viernes, 17 de agosto de 2018

LA INSUSTANCIAL COHERENCIA DE LOS ARGENTINOS

 


Es probable que los males de Argentina tengan como fundamento que el argentino, como ser pensante carece de coherencia. Esa incoherencia se plasma en el deporte “intelectual” de pegar la etiqueta. Nadie dedica un mínimo de su tiempo a masticar la opinión ajena, una palabra dicha con cierto énfasis, o que pensamos que ha sido dicha con  una determinada afectación, sirve como mojón para definir al que la dijo, para nosotros la ley de las probabilidades no existe,  por ello una manzana podrida define una compra.


Hoy la pelea es por Macri, y no con contendiente de la cámpora o de barrios de pie; hoy, muchos de los que lo vieron como salvador, hacen gala de una violencia irrazonable en la crítica, que muchas veces es correcta, pero que estas actitudes -el tipo que rompe el carnet del club en la cancha cuando su equipo pierde sería la que más se le asemeja- las tornan pueriles e insensatas.


Tengo muchas quejas contra Macri, más aún, Macri no me gusta nada y si no hubiera un peronismo enfrente -peronismo que de acceder al poder volverá ahíto de venganza y rencor- no volvería a votarlo. Me sobran las quejas contra él en particular y contra Cambiemos en general; su cobardía, su obsesión por ser considerado “progre”, el tratamiento a los militares presos, las agachadas de tirar flores al río para conformar a una viejas delincuentes que han tasado su dolor en el ara innoble de un mercado de pulgas, el aborto, la falta de conceptos y hechos que tienen que ver con la soberanía y la Fuerzas Armadas y así podría seguir ad nauseam, pero, y aquí hay un pero grande como un elefante, los que se llenan la boca en contra de Macri dando muestra de su falta de coherencia son los mismos que habiendo votado al “mal menor” desde 1983 hoy se les eriza la piel si se les pide un último esfuerzo, o agachada, o lo que carajo consideren que sea porque, y esto me he aburrido de pregonarlo, del macrismo se puede salir, con los años Cambiemos puede ser un recuerdo insignificante, de lo que no volveremos a salir, salvo al exilio, es de un peronismo si este vuelve a tomar el poder.


Si creemos que Pichetto, Gioja, Massa, Solá, solo por nombrar algunos, son diferentes a CFK, si creemos que, al igual que el gran corrupto, ahora son “leones herbívoros” entonces la estupidez nacional ha alcanzado niveles que difícilmente superables. Tengo 75 años y sé por experiencia que los que han hecho del “animémonos y vayan” su credo son mayoría. Veo a pocos con los cojones suficientes para enfrentarse a los quías de barrios de pie o a las patotas de la cámpora, además, la mayoría son de mi edad, tienen hijos y nietos, ergo, si no es por ustedes, porque les escuece este último voto al “mal menor”, háganlo por ellos. Tírense cenizas en las cabezas rasguen sus vestiduras, pero al menos, sean coherentes una vez en su vida.

José Luis Milia
josemilia_686@hotmail.com

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