sábado, 13 de mayo de 2017

CARTA DEL ALMIRANTE (R.E.) ENRIQUE E. MOLINA PICO A LA ACADEMIA NACIONAL DE CIENCIAS MORALES Y POLÍTICAS


Señores Académicos y Amigos:

Habiendo visto las consecuencias del fallo en los distintos grupos de la sociedad y conociendo en detalle la situación del colectivo integrado por militares, policías, etc. que se encuentra presos, siendo yo a la vez, parte interesada en este problema, pues tengo una gran cantidad de camaradas y amigos, entre ellos tres compañeros de mi promoción que se encuentran en prisión preventiva desde hace seis o siete años y dos más fallecidos en prisión, uno de ellos en circunstancias de negación de atención medica que motivó una denuncia por homicidio contra los jueces actuantes, quiero hacerles llegar mi visión como integrante colateral del grupo afectado.

Importa saber que quienes integran este grupo, se encuentran en una verdadera situación de abandono jurídico-político, pues para las autoridades del Poder Judicial este tema no tiene solución jurídica y por lo tanto la solución debe ser política, mientras que para las autoridades políticas no hay dudas que la solución debe ser jurídica, creándose así una verdadera zona de nadie, una nebulosa de la que emerge una conclusión: "los presos militares, policías, etc. son un problema, pero son un problema de otros y por lo tanto que lo solucionen otros", continuando su lento evolucionar que lleva -y lo digo sin cinismo- a la solución del problema por muerte, pues ya han fallecido 401 prisioneros, el 18,5% del total, de ellos 59 fallecieron en el gobierno del Presidente Macri. En el caso de la Armada fallecieron el 30% de los presos.

En esa quietud del lento desaparecer, el fallo de la Corte -con el que concuerdo, pero para cuyo análisis hay en la Academia voces mucho más autorizadas que la mía- produjo inicialmente una ola de esperanza entre los presos, que se revirtió posteriormente ante una avalancha de opiniones contrarias, fundadas o no, a las que se sumaron las autoridades argentinas con un conjunto de acusaciones y justificaciones cruzadas para no herir la línea de lo "políticamente correcto". Eso me lleva a tratar de comprender el efecto general del fallo más allá de los efectos jurídicos inmediatos, en su incidencia en la vida republicana.

El último fallo de la Corte marca la política.

Si bien, era esperado desde tiempo atrás pues el tema de la aplicación del 2x1 era seguido con atención por algunos grupos de militares presos que podrían llegar a ser sus beneficiarios, la reacción habida, hábilmente dirigida por un grupo ideologizado, ha superado límites que no me hubiese imaginado, logrando el cambio de posiciones públicas de autoridades nacionales, provinciales, y eclesiásticas entre otras, así como así como el establecimiento de una especie de competencia en la que la marca de éxito estaría dada por la gravedad de los denuestos contra los Ministros de la Corte firmantes del voto mayoritario, así como contra los procesados con o sin sentencia.

Como resultado de lo vivido en la semana, tendremos una nueva ley tendiente a limitar la aplicación del 2x1 al grupo militar, la que generará más confusión y violará una vez más el principio constitucional de igualdad ante la ley, apartándonos del camino hacia la Justicia y hacia una posible solución, alejándonos de la deseada estabilidad jurídica. Afirmándose la idea que para los militares no hay justicia, hay venganza.

Quedan por destacar dos aspectos que aunque no están relacionados con el fallo en sí mismo hacen a nuestra vida republicana:

a- El primero, que a mi juicio ha sido una oportunidad perdida para avanzar en el logro de la pacificación del país, pues hubiese sido suficiente que una autoridad nacional hiciese constar la posición del gobierno: "la justicia es independiente y los fallos deben ser cumplidos", pudiendo, o no, agregar, si concordaba o disentía en lo relacionado con el fondo de la cuestión. En lugar de avanzar, se ha generado entre los presos y otros grupos sociales un fuerte sentimiento de sorpresa, traición y desesperanza; a la vez que se han fortalecido las posiciones de los más ideologizados  y revitalizadas sus capacidades de poder.

b- En segundo lugar, creo que la reacción social podría llegar a mostrar, me atrevo a decirlo no siendo en absoluto experto en la materia, un grado de histeria colectiva e hipocresía tal que asombra y que quizás merezca un estudio específico pues podría permitir la adopción en tiempo record de decisiones de gobierno fuera de toda lógica y razonabilidad.

Surgen finalmente dos preguntas que hacen a la esencia del gobierno: ¿Será esto una consecuencia de actuar preferentemente dando prioridad a lo "políticamente correcto" en desmedro de la verdad?, y finalmente comparándonos con el mundo externo: ¿Cómo se relaciona la situación argentina mencionada herencia de los 70 y que nuestro gobierno hace lo imposible por ignorar, con la solución que comienza a aplicarse en Colombia y que fue elogiada en su momento por nuestro mismo gobierno?

Los saluda atentamente.


Enrique E. Molina Pico

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