sábado, 4 de marzo de 2017

HUELGA DE HAMBRE ANTE LOS DELITOS DE "LESA HUMANIDAD"


En julio de 2013, junto a varios camaradas, lo expusimos por escrito al entonces jefe del Ejército; en septiembre de 2013 a la Corte Suprema de Justicia de la Nación, planteando lo injusto de la situación; reiterándolo luego en cartas de lectores en diarios en octubre de 2015 y una en Tiempo Militar, de abril de 2016. También lo manifesté reiteradamente desde 2014, durante mis indagatorias ante TOCF II Mendoza. Ninguna ha tenido respuesta. Por acciones de algunos prisioneros, por los llamados "delitos de lesa humanidad", se han evidenciado atisbos de voluntad, o preocupación por corregir ciertas injusticias.

Reitero lo solicitado en dichas presentaciones, para que se adopten las medidas necesarias que terminen con las ilegales prisiones y desliguen, inmediatamente, de las falsas e infundadas acusaciones e impugnaciones que le realizan al personal de suboficiales y agentes civiles (más de 75 en el Ejército Argentino, y de 250 del resto de las Fuerzas Armadas, de Seguridad, policiales y penitenciarias), que sólo se limitaron a dar estricto cumplimiento a las órdenes recibidas durante el desarrollo de las Operaciones Militares contra la subversión, llevadas a cabo durante el transcurso de los hechos de los 70, desconociendo o ignorando, además, las propuestas hechas por el jurista Carlos Niño en la plataforma presidencial de Raúl Alfonsín, sobre "niveles de responsabilidad en la persecución penal", reintegrándoles inmediatamente la libertad, que no debieron haber perdido nunca. Al no haberse producido ello, manifiesto mi decisión de iniciar una huelga de hambre, hasta tanto no se adopten las medidas requeridas. Habiendo agotado todas las otras vías, es ésta la última alternativa posible a asumir, en la situación de prisionero en que me encuentro. Pretendo y busco, exclusivamente, conseguir se comprenda y revierta la injusta situación que viene viviendo el personal mencionado. A quienes tienen en sus manos la solución de tan injusta situación, les solicito no duden en corregirla rápidamente, permitiéndoles transitar con libertad, y sin rótulos, un nuevo año junto a sus seres queridos.

Aníbal A. Guevara Molina
PROMOCIÓN 103. CMN. EJÉRCITO ARGENTINO.
PRISIONERO POLÍTICO EN MARCOS PAZ.
L.E.: 6.604.944


miércoles, 1 de marzo de 2017

CARTA DE ENRIQUE E. MOLINA PICO

DERECHOS HUMANOS


En el artículo "Derechos humanos, un tema que divide aguas en el oficialismo", se presentan como problemáticos para el gobierno los dichos de Gómez Centurión, el feriado del 24 de marzo, el caso Milagro Sala y la designación de De Casas para integrar la CIDH. Si los problemas que preocupan al Gobierno son los indicados en la nota, estamos ante un nuevo "relato". Por ello sugiero a quienes por su jerarquía ministerial y administrativa les corresponda que analicen detalladamente las audiciones de Intratables en las que se presentaron Victoria Villarruel y Silvia Ibarzábal y el debate presentado por Infobae en YouTube con Anguita, ex ERP; Labraña, ex montonero; Aldo Rico y D'Amico, ex militares, con la guía de Reato y Feinmann. Conocerán la existencia de víctimas hoy olvidadas o negadas, una descripción del objetivo de la guerrilla y la violencia empleada contadas por sus autores y la existencia de militares, verdaderos presos políticos, hoy en un limbo jurídico.

Los problemas existen, sí, pero son mucho más graves que los indicados en el artículo.

Enrique E. Molina Pico [1]
DNI 5.173.413


[1] El Alte. Dr. Enrique Molina Pico, presidente del Consejo de Regencia del ITBA, fue designado Académico de Número de la  Academia Nacional de Ciencias Morales y Políticas.En más de sesenta años esta Academia contribuyó a la cultura del país y al asesoramiento de los poderes públicos mediante dictámenes e investigaciones y una permanente indagación en materias de teoría política, constitucionalismo, legislación, ordenamiento jurídico, política internacional e historiografía.Los miembros de número son treinta y cinco, además de los académicos correspondientes, los eméritos y los honorarios.



LA FOTO LO DICE TODO


lunes, 27 de febrero de 2017

MONTONEROS ME RECLUTÓ A LOS 13 AÑOS. YO TAMBIÉN SOY UNA VÍCTIMA

Por Marcelo Vagni

Un adolescente Marcelo Vagni

Fui invitado, hace unos días, al programa Intratables para intentar participar de un debate sobre los años 70. Pretendía aportar al mismo desde mi experiencia personal, por haber sido secuestrado en 1977, a los 15 años, por mi militancia secundaria (primero dentro de la UES, Montoneros, y luego en la Juventud Guevarista, expresión juvenil del PRT-ERP). Por otra parte, durante treinta años, entre 1984 y 2014 inclusive, he sido convocado en numerosas oportunidades por la Justicia para declarar en calidad de testigo en varias causas por delitos de lesa humanidad desde mi vivencia personal de ex desaparecido y ex preso político.

Digo bien, "intentar participar de un debate", porque mi intención y la de la producción del programa de TV quedaron sólo en eso, en un deseo, un intento. Sucede que, mientras hablaba, fui interrumpido agresivamente y descalificado por Miguel Bonasso, también presente en el estudio. "Contanos para quién trabajás…", inquirió primero. "Con vigilantes no discuto", me acusó luego en el aire.

Hasta esas interrupciones sólo había alcanzado a decir que, visto a la distancia y con la serenidad que permiten los años, sentía que mi reclutamiento a los 13 años de edad, las actividades que se me ordenaba llevar a cabo (a mí como a tantos jóvenes de mi edad), la actitud que se me convenció debía adoptar a partir del golpe de Estado de marzo de 1976 ("Se impone al pueblo argentino… afrontar con heroísmo los sacrificios necesarios y librar… la victoriosa guerra revolucionaria de nuestra segunda y definitiva Independencia", El Combatiente, 31 de marzo de 1976), nos puso tanto a mí como a muchos más en una situación de riesgo de vida de la que sólo tomé conciencia dentro de un calabozo oscuro, orinado, muy lastimado, seguro de que iba a morir, y pensando en mi mamá y mi papá antes que en la guerra revolucionaria.


Dije textualmente en el programa: "Soy una víctima de la represión militar pero antes de eso fui una víctima de la guerrilla que me reclutó a los 13 años, para convertirme a los 14 en un miliciano de la guerra revolucionaria".

Respecto de aquella historia trágica de los años 70, estoy convencido de otra cosa: que a los efectos de nuestros objetivos y planes (los de la guerrilla) no importaba que estuviésemos viviendo en democracia, bajo un gobierno que -pese a sus características por todos conocidas-, había sido elegido por una enorme mayoría en 1973. Tanto la organización de la que yo participaba como la organización Montoneros (de la que Bonasso era un importante dirigente, un "jefe") llevamos adelante acciones contra los gobiernos de Perón e Isabel, desconociendo la voluntad popular y asumiendo que esa voluntad la expresábamos nosotros mismos, como "vanguardia lúcida", como "destacamento de avanzada". No nos preparaban entonces para las próximas elecciones. Nos preparaban para los próximos combates revolucionarios.

Por eso la interrupción con gritos e insultos de Bonasso la interpreté claramente como un: "No cuentes, no digas nada, nadie se tiene que enterar de eso".

Tal actitud sólo confirma mi idea de que se pretende manipular esa porción de nuestra historia contando lo que no pasó. Y no contando lo que efectivamente sucedió. Yo había llegado a Intratables por propia voluntad, a expresar mi rechazo a un proyecto de ley que impulsa la diputada Nilda Garré, que busca poner una mordaza legal a un debate que viene siendo contado de manera falsa y tendenciosa. Para hablar en contra de este intento de imponer una mentira de prepo. Una cosa que, por la dinámica del programa y debido a la interrupción de Bonasso, ni siquiera llegué a esbozar.

Bonasso, visiblemente enojado, expresó que mi discurso reavivaba la teoría de los dos demonios. Ni siquiera conozco en profundidad esa teoría. Ni intento emparentar nada con nada. Sí acuerdo con denominar "demoníaca" -si se quiere- a la salvaje e ilegal represión que viví al igual que miles de argentinos (aunque no todos, ya que hubo excepciones, como Firmenich y Bonasso por ejemplo).

Pero yo no estoy hablando de la dictadura. Estoy hablando de nuestro accionar -del entonces adulto Bonasso y del mío propio, que era casi un niño- en los años previos al Golpe de Estado. ¿Qué palabra podríamos encontrar para denominar ese accionar, con su secuela de muertos y el enorme daño que le provocó al país? ¿Si no fue "demoníaco", qué fue? ¿Angelical? ¿Justo? ¿Necesario?

Conmigo no, Bonasso. Simplemente porque yo estoy hablando de mi experiencia personal: yo la viví. Vos también la viviste: fuiste uno de los jefes de una organización que no dejó gobernar a Perón, que lo atacó sistemáticamente, y sólo porque pensaban que el proyecto que debía imponerse en la Argentina no era el de Perón (que acababa de ganar las elecciones con más del 60% de los votos) sino el de ustedes. Por eso le advirtieron que no iban a dejarlo gobernar y asesinaron a Rucci sólo dos días después de su triunfo electoral. Y lo siguieron enfrentando hasta que los echó. Y pasaron a la clandestinidad en plena democracia e intensificaron el accionar armado.

En aquellos años, sólo algunos, como usted Bonasso, tuvieron la ventaja de la clandestinidad y acceso a mecanismos para eludir o enfrentar la represión. Los miles de jóvenes que creían en ustedes, en las facultades, en las escuelas, en las fábricas y en los barrios, tuvieron que seguir ocupando sus lugares, "escrachados" y "quemados", claramente identificados por la represión. Una mayoría de nosotros siguió haciéndolo, valiente o inconsciente del riesgo, hasta que la Triple A o la dictadura los secuestró y los asesinó.

Conmigo no, Bonasso. Hubiera sido más digno que me interrumpieras para reconocer aquellos tremendos errores, o para contarles a los jóvenes de hoy que hay que vivir en democracia y cuidar de ella, y que te equivocaste cuando la atacaste. Hubiera sido genial que dijeras que para imponer ideas hay que convencer a los demás, no asesinarlos ni secuestrarlos. Y decirles a los peronistas que cuando Perón ya no enfrentaba ni al Almirante Rojas, ni a Aramburu, ni a Lanusse… aparecieron ustedes –los jóvenes de vanguardia- y se constituyeron en su principal enemigo en sus últimos años.

Aquellos últimos años en los que justamente Perón se abrazaba con Balbín y nos decía que "para un argentino no debe haber nada mejor que otro argentino".

Me vi obligado a responderte de este modo Miguel Bonasso, por escrito, porque durante el programa no me dejaste hablar ni decir estas cosas. Vos tenés una enorme posibilidad de contribuir a la verdad histórica no ocultando datos, no falseando hechos, sin engañar a las nuevas generaciones, que tienen derecho a saber qué sucedió realmente en la Argentina de aquellos años. Y, además, pidiendo perdón por todo el daño y sufrimiento causados.