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miércoles, 3 de octubre de 2012

La necesidad de otro Gran Acuerdo Nacional, más amplio


Estámos leyendo el impecable artículo de nuestro socio, señor Horacio Palma en su blog RAMOS GENERALES, cuyo título es CapitánPaiva: Así mataba el terrorismo en Argentina. Allí, el autor recuerda el cobarde asesinato del señor Capitán Don Miguel Paiva, cuyo el 38° aniversario se cumplió este 2 de octubre de 2012.

Capitán Paiva y sus hijos

No hacía mucho tiempo,  el 19 de septiembre se había producido el secuestro de los hermanos Jorge y Juan Born, a manos de los Montoneros que ese mes habían pasado a la clandestinidad. Se había desatado un clima de inseguridad y violencia que metió miedo a toda la sociedad.

Pocos días antes de la muerte del Capitán Paiva, en la Cámara de Senadores del Congreso de la Nación, se había producido el debate de la Ley 20.840 de represión de actividades subversivas, del artículo de Palma hemos tomado declaraciones de distintos senadores durante los 2 días de sesiones. Las mismas son un fiel reflejo de lo sentía la sociedad en esa época… allí radica el valor de las mismas.

Declaraciones políticas

La mesa directiva del Comité Nacional de la U.C.R., que presidía el Dr. Ricardo Balbín, emitió un documento en el que luego de analizar la situación nacional, dice:

“Frente al ataque indiscriminado de que son objeto los integrantes de la Fuerzas Armadas, volvemos a levantar nuestra voz de repudio y solidaridad.

Más adelante agrega:

“Nos consta que la empresa de consolidar en plenitud las instituciones de la República no es tarea fácil ni de pocos, sino de esfuerzo del conjunto, en el cual las Fuerzas Armadas, que las sabemos hoy consustanciadas con el pueblo y de cuyas entrañas emergen, están ofreciendo con espíritu de Soldado, el noble y silencioso sacrificio de sus vidas como aporte significativo a la democratización de Argentina”.

Cabe también señalar lo expresado por distintos legisladores durante el debate de la Ley 20.840 de represión de actividades subversivas, que constan en el Diario de Sesiones de la H.C. de Senadores, pocos días antes de la muerte del Cap. Paiva (26 y 27 de setiembre) pues traducen la situación que estaba viviendo el país.

Senador Leopoldo Bravo

“Creo que lo que estamos haciendo hoy no puede llevar a la convicción de los argentinos la idea de que se trata de un programa para detener esto que constituye ya realmente una guerra civil”.

Senador Díaz Bialet

Prefiero la injusticia al desorden, dijo Goethe, desesperado.
El concepto que no puede ser integralmente compartido, encierra sin embargo una gran verdad, porque el desorden o la subversión no es fundamento de los justos y lesiona inexorablemente los esenciales valores de una sociedad…

Senador Cerro

“La Argentina está viviendo una situación límite, es cierto.
También es verdadero que hay urgencia en salir de esto”.

Senador Cornejo Linares

“… esta es la hora de actuar, de defender lo más caro que tenemos, no ya las instituciones y el Estado sino la misma nacionalidad, que se ve comprometida por esta conspiración de raíz internacional. … el país vive una escalada de violencia que pone en peligro los supremos valores morales del Estado y de la Nación misma”.

Senador de la Rúa

“Lo cierto, señores senadores, es que debe ponerse término a la violencia.
Y para esto el Estado –que como estado de derecho es el único que puede tener el monopolio de la fuerza– debe utilizar medios idóneos”.

Senador Caro

“Después de esto, tal vez nos tocará empuñar el fusil en vez de los códigos y las leyes”.

Hay una imagen de la Justicia que anda rondando por allí: una Temis que en vez de venda sobre los ojos lleva antifaz, que en lugar de la balanza tiene una metralleta y en reemplazo de la espada tiene una escopeta Itaca.
Debemos volver a la verdadera imagen de la Justicia”.

A partir de 1974 el país se desliza lenta pero inexorablemente por los caminos del caos y el desorden público hacia una guerra civil limitada. El vacío de poder, la inexistencia de un líder político –posterior a la muerte de Perón- al frente de la nación, el caos económico, los desórdenes sociales y las acciones armadas de los grupos terroristas, junto otros elementos que ansiaban tomar el poder mediante la violencia, caracterizaron este periodo histórico realmente terrible e irrepetible en la historia del país.


Los más altos niveles de conducción del estado y el Congreso Nacional  mismo dispusieron y ordenaron a las Fuerzas Armadas a aniquilar a los terroristas. Esas órdenes se encuentran en documentos históricos inobjetables.

El “relato oficial” del matrimonio presidencial a partir de 2003 y que permitió juzgar a los miembros de las Fuerzas Armadas, de Seguridad, Policiales, del Servicio Penitenciario Federal y de otros organismos del estado, describe que esas personas eran locos… que despertaron un día con ansias de matar a todo el mundo y para ello se organizaron en bandas.

Nada más alejado de la realidad, la orden la impartió el gobierno democrático y fue apoyado por la gran mayoría de la sociedad –leer las crónicas de la época–, posteriormente se produce el derrocamiento de la señora de Perón; acción que también fue apoyada por la gran mayoría de la sociedad, hasta miembros del propio partido Justicialista y otros partidos políticos.


A falta de una doctrina para combatir al terrorismo, especialmente a la guerrilla urbana, las Fuerzas Armadas cometen el grueso error de adoptar los mismos métodos violentos de combate, que utilizaban las organizaciones terroristas que combatían. Esa decisión las lleva a vencer rápidamente a las bandas terroristas… pero tiene el alto costo del desprestigio internacional que facilita las acciones de Guerra Psicológica, la que en definitiva hace que la victoria final sea del terrorismo vernáculo.

En esa situación se invierte la famosa cita de Carl von Clausewitz (siglos XVII y XVIII): “La guerra es la continuación de la política por otros medios” y pasa a ser “La política es la continuación de la guerra por otros medios” como pensaba Michel Foucault en pleno siglo XX.


Con ese principio de Foucault, las organizaciones terroristas mutaron y nuevamente se infiltraron en la política. Tuvieron paciencia suficiente para esperar 20 años y finalmente instalar en el poder a personajes que habían sido periféricos en los ’70 y ellos ocuparon bancas en el Congreso Nacional, puestos de funcionarios en todos los niveles del estado. Iniciaron la Guerra Política y judicializaron a la misma, anulando leyes y decretos de anteriores presidente democráticos, y posibilitaron de esa manera trasladar la guerra a un nuevo campo de batalla: los tribunales, con jueces de obediencia debida al poder de turno.

Así hemos llegado a la actual situación con una justicia asimétrica que solo juzga a los soldados que vencieron por las armas al terrorismo y bendice la impunidad de los terroristas amnistiados. Miles de Presos Políticos esperan en prisión una sentencia de muerte selectiva, por su avanzada edad y malas condiciones de salud, ya han fallecido 174 Presos Políticos y día a día se teme que este número lamentable aumente hasta alcanzar a la mayoría de ellos.


Esta compleja situación solo tiene solución mediante una decisión política, la judicialización ya demostró que no es una solución apta. Se debe aplicar el principio de igualdad ante la ley y este problema no debe transferirse a las futuras generaciones. Si no lo resuelve este gobierno, deberá hacerlo el siguiente… ¿Mientras esa solución se demore, cuántos ancianos soldados habrán fallecidos durante su detención como Presos Políticos?

 Es necesario obtener un gran acuerdo que implique a diversos sectores de la sociedad y el estado, para lograr el consenso necesario y elaborar una solución justa y definitiva. Rogamos a Dios (fuente de toda razón y justicia,  como recuerda el preámbulo constitucional) nos bendiga con la ansiada paz y unión entre hermanos.

Sinceramente,

Pacificación Nacional Definitiva
por una Nueva Década en Paz y para Siempre


NOTA: El actual y grave problema institucional que le han planteado al gobierno las Fuerzas de Seguridad no es nuevo, no pueden echarle la culpa a la Prefectura Naval Argentina, ni a la Gendarmería Nacional. Es una muestra más de la mentiras e ineptitud del poder de turno, hace meses en las FFAA dependientes del Ministerio de Defensa se planteó una situación similar. ¿Desconocía la Ministerio de Seguridad la situación o hicieron un globo de ensayo? Ver aquí.


2 comentarios:

  1. Esto que vivimos hoy, se llama Democracia? Realmente no me gusta.
    Los militares por defender a la Patria estan presos,viejos y abandonados.
    Los Monto vendepatria sueltos impartiendo ¡njusticia y destrozando el País. La Prefectura, Gendarmería y parte la las fuerzas de seguridad, reclama por sus sueldos. Comandante Tere con Aplauso A. M. resolvieron Reducirlo.Calzonudos diputados pide legalidad.Reir o llorar?

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  2. Miraba por tv la gran cantidad de miembros de Prefectura y Gendarmeria reclamando por sus sueldos. Y me pregunto como puede ser que no se puedan juntar tantas o mas personas para reclamar por nuestros presos!!!! Si un solo miembro de cada familia de un preso estuviera presente, seria una maravilla y se podria presionar para terminar con estas parodias y con tantas muertes.

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