEMORIA A LA PRECISIÓN DE LA HISTORIA

Por Ceferino Reato[1]

Cuando fue publicada la edición original de Disposición final, en 2012, un nutrido batallón de políticos, defensores de los derechos humanos, historiadores y periodistas kirchneristas intentó convertirlo en un libro maldito; un colega lo criticó con dureza luego de señalar que no tenía ningún interés en leerlo. ¿Cómo se puede criticar un libro sin leerlo?

Ahora, a 40 años del golpe de Estado, la edición definitiva de este libro muestra la importancia de que el ex general Jorge Rafael Videla no se haya muerto sin confesar cómo fue su dictadura y, en especial, qué pasó con los miles de desaparecidos.

Es un documento histórico porque en 2013 Videla murió y ningún otro periodista argentino pudo entrevistarlo. Fueron más de veinte horas de preguntas y respuestas en la cárcel, cara a cara. Junto con testimonios de militares, guerrilleros, políticos, empresarios y sindicalistas, las declaraciones de Videla permiten reconstruir también el contexto de violencia y lucha por el poder en el que su dictadura surgió y se mantuvo.

Más allá de las críticas militantes, el libro fue anexado rápidamente en distintos juicios por violaciones a los derechos humanos como prueba de la existencia de un plan para matar y hacer desaparecer los cuerpos de miles de detenidos.

Es que Videla admite por primera vez que "había que eliminar a un número grande de personas para ganar la guerra contra la subversión".

Tanto fue así que apenas cuatro días después de la publicación de Disposición final, el 17 de abril de 2012, fui llamado a declarar como testigo ante la justicia federal de San Martín, en el Gran Buenos Aires, que investigaba la desaparición del cuerpo de Mario Roberto Santucho, jefe del Ejército Revolucionario del Pueblo.

A continuación, la justicia federal de San Martín ordenó el allanamiento -por primera vez en casi 30 años- de las viviendas de Videla y de los generales Albano Harguindeguy y Santiago Riveros, e interrogó al ex dictador, quien ratificó sus declaraciones.

Pero el kirchnerismo había construido una visión tan binaria, tan maniquea, de la violencia política en los años 70 que no soportaba ningún corrimiento de su teoría de ángeles y demonios.

Por ejemplo, Videla afirmó que los jefes militares llegaron al golpe de hace 40 años convencidos de que "7000 u 8000 personas debían morir para ganar la guerra contra las subversión". Una verdadera matanza. Sin embargo, Cristina Kirchner, sus partidarios y las organizaciones de derechos humanos no podían admitir públicamente un número inferior a los 30.000 detenidos desaparecidos. Todos ellos saben que ese número es falso, pero lo han transformado en una bandera política que no se atreven a arriar porque temen que también se vengan abajo otros tramos del relato.

Además, la admisión de Videla de que la dictadura apeló a las desapariciones para evitar que la gente supiera qué estaba sucediendo y "no provocar protestas" liberaba a los ciudadanos de la culpa que muchos podían sentir por no haber reaccionado a tiempo frente a tanto salvajismo. El kirchnerismo, con el desparpajo que lo caracteriza, solía utilizar esa "mala conciencia" con fines extorsivos o de castigo, como cuando fue derrotado en las elecciones legislativas de 2009 y sus voceros salieron a acusar a las clases medias de haber respaldado la represión ilegal.

De acuerdo con el kirchnerismo, la reconstrucción de los años 70 debe hacerse sólo con los relatos de las víctimas de la dictadura y de sus parientes, amigos y compañeros o camaradas políticos. El objetivo es la memoria, con su frecuente ilusión maniquea de la división entre buenos y malos, pero no la historia, que busca la verdad, como explica el semiólogo, filósofo e historiador búlgaro-francés Tzvetan Todorov.

Por ese motivo, no pueden admitir la más mínima mención a la violencia de las guerrillas, en especial los secuestros, las bombas y los asesinatos previos al golpe de Estado de hace 40 años, que contribuyeron a que muchos argentinos recibieran con alivio a los militares. Más aún: los insurgentes -que no defendían la democracia ni los derechos humanos- también jugaron al golpe de Videla y compañía, como lo prueban documentos de la época.

En un libro sobre el pasado, el contexto es ineludible. Marx dice en El dieciocho brumario de Luis Bonaparte que un golpe de Estado no puede ser considerado como "un rayo caído desde un cielo sereno". Hay que analizar también el cielo, es decir, las circunstancias y condiciones en las que los hombres hacen su propia historia.

En el poder, el kirchnerismo recortaba del contexto sólo lo que le convenía según sus peleas del momento. Una visión de corto plazo que logró cooptar a tantos dirigentes de los derechos humanos.

Durante esos años, vivimos el tiempo de la memoria. Deberíamos pasar al tiempo de la historia. Mientras la memoria refleja las vivencias de un grupo y puede favorecer sus intereses particulares, la historia interpela a los diversos grupos que forman parte de la sociedad.

La historia -también el periodismo que investiga el pasado reciente- intenta establecer los hechos con precisión. Mantiene una relación de tensión con el poder político de turno pero es la única manera que se conoce de digerir bien un pasado tan doloroso.




[1] Editor ejecutivo de la revista Fortuna.

viernes, 11 de marzo de 2016

CONCORDIA


El artículo del 6 del actual sobre la concordia, firmado por Alberto Solanet, es una exposición sintética y precisa sobre el drama que vivimos en nuestro país. Tal vez omitió referirse a que los "jóvenes idealistas" expresaron en diferentes notas y documentos que la referida "revolución marxista" podría costar dos millones de muertos... ¿Cuántos intelectuales, empresarios, directivos de los medios, políticos y disidentes hubieran sido las víctimas probables? También sorprende que las Fuerzas Armadas no hayan defendido a sus camaradas durante más de 30 años, a quienes se les ordenó militarmente la represión.

¿Habrá una capitulación ética en la sociedad argentina?

Lic. Mauricio Goyenecha
DNI 4.275.770


CANDIDATOS A LA CSJ


De acuerdo a las declaraciones recientes de los candidatos propuestos para la Suprema Corte de Justicia, en las cuáles se trataron temas relacionados estrechamente con la bioética y de importantes implicancias morales, creo conveniente que  quiénes adhieren a los principios milenarios de la moral judeocristiana -y que supuestamente serían mayoría en el país-, comprendan que este gobierno sigue tan alineado como el anterior en un ideario y proyecto totalmente opuesto, si bien los métodos serían en principio menos autoritarios y violentos.

Creo que todos los que hicimos posible con nuestro voto el cambio de autoridades, debemos evitar con nuestra participación activa la imposición de una cultura ajena a nuestro ser nacional.

Antonio Mascardi
La Plata

UN FUNCIONARIO EX MONTONERO ADMITIÓ QUE ELLOS MATARON A RUCCI

DECLARACIÓN JUDICIAL DEL ACTUAL AUDITOR DE CANCILLERÍA, ALEJANDRO PEYROU
       
Alejandro Peyrou

Un ex integrante de la organización Montoneros dijo ante la Justicia que militantes de esa agrupación fueron quienes participaron del asesinato del secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT) José Ignacio Rucci en 1973. Se trata de Alejandro Peyrou, de 67 años, que al momento del crimen era subsecretario de Asuntos Agrarios bonaerense y actualmente se desempeña como auditor en la Cancillería, según informó ayer la agencia DyN.


Peyrou atribuyó la decisión del crimen a la “conducción nacional” de Montoneros, ejercida en aquel entonces por Mario Firmenich, Fernando Vaca Narvaja, Roberto Perdía y Roberto Quieto, según enumeró. “No sé quiénes fueron”, respondió Peyrou ante el juez federal Ariel Lijo cuando le preguntaron si sabía quiénes atacaron a balazos al dirigente sindical. Lijo reabrió la investigación por el crimen de Rucci a pedido de sus hijos, quienes sostienen que se trata de un caso de “lesa humanidad”.

De acuerdo con Peyrou, el móvil del crimen fue el “limitar o condicionar” y “desafiar” al general Juan Domingo Perón “tirándole un cadáver” pese a que “acababa de ganar las elecciones” para ser nuevamente presidente de la Nación.

Peyrou aseguró que “la mayoría de los cuadros” de la organización Montoneros “no estaba de acuerdo” en la acción contra Rucci y que por ello “se debe haber ido (de la agrupación) entre el 30% y el 50% de cuadros más importantes”.

La responsabilidad de Montoneros en el crimen de Rucci, de acuerdo con el testigo, “fue reconocida internamente muy rápidamente por múltiples vías”, aunque “públicamente ninguno de los miembros de la conducción nacional lo reconoció”, agregó.

Rucci fue asesinado por los disparos de armas de fuego efectuados por varios francotiradores apostados en edificios cercanos a su casa, en Avellaneda 2935.


NOTA: Las imágenes no corresponden a la nota original.

BOLETÍN DE LA UNIÓN DE PRESOS POLÍTICOS DE LA REPÚBLICA ARGENTINA


FALLECIÓ OTRO PRESO POLÍTICO


Estimados Amigos:

A través de la Unión de Promociones hemos tomado conocimiento que el jueves 10 de marzo de 2016, falleció el señor Capitán (R) Marcos Francisco Rodríguez ( Intendencia - Promoción 95 - CMN ).

Especial atención: Debe hacerse notar, que el mismo fue Preso Político durante un tiempo prolongado, hasta que habiéndose constatado que no existía causa alguna para mantenerlo en cautiverio, fue ABSUELTO, recuperando la libertad. No obstante ello, sin existir nuevos elementos de juicio que permitieran reabrir la causa, un nuevo Magistrado lo imputó arbitrariamente y ordenó su detención. Se ordenó el allanamiento de su vivienda en la ciudad de Paraná, pero el imputado se encontraba en Rosario, recibiendo atención médica por encontrarse con serios problemas de salud. En esa Ciudad, falleció en la mañana de ayer.

Con él, son ya 346 (trescientos cuarenta y seis) los Camaradas fallecidos, pertenecientes a todas las Fuerzas Armadas, de Seguridad, Policiales, Penitenciarias y civiles; en el marco de este proceso de persecución, teñido de incontables irregularidades jurídicas y sistemática venganza, propias de una justicia prevaricadora.

Expresamos nuestras sentidas condolencias a todos sus familiares, allegados, compañeros y amigos, rogándole al Señor, les conceda pronta y cristiana resignación.

Dadas las avanzadas edades y estados de salud de los Presos Políticos en la Argentina, estas lamentables noticias son cada vez más seguidas. Una vez más levantamos nuestra voz hacia el poder de turno, no pueden continuar con esta matanza selectiva… es su obligación como presidente de todos los argentinos garantizar el debido proceso, la igualdad ante la ley, brindar asistencia sanitaria adecuada y por sobre todo lograr la unión de la sociedad para superar las antinomias que después de casi 205 años aún nos mantienen divididos. Es hora de sin odios, ni venganzas, es hora de una mirada superadora.

Sinceramente,

Pacificación Nacional Definitiva
por una Nueva Década en Paz y para Siempre

jueves, 10 de marzo de 2016

EL ENEMIGO NO ES EL ISLAM

por Ricardo Angoso
@ricardoangoso

En los últimos años la violencia terrorista  firmada por la red Al Qaeda y también ahora por parte del Estado Islámico, por no hablar de otros grupos menores, ha golpeado con dureza a las principales ciudades de Oriente Medio, África y Europa. Pero, paradójicamente, estos grupos, claramente antioccidentales, han perpetrado más matanzas y asesinatos entre los musulmanes que entre los cristianos. Por ejemplo, la guerra de Argelia, que comenzó en 1991 tras un golpe de Estado propiciado después de la victoria del Frente Islámico de Salvación (FIS), ha costado al día de hoy entre 150.000 y 200.000 muertos, la mayoría de esas víctimas son musulmanas y apenas hay entre las mismas unas decenas de occidentales que residían en este antaño próspero país.


El problema radica en el islamismo radical, una corriente política que manipula las ideas y creencias islámicas y que las interpreta de una forma exacerbada y llevada al máximo extremo, tal como ocurre en los territorios que ahora controla el Estado Islámico. Además, en la parte donde opera esta organización-"Estado" se da un conflicto de vieja data entre los sunitas y los chiítas, dos corrientes dentro del Islam que surgieron a partir de la muerte del profeta Mahoma en el año 632 después de Cristo, cuando se planteó la elección del sucesor del difunto dentro del Califato y estalló una corta guerra. El 83% de los musulmanes son sunitas y el 13% son chiítas.

TENSIONES Y LUCHAS ENTRE IRÁN Y ARABIA SAUDÍ


Irán es la principal potencia chiíta del mundo musulmán, mientras que Arabia Saudí es mayoritariamente sunita. En lo que respecta a Irak, siempre fue el caballo de batalla entre ambas confesiones. Los chiítas son mayoría en Irak -algo menos del 60%- y viven en las zonas fronterizas con Irán, el norte controlado por la región autónoma kurda y mezclados con los sunitas en las fronteras con Arabia Saudí y Kuwait. Y los sunitas son la minoría -40%, pero sobre todo kurdos- y viven más cerca de la frontera con Siria y también entremezclados en todo el país. Irán, por supuesto, apoya a los chiítas en la guerra contra el Estado Islámico y la principal potencia sunita, Arabia Saudí, alienta y arma a las fuerzas sunitas iraquíes.


Recientemente, en medio de este conflicto entre ambas ramas del Islam que también tiene sus ramificaciones en Yemen, el gobierno saudí ejecutó a un clérigo chiíta que supuestamente conspiraba contra el régimen de Riad, lo que provocó la airada protesta de Teherán y la ruptura de las ya de por sí maltrechas relaciones entre Irán y Arabia Saudí. Desde la ocupación de Irak por los Estados Unidos de este país, allá por el año 2003,  el territorio iraquí se ha convertido en un tablero de ajedrez en el que compiten ambas naciones y otras fuerzas por ejercer su influencia, controlar territorios e instituciones y, en fin, imponer un ejecutivo dócil a sus intereses políticos. Por ahora, una alianza política entre los kurdos de la Unión Patriótica del Kurdistán (UPK) y una coalición de grupos chiítas es la que gobierna en Bagdad, inclinando la balanza en favor de Irán en esta guerra ente ambas confesiones.


En Irak y Siria, al igual que ocurre en otras partes de Oriente Medio, África y Asia, las principales víctimas de este conflicto son musulmanes. Por ejemplo, los sunitas del Estado Islámico han matado a miles de chiítas, junto a otros grupos religiosos, en los combates que libran contra ambos Estados. Cuatro combatientes chiítas iraquíes, en un gesto de la habitual brutalidad de este grupo, fueron quemados vivos y grabados en un video absolutamente repugnante y terrible. Pero hay más ejemplos de ese horror cotidiano y el Estado Islámico, no lo olvidemos, es también parte de una errada estrategia occidental en esta parte del mundo que, al permitir la disolución del Estado iraquí como un azucarillo, alentó el nacimiento de fuerzas que se desarrollaron con notable éxito en medio del caos, la guerra y el descontrol total que hoy reina en esta parte del mundo.


Este Islam radical, que es el mismo que opera en las calles europeas y que pretende aterrorizar a Occidente, no es algo que haya nacido por sí mismo, sino que incubó en las mezquitas y fue inoculado por algunos líderes religiosos musulmanes desde los púlpitos. Por ejemplo, hay una corriente apoyada por nuestros "amigos" y aliados saudíes, el wahabismo, que tiene una concepción absolutamente radical de la Sharia (ley musulmana que rige todos los preceptos sociales y políticos) y pretende expandir sus ideas más reaccionarias por todo el mundo. La monarquía saudí, guardiana de las esencias doctrinarias sunitas, ha utilizado sus ingentes recursos económicos para expandir esta doctrina radical que basa en el odio a Occidente, el desprecio a las formas democráticas y, por ende, a los valores occidentales, algunos de sus principales recursos narrativos.


El terrorismo islamista que ahora golpea en Egipto, Irak, Libia, Túnez, Siria y Somalia, por citar tan solo algunos ejemplos, tiene mucho que ver con la expansión de esas ideas radicales, la tolerancia hacia las mismas por parte de los jefes religiosos, que las compartían y ellos mismos difundían, y el apoyo económico que los saudíes daban a las mezquitas y organizaciones musulmanas más fundamentalistas. Por paradojas de la vida, ahora estos movimientos y organizaciones, ya fuera de control, se están volviendo contra el Islam más moderado y son una verdadera amenaza a los tenues procesos de transición democrática en el mundo árabe, tal como ha ocurrido en Argelia, Egipto, Libia y Túnez, ya que están en contra de la modernización social y consideran a este modelo político algo ajeno a su idiosincrasia y plegado a los intereses occidentales. El problema no es el Islam, sino esta forma exacerbada y radical de entenderlo fruto de un proceso educativo nocivo y pernicioso, compresivo hacia uso de  la violencia y alejado de toda forma de respeto hacia el diferente.

miércoles, 9 de marzo de 2016

HUELGA DE HAMBRE


El señor Claudio Kussman, preso político de las parodias de juicios de "lesa humanidad", comenzó el 2 del actual una estricta huelga de hambre y medicamentos en protesta contra la injusticia de su situación y la de miles como él. Sorprende que el periodismo lo oculte, cuando sí se hizo eco de la huelga de hambre que inició Milagro Sala, y que abandonó rápidamente. El señor Kussman no la ha abandonado ni lo hará y su salud se encuentra muy comprometida. Ya ha perdido varios kilos.

Si la sociedad no soluciona este conflicto heredado de la "justicia" vasalla del kirchnerismo, será responsable de su muerte y de muchas otras que vendrán después. Ya han muerto 344 personas en injusta prisión.

Andrea Palomas Alarcón
DNI 18.011.160



IMBÉCILES SIN FRONTERAS


Cuando la cantidad de tontos supera el promedio

Por Arturo Pérez-Reverte

MADRID

Asombra y a menudo acojona, o por lo menos a mí me pasa, el modo en que la simpleza más frívola, la estupidez más elemental, querido Watson, triunfan en sociedad. No se trata sólo de esta España nuestra, y eso tiene una doble lectura. Creo. Por un lado, mirando los periódicos, la tele o Internet, consuela comprobar que en todas partes cuecen habas y que la gilipollez no tiene fronteras. Que igual de tonto puede ser un chino que uno de Murcia. Sin embargo, por otra parte eso descorazona mucho, pues cada vez le deja a uno menos lugares posibles donde refugiarse cuando todo acabe por irse al carajo.

Como ven, hoy me desayuno apocalíptico. Pero es que hay temporadas que lo apocaliptizan -o como se diga- a uno. Llevo un tiempo forzado por la perra vida a moverme en ambientes donde el porcentaje de tontos por metro cuadrado es superior a la media, y eso castiga mucho el hígado. Lo que más me revienta es que yo mismo, por imperativos casi legales, me veo forzado a asumir las reglas de estolidez ya establecidas, y no soporto la cara de imbécil que veo si me miro en un espejo. Pero es lo que hay. Por eso hoy me desahogo aquí, dándole a la tecla.

Sobre tonterías ajenas -las mías no se las voy a contar a ustedes- les refiero la penúltima. Acabo de recibir carta de un lector afeándome que use la frase enfermedad histórica. No ya cáncer, como cuando hace poco una lectora con esa dolencia me recriminó, muy destemplada, escribir cáncer de la sociedad, o cuando otra, también señora, criticó que utilizase autismo político para definir la cara de pasmado, la parálisis facial -otra enfermedad, por cierto- con que Mariano Rajoy se ha enfrentado en sus cuatro años de legislatura, entre otras cosas, a la insultante arrogancia del ex presidente Mas y sus compadres. Ahora, ese lector bienintencionado me pide que reflexione sobre lo mal que pueden sentirse los enfermos de cualquier clase y estado cuando se topen, en mis textos, con esa desafortunada expresión: enfermedad histórica, enfermedad social. Lo maltratados -supongo que se refiere a eso- que van a sentirse, no ya los que tienen la poca suerte de padecer cáncer, sino también los diabéticos, los asmáticos, los alopécicos, los que están en diálisis, los que tienen hemorroides o los que pillan un catarro. Lo mucho que se van a cabrear conmigo, todos ellos. La de novelas que voy a dejar de vender. Lo que se van a ciscar en mis muertos.


Por cierto. Ya que hoy hablamos de estupideces, hay una que no deseo pasar por alto, porque se refiere a mi colega y camarada de armas Javier Marías. Y hay varios cantamañanas que han estado dándole la brasa al rey de Redonda, reprochándole que en fecha reciente criticara unas declaraciones de Pablo Iglesias sobre el posible envío de soldados españoles a combatir el yihadismo en África, en las que el líder de Podemos advertía "Ojo, que nuestros soldados podrían volver en cajas de madera". Y a eso respondía Javier, con absoluta sensatez, que volver en cajas de madera es, precisamente, uno de los inconvenientes naturales que tiene ser soldado, desde que el mundo y las guerras existen; y que objetar eso es como recomendar que los bomberos no apaguen incendios porque las llamas pueden quemarlos, o que los policías no se enfrenten a atracadores ni asesinos porque los malos pueden pegarles un tiro.


Pues, en fin. Oigan. Tan lógicos razonamientos han sido vituperados en las redes sociales, llamando a Javier militarista, a sus años y con su currículum, por decir que los soldados están para ser soldados como su propio nombre indica, no para causas humanitarias. Lo que demuestra, como tantas otras cosas, que cada vez nos alejamos más de la realidad real de las cosas, para introducirnos gozosamente en un mundo idiota donde de la obviedad hacemos una noticia, y además discutimos sobre ella. Imaginen un mundo en el que si, por ejemplo, nos invade un ejército islámico desde el sur o de donde sea -lo del norte empieza a ser posible- no podamos defendernos porque nuestros líderes opinan que bajo ningún concepto deben morir soldados en combate. O un mundo donde no puedan usarse palabras para definir cosas, porque esas palabras -ocurre con casi todas- también tienen lectura peyorativa. Textos, en fin, donde soldado (protestarían los antimilitaristas), divorcio (protestarían los divorciados), ruina (protestarían los arruinados), mugre (protestarían los mugrientos) y millones de otras palabras quedaran proscritas, para no irritar a nadie. Ni siquiera imbécil podría utilizarse, para no ofender a los millones de imbéciles en que nos estamos convirtiendo todos.


NOTA: Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.

martes, 8 de marzo de 2016

JUICIO EN TUCUMÁN


Como tucumana y como argentina, estoy preocupada. Me pareció muy bueno el discurso del presidente Macri y me encanta ver a la gente con esperanza. Pero necesito saber qué hará respecto de los vergonzosos juicios de lesa humanidad y nuestros presos políticos. En Tucumán ya tiene fecha para mayo el juicio por el Operativo Independencia. ¿Cómo es posible? El Operativo Independencia fue el combate contra el terrorismo en el monte tucumano, ordenado por una presidenta constitucional, María Estela Martínez de Perón, con el apoyo de todo su gabinete, del Congreso e incluso de la sociedad civil. Guerrilleros adiestrados estaban ya en la provincia, infiltrados, escondidos en todas partes, y habían cometido en todo el país cruentos ataques, incluso contra población civil. Asesinaron al capitán Humberto Viola y a su hija de tres años, y al ingeniero José María Paz, por citar sólo dos ejemplos tucumanos. Estos "jóvenes idealistas" querían instalar el comunismo en la Argentina. Arrebatarnos la república. Hoy vemos que muchas de "las víctimas" e incluso algunas de las personas que integran los tribunales para juzgar delitos de lesa humanidad han militado activamente en organizaciones guerrilleras, y sin embargo gozan de privilegios y de impunidad, ocupan cargos públicos, han recibido grandes subsidios. Mientras, nuestros militares, jueces de esa época e integrantes de fuerzas de seguridad que "cumplían órdenes" y arriesgaban sus vidas se están muriendo en las cárceles, porque para ellos los derechos humanos no existen. Esta situación no contribuye en nada a pacificar un país.

Con todo respeto hacia las víctimas y familias de ambas partes, con el único deseo de dejar un país reconciliado y en paz para mis nietas, me pregunto, ¿hasta cuándo vamos a seguir con esta división atroz entre los argentinos? ¿No es Operativo Independencia algo paradigmático en el país y la oportunidad para decir basta y hacer justicia? Cito una frase de Juan Pablo II: "Sólo con justicia se llega a la paz".

Luz García Hamilton
DNI 12.870.132


ANTES DE ESCRIBIR, REVISEN EL PLACARD

Por Mauricio Ortín

Adolfo Pérez Esquivel, premio Nobel de la Paz, con motivo de su próxima visita a la Argentina, escribió una carta abierta al presidente de los EE.UU. y también Nobel de la Paz, Barack Obama. La misiva no es, precisamente, un modelo de la cortesía que se debe hacia un invitado que representa a un país sino, más bien, un rosario de reproches y reclamos por cuentas pendientes. Así también, so pena de no ser bien recibido y asumiendo la representación de las mayorías populares, le exige un mea culpa por, entre otras cosas, la participación del gobierno de los EE.UU. en el golpe de Estado del 24 de marzo del 76, el “bloqueo” económico a Cuba y la desestabilización del gobierno chavista de Venezuela. Razones de espacio, seguramente, hicieron que no le pidiera explicaciones por el triunfo de Macri. 

   
No conozco cuáles son los criterios que guiaron a los jurados para otorgarle el Nobel a Pérez Esquivel. Echarle la culpa, sistemática e infantilmente, de todos los males de la humanidad al capitalismo yanqui, soslayando los crímenes del comunismo castrista o del chavismo bolivariano, es propio de todo izquierdista del Jurásico que se precie de tal. Nunca, que yo recuerde, Pérez Esquivel, Estela de Carlotto, entre otros muchos tuvieron una palabra o actitud solidaria para con los asesinados por el ERP y Montoneros. Tampoco, nunca, escuché en un juicio de lesa humanidad que tanto los jueces o el fiscal llamen asesinos a muchos de los testigos que, habiendo pertenecido a las bandas terroristas, hoy se presentan como mártires de la democracia perseguidos por pensar distinto. Así, por lo menos, lo ilustra la elevación a juicio por la causa del Operativo Independencia del juez Daniel Bejas; quien admite, en carácter de víctimas y “testigos necesarios” a los miserables que alevosamente masacraron al capitán Viola y a María Cristina, su hija de tres años.


El país del presidente Obama, con todas sus miserias, es la democracia en la que se refugian los que huyen del régimen criminal de los Castro. Ni Carlotto, ni Pérez Esquivel ni, mucho menos, los terroristas adoradores de Fidel tienen autoridad para dar lecciones de derechos humanos a Obama. Lo serán, tal vez, el día que los comunistas rindan cuentas por los cien millones de cadáveres que ocultan en el placard.

lunes, 7 de marzo de 2016

YA ES HORA

Muchos consideramos que la prisión de más de 2.000 personas (la mayoría integrantes de las Fuerzas Armadas y de Seguridad) efectivizada contrariando a sabiendas los principios universales de legalidad, y el fallecimiento de centenares de ellos en cautiverio -en muchos casos por no recibir el tratamiento médico apropiado y oportuno-, son parte del legado que la década perdida dejó al gobierno actual.

No hubiera ocurrido (ni seguiría ocurriendo) lo señalado sin la acción y complicidad de muchos: integrantes del poder judicial, de los servicios penitenciarios, de los cuerpos médicos de los mismos, etcétera; pero muchas instituciones y personas también son responsables por su inexplicable silencio ante flagrantes arbitrariedades y discriminaciones, como la de mantener en los penales a personas mayores de los 70 años sin una justificación creíble, especialmente si se compara con las múltiples ventajas que se conceden con frecuencia a peligrosos delincuentes (violadores, ladrones o asesinos) que suelen reincidir durante sus prisiones domiciliarias y salidas transitorias. No nos hemos enterado de alguna acción del INADI al respecto...

Como son muchos los presos de avanzada edad, viene al caso el verso de Martín Fierro "Respeten a los ancianos, el burlarlos no es hazaña....", y también otro oportuno para que sepan los responsables de tanto sufrimiento que la impunidad de la que gozan no es eterna: " no hay tiempo que no se acabe ni tiento que no se corte".

Esperamos que las nuevas autoridades nacionales terminen cuanto antes con esta verdadera vergüenza: frente a los prevaricadores, terroristas impenitentes, e hipócritas, no caben los respetos humanos.

Antonio Mascardi
La Plata

UN CAMINO HACIA LA CONCORDIA

Por Alberto Solanet

La guerra de los años 70 fue cruel, extremadamente cruel. Por un lado, miles de guerrilleros, adiestrados muchos de ellos en Cuba, la iniciaron y desarrollaron con asesinatos incalificables (el juez Quiroga, Rucci, Sacheri, Genta, Soldati, Mor Roig, etc.), secuestros seguidos de muerte (Aramburu, Ibarzábal, Larrabure, Salustro, etc.), asaltos a cuarteles, bancos, extorsiones, bombas y otros hechos vandálicos, hasta sumar un total de 20.642 entre los años 1969 y 1979. Su objetivo era alcanzar el poder para convertir nuestra república en un Estado totalitario marxista. Estas acciones no distinguieron gobiernos de facto o constitucionales.

Por otro lado, las Fuerzas Armadas, de seguridad y policiales debieron enfrentar la agresión subversiva en defensa del Estado en cumplimiento de decretos firmados por la viuda de Perón e Ítalo Luder y refrendados por sus ministros. Esas fuerzas ejecutaron la orden de aniquilar la acción terrorista, no sin haber cometido extralimitaciones inadmisibles e ilegales. El presidente Alfonsín optó por ordenar el enjuiciamiento tanto de los comandantes en jefe de las Fuerzas Armadas como de las cabezas de las organizaciones terroristas.

La sanción de las leyes de obediencia debida y punto final extinguieron todas las acciones penales promovidas contra ambos contendientes a excepción de oficiales superiores y jefes guerrilleros. En 1989 y 1990 se dictaron los indultos que extinguieron todas las acciones y penas privativas de la libertad.

Con la llegada al poder de los Kirchner, se abandonó ese camino hacia la concordia y se impuso un relato falso y asimétrico de los hechos, bajo la proclama de una falsa política de "derechos humanos" declarada política de Estado, bajo cuyo amparo comenzó una persecución teñida de venganza contra los hombres de las Fuerzas Armadas y de seguridad que reprimieron el ataque subversivo. Los agresores pasaron a ser "jóvenes idealistas", premiados con suculentas indemnizaciones y convocados para altísimas funciones públicas como ministros, legisladores, magistrados judiciales, etc. Esta vindicta incluyó también a civiles y religiosos, a designio del poder.

La nueva mayoría de la Corte, instalada a partir de 2003, se encargó de "remover los obstáculos", como sostuvo Lorenzetti, que se presentaban para la concreción de aquella política y, en consecuencia, poder reabrir los procesos y volver a juzgar por los hechos ocurridos 30 años atrás. Para concretar ese designio político de perseguir y castigar de por vida a los defensores del Estado acusados por delitos de lesa humanidad se violó el orden jurídico, no sólo en la materialidad de las leyes positivas que lo integran, sino incluso en los principios que constituyen desde hace siglos patrimonio jurídico y cultural de los pueblos civilizados. Así, se arrasó con el principio de legalidad -pilar de las libertades en el mundo occidental- al aplicar con retroactividad tipos y condiciones de delitos que no existían al momento de los hechos; se emplearon retroactivamente en perjuicio de los imputados leyes más gravosas; se desconocieron el instituto de la cosa juzgada y el de la prescripción, mientras que se privó al Legislativo y al Ejecutivo de los dos instrumentos soberanos -y por ende irrevisables- que la Constitución les dio para consolidar la paz interior, esto es, la amnistía y los indultos para cualquier clase de delitos, especialmente los políticos.

Puede afirmarse, sin exageración, que casi todo el mundo jurídico no ideologizado ha denunciado el atentado cometido contra la Justicia en nuestro país. Como también la herramienta empleada para ese fin, esto es, el proceder de muchos jueces y funcionarios judiciales de todos los niveles, quienes, olvidando el juramento esencial de impartir justicia, se prestaron a la fabricación política de juicios que quedarán, para vergüenza de esta generación de argentinos, como muestras de arbitrariedad, corrupción, fraude y prevaricación. La Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales, en dictamen del 25 de agosto de 2005, reprobó enfáticamente los pronunciamientos de la Corte.

El saldo de lo ocurrido en la Argentina al cabo de 12 años -que, a mayor abundamiento, se valió de la siembra permanente de discordia entre los argentinos como garantía de éxito- ha sido trágico, no sólo por el daño causado a la República y al bien común, sino porque ya son 344 los hombres que han muerto en cautiverio, la mayor parte de ellos sin haber recibido condena; mientras que más de 1600 ancianos y enfermos, encerrados en cárceles comunes, aguardan en condiciones inhumanas que se cumpla para ellos la misma sentencia de muerte. Con el estigma de lesa humanidad, se los trata como a los esclavos de antaño o a los parias, privándolos de todo derecho o garantía. Son los únicos a quienes se les deniega el beneficio de la detención domiciliaria y se los priva de una elemental asistencia médica. Son los únicos a quienes se mantiene en prisión provisional, sin condena, luego de dos, tres, diez y más años. Son los únicos a los cuales se les niega la aplicación de la ley penal más benigna para el cómputo de sus penas. Son los únicos a los cuales se les niega el instituto de la prescripción. Son los únicos a quienes no se conceden la excarcelación, la libertad condicional o las salidas transitorias de las que gozan legalmente todos los presos, no importa el crimen por el que hayan sido acusados o condenados

Esto debe terminar. El nuevo gobierno, la nueva dirigencia política, despojada de la ideología y del instrumento político del odio que caracterizó al kirchnerismo, hoy constituye una nueva esperanza y es indispensable que restaure la concordia y la vigencia de la justicia. La Argentina conmemorará pronto los 200 años de su independencia. ¿Puede haber fiesta nacional cimentada en el odio de unos contra otros, el deseo de venganza y, como marco general, la indiferencia de muchos?

La sinceridad en el reconocimiento de la verdad, el empeño en practicar la justicia, la inclinación a procurar la concordia, todo esto es necesario -aunque difícil- para asegurar la paz y la unidad nacional.

Presidente de la Asociación de Abogados por la Justicia y la Concordia

EL CEREBRO DETRÁS DE LA ACUSACIÓN

Publicado el 13 de febrero de 2016

Equipo Argentino de Antropología Forense – “Maco” Carlos Somigliana es conocido como dramaturgo. Trabaja en el EAAF desde fines de los 80. Entrevista a ex–detenidos y a familiares y le “da forma” a los hechos que recuerdan.