martes, 13 de agosto de 2019

LA DEFENSA NACIONAL ANTE DIFICULTADES POLÍTICAS Y ECONÓMICAS. EL ROL DE LA JUSTICIA DE NUESTRO PAÍS


El Foro de Generales Retirados ante la nueva instancia que se vive en el país

1.- En ediciones anteriores de Tiempo Militar, el Foro de Generales retirados se ha referido a la decadencia que desde hace muchos años postra a la Defensa Nacional, señalando aspectos que deberían ser encarados con premura.

Es harto conocido que desde el advenimiento de la democracia se produjeron en el ámbito de las Fuerzas Legales[1] graves hechos que han afectado no sólo a los aspectos materiales -económicos- con que debe contar un sistema eficiente, sino mucho más a los morales–de orden sociopolítico.

2.- En orden a estos últimos, las Fuerzas Legales derrotaron a las fortísimas expresiones pro-socio comunistas que durante años actuaron en nuestro país con extrema violencia. Necesariamente las Fuerzas del Estado tuvieron que responder con la energía que aún se conservaba, tras incomprensibles amnistías, sueltas de delincuentes y devastadoras acciones de gobierno.

Tal vez hoy recordadas sólo por parte de los votantes muy mayores. Y obviamente no vividas por la gran cantidad de jóvenes que participan actualmente de los procesos electorales.

En nuestro país, después de tanta desgracia y desolación el chivo expiatorio fue extrañamente esa misma Fuerza victoriosa en lo interno.

La que nunca pretendió quedarse en el poder para siempre ni luchó para ello, y que no necesitó de una manifiesta amenaza política para alejarse del poder, como se suele tergiversar en recordaciones de este triste pasado. Los motivos decisivos se encuentran en la derrota en una guerra internacional, lo que es grave, aunque los resabios de ésta en cuanto a reconocimiento de legítimos derechos sobre las Islas irredentas está por verse. Todo el planeta se enteró de ellos.

Como hombres de armas, con asombro observamos a partir de 1983 que se trazó una línea divisoria entre antes y después de 1976, probablemente aprovechando el estado de inercia y desmoralización de las Fuerzas, ocurrido inmediatamente después de la citada guerra. La sociedad fue intencionalmente desinformada que con anterioridad a ese año, no se habían producido terribles acontecimientos protagonizados durante la lucha entre una organización irregular como la tripe A y el terrorismo subversivo (generador de más de 20.000 hechos de violencia de extrema crueldad). Por los medios y a través de expresiones comunicacionales de todo tipo, se adjudicó de hecho a las F. Legales (que por fortuna nos salvaron de ser otra CUBA), el cúmulo de responsabilidades de las tragedias del país. Incluidas las mal fortunas de nuestra economía. Y tan potente ha sido ese accionar comunicacional, reiteramos, que la sociedad ha quedado impregnada de una gran duda sobre quiénes son los hombres que visten uniforme.

Rematando esta verdadera tragedia nacional -un país como Argentina no puede carecer de hombres valiosos, capaces y reconocidos en las Fuerzas Legales- asistimos desde los comienzos de este siglo a un espectáculo falaz. Los terroristas convertidos en idealistas y/o sus admiradores -jóvenes o no jóvenes- han sido perdonados y amnistiados.

Y en gobiernos democráticos recientes muchos de ellos, (arrepentidos o no) ocuparon y ocupan altos cargos en estamentos del Estado. Algunos de ellos con voluntad para ser candidatos en cuanta elección haya lugar.

En tanto que muchos miembros de la Fuerzas Legales que selecciona la Justicia Penal no militar entre los combatientes de la guerra no convencional-irregular que se libró en nuestro país (para la que no estaban preparados), son enjuiciados y mueren de viejos o enfermos en la cárcel o han sido privados de libertad de por vida, es decir; una pena de muerte encubierta.

Surge aquí la incógnita y la pregunta sobre la actitud que asumirán los gobernantes que elijamos en pocos meses; continuarán aceptando este tipo de aberraciones jurídicas o, como esperamos, comenzarán a respetar y restablecer la aplicación de los principios básicos del derecho.

3.- En cuanto a los aspectos de orden material -económicos- afortunadamente el actual Gobierno ha anunciado el año pasado un Plan de Reconversión del Sistema de Defensa Nacional. Para ello en su discurso fijó los parámetros y criterios a tener en cuenta para la misión, organización y funcionamiento del Sistema en general y en particular de las FF AA para que se constituyan en un instrumento de disuasión real, con la asignación además de nuevos roles de acuerdo con las nuevas amenazas y riesgos presentes y futuros para los intereses de la Nación.

Supuestamente se pondría así fin a décadas de indiferencia política, destrato, marginación y desinversión en el campo de la Defensa.

Si bien es cierto que el espíritu de la reforma es el de brindar apoyo en especial logístico a las Fuerzas de Seguridad y disuadir a eventuales oponentes, se deben fijar claramente desde el nivel político las normas o reglas de empeñamiento para los casos en que deban ser empleadas en combate, como así también la restitución del marco jurídico en las que se desempeñarán. O sea; restablecer el Código de Justicia Militar, de lo que por el momento no se habla.

Se evitará así la amarga experiencia que padecen los ex combatientes de la guerra interna irregular-no convencional de la que hablamos, que habiendo cumplido órdenes superiores, repetimos, hoy son juzgados por la Justicia Penal Ordinaria, mediante jueces que no son los naturales, y que de la guerra poco o nada entienden. O son maltratados por otros connacionales que parece hubieran preferido el triunfo de la ideología marxista.

Cuánta razón tuvo el ex Presidente Obama cuando en el año 2010 expresó «Cuando la Patria está en peligro se recurre a Dios y al soldado. Cuando el peligro pasa, Dios es olvidado y el soldado... juzgado».

Una de las claves que por las disposiciones sobre Defensa del Gobierno anterior se desguarnecía a la República, consistía en delimitar la agresión externa a la ocasionada por otro Estado. «Sin embargo especialistas en la materia coinciden en que la respuesta a una agresión no depende hoy de la localización geográfica del agresor, sino del daño potencial que podría producir según los elementos destructivos de que esté dotado»[2].

Como era de esperar, por parte de los que no tienen claro qué tipo de República quieren, si revolucionaria socialista o revolucionaria gramsciana, no podían faltar opiniones como ésta.

Dicen entre otras: «otorgar a los militares misiones del campo de la seguridad, como el antiterrorismo que ya realizan cuatro Fuerzas Federales, sería una decisión poco racional para el gasto público. Además no está claro qué tipo de acciones serán consideradas terroristas»[3]. Se ve que ignoran nuestra experiencia por haber sufrido en gran medida el terrorismo; el mismo terrorismo que hoy combate el mundo entero.

Pero el aggiornamiento de la Defensa sufre contratiempos, son producto de una economía que no termina de arrancar.

El 10 de Diciembre de 1983 se abrió un abanico de grandes expectativas.

Se originó por parte de hábiles políticos una gran ilusión por las perspectivas que depararía la democracia. Si bien hay logros en el ámbito de la inclinación social, en cuanto a una marcada preferencia por este sistema (considerado el menos malo de todos, según algún ministro británico), hay que admitir que las deudas generadas por los sucesivos gobiernos son alarmantes: - el índice de pobreza sobrepasa el 30 %; - el 40 % de la población no tiene cloacas; -más del 16 % no tiene agua potable; de cada 10 alumnos que comienzan el secundario no llegan a 5 los que lo terminan y - los haberes de los jubilados comparados con los de los funcionarios son miserables. Y podríamos seguir. Ni hablar que el principal problema es la inflación por carecer de una moneda viable, fenómeno que soportamos desde hace décadas.

Nos debe preocupar que el estado económico financiero del país pueda privar a la República de fondos para modernizar el Sistema de Defensa.

El desafío cercano para el ganador de las elecciones de este año, son las exigencias financieras del próximo año que tendrá vencimientos y déficit millonarios en moneda extranjera lo que se repetirá en los siguientes años 2021 a 2023, en que no se contaría con aportes como los actuales.

Finalmente el porcentaje del presupuesto anual destinado a la Defensa se ha reducido en Argentina y hoy no llega al 0,9% del PBI, nos encontramos en situación parecida a la de España, hace un par de años.

Este Reino destinaba a la Defensa en 2018 el 0,92 % del PBI y decidió aumentarlo en 0,1 % por año. Con lo cual llegaría en 2024 al 1,6 %. Con ello en 2028 cumpliría con el compromiso de la OTAN de aportar el 2 % por año.

En nuestro caso para llevar a cabo las reformas necesarias con las dificultades descriptas, debería llevarse progresivamente dicho presupuesto -según especialistas- hasta un nivel equivalente del 1,5 % del PBI, compatible con el potencial del país.

Habiendo tratado de señalar en apretada síntesis aspectos de tipo económico y de orden socio-político que afectan a la Defensa Nacional y a las FFAA en particular, resulta oportuno destacar el siguiente concepto expresado por el Presidente de la Nación durante la ceremonia por el 209 aniversario de la creación del Ejército Argentino: «Las tareas que nos quedan por resolver son muchas y conocidas por todos, pero es posible avanzar, y para eso es necesario dar una vuelta de página. Tenemos que dejar atrás el pasado y mirar el futuro.»

La gran pregunta es si la dirigencia política, actuando hasta el momento ante las próximas elecciones (Octubre) sin decir palabra sobre cuáles son sus objetivos en orden a gastos e inversiones, estará dispuesta a atender a la Defensa como lo precisa la República Argentina.

Tte. Grl (R) Diego Suñer y Generales (R) David Comini y Luis A. Cloux
Foro de Generales Retirados

FUENTE: Tiempo Militar Número 346, Jueves 15 de Agosto de 2019.

NOTA: Las imágenes no corresponden a la nota original.



[1] Como Fuerzas Legales, entendemos a todas las Fuerzas Nacionales y Provinciales que acompañaron a las FF AA en la guerra irregular-no convencional, contra la subversión.

[2] LA NACIÓN – Junio de 2018.

[3] EL CRONISTA – 08 Junio 2018.

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