sábado, 11 de junio de 2016

DÍA DE LA AFIRMACIÓN DE LOS DERECHOS ARGENTINOS SOBRE LAS MALVINAS, ISLAS Y SECTOR ANTÁRTICO


Por VGM Alejandro J. Betts

El 10 de junio, la Nación Argentina recuerda la fecha de la creación en 1829 de la "Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas y las adyacentes al Cabo de Hornos en el Mar Atlántico", por decreto del Gobernador Interino de la Provincia de Buenos Aires, Brigadier General Martín Rodríguez, mediante el cual las Provincias Unidas reafirman sus derechos de soberanía sobre dichos territorios en virtud del derecho de Primer Ocupante, la proximidad geográfica y por el consentimiento de las primeras potencias marítimas de Europa. 

Ello así, por Ley N° 20. 561 sancionada el 14 de noviembre de 1973 se establece el 10 de junio como el “Día de la Afirmación de los Derechos Argentinos sobre las Malvinas, Islas y Sector Antártico Argentino”, disponiéndose que ese día y a una misma hora se conmemorará el fasto en los establecimientos de enseñanza de todos los ciclos, del Estado y particulares, unidades y oficinas de las Fuerzas Armadas, sedes judiciales y dependencias de la administración pública, dentro y fuera del territorio, con actos alusivos, dictándose al efecto clases especiales y conferencias en las que se señalarán los antecedentes históricos, la legitimidad de los títulos argentinos y la forma en que ella se ejercita en el sector austral.

Asimismo y como protesta simbólica contra las agresiones sufridas por la República en la región, la normativa citada establece que se embanderarán e iluminarán obligatoriamente en esa fecha, todos los edificios donde funcionen dependencias oficiales

El extenso archipiélago denominado Islas Malvinas se halla ubicado en el Atlántico Sur, íntegramente situado dentro de la plataforma submarina argentina, es decir, que está unido por un zócalo submarino no mayor de 200 metros de profundidad, con la Patagonia. Nuestra plataforma submarina las engloba en un abrazo que las ubica como dependencia de nuestro territorio. Su distancia a Buenos Aires es de aproximadamente 1.800 Km; a la boca del estrecho de Magallanes cerca de 500 Km y al Puerto de Río Gallegos aproximadamente 600 Km.

No obstante ello, es dable advertir que la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas no es un capricho ni una mera cuestión geográfica, sino que tiene su origen en el derecho español sobre los territorios americanos, y se hereda con nuestra Independencia. En cambio, el Reino Unido de Gran Bretaña sólo puede argumentar como derecho sobre estos territorios el adquirido por medio del uso de la fuerza. Así lo demuestran los diversos hechos históricos referidos a continuación.

Durante el siglo XVI, tras la llegada de los europeos a América, las Bulas Papales establecían los derechos de España sobre los territorios descubiertos, y le adjudicaban "todas aquellas islas y tierras firmes, encontradas y por encontrarse, descubiertas y que se descubran, hacia el occidente y hacia el mediodía", imaginando y trazando una línea que se fijaba a cien leguas de la isla septentrional de las Azores. Como las Islas Malvinas se hallan incluidas en la zona descripta, "España no necesitaba descubrir las islas para tener sobre ellas pleno derecho, cualquiera que fuese el descubridor". A pesar de ello, igualmente las islas fueron descubiertas por los españoles (quizás por Américo Vespucio, al servicio de España, o más probablemente por navegantes de la expedición de Magallanes, en 1520, y casi seguramente por la del obispo de Plasencia en 1540). Lo prueba la cartografía de la época: Cartas Náuticas de Reinel (1522-23), de Diego de Ribero (1529) y de Agnese (1536-45), y especialmente el "Islario" de Alonso de Santa Cruz (1541). En ellos las islas reciben nombre de "San Son", "Sansón" o "San Antón", y también islas "De los Patos".

Mucho después, los ingleses atribuyen el descubrimiento de las islas a John Davis en 1592, aunque la cartografía inglesa de la época no las registra. Por otra parte, sus referencias fueron imprecisas y rechazadas por la Corte británica del Palacio de San Jaime.

El 24 de enero de 1600, el holandés Sebald de Weert descubrió o redescubrió las tres pequeñas islas malvineras en el extremo noroeste del territorio malvinense bautizadas justamente con su nombre, Sebaldinas o Sebaldes.

Sobre el final del siglo diecisiete un nuevo foco de disputa surge en 1690 con relación a los “descubridores” del archipiélago malvinero, cuando el capitán inglés John Strong al mando de la corbeta “Welfare” penetró por el estrecho de San Carlos que separa a las dos islas mayores, al que denominó "Falkland Sound", como reconocimiento a quien había patrocinado su viaje. No llega a desembarcar. El Reino Unido, sin embargo, sostiene que Strong fue quien pisó las islas por primera vez. Para ese entonces las Malvinas llevaban 177 años apareciendo en los registros cartográficos de la región. Más adelante el nombre de Falkland, fue utilizado por los ingleses para denominar a todo el archipiélago.

A partir de 1698, fecha en que se fundó la Compañía de Pesca del Mar del Sur, las Malvinas fueron visitadas por pescadores franceses, especialmente del puerto de Saint Maló. Por esa razón las islas recibieron el nombre de Malouines y posteriormente Malvinas.

El primer ocupante efectivo del Archipiélago fue el francés Luis Antonio de Bougainville, marino y matemático que zarpó de Saint Maló y llegó a Malvinas en 1764. Funda en la isla Soledad, la pequeña población de Port Saint Louis o Puerto San Luis. La acción queda registrada en su libro “Voyage autour du Monde”.

Un año después, en una expedición clandestina, el inglés John Byron exploró la isla Trinidad y en enero de 1766 los británicos establecieron un puerto, al que bautizaron Egmont.

Enterados los españoles de la primera usurpación de su derecho sobre las islas, reclamaron ante Francia, que reconoció la soberanía de la Corona hispánica tanto en virtud del descubrimiento como por las cláusulas del Tratado de Tordesillas (1494), evacuando la isla el 2 de abril de 1767 disculpándose por “sus intrusos establecimientos en las Islas Malvinas de Su Majestad Católica".

En cuanto a los ingleses, fuerzas españolas de la escuadra del Plata desalojan a la guarnición inglesa del islote Trinidad, logrando la rendición de la Plaza y Fuerte. La bandera de Gran Bretaña fue removida de inmediato y los prisioneros fueron retenidos cuatro semanas. Inglaterra reclama ante la Corte de Madrid. Para evitar una guerra anglo-española y debido a su inferioridad militar ante Inglaterra, España debió restablecer “las cosas” en el “Puerto llamado Egmont” al estado en que se encontraban el 10 de junio de 1770. Pero aún así, la corona española dejó a salvo sus derechos de soberanía sobre las islas. “Esta restitución no puede, ni debe, en modo alguno afectar la cuestión de derecho anterior de soberanía de las Islas Malvinas, llamadas también Falklands.”

La restitución se acordó mediante un intercambio de notas el 22 de enero de 1771. Los británicos reinstalaron en el enclave en el mes de septiembre de 1771, el día 13 una escuadrilla inglesa al mando del capitán Scott llegó al puerto. Allí se encontró con el lugarteniente Francisco de Orduña. Scott puso en sus manos la orden del rey católico y tras los arreglos de entrega y toma de posesión con la mayor brevedad, se cumplió el desembarco de las fuerzas británicas el día 15.

Sin apresuramiento alguno en cumplir la promesa de abandonarlas, recién en mayo de 1774, en cumplimiento de lo pactado con España, los ingleses abandonan el lugar. En esa fecha fue evacuado Puerto Egmont y España continuó ocupándolas hasta poco después de que Buenos Aires, sede del gobierno virreinal del Río de la Plata, rompiera vínculos con España, y asumiera el control efectivo de todos los territorios. A los pocos días  del pronunciamiento del 25 de mayo de 1810, el primer gobierno argentino, ya tomaba su primera resolución relacionada con las Malvinas.

La época hispánica duró de 1767 a 1811, y durante esos 44 años, se sucedieron ininterrumpidamente veinte gobernadores de las islas de los cuales 2 fueron criollos; Jacinto Mariano del Carmen Altolaguirre (1781/83) y Francisco Xavier de Viana y Alzaibar (1798/99 – 1800/01). En realidad, muchos de los veinte nombres de la nómina de las autoridades malvineses españolas en esta época, se repiten en sus mandatos. Todas ellas dependían del Gobernador de Buenos Aires o los virreyes del Río de la Plata.

Es una época de importancia, pues durante ella Inglaterra declinó sus pretensiones ante los derechos hispánicos, reconocidos por Francia en 1767, y tácitamente por los ingleses en 1774, cuando abandonaron las islas, desde Puerto Egmont, en cumplimiento de la "promesa secreta" y de los derechos nunca renunciados por España.

Esta es una de los elementos de la amplia base de los derechos argentinos en lo histórico y en lo jurídico, por ser herederos y continuadores de las posesiones insulares españolas del Atlántico Sur.

En 1820, Londres reconoció la independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata y hasta firmó con Buenos Aires un Tratado de Amistad, Comercio y Navegación en 1825. En ninguno de ambos instrumentos jurídicos hizo reclamos o reservas del legado histórico de la nueva República Argentina, la cual a partir de mediados 1820 el Gobernador  y Capitán General, Manuel de Serratea, hizo efectivo el control político sobre las Islas Malvinas y otros territorios insulares en el Atlántico Sur. El 6 de noviembre de 1820, el Coronel de Marina David Jewett procede a tomar posesión del archipiélago de las islas Malvinas, como un acto de jurisdicción propia sobre un territorio heredado de España y reasumiendo su soberanía.  Fue izada por primera vez la bandera argentina en las Islas Malvinas y se dio lectura de la Proclama en las ruinas de Puerto Soledad, como reafirmación de los derechos de las Provincias Unidas del Río de la Plata a las anteriores posesiones españolas.

Luis Vernet fue el primer gobernador argentino: ocupó su cargo el 10 de junio de 1829 y prohibió la pesca en toda la zona. A pesar de las agrias protestas de los infractores, detuvo en 1831 a tres goletas norteamericanas Breakwater, Harriet y Superior,  por no respetar dicha ley. El cónsul norteamericano en Buenos Aires protestó, amenazó con tomar represalias y apoyó su decisión con un navío de guerra (el USS Lexington) que en ese momento estaba en la zona del Río de la Plata. El USS Lexington navegó hacia las islas, destruyó todas las instalaciones militares, tomó prisioneros a la mayoría de los habitantes y se retiró, declarando que las islas carecían absolutamente de gobierno. Fue el principio de un conflicto aún irresoluto: El 10 de septiembre de 1832, Buenos Aires designó un nuevo comandante militar en las Malvinas y envió una cañonera, la ARA Sarandí, para reparar los daños y restablecer el orden. Así fue que desembarcó el segundo gobernador, José Francisco Mestivier, quien hizo cargo del gobierno de las Malvinas el día 10 de octubre de 1832. Pero, a menos de dos meses después, mientras la cañonera se alejaba de las islas el 21 de noviembre, en una navegación de inspección y reconocimiento de las Islas y la costa Patagónica, la guarnición se rebeló el día 30 de noviembre, y lo mató.

Entonces la Sarandí regresó a Puerto Soledad el 27 de diciembre, se entera de los hechos y puso fin a la sublevación. Pero al mismo tiempo, la corbeta británica Clio apareció en Puerto Soledad, enviada para consolidar la soberanía británica en las islas aprovechando la desorganización provocada por el incidente de la USS Lexington. El capitán de la Clio informó al capitán José María de Pinedo, de la Sarandí, que la bandera británica remplazaría a la argentina a partir del día siguiente, 3 de enero de 1833. Pinedo expresó su desacuerdo, pero no pudo resistir ante la fuerza superior. No hubo disparos, y dos días después la Sarandí abandonó las islas llevándose a los soldados argentinos, los convictos de la colonia penal de San Carlos y los pobladores argentinos que se encontraban en Puerto Soledad.

Así fue que las islas fueron declaradas colonia de la Corona Británica en 1840, y el primer gobernador británico, el teniente Richard Moody, partió desde el Reino Unido en 1841. Después, se desarrolló una pequeña comunidad agrícola y Gran Bretaña mantuvo la ocupación.

El pueblo y Gobierno argentinos nunca consintieron este acto de fuerza y ratifican hoy el mandato histórico, reflejado en la Disposición Transitoria Primera de la Constitución Nacional, de su permanente e irrenunciable determinación de recuperar por la vía pacífica de las negociaciones diplomáticas el ejercicio pleno de la soberanía sobre las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur y los espacios marítimos circundantes.

El reclamo argentino ha sido tradicionalmente respaldado por los países de nuestra región y por relevantes organismos internacionales, incluyendo la Asamblea General de las Naciones Unidas y la Asamblea General de la Organización de los Estados Americanos.

En esta fecha trascendente, renuevo mi  más profundo convencimiento de que la reanudación de las conversaciones sobre el fondo de la cuestión, así como el restablecimiento de las comunicaciones bilaterales, crearán el marco propicio para resolver, a la brevedad posible y de manera justa y definitiva, la disputa de soberanía aún pendiente de solución, dejando de lado el camino de la confrontación y apelando siempre al entendimiento entre los hombres.


jueves, 9 de junio de 2016

A MÍ NO ME LA VAN A CONTAR


Por María Fernanda Viola

Respuesta a las organizaciones y políticos que se oponen al monumento de la reconciliación, propuesto por el Concejal de Tucumán Ricardo Bussi.

Corría el domingo 1 de diciembre de 1974, mi familia y yo (que por entonces tenía 5 años) salíamos de casa rumbo a lo de mis abuelos paternos, para almorzar juntos. Al llegar a destino, terroristas del ERP nos estaban esperando en tres vehículos de apoyo y abrieron fuego salvajemente. Mi padre, el Capitán Humberto Viola murió a los pocos segundos. Mi hermanita María cristina, de 3 años, fue bestialmente fue asesinada. Yo con heridas de bala, caí empapada en sangre. Sólo salió ilesa íntegramente mi madre, Maby Picón, la cual además estaba embarazada de cinco meses.

Cuando nos llevan al hospital de niños mi madre le mueve el pelo a mi hermana y le habían sacado la mitad de la cara. Yo estuve en coma 4 durante un mes: una bala del ERP me pegó en la cabeza del lado derecho. Me dejó con una discapacidad visual del 80%, las esquirlas dieron en el nervio óptico, tengo nueve operaciones hechas en la cabeza: me faltan dos huesos (el occipital y el parietal).

A pesar del drama que he transitado, ni yo ni lo que quedó de mi familia sentimos odio.

Somos conscientes de que la revancha permanente y una memoria sesgada o vengativa no nos conduce a ningún lado. Jamás vino el Estado para auxiliarme. Nunca los que agitan la bandera de los DDHH se me acercaron para ver si necesitaba algo. Yo como tantas víctimas del terrorismo subversivo hemos sido desaparecidos de la historia.


martes, 7 de junio de 2016

FALLECIMIENTO DE UN OBISPO EX PRESO POLÍTICO


Estimados Camaradas y Amigos

Lamentamos informar que el Martes 07 de Junio de 2016, falleció Monseñor José Mijalchyk (conocido como el "padre Pepe"), Arzobispo de Tucumán, quien estuvo imputado en el año 2013 en la llamada "Megacausa Arsenales II - Jefatura II”, junto a otros 40 personas, civiles, miembros de la Policía y de las FFAA. En Diciembre de 2013, luego de un juicio de 13 meses, el Tribunal Oral Federal (TOF), absolvió a Monseñor José Mijalchyk.


Fue Preso Político, dado que estuvo injustamente encarcelado por espacio de 3 años y medio. Sin embargo tal situación, no le impidió servir como sostén espiritual de los 41 "imputados" que estaban junto con él. Celebró sus 40 años de Sacerdote estando en cautiverio, en el Penal de Villa Urquiza - Tucumán.

A lo largo de su vida como Sacerdote, se desempeñó en distintas parroquias de la Provincia de Tucumán. Fue Capellán de la entonces Vta. Brigada de Infantería y el 18 de Mayo de 1982, fue también designado Capellán Auxiliar del Regimiento 19 de Infantería. Durante los últimos años continuaba su amplia, intensa y conocida misión pastoral, en la Iglesia San José Obrero, en El Colmenar.

Con él, son 361 (trescientos sesenta y uno) los Camaradas fallecidos, pertenecientes a todas las Fuerzas Armadas, de Seguridad, Policiales, Penitenciarias y civiles; en el marco de este proceso de persecución, teñido de incontables irregularidades jurídicas y sistemática venganza, propias de una justicia prevaricadora.

Expresamos nuestras sentidas condolencias a todos sus familiares, allegados, compañeros y amigos, rogándole al Señor, les conceda pronta y cristiana resignación.

Dadas las avanzadas edades y estados de salud de los Presos Políticos en la Argentina, estas lamentables noticias son cada vez más seguidas. Una vez más levantamos nuestra voz hacia el poder de turno, no pueden continuar con esta matanza selectiva iniciada por sus antecesores… es su obligación como presidente de todos los argentinos garantizar el debido proceso, la igualdad ante la ley, brindar asistencia sanitaria adecuada y por sobre todo lograr la unión de la sociedad para superar las antinomias que después de casi 206 años aún nos mantienen divididos. Es hora de sin odios, ni venganzas, es hora de una mirada superadora… es hora de decir BASTA!

*  Es necesario destacar también, que del total de Presos Políticos que han fallecido, 22 (veintidós) decesos se han producido desde el día 10 de Diciembre de 2015.

Volvemos a convocar a todos los integrantes de las distintas Fuerzas, a las distintas ONG e Instituciones vinculadas o afines, a familiares, amigos y allegados en general, a sumarse y trabajar en apoyo de todos quienes deben enfrentar esta injusta situación, a fin de afirmar y fortalecer el planteo de los justos reclamos por acceder a una justicia verdaderamente independiente, imparcial y objetiva, a través del irrestricto respeto por la Constitución Nacional

Sinceramente,

Pacificación Nacional Definitiva

por una Nueva Década en Paz y para Siempre

lunes, 6 de junio de 2016

LA PARADOJA DE LA PREVENCIÓN

Por Juan Carlos Neves

Hace  unos años tuve la oportunidad de dialogar largamente con un prestigioso general europeo que, ya retirado, asesoraba a su gobierno en temas de defensa. Una de las anécdotas más interesantes que me relató fue la ocasión en que se dirigió a una de las máximas autoridades políticas de su país para alertarlo acerca de la amenaza que significaba una inevitable guerra en los Balcanes y las medidas de prevención que recomendaba para evitarla.

Guerra en los Balcanes

Lamentablemente - me dijo-  su consejo no fue atendido y nada se hizo hasta que efectivamente se desencadenó la guerra que requirió la intervención de su país  y que generó miles de víctimas y enormes daños materiales.

Políticamente incorrecto, el general no se privó de enrostrar al jefe político el hecho de que por no adoptar sus propuestas para prevenir el conflicto se habían producido finalmente muchas más bajas y sufrido mayores costos. La respuesta que recibió fue que a nadie le daban una medalla ni le atribuían un mérito por prevenir  una crisis sino por solucionarla. Si hubiera movido fuerzas y medios antes de la guerra –dijo el político- hubiéramos tenido menos bajas y menos costos pero no hubiera tenido forma de justificarlo porque el conflicto nunca se hubiera desencadenado.

Cuando la guerra estalló, la opinión pública aceptó y justificó las consecuencias. Es más, alabaron mi decisión y firmeza para terminar con el conflicto.

Con el tiempo aprendí que esta anécdota real no constituyó una circunstancia aislada sino una paradoja que se repite con notable frecuencia. La cuestión es que, si actúas eficazmente para prevenir una catástrofe o una crisis y la evitas, raramente podrás demostrar fehacientemente que sin tu accionar la catástrofe o la crisis se hubiera producido. Sucede tanto si te gastas el presupuesto de salud en prevenir epidemias como si no dejas salir a tu hija de noche por los riesgos percibidos. Siempre habrá quien te enrostre que gastaste o prohibiste sin razón. Que no hubo epidemias o que a tu hija nunca le pasó nada. El problema es que, si para evitar estas críticas dejas que el hecho perjudicial suceda, quizás después sea tarde o irreversible para evitar sus consecuencias.


Los altos mandos militares que tomaron el gobierno en el 76, apreciaban que si dejaban seguir creciendo a la guerrilla esta podría tomar el poder como en Cuba. Actuaron antes, pero ahora la sociedad descree que ese riesgo fuera real. Se dio la paradoja de la prevención. Evitaron una situación crítica y al hacerlo, hoy no pueden demostrar que tal situación se hubiera producido.


El presidente Menem pudo haber flexibilizado la convertibilidad, pero no lo hizo. Luego tampoco lo hizo su sucesor, De la Rua, pero a éste el problema le estalló en las manos y provocó la caída de su gobierno. Cuando le tocó el turno al presidente Duhalde, encontró una sociedad ya resignada a pagar los costos del desastre. El dilema es prevenir la catástrofe, cuya ocurrencia después no se podrá demostrar, o esperar a que estalle y luego actuar con consenso, pero con el riesgo de que la situación sea irreversible.


Esta cuestión está en el núcleo de la política actual del gobierno de Cambiemos. Macri asumió con la convicción de que si no tomaba medidas drásticas y urgentes, una insoportable crisis económica se precipitaría sobre el país. Con esa certeza aumentó servicios y transportes, dejó flotar el dólar y generó un ajuste de proporciones. Ahora la oposición, particularmente la que encarna el “kirchnerismo rabioso”, juega con la acusación de que no había crisis en puerta y que las medidas adoptadas por el gobierno responden a una concepción propia de un capitalismo deshumanizado que vino a romper un panorama económico idílico. Estamos convencidos de que esto es una falsedad grosera y más de la mitad de los argentinos acompañan esta convicción y ha aceptado el remedio amargo con resignación. Pero no se puede ignorar la forma en que este discurso perverso cala en las capas más vulnerables y menos educadas de la sociedad que no parece dispuesta a una larga postergación de sus necesidades inmediatas.


Como muestra de este pensamiento les comento que la Agrupación Oesterheld invita a una cena el 6 de junio en el Hotel “recuperado” Bauen, en que los invitados estelares son Amado Boudou y el cantautor Ignacio Copani. Del primero destaca que es atacado porque rescató 74.000 millones de los que se habían apoderado “legalmente” los bancos para ponerlos a disposición del pueblo y del segundo publica estos “versos”: “Quiero volver a estar mal, /quiero volver al relato /quiero mirar un canal /que me pueda informar /al menos un rato. /Quiero ese mundo irreal /de pensadores y artistas /y no esta felicidad /de matones, mediocres, burros y fascistas.” Finalmente, cierra la convocatoria “En plena Tercera Resistencia” con una cita de John William Cooke “Con la resistencia no alcanza, sin contraataque no hay victoria”.

Cito este ejemplo pues la invitación me llega a la casilla de correo, obviamente sin haberla pedido, y nos permite ilustrar cómo piensa  y actúa parte de ese 49 por ciento que  no votó a Cambiemos y que  no comparte la necesidad de encarar el plan de austeridad y sacrificio que la Argentina necesita para evitar la caída al vacío.


La realidad es que el “kirchnerismo” no dejó una herencia, sino un tumor maligno de odio, corrupción e incompetencia que es necesario extirpar para poder curar el tejido de la república.

El presidente y su equipo son conscientes de esta oposición agresiva y de la forma en que trabaja en vastos sectores de la población que sufre necesidades reales. El oficialismo avanza y retrocede. Duda. Arma su propio relato justificando un blanqueo con el pago de la deuda a los jubilados. Oscila entre la dureza y el populismo. Se equivocan con frecuencia y, aun así, se muestran enormemente superiores a sus antecesores del Frente para la Victoria porque aquellos eran los peores. El temor que en buena parte de la sociedad despierta la posibilidad de un regreso de la señora Cristina Fernández y su corte, le brinda al gobierno actual un amplio margen de fidelidad y tolerancia. Pero debe comenzar a acertar pronto, porque cada semana y cada mes que pasa comienza a ser visto más responsable y menos víctima de la situación. El peor escenario sería sufrir el dolor de las medidas de prevención y que igual se produjera la crisis, porque las medidas fueron malas o incompletas. Gobernar no es fácil pero quien lo hace en una democracia, es porque antes ha convencido a la sociedad de que sabe lo que hay que hacer y dispone de las mejores respuestas. Ahora hay que probarlo. 

Más allá de lo económico, que se ha situado en el centro de la agenda, surgen otros temas que requieren seria atención. La credibilidad de las denuncias del gobierno acerca de la situación recibida, exige que la justicia las convalide con investigaciones, juicios eficaces, condenas bien fundadas y confiscación de los bienes mal habidos cuando se trata de casos de corrupción. Claramente el tema no se resuelve con que caigan los empresarios cómplices. Son los funcionarios, empezando por la que fuera todopoderosa figura presidencial, los que tienen que rendir cuentas a la sociedad a través de la justicia. Es cierto que el gobierno debe dejar que los jueces actúen libremente, pero sería lamentable que la sociedad intuyera que desde el actual poder se trata de proteger a figuras del anterior, aduciendo razones de gobernabilidad o cualquier otro temor. Los argentinos debemos enfrentar nuestro destino y sus consecuencias y no hay posibilidad de avanzar hacia un futuro promisorio sin cerrar el capítulo de la corrupción y el asalto al Estado, con castigos justos y ejemplificadores.

También esperamos, en nombre del sector de la sociedad cuyas inquietudes representamos, que el gobierno comience a revisar los miles de millones de pesos (cifra nada exagerada) que el “kirchnerismo” dilapidó “indemnizando” a miles de familiares de terroristas pertenecientes a bandas subversivas (en muchos casos asesinados por sus propios compañeros), a exiliados y a organizaciones que se dedican a promocionar y defender las acciones violentas ejecutadas contra el Estado nacional. Que se ocupe de una vez por todas de atender las demandas de las víctimas ignoradas de aquellos terroristas. Que se atiendan con urgencia las violaciones a los derechos humanos de los detenidos acusados por delitos de lesa humanidad en cuyo juzgamiento y detención no se atiende a los Códigos de Procedimiento y a las leyes vigentes y que cesen los nuevos y aberrantes juicios que, como en el caso de Tucumán, se sustancian contra militares que actuaron durante un gobierno constitucional y en su defensa, con el agravante de tener como querellante a la actual Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.


Largo y espinoso es el camino que deben recorrer quienes hoy nos gobiernan. A pesar de todos los inconvenientes, confiamos en que día a día aprendan, mejoren y atiendan las voces de quienes queremos que tengan éxito, porque apostamos a que a todos nos vaya mejor.  Mientras tanto, seguiremos apoyando lo bueno y criticando los errores recordando que el tiempo apremia, sobre todo para los que están injustamente presos y para los que se ven agobiados por las necesidades básicas insatisfechas y el flagelo de la inseguridad.

LUCHA ANTITERRORISTA

El presidente de la Nación ha manifestado su deseo de que nuestras Fuerzas Armadas tomen "protagonismo en la lucha contra el terrorismo internacional", y aseguró que éstas "vienen de años en los cuales el Estado las ignoró y las abandonó, y eso trajo problemas de presupuesto, problemas de equipamiento, de infraestructura". Si tomamos en cuenta que los camaradas que combatieron al terrorismo en nuestro propio suelo sufren ilegítimas e inhumanas prisiones, en las cuales van muriendo olvidados por las autoridades y gran parte de la ciudadanía, ¿cree alguien que nuestros soldados volverán a combatir al terrorismo?
Juan Manuel Otero

domingo, 5 de junio de 2016

SIETE JUECES FEDERALES DENUNCIADOS ANTE EL CONSEJO DE LA MAGISTRATURA POR DELITO DE PREVARICATO

Carlos Alberto Isidro Chevallier-Boutell 

El abogado, Carlos Alberto Isidro Chevallier-Boutell solicitó ante el Consejo de la Magistratura, la apertura de procedimiento de suspensión (con fundamentos en el inciso 5° del artículo 114 y en el segundo párrafo del artículo 115 de la Constitución Nacional) y la remoción por ser autores del delito de prevaricato, previsto en el artículo 268 del Código Penal, de los siguientes jueces:

- Carlos Norberto Nogueira, Antonio Pacilio y Carlos Alberto Vallefín, de la sala III de la Cámara Federal de Apelaciones de La Plata.|---> Link a la denuncia:


- Sergio Gabriel Torres, a cargo del juzgado federal n° 12 y los integrantes de la sala II de la Cámara Nacional de de Apelaciones en lo Criminal y Correccional Federal de la Capital Federal, Horacio Rolando Cattani, Martín Irurzun y Eduardo Guillermo Farah |---> Link a la denuncia:


¿TIENEN SOLUCIÓN LA INFLACIÓN Y EL DESEMPLEO?


"Una vez que ha hecho presa en el ser humano,
la avaricia no conoce límites".
Henning Mankell

Se atrasó tres meses, pero aplaudo la decisión del Gobierno de dar a conocer anteayer "El estado del Estado", un inventario preliminar que describe en qué condiciones dejó el kirchnerismo a la nación, después de doce años y medio de ejercer el poder con una inédita vocación por el latrocinio más despiadado; no he tenido tiempo de leerlo en detalle, porque son 223 páginas, y por ello postergaré su análisis. Sin embargo, en esa nefasta herencia se destacan, además de la corrupción, los dos ítems que sirven de título.

Frente el feroz aumento de la inflación desde antes de la fallida entrega del poder por parte de Cristina -cuando la Secretaría de Comercio dejó de ejercer el poder de policía del cual había abusado hasta entonces- se ha planteado la discusión acerca de qué conducta asumir frente a los empresarios y los "formadores de precios"; liberales a ultranza y estatistas trasnochados se preguntan cómo disciplinarlos sin agredir al famoso "mercado".

Para situarnos correctamente frente al tema, debemos partir de un adecuado diagnóstico. Para atraer las indispensables inversiones productivas se requieren, prioritariamente, dos requisitos: la seguridad jurídica y el sostenido suministro de energía. El primero, después de seis meses de gestión de Cambiemos, está encarrilándose y, a mediano plazo, se habrá logrado transmitirlo así. En cambio, para el segundo se necesita tiempo, y nadie puede pensar en invertir -construyendo una fábrica, por ejemplo- si no sabe si tendrá luz y gas para hacer funcionar su proyecto.

Más allá de estar convencido que esa carencia de energía se debe, exclusivamente, a la voluntad de Néstor (q.e.p.d.) de robarse el 25% de YPF, operación que concretó a través de una compañía australiana teóricamente perteneciente a la familia Eskenazy, creo que llegar a la solución permanente de la escasez insumirá más que los tres años y medio que tiene por delante el actual turno presidencial.

Hasta entonces, y como decía Aldo Ferrer, deberemos "vivir con lo nuestro" en materia de fábricas, ya que ese requisito también incide en las decisiones de inversión de los actuales empresarios, habituados hace décadas a exigir barreras a la competencia internacional bajo la amenaza del desempleo generalizado. Así, por la vía de la extorsión más descarada, consiguieron -aún lo hacen- disponer de un coto de caza en el cual pudieron vender baja calidad a altos precios; total, nadie podía venir a poner en riesgo sus pingües negocios.

Sin embargo, existe un camino alternativo, ensayado con éxito por muchos países de la región y de Europa, de dimensiones poblacionales y atrasos tecnológicos comparables a los nuestros. Y ese camino, obviamente, es la apertura total de la economía y la firma de tratados de libre comercio. Antes que los cultores del más acendrado proteccionismo comiencen a gritar y maldecirme, aclaro que esa apertura debe ser concretada a mediano plazo, pero con fecha y hora previamente establecidas. En el ínterin, el Estado debe ofrecer a los industriales los créditos necesarios para que puedan reconvertir sus empresas y prepararlas para la libre competencia internacional. Podemos tener muchos defectos, pero disponemos de las materias primas y de los profesionales necesarios para llevar adelante esa transformación, y los adelantos tecnológicos están disponibles en el mundo.

Nuestro país tiene cuarenta y un millones de habitantes, pero un tercio de ellos se encuentra por debajo de la línea de pobreza; esto se traduce, linealmente, en un mercado interno muy reducido, al que cualquier cimbronazo en sus ingresos -y las actuales circunstancias son una prueba de ello- conmueve y lo hace dejar de consumir. El círculo maldito es, así, perfecto: las empresas, ante la caída en las ventas, comienzan a despedir personal y se incrementa el número de pobres pero, para no perder ganancias, los precios aumentan.

Con la descripción del párrafo anterior, resulta claro que la Argentina no está en condiciones, por su economía de pequeña escala, de fabricar productos en forma masiva; nuestros actuales costos internos (impuestos, salarios y cargas sociales) nos impiden competir con países (Sudeste asiático, China, India, Brasil, etc.) en los cuales la suma de esos ítems resulta sensiblemente inferior. Pero, en cambio, podemos hacerlo en condiciones favorables en aquellos mercados en los que se prioriza la calidad y el diseño sobre el precio, que pasa a ser un factor casi despreciable.

En resumen, ¿por qué fabricar prendas de jean o calzados mediocres y, además, internacionalmente caros cuando podemos vender excelencia, moda, innovación y, por qué no, lujo a un mundo cada vez más pretencioso y rico? Esa es la reconversión a la que me refiero, y allí sí el Estado debe estar presente para alentarla y favorecerla. Si lo logramos, podríamos levantar, sin riesgo alguno para el empleo nacional, todas las barreras aduaneras que hoy impiden que lleguen productos inferiores y más baratos, a los cuales accederían muchos de nuestros más pobres conciudadanos.

Si tuvo el privilegio de viajar, ¿vio a grandes y prestigiosas empresas de cualquier rubro -alimentos, indumentaria, decoración, belleza, etc.- protestar contra los productos baratos extranjeros?; no juegan en los mismos mercados, ni les interesa hacerlo. Si siguiéramos esa receta de vender al mundo de altos precios, estaríamos en condiciones de pagar mejores salarios y ocupar más mano de obra; a la vez, con el arribo de los productos inferiores importados bajaría la inflación y nos beneficiaríamos todos; en una palabra, nos pareceríamos más a Alemania, aunque allí haya más pobres, como sostenía Aníbal La Morsa Fernández sin que se le moviera el bigote. 

Cambiando de tema, la marcha que organizaron las dos CTA esta semana confirmó mis temores: la presencia de agrupaciones como Miles (D'Elía), Quebracho (Esteche) y Tupac Amaru (Milagro Salas) requirió de una financiación que sólo Cristóbal Timba López pudo proporcionar, sospecha que se reafirmó cuando vi cómo se tornaba cada vez más virulento el discurso desestabilizador desde su multimedios, encabezado por C5N. Creo que todos esos movidas tienen como destinatarios a los jueces federales, a los cuales se busca inquietar ante la posibilidad de un regreso del kirchnerismo; sin embargo, no podrá transformarse en impunidad, porque los magistrados están mucho más cómodos con Macri, cuya gobernabilidad misma sería puesta en riesgo si los autores de tantos desaguisados no fueran castigados, aunque los famosos sobres hayan dejado de circular con su administración.

Mañana, cuando Lázaro Bóvedas Báez concrete su reunión privada con los integrantes de la Sala II de la Cámara Federal Penal, seguramente la Justicia se acercará aún más a la ya muy inquieta emperatriz destronada.

Bs.As., 5 Jun 16

Enrique Guillermo Avogadro
Abogado