Partiendo de la pregunta básica ¿Qué es la AFIP? Encontramos
la mejor respuesta a que su intento de coleccionar datos personales e íntimos,
de los contribuyentes que habitan en countries o barrios cerrados, era una
clara infracción contra la libertad y el derecho a la privacidad de los
habitantes de la Nación.
¿QUÉ
ES LA AFIP?
La AFIP es la Administración Federal de Ingresos Públicos. Se encarga principalmente
de aplicar, cobrar e inspeccionar los tributos (ingresos públicos) de todo
nuestro país y de controlar el tráfico internacional de mercaderías.
Los tributos son los principales recursos “públicos”.
Sirven para sostener las necesidades comunes a todos: educación, justicia,
seguridad, salud, obras de infraestructura, etc.
Miércoles 26 de septiembre de 2012 | Publicado en edición
impresa
Editorial I
La intromisión del Gobierno en la vida cotidiana de los
ciudadanos excede peligrosamente la labor de una agencia recaudatoria de un
país democrático.
El
pedido de renuncia a la funcionaria que supuestamente diseñó y ordenó enviar un
requerimiento irritante de información a los residentes de barrios privados
no disipa la presunción de una responsabilidad a un más alto nivel.
La reacción oficial sólo se produjo cuando los medios
hicieron conocer el fuerte rechazo de la gente hacia el formulario y se
movilizaron entidades representativas. Era
evidente que los datos que se pedían excedían el propósito de controlar la
evasión impositiva. Por ejemplo, nada podía tener que ver con ese objetivo
la averiguación de cuáles son los medios que cada contribuyente utiliza para
informarse o entretenerse.
Una primera explicación, antes de despedir a la funcionaria, fue
que ese conocimiento ayudaría a la AFIP a planificar sus comunicaciones y
publicidad. Sin dudas, un desprecio por la inteligencia de los afectados,
seguramente menos ingenuos de lo que el Gobierno supone.
No menos llamativos fueron varios pedidos referidos a
parientes, viajes y otras cuestiones. Eran
más propios de un organismo de inteligencia de un gobierno totalitario que de
una agencia recaudatoria de un país democrático.
Cuesta creer que un procedimiento ejecutado tras hacer
imprimir miles de formularios y llevado a cabo por cientos de agentes
movilizados no haya contado con la aprobación previa o el conocimiento de las
autoridades superiores de la AFIP. Por otro lado, este tipo de acción no está
desalineada con muchas otras que ese organismo ha venido desarrollando en los
últimos tiempos.
Hemos visto la utilización de perros especializados en
olfatear dólares en los bolsillos, la presencia
amenazante de hombres de la AFIP con vestimenta identificatoria en las casas de
cambio, aparatosos operativos con más intención mediática que eficiencia. Pero ha sido aún más lamentable la
utilización de la persecución impositiva como castigo a opositores o a personas
que expresaron su crítica al Gobierno.
También debimos destacar desde esta columna editorial la utilización de información confidencial, nada menos que por la presidentE de la República en la cadena nacional, para condenar a un agente inmobiliario que había opinado públicamente sobre la paralización del mercado inmobiliario.
No podemos estar más de acuerdo con la necesidad de una
eficiente administración tributaria. Pero debe encuadrarse dentro de la ley y
el respeto por los derechos de los ciudadanos. Son los contribuyentes los que
aportan una parte de lo producido de su trabajo o sus rentas y, por lo tanto,
es el Estado el que debe reconocerles su esfuerzo con un trato respetuoso y
correcto. La evasión debe ser castigada, pero, de ninguna manera, presumirse
con abusos y descortesías antes que sea demostrada. Menos aún debe generarse miedo o amenazas para buscar sujeción o
silenciar la crítica.
El pedido de información ajena al fin recaudatorio
convierte a la AFIP en una inaceptable agencia de espionaje. Es de desear que no vuelva a repetirse bajo
ninguna circunstancia.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
No dejar comentarios anónimos. Gracias!