miércoles, 28 de junio de 2017

“HUMILLAN LOS CUARTELES”


Buenos Aires, 28 de junio de 2017

Sr. Director:

Decir que a los militares en la Argentina nadie los respeta, no es una novedad. En efecto nadie escucha y nadie ve jamás a alguien que hable bien de las FF.AA. Sólo lo peor trasciende, sólo lo execrable que sirve a los fines del modernismo que ataca permanentemente a todos quienes visten uniforme como si se tratara de una consigna casi religiosa. Los que las quieren y respetan, son los que el 25 de Mayo llenaron la avenida del Libertador, el campo de polo, o las plazas del interior del país para vivarlas y honrar a los veteranos de Malvinas. Los que espontáneamente agradecen su labor cuando una catástrofe golpea y son los “milicos” quienes llegan al rescate.

Tampoco hay dudas que políticos inútiles, incapaces, pusilánimes y oportunistas las han usado para llevar adelante su política maliciosa y mentirosa de derechos humanos.

Estamos hartos de que metan presos injustamente a militares por la guerra contra la subversión que se libró hace cuarenta años. Estamos hartos de ver a oficiales y suboficiales que combatieron francamente a la subversión sin cometer delito alguno y hoy se los encarcela como vulgares asesinos.

Hace apenas unos días fueron detenidos y encarcelados dos oficiales por el hecho de que en el año 1976 habrían ido a rescatar al vicecomodoro Etchegoyen que fuera secuestrado, torturado y reducido a un despojo humano en una cárcel del pueblo por miembros del ERP. Se lo asesinó de un tiro en la cabeza cuando las Fuerzas del Orden de la Nación llegaron al lugar. Cuarenta y un años después, los integrantes del Ejército que habrían participado en esa operación, se los somete a prisión y quienes asesinaron al vicecomodoro… bien gracias.

Me entero ahora que los jueces de los casos mal llamados de “lesa humanidad” cobran un 30% más y $ 5.000 diarios en concepto de viáticos… Ahí se estaría explicando parte de tanta arbitrariedad y prevaricato.

Dicho esto, agrego lo que ocurre en los cuarteles en donde la subversión actual –ahora sin armas–, humilla a las unidades militares levantando monolitos en sus puertas con inscripciones que faltan a la verdad y dejan en las mentes de quienes pasan por ahí, mensajes totalmente equívocos y mentirosos.

El 23 de junio del corriente año, leí en el diario Río Negro, la nota titulada “Señalizaron el primer centro clandestino de detención de Bariloche”. El artículo de marras cuenta que se colocaron dos carteles en el acceso al cuartel, uno de ellos con la inscripción: “Aquí se cometieron crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura militar”… Y el artículo continúa explicando el testimonio de los dos dirigentes sindicales que, según ellos, estuvieron detenidos desde las 12 del mediodía hasta las 12 de la noche. También relata que en dicho acto estuvieron presentes, el intendente de Bariloche y miembros de organizaciones de derechos humanos.

La pregunta que a cualquier mortal bien intencionado le sugiere este acontecimiento es: ¿de qué crimen de lesa humanidad están hablando?, ¿estar detenidos 12horas en épocas de la guerra contra la subversión, es un crimen de lesa humanidad?... ¿Qué es esto?...

¿Cómo se puede ensuciar gratuitamente a una Institución y a un cuartel forjador del espíritu de los hombres de Montaña del Ejército Argentino y demás FF.AA., de Seguridad, Policiales e incluso civiles?

¿Cómo pueden las autoridades de la Nación, del Ministerio de Defensa o del mismo Ejército, permitir que se falte a la verdad con acusaciones gravísimas y que las mismas queden plasmadas en carteles para que las vea toda la ciudadanía? ¿12 horas de detención en tiempos de guerra interna, justifican cambiar la historia el prestigio y la trayectoria de un cuartel tan importante como la Escuela Militar de Montaña? Lisa y llanamente todo es parte de una guerra que el enemigo no quiere dar por terminada y la perpetúa. Se humilla a los cuarteles, se humilla a sus integrantes y se humilla a toda la institución.

Y siempre que ocurren hechos tan desgraciados y llamativos como este, además de preguntarnos ¿hasta cuándo?, resulta imposible no concluir en si tanta provocación no estará buscando una reacción…

¡Por Dios y por la Patria!

Hugo Reinaldo Abete

Ex Mayor E.A.

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