sábado, 2 de septiembre de 2017

“¡CARONTE!... ¡SERÉ ESCÁNDALO EN TU BARCA!”


Peor que la misma injusticia, es la soledad. Hiere más la ingratitud, que la mentira. Se torna insoportable la indiferencia, incluso más que la falta de libertad.

Una nación es tal, cuando en ella reina la justicia; concepto con mucha más substancia y valor que las cambiantes ideologías, que siempre, inexorablemente, son cristales que empañan la realidad.

Con el riesgo siempre latente que entrañan las síntesis, asumimos hoy que nuestra generación fue protagonista adolescente de una Argentina jaqueada por el odio y las falsas dicotomías. En el marco de una sociedad reconocida en el mundo por el peso cultural propio de su clase media, nuestro país no acertaba, medio siglo atrás, en reducir dos guarismos, hoy por hoy, envidiados: 15% de pobreza y 5% de desocupación. Finalizaba la década de 1960. A los ciclotímicos enfrentamientos internos, tan propios de esta precaria Hispanoamérica, se sumaba entonces un ingrediente nefasto: la confrontación de una distante y ajena guerra fría que repercutía en nuestras tierras. ¡Qué sencillo parece ahora, interpretar esos años! ¡Cuántas palabras vacías, cuantos mares de tinta derramados por analistas e investigadores que, poco a poco, frase a frase, renglón tras renglón, acomodan una historia que se deforma entre silencios, pinceladas de romanticismo barato, medias verdades, algunos recuerdos y muchos olvidos! No fue nada fácil para aquellos que dejábamos la pubertad, contemporáneamente a mayo de 1968.

Distintas usinas de confrontación y violencia hicieron lo suyo, inyectando el delirio y el mesianismo entre los argentinos.

Se cruzó una barrera: las ideas contrarias, podían y debían eliminarse. La muerte del humilde gendarme Romero por el fuego del capitán Hermes Peña, miembro del ejército regular de Cuba, ocurrido en los montes salteños promediando los años sesenta, podría tomarse como uno de los tantos indicios del comienzo de una cronología siniestra de muertes, lágrimas y desesperanzas, que continuó por la vía armada hasta 1989, con la locura del ataque al cuartel de La Tablada. En toda esa trágica etapa de la vida nacional, especialmente en los años de apogeo de la confrontación (19741976), más de quince mil miembros armados de los movimientos terroristas vernáculos, con adiestramiento foráneo, enfrentaron al Estado argentino, sin pedir, ni dar cuartel.

Nada puede enorgullecer a los argentinos, de lo ocurrido en aquellos años trágicos. Hasta los actos individuales de arrojo, heroísmo y sacrificio, se deprecian ante la fetidez del marco general de las conducciones, encrespadas de odio y cegadas de venganza. Los unos, se lanzaron a la locura de la toma del poder a través del empleo de las armas, hasta vencer o morir por la Argentina. Los otros, con la contundencia del monopolio estatal del empleo de la fuerza, recibieron la orden de frenar a los primeros.

Tambaleantes los poderes de una república endeble, se hicieron del poder imponiendo un modelo que, lejos estaba de reemplazar la poesía que destruye, con la poesía que promete. Unos redactaron sus propios códigos y reglamentos, se uniformaron, se asignaron grados y jerarquías, hicieron públicas sus metas políticas y militares, secuestraron, robaron, atentaron, ejecutaron de forma sumaria, fusilaron a sus propios miembros por actos de cobardía y hasta por demostrar preferencias sexuales reñidas con el espíritu revolucionario, liberaron zonas y poblados, dañaron el patrimonio nacional. Los otros, vaya paradoja, se mimetizaron con los agresores de la sociedad que pretendían defender, asumiendo roles impropios a su formación, para los cuales eran evidentemente incapaces. Los unos pretendieron trastocar todo, incluso lo justo. Los otros pretendieron conservar todo, incluso lo injusto.

¿Y el resto? ¿O vamos a seguir la cómoda teoría de dos hermanos díscolos que arruinaron la paz de una numerosa, educada y unida familia argentina?

Los miembros de la sociedad política, los partidos, los sindicatos, las organizaciones intermedias, no supieron o no quisieron neutralizar a sus propios elementos que difundían el odio y la violencia, llegando incluso en un último acto de cobardía, a desertar de su función inherente y declararse públicamente incapaces de frenar la demencia, mirando con súplica a los cuarteles.

Los grupos económicos, sus bancos y financieras, sus asociaciones empresarias de la industria y del campo, como no podía ser de otra manera, estimularon, desde las sombras anónimas de sus intereses, para que cesara cuanto antes el caos, recomponiendo un básico orden para no ver menguar sus dividendos. Los mercados necesitan siempre orden y cierta certeza razonable de seguridad, que lejos estaba en el aquel entonces, con diarios atentados, secuestros, asesinatos de ejecutivos y pagos de mensualidades extorsivas.

Los pastores de la iglesia, tan mundana ella, bendijeron sables y banderas, cuidando muy bien de repartir por igual el rociado de sus aguas benditas entre unos y otros de los bandos en pugna armada.

Los jueces, salvo honrosas excepciones que pagaron con sus vidas el encarcelar a los sediciosos, se hicieron los distraídos tras sus cómodos escritorios, exprimiendo los beneficios de sus prebendas, guardando un cómplice silencio.

Muchos de los intelectuales que sembraron el enfrentamiento en las mentes de miles de jóvenes, indicaron con insistencia la senda de peligrosos atajos que ellos mismos jamás se atrevieron a transitar.

De esta siniestra combinación social, nada bueno podía emerger.

En el presente, hay quienes reconocen tímidamente que la lucha de los años setenta frenó a la Argentina de dirigirse, por un camino seguro, a lo que representa la Venezuela de hoy en día. Es una comparación equivocada. No alcanza. Con sólo releer los propios documentos del terrorismo argentino queda claro que la Venezuela del presente es una mala caricatura de lo que hubiese sido la Argentina sangrante en manos del rencor, del mesianismo y del odio de clases de las organizaciones armadas rioplatenses.

A partir del fin grotesco de la dictadura, en diciembre de 1983, se jalonó el camino para evitar el cierre definitivo de las heridas de la patria, a saber:
  • Se puso una artificial y tendenciosa fecha de inicio y terminación de la guerra revolucionaria en la Argentina: del 24 de marzo de 1976 al 10 de diciembre de 1983.
  • Se juzgó a los protagonistas del enfrentamiento armado con instrumentos legales sancionados con posterioridad a los episodios denunciados, no respetando a sus jueces naturales.
  • Como remiendo a la inevitable crisis de semana santa de 1987, se promulgaron leyes de apuro que pretendieron poner límites a inacabables procesos judiciales.
  • Años después, se derogaron esas leyes, en manos de los mismos protagonistas de la sociedad política que desertó de su razón de ser en los setenta, y de no pocos que integraron, armas en mano, el ataque contra su propio Estado y su propia sociedad.
  • Se proclamaron desde el más alto nivel de la justicia los conceptos de lesa humanidad y asociación ilícita, vulnerando antiguos principios del derecho penal y obligaciones contraídas por el país a partir de vigentes tratados internacionales.
  • Con la complicidad de los otros poderes, se terminó de diseñar y poner en marcha una verdadera trampa mortal para un sector de los protagonistas de esas luchas: los que acariciaron la victoria militar.

Se trata de una gran emboscada estratégica.

Hoy, promediando 2017, a cuarenta años de aquellos episodios,  está debidamente probado que:
  1. Quienes atacaron con violencia al estado argentino y a su población, gozan del respeto, los resarcimientos y la libertad para ser legisladores, prósperos empresarios, jueces, docentes, periodistas, funcionarios públicos, relatando impúdicamente sus andanzas como terroristas.
  2. Los responsables políticos, civiles y militares, de aquellos años, o están muertos, o viven en otras latitudes o disfrutan del calor de sus hogares en compañía de sus afectos.
  3. Los políticos, los grupos económicos, pastores, intelectuales, periodistas y jueces, prefieren asumir la aceptación de una versión histórica falsa, por incompleta y tergiversada.
  4. La mayoría de los habitantes de la Argentina, que nacieron después de 1983, o desconoce la verdad de lo ocurrido o prefiere no saberlo.
  5. La institución judicial, está vaciada en sus esencias.

Por ello, muchos de los que estas líneas compartimos, elevamos nuestra voz, cansados de haber sido usados, por los unos y por los otros, con la cobardía cómplice del resto. Pertenecemos a una generación que se vio empujada hacia un enfrentamiento fratricida, estéril y cruento, lejos de las decisiones, ignorantes de los objetivos, envueltos en odios ajenos; verdaderas víctimas que ofrecimos los mejores años de nuestra temprana juventud, con desinterés y confianza en luchar por la defensa de nuestra amenazada patria.

Nadie de nosotros reclama por las heridas del cuerpo ni las del alma.  Antes de ello, muchas muertes argentinas merecen nuestro respetuoso homenaje.

Como si la capacidad de entrega no alcanzase, enfrentamos al inglés en Malvinas -otra vez sin participar en las decisiones-, en inferioridad manifiesta, sin ocultar nuestros cuerpos a las explosiones y a la metralla.

Nos siguen humillando, aquellos por quienes ingenuamente peleábamos.

Desde 2003, el estado argentino lleva adelante un plan sistemático de aniquilación de un sector de su ciudadanía. Es así.

No se conoce caso en la historia del mundo civilizado en que se haya colocado a una fuerza armada regular en el banquillo de los acusados, procesando judicialmente, por ahora, a casi tres millares de sus miembros (militares, policías, gendarmes, prefectos, penitenciarios, agentes civiles, funcionarios judiciales), de los cuales más de 400 ya han fallecido en cautiverio antes de recibir sentencia; la mayoría del resto guarda prisión preventiva habiendo transcurrido años de vencimiento de los plazos procesales. Lisa y llanamente: el aniquilamiento de un sector bien caracterizado. Nótese que han encarcelado a quien fue jefe del ejército argentino en 1975 -muerto en prisión-, y a quien ocupó en mismo cargo en 2015 (alumno de la academia militar en 1975). La representación de un ejército completo, de general a cadete.

Quienes con consignas extrapoladas de extrañas latitudes pretendieron imponer en el Río de la Plata, por las armas, una dictadura sangrienta, conducen cómodamente el aniquilamiento sistemático de los sobrevivientes que se lo impidieron.

Somos conscientes que estamos en la más oscura noche de la adversidad. Nadie es profeta en su tierra. Las primeras luces de esperanza, para nuestro asombro y vergüenza, se están encendiendo desde el exterior de la Argentina. Dirigentes de organizaciones de otras naciones y de organismos supranacionales, han comenzado a prestar atención a la flagrante agresión al derecho penal por parte del estado argentino.

Pese al cautiverio, a las humillaciones, al sufrimiento de nuestros hijos y nietos. A la enfermedad y al abandono en que se hallan muchos de nuestros adultos mayores, que arrastran por los pabellones y celdas de todo el país, el amargo sabor de la incomprensión y silencio cómplice de todo un pueblo. Pese a todo ello, mantenemos nuestro corazón y las fuerzas de nuestro cerebro en la realidad de una patria que se aleja cada vez más de serlo. Pero aún podemos servir a ella. Por nuestros descendientes. Por nuestros muertos. No dejaremos nunca de cumplir juramentos juveniles.

Los prevaricadores serán señalados en sus embustes y alevosías. Esos personeros de la injusticia. Esos beneficiarios de prebendas, parciales y parsimoniosos a la hora de medir corrupciones, inmediatos a la hora de armar causas endebles y viciadas de toda nulidad contra nosotros, serán denunciados con nombres y apellidos. Su vil e interesado sentido de venganza podrá saciar sus ambiciones y su sordo y antiguo rencor, enalteciendo nuestro propio ánimo para desenmascararlos ante el pueblo argentino y ante la comunidad internacional.

Será justicia.

Situación de Causas Judiciales

Fecha de Actualización: 20 de Julio de 2017.

El avance de la causas judiciales, que se llevan a cabo en distintos juzgados de nuestro país, en contra de
miembros de las Fuerzas Armadas, Fuerzas de Seguridad, Policiales, Penitenciarias y Civiles, presenta a la
fecha, el siguiente cuadro de situación:

Presos Políticos Muertos en Cautiverio: 417. Equivale al 18,71% del total de presos.
*Desde el 10 de Diciembre de 2015: 76

Procesados: 1087. De los cuales hay 244 detenidos en Establecimientos Penales.

Condenados: 724. De los cuales hay 208 detenidos en Establecimientos Penales.

Total General: 2228 (Incluye muertos, procesados, imputados, condenados y absueltos)



FUENTE: HOJAS DE  LIBERTAD por presos politicos Argentina.

SUERTE GRELA


"Qué sola irá la grela, tan última y tan rara,
sus grandes ojos tristes trampeados por la suerte,
serán sobre el tapete raído de su cara,
los dos fúnebres ases cargados de la muerte".
Horacio Ferrer

Una vez más, la Argentina, cuya economía se está recuperando a ojos vista, parece verse inmersa en una espiral de violencia que, sin duda alguna, tiene su origen en la más bastarda política; tal como sucedió en los 70's, un grupo absolutamente minoritario se siente con el mesiánico derecho a conducir a la sociedad hacia un proyecto político que, según cree, sólo la generalizada estupidez evita que sea deseado por todos.

Entonces, aquellos jóvenes extraviados pretendieron llevarnos -con miles de asesinatos, bombas y robos- hacia Cuba y su marxismo que, con el paso de más de seis décadas, ha demostrado su estrepitoso fracaso. Hoy, en cambio, a lo único que aspiran sus descendientes subversivos es a desestabilizar al Gobierno, evitar la disgregación demostrada en las urnas primarias y sembrar pánico entre los jueces, con el único propósito de torcer el destino y conseguir que los máximos líderes de este populismo infamemente corrupto terminen donde deben estar: en la cárcel. 

No es casual, ni fue magia, que confluyeran en esta posición -el "club del helicóptero"- la delincuente Hebe Bonafini ("la madre de las madres" como la llamaba don Néstor, según Ceferino Reato) y los exonerados policías de la Provincia de Buenos Aires, y personajes tales como Estela Carlotto, Manuel Quieto (el desafinado ¿cantante? de La Mancha de Rolando), el ¿pacífico? Adolfo Pérez Esquivel, el ¿cómico? Diego Capusotto, los ¿maestros? Roberto Baradel, Luis D'Elía y Hugo Yatsky, los ¿periodistas? Horacio Verbitsky y Víctor Hugo Morales, y tantos otros ciegos seguidores de la noble viuda.

Cristina Elisabet Fernández ya siente en la nuca el aliento de los magistrados de Comodoro Py que, con su más que fino olfato, han despertado y comenzado, finalmente, a investigar, juzgar y condenar la sideral corrupción de la extendida década en la que su marido y ella fueron inquilinos de la Casa Rosada; la reciente citación a juicio oral de las causas "Ciccone" y "Once II", en plena campaña electoral, en las cuales deberán comparecer Amado Boudou y Julio de Vido, respectivamente, es una clara prueba de ello.

Con seguridad, la ex Presidente está muy preocupada por el futuro (obviamente, no económico) de sus hijos, también firmes candidatos a ir presos. Por eso, se sube a cualquier colectivo que pueda alejarlos de ese inexorable destino sudamericano, como diría Jorge Luis Borges, aunque en el trayecto la conductora ebria atropelle a toda una desprotegida, cómplice y anómica sociedad.

Con sólo observar que, en el reclamo por la aparición de Santiago Maldonado y la improbada imputación a la Gendarmería Nacional y en la defensa de ese invento antropológico denominado RAM (Resistencia Ancestral Mapuche), matizado por los destrozos de encapuchados que asolaron el centro porteños, aparecen lo que queda de Montoneros, ERP y Quebracho en franca gimnasia revolucionaria, con toda su parafernalia de fusiles y lanzas cruzados, y que los integrantes de la CTERA adoctrinan en las aulas a los más chicos, resulta fácil colegir qué pretende y a qué está dispuesta a recurrir. Más de setenta atentados incendiarios, incluido dos en la propia ciudad de Buenos Aires y uno en El Bolsón, resultan al menos inquietantes.

Ahora falta saber qué hará el Gobierno para impedir que la escalada de violencia, todavía relativamente incipiente, escale y se expanda. Como dije la semana pasada, no tengo duda alguna que Mauricio Macri se ha puesto las botas y avanza a paso redoblado sobre la realidad política nacional e internacional (caso Venezuela), pero aún resta conocer su posición frente a estos hechos, cuyo inmediato futuro puede ya verse en el sur de Chile, la otra víctima de sus provocados incendios, devastación y muerte, impunes por decisión del gobierno socialista de Michelle Bachelet.

El Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires está lo suficientemente preocupado por los trascendidos que hablan de una intensificación de estas acciones en las semanas que median hasta las elecciones legislativas del 22 de octubre, y ha dado directivas "defensivas" a sus efectivos. Pero, al menos por ahora, nada parece haber hecho para conjurar el peligro.

En esta rara Argentina que hemos sabido conseguir, con los terroristas premiados con indemnizaciones gigantescas y opacas, sentados en gobernaciones, ministerios y sillones parlamentarios, las Fuerzas Armadas tienen vedado, por ley, realizar acciones militares dentro del territorio. Para modificar ese marco legal, aún si quisiera que actuaran contra el narcotráfico y el terrorismo, Cambiemos carece de fuerza en las cámaras del Congreso y dudo que fuera acompañado por las distintas formas del peronismo.

Por lo demás, ¿quién asegura que los oficiales y suboficiales cumplirían las órdenes aún cuando contaran con el respaldo legislativo? Todos hemos visto a este ¿honorable? poder del Estado -un verdadero aguantadero de criminales, que se nutrirá pronto con la presencia de Cristina Kirchner- declarar la nulidad de las leyes de "obediencia debida" y "punto final", que había sancionado veinte años antes. ¿Quién puede asegurarles que no lo haría nuevamente en el futuro?

Y también vemos a los fiscales "legítimos" y jueces prevaricadores, verdaderos asesinos togados, violar todas las normas constitucionales (legalidad, principio de inocencia, irretroactividad de la ley, defensa en juicio, juez natural, etc.) para perseguir y encarcelar de por vida a más de dos mil  militares de los que lograron que pudiéramos conservar la integridad nacional y la democracia, cumpliendo órdenes legítimas de una Presidente democrática, integrante de la fórmula que obtuvo el mayor porcentaje de votos de la historia, durante el Operativo Independencia, en Tucumán; más de cuatrocientos ya murieron en cautiverio. El beneficio de la prisión domiciliaria concedida, por intercesión de la Comisión de Derechos Humanos de la OEA, clama al cielo; los presos políticos de esta democracia reconquistada en 2015, son mucho más viejos y no tienen posibilidad alguna de entorpecer la investigación de hechos ocurridos hace cuarenta años y, sin embargo, ese beneficio, de todo punto de vista legal, no le es reconocido.

Y recordemos que el Presidente de la Corte Suprema, Ricardo Lorenzetti, dijo hace tiempo y sin ponerse colorado, que los juicios por los supuestos crímenes de lesa humanidad son una política de Estado, consensuada con los otros dos poderes; ¿no debían los jueces impartir justicia? Pensemos que, después del fallo "Muiña" del alto Tribunal, que aplicó correctamente el principio de la ley más benigna, el Congreso, casi por unanimidad -Cambiemos la inspiró- sancionó una ley que establece que ese beneficio no resulta aplicable a los amañados procesos por supuestos crímenes de lesa humanidad. ¿Qué dirá al respecto la Corte cuando deba expedirse en casos similares?

Espero, ya con pocas esperanzas, que el ignominioso tema de los presos políticos se solucione a partir de octubre, porque constituye hoy la mancha más penosa que pesa sobre la política de derechos humanos del actual gobierno al que, como queda claro, votaré en las legislativas.

Bs.As., 2 Sep 17


Enrique Guillermo Avogadro
Abogado

martes, 29 de agosto de 2017

CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE MACRI EN FACEBOOK


Sr Presidente de la Nación Argentina
Ing. Mauricio Macri

Como ciudadano que lo votó y depositó la confianza en su gobierno, me pregunto:

- ¿Sabe Ud. la situación de los presos políticos en las cárceles de la Argentina?

- ¿Sabe Ud. que en las parodias de juicios, amañados y con testigos adoctrinados previamente y algunos claramente falsos, se aplican leyes en forma retroactiva en contra de la Ley?

- ¿Sabe Ud. que se viola permanente y sistemáticamente la Ley, al no cumplir con lo que ella dispone en lo referente a los tiempos de prisión preventiva sin condena y a la edad de detención en penales que carecen de lugares de atención médica y sanitaria adecuados para su correcta atención?

- ¿Sabe Ud. que tiene héroes de Malvinas, reconocidos hasta por los británicos por su heroísmo y comportamiento durante los combates en suelo de Malvinas, encarcelados sin causa y/o por juicios viciados de nulidad absoluta?

- ¿Sabe Ud. que hay jueces con manifiesta y declarada parcialidad a cargo de muchos de estos juicios, a los que hago aquí referencia?

- Ud. es la cabeza del Estado Argentino y suya es la obligación de poner las cosas en JUSTO ORDEN.

Tenga en cuenta sus responsabilidades y hágase cargo.
De no ser así las futuras generaciones SE LO RECLAMARÁN.

Belisario Saravia

DNI 8.019.614

lunes, 28 de agosto de 2017

HÉRCULES C-130 (TC-62) DERRIBADO EN TUCUMÁN

28 de agosto de 1975 - Aeropuerto de San Miguel de Tucumán

ESTO FUE NOTICIA EN 1975

Un avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina fue derribado el 28 de agosto de 1975 en el Aeropuerto "Teniente General Benjamín Matienzo" de San Miguel de Tucumán

ACCIONAR DEL AVIÓN HERCULES C-130 - MATRICULA TC-62 EN OPERACIONES ANTARTICAS


 El avión Lockheed Hércules C-130H, matrícula TC-62 de la Fuerza Aérea Argentina, que dependía del Grupo 1 de Transporte de la I Brigada Aérea, con asiento en la localidad de El Palomar, provincia de Buenos Aires, tiene un importante historial, además de sus misiones específicas, había participado en muchas misiones de paz, ayuda humanitaria y en la Antártida Argentina, en acontecimientos históricos, entre ellos los más destacados que se mencionan a continuación:

El 1 de Marzo de 1969 sobrevoló en la Antártida Argentina la isla Decepción y las bases Brown, Matienzo, Petrel y Esperanza, como asimismo realizó un reconocimiento del futuro emplazamiento en la isla Vicecomodoro Marambio, efectuando además lanzamiento de carga y correspondencia sobre la Base Matienzo y Estación Petrel.

El 14 de Abril de 1969 apoyó el trayecto y proveyó la información meteorológica en la ruta al avión biturbohélices de Havilland-Canada DHC-6 Twin Otter matrícula T-85, equipado para las operaciones en la Antártida con un sistema de esquí-ruedas, que despegó de Río Grande y anevizó en la Base Aeronaval Petrel de la Antártida Argentina, cumpliendo la tarea de reconocimiento visual y fotográfico de la meseta que corona la isla Vicecomodoro Marambio y además someter a prueba el nuevo avión en vuelos de enlace y traslado de personal, a la vez de adiestrar a las tripulaciones; misiones que actualmente se cumplen con dicho avión en la Antártida.

El 23 de Abril de 1969 prestó el mismo apoyo al avión Twin Otter matrícula T-85 que regresaba de la Antártida, conjuntamente con otro Twin Otter similar, matrícula 1-F-1 de la Armada Argentina.

El 5 de Agosto de 1969 partió de Comodoro Rivadavia y sobrevoló la meseta de la isla Vicecomodoro Marambio y la Base Aeronaval Petrel, regresando en vuelo directo a su unidad de asiento en El Palomar, provincia de Buenos Aires.

El 9 de Octubre de 1969 con este avión se lanzó sobre la meseta que corona la isla Vicecomodoro Marambio, elementos de abastecimiento y supervivencia para la Patrulla Soberanía, misión que permitió continuar con la tarea que realizaba la misma, de construir a pico y pala la primera pista de tierra en el Continente Antártico.

El 30 de Junio de 1970 participó en la realización de la primera evacuación sanitaria por vía aérea desde la Antártida Argentina, trasladando a la Base Marambio dos helicópteros Hughes 369HM, matrículas H-31 y H-33, que ese mismo día volaron hasta la Base Matienzo, de allí a la Estación Científica Almirante Brown donde relevó al jefe de la misma, quien presentaba un estado de salud delicado, regresando a Matienzo y al día siguiente a la Base Marambio, cargando los dos helicópteros y regresando con la misión cumplida.

El 17 de Mayo de 1971 unió por primera vez Buenos Aires (El Palomar) en vuelo directo con la Base Marambio en la Antártida Argentina, cubriendo el trayecto de 3265 km en 6 horas y 45 minutos.

El 17 de Agosto de 1972 arrojó dos toneladas de carga sobre la Estación Aeronaval Petrel y luego aterrizó en la Base Marambio, donde también desembarcó los dos helicópteros Hughes 369HM, matrículas H-32 y H-33, que ese mismo día volaron hasta la mencionada Estación Aeronaval y al día siguiente hicieron una evacuación sanitaria desde la Base Esperanza hasta la Base Marambio, regresando con los dos helicópteros a bordo.

DERRIBO DEL AVION HERCULES C-130, MATRICULA TC-62 CUANDO TRASLADABA GENDARMES DE TUCUMAN A SAN JUAN

28 de agosto de 1975 a las 0900 el avión Hércules C-130, matrícula TC-62 despegó de la I Brigada Aérea de El Palomar (Buenos Aires), aterrizando en el Aeropuerto Benjamín Matienzo (Tucumán), a las 11:56 horas, llevando a bordo a 85 pasajeros de la Policía Federal Argentina.

La misión de ese día para el TC-62 comprendería, además de ese vuelo de Tucumán a San Juan, otro traslado de La Rioja a Buenos Aires.

De inmediato se procedió al embarque de 114 miembros de Gendarmería Nacional Argentina, pertenecientes al Equipo de Combate "San Juan", que aparte de ellos, se acomodaron dentro de la aeronave los pertrechos, como también su armamento y munición.

Todos estaban ansiosos por partir y reunirse con sus familias y la tripulación, a su vez, cumplía con los últimos detalles de la partida y nada hacía suponer que en el cumplimiento de una misión rutinaria, podría ocurrir minutos después.

Mientras todo esto ocurría en el aeropuerto, un vehículo con las siglas de Agua y Energía, estacionado a una cuadra y media de la entrada recibía instrucciones por radio de un militante subversivo montonero infiltrado dentro de la estación aérea; así daba inicio la última fase de la "Operación Gardel" ejecutada por el Grupo Montoneros.

Ese día cuando todavía no habíamos salido del estupor de otros hechos similares que estaban ocurriendo, recibimos una noticia que nos conmocionó, el avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Argentina, matrícula TC-62 había sido derribado a las 13:05 horas, por una bomba colocada y hecha estallar por control remoto, en plena carrera de despegue, que la habían colocado por delincuentes subversivos en el desagüe que pasaba por debajo de la pista de aterrizaje del Aeropuerto de Tucumán "Teniente Matienzo", quedando un cráter en el cemento de 12 m de diámetro por 2 de profundidad.

Sí, esto fue noticia el 28 de Agosto de 1975, que mucha gente ya no lo recuerda y otros, aquellos que tienen menos de 40 años de edad, lo desconocen, como muchos otros hechos similares, porque no habían nacido o eran demasiado chicos.



Esta operación se llevó a cabo con una gran precisión, pero por la pericia de la tripulación se evitó que este atentado criminal alcanzara proyecciones de catástrofe, salvando las vidas de más de un centenar de almas que se encontraban a bordo, como así también el desastre que podía haber ocasionado de haberse precipitado sobre el Barrio Obrero situado a continuación de la cabecera de pista de dicho Aeródromo.

El aparato se destrozó al caer a tierra y quedó envuelto en llamas, explotando con impresionante violencia, lo que causó pánico entre los habitantes de la zona próxima al Barrio San Cayetano.

Los restos del avión quedaron esparcidos en un radio de aproximadamente 300 metros, mientras que el grueso de la estructura se incendiaba a un costado de la pista envuelto en llamas y en medio de una columna de humo negro visible a gran distancia del lugar.

La tarea de rescate se hizo muy difícil para los bomberos que estaban atacando el fuego, debido a las explosiones posteriores, causadas por los tanques auxiliares de combustible y el material transportado a bordo.

El día del atentado, se habían registrado seis fallecimientos y veintitrés heridos, nueve de ellos de gravedad.

Un hecho significativo que merece ser recordado, fue que mientras se incendiaba el avión y entre las explosiones, se vivieron escenas heroicas por parte de los bomberos, la gente del lugar, como así también de los tripulantes del Hércules y Gendarmes que habían podido salir de este infierno y volvían para rescatar a los que quedaban atrapados entre los restos del avión, el cual quedó totalmente destruido.

Las autoridades del gobierno constitucional a cargo de la señora Presidente de la Nación Argentina, María Estela MARTÍNEZ de PERÓN, condenaron enérgicamente este accionar terrorista.



En esta acción valerosa pereció por asfixia el Gendarme Raúl Remberto CUELLO, quien salió ileso del avión y entró repetidas veces, salvando valiosas vidas, hasta quedar atrapado por las llamas en el que sería su último intento, dando un ejemplo de valor y coraje llevados hasta el supremo sacrificio.

Gendarme Raúl Remberto CUELLO

Fallecieron en este atentado, los Gendarmes Evaristo GOMEZ, Juan Argentino LUNA, Marcelo GODOY, Pedro YANES, Juan RIVEROS y Raúl CUELLO.


Sargento Primero Pedro YANEZ

Sargento Primero Juan RIVEROS

Gendarme Marcelo GODOY

Gendarme Juan Argentino LUNA

Gendarme Evaristo GÓMEZ

EN HOMENAJE A LOS GENDARMES CAIDOS SE DESCUBRIO UNA PLACA DE BRONCE EN JACHAL - SAN JUAN

Con motivo de rendir homenaje a los Gendarmes caídos en el atentado al avión Hércules C-130 en el Aeropuerto de San Miguel de Tucumán el día 28 de agosto de 1975, en oportunidad de cumplirse 40 años de este acontecimiento, se llevó a cabo una emotiva ceremonia en la Ciudad de Jachal, provincia de San Juan, con la presencia de autoridades civiles, militares y familiares del personal fallecido.

Se dio lectura a la Resolución del Honorable Consejo Deliberante de Jachal, autorizando a la realización del acto homenaje e invitando al pueblo de Jachal a concurrir al mismo.

También pronunció palabras alusivas el Comandante General (R) Mario Eduardo MEDRANO.

En el transcurso de este acto se descubrió una placa de bronce en la Plazoleta "Sargento Ayudante Yáñez" del barrio 28 de agosto de esa ciudad y se colocó una ofrenda floral.

Los que están en esa placa son los integrantes del Equipo de Combate "San Juan", quienes fallecieron en el interior del avión, al igual que el Gendarme Cuello, que había entrado al avión en varias oportunidades para rescatar a otros camaradas.

Otros se salvaron al abrir una abertura en un lateral del avión Hércules C-130 y pudieron salir del interior.


En este acto, se leyó una carta enviada por uno de los sobrevivientes de este luctuoso acontecimiento, del navegador de ese vuelo, el Comodoro (R) Expedicionario al Desierto Blanco y Veterano de Guerra de Malvinas D. Francisco Florencio MENSI, que decía:

"Agradezco la invitación a tan sentido acto en Jachal, en conmemoración a los héroes de Gendarmería Nacional Argentina caídos en Tucumán. me gustaría que en ese acto, si es posible, se leyeran las siguientes palabras, aquel 28 de agosto de 1975 era Capitán y me desempeñaba como navegador del avión Hércules C-130, matrícula TC-62 y resulté severamente herido cuando fuimos derribados al despegar a las 13:06 hs de un hermoso día de invierno en Tucumán  y quiero agradecer la invitación a este acto conmemorativo, pero por muchas razones hoy no los puedo acompañar aunque quisiera hacerlo, hoy quiero hacer llegar un profundo saludo a los familiares de los caídos en ese ataque y comentarles que he visto el valor que los hombres de la Gendarmería de nuestra Patria pusieron de manifiesto cuando, caídos y en llamas se ayudaban.  Eso lo recuerdo cada día de la vida de estos 40 años;  al punto que un Gendarme y un Suboficial de la Fuerza Aérea Argentina me tomaron de los brazos cuando estando caído, al lado del avión en llamas y herido, no me podía mover, pero ellos me arrastraron lejos del peligro.
No tengo palabras para decirles gracias y recordar a los caídos acompañando a la distancia a los familiares en tan profundo dolor.
Hasta siempre y ¡viva la Patria!"


BALANCE ELECTORAL


27 de agosto de 2017

Las pasadas elecciones llevan a las siguientes reflexiones sobre legisladores en ejercicio o postulantes a esos cargos:1)  En  campaña han pedido cambios al  Gobierno olvidando que ellos como integrantes  del poder legislativo son constitucionalmente ramas del gobierno de la Nación. 2) Estando en ejercicio no han presentado un solo proyecto de ley bajando impuestos distorsivos como el IVA a la canasta familiar, a las ganancias que debió caducar en 1937,  al cheque que coarta la creación de fuentes de trabajo. 3) Señalar a los supermercados como causantes de altos precios cuando los alimentos tienen un 42% de carga impositiva.4) No han presentado ningún proyecto de ley que determine el ejercicio de la tarea legislativa sin secretarios pues hoy una PC los suple perfectamente. 5) Que la totalidad de los candidatos y de autoridades en ejercicio son producto del fallido  intento de Rusia, Cuba y Libia de hacer de nuestra Nación una Cuba, como lo muestra hoy la realidad de Venezuela, pues el gobierno Constitucional de Estela Martínez de Perón ordenó la aniquilar la subversión.  6) No imitar a EE:UU:  que no sancionó a los pilotos y tripulaciones responsables de las bombas a Hiroshima y Nagasaki pues cumplieron una orden presidencial 7) Callar que se ha juzgado a militares y civiles, concretando falacias jurídicas copiadas del juicio al cardenal Mindszenty, no contempladas en la Constitución Nacional y ni en  Tratados Internacionales, a saber: a) Aplicación de prisiones preventivas superiores a los tres años legales , llegando en algunos casos a superar los 8 años, por ende a hacerlas permanentes. b) Negación de excarcelaciones bajo fianza.  c) No juzgar por jueces naturales.  d) Condenar por el inexistente delito de lesa humanidad en el Código Penal. e) Violación de los principios de igualdad ante la ley, de irretroactividad de la ley penal, de cosa juzgada y de doble instancia. f) Interpretación del crimen por analogía. g) Condenar  por actos que en el momento de cometerse no eran delitos. h)  Mantener detenidos a varios centenares de detenidos sin proceso, incluyendo a sexagenarios enfermos que murieron en prisión por falta de atención médica y al derecho a la vida.

Por lo expuesto urge una solución política encarada por los poderes Legislativo, Judicial y Ejecutivo. Nuestra sociedad debe rescatar los derechos conculcados por el Estado para no caer en las semejanzas de lo ocurrido en otros países de nuestro continente, como Cuba o Venezuela

Eloy Soneyra


VICTORIA VILLARRUEL: LUCHAMOS POR NUESTRO RECONOCIMIENTO


Por Germán Negro

La presidenta de Celtyv, una ONG dedicada a visibilizar a las víctimas del terrorismo, plantea la discriminación que sufren por parte del Estado.

En 2006, Victoria Villarruel participó de la creación del Centro de Estudios Legales sobre el Terrorismo y sus Víctimas (Celtyv). No era fácil. No lo es. Como ella misma lo cuenta, “hasta ese momento las víctimas del terrorismo, principalmente las víctimas de las organizaciones como Montoneros y el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), seguían sin sus derechos humanos. O sea no los tenían reconocidos por el Estado”.

“Entonces, creamos la asociación como una manera de luchar para el reconocimiento. En definitiva son las únicas víctimas en todo el país que no tienen reconocimiento”, afirma Victoria.

     ¿Y cómo siguen desde 2006?

  Siguen sin sus derechos humanos. El Estado no les reconoce el derecho a la verdad, a la justicia y a la reparación. Pero, luego de tantos años de lucha, la sociedad está mucho más abierta a hablar de estos temas. Tiene mucho más interés y se presenta como menos traumático para conversar. Es más común hoy hablar de lo ocurrido en la década de 1970 y de los crímenes aún impunes.

     Se da con el cambio de gobierno a nivel nacional.

 Sí, principalmente. Pero era un proceso que se venía acentuando porque el gobierno anterior presionó tanto sobre la idea de considerar “jóvenes idealistas” a quienes habían cometido atentados terroristas, que creó una reacción contraria en la sociedad. Eso decantó desde diciembre de 2015.

     ¿Cuál es el tipo de víctima de la hablan ustedes?

 De civiles y no de combatientes. Ahí se incluyen a los uniformados que estaban en situación de descanso, en la intimidad de sus hogares o desarmados. Es decir, en el libro Los otros muertos tenemos una lista de víctimas. Por caso, en el ataque el cuartel de Formosa, se los considera víctimas del terrorismo porque fue en un día domingo, netamente de descanso. En todos los casos, hay víctimas del terrorismo de todos los orígenes sociales, desde muy pudientes, como el empresario Francisco Soldati, hasta los soldados de Formosa, que eran de un origen sumamente humilde.

    ¿Cuántas víctimas provocó la violencia guerrillera?

 Hablamos de 17.380 víctimas documentadas. Son 1.094 asesinados, 2.368 heridos, 756 secuestrados, 4.380 sufrieron ataques con bombas y también hay secuestrados en vuelo, personas que sufrieron extorsiones o empresarios que se exiliaron por las amenazas que recibían, incluso contra sus familias. Hay que tener en cuenta que la mayoría de las víctimas son civiles, lo que tira abajo uno de los grandes mitos que hay sobre la década de 1970, según el cual los terroristas sólo luchaban contra una tiranía o una dictadura y que atacaban exclusivamente objetivos militares. La lista te muestra que la mayor parte de los atentados ocurrieron en democracia, contra gobiernos elegidos por el voto popular. Y en segundo término que la mayor parte de las víctimas eran civiles.

     ¿Qué pasa cuando ustedes van a la Justicia?

   En todo momento, cuando fueron a los distintos fueros, el Estado rebotó sus causas. En el caso de las indemnizaciones, directamente se las deniegan. El Estado promulgó varias leyes de reparación desde Menem en adelante, pero se elude abiertamente reconocer a las víctimas de Montoneros, ERP y otras organizaciones de izquierda. En el caso del fuero penal, en 2007, Esteban Righi, exministro del Interior de Cámpora y en ese momento procurador General de la Nación (designado por los Kirchner, fue reemplazado por Alejandra Gils Carbó), dictó una resolución para no declarar como de lesa humanidad los crímenes de las organizaciones armadas. Hoy se considera de lesa humanidad hasta robos por cosas muebles, pero una bomba como la del comedor de la Policía Federal en Buenos Aires, donde murieron 24 personas, es considerado un delito común.

     ¿Qué acciones emprendieron?

    Nos reunimos con el secretario de Derechos Humanos y le planteamos la discriminación con estas víctimas y la inequidad que padecen. Hay víctimas de primera y de segunda. En la Argentina, el país supuestamente a la vanguardia en derechos humanos, se discrimina entre víctimas. Por desgracia, este gobierno aún no cambió la situación que existía con el kirchnerismo.

  ¿Creen que no les conviene o hay temor para meterse con este tema?

     Es una cuestión de no desagradarle a un sector al cual se le han dado todos los derechos humanos. Es no querer caerles mal, o desagradar a quienes, entre otras cosas, han sido homenajeados como héroes, a pesar de haber puesto bombas o de haber asesinado a inocentes. En nuestro país es como si la historia hubiera comenzado el 24 de marzo de 1976 y como si antes hubiéramos vivido en un paraíso terrenal donde todo era felicidad. Y la realidad es que los tres años previos al golpe fueron la peor etapa. Por ejemplo, el 26 de julio de 1975, en el aniversario del fallecimiento de Eva Perón, Montoneros la recordó detonando 180 bombas en el Gran Buenos Aires.

  ¿Cómo interpreta la reivindicación de la violencia del referente mapuche Jones Huala?

 Es preocupante, ya en 2006 Kofi Annan (extitular de Naciones Unidas) dijo que la violencia nunca está justificada, ni siquiera en defensa al derecho a la rebelión en defensa de cuestiones territoriales. Si alguien ataca fundos privados, mata a matrimonios como en Chile, apedrean a ciudadanos, roban, queman, definitivamente pierden legitimidad. Se convierten en terroristas y pueden ser penados. Si el Estado no lo hace, está diciéndole a la sociedad que cualquier idea se puede defender a través de la violencia.

Libro: los otros muertos

Obra sobre las víctimas civiles de la guerrilla en la Argentina.

Victoria Villarruel es también coautora, junto con Carlos Manfroni, del libro Los otros muertos, editado por editorial Sudamericana. Allí se cuentan innumerables casos de personas que fueron muertas en el marco de ataques violentos orquestados por organizaciones terroristas de izquierda en la década de 1970.