OPINIONES
22.12.12
MAURICIO ORTIN
Amado Boudou, vicepresidente de la Nación y primer “sicristinista”, investigado por
casos de corrupción, ha propuesto (aparentemente, indignado por el fallo
absolutorio del caso “Marita Verón”) “democratizar la Justicia”. Antes, por supuesto, lo hizo la presidente Cristina, cuando dijo: “Vamos a tener que poner en marcha una
democratización del Poder Judicial porque es el último eslabón en
la toma de decisiones”.
Dijo
otras barbaridades por el estilo, pero con esta alcanza para entender el “vamos por todo”.
¿Qué
quiere decir el kirchnerismo con democratizar la Justicia? El sentido
etimológico de la palabra viene del griego (demos=pueblo; kratos=poder) y
refiere al gobierno elegido por la mayoría. No tiene en cuenta la manera de
gobernar sino el método de elección. Pero, un tirano elegido (y reelegido) por
la mayoría sigue siendo un tirano. De allí que, a los fines de evitar el mal de
la tiranía, las constituciones de los países libres adopten el sistema
republicano.
Este,
sabiamente plantea la división y la independencia de los poderes,
fundamentalmente, para debilitar el inmenso poder del presidente. “Democratizar la Justicia”, en este
contexto, significa lisa y llanamente que los jueces deben fallar siguiendo la
voluntad de los representantes de la mayoría (todos los jueces serán
kirchneristas para que, “el último
eslabón en la toma de decisiones”, no se oponga a la voluntad de la que
tiene el 54% de los votos).
Más,
¿cómo es posible pretender semejante despropósito? ¿Acaso la Argentina no es
una república? Sí, que lo es; aunque conviene hacer la siguiente aclaración.
Del término, república, existen, por lo menos, dos sentidos del término. El
primero, se refiere al sentido estricto de república que en la Constitución Nacional se consagra; el
segundo, en cambio, a la “bananera” o
república de “Kirchnerlandia”. Estas
repúblicas “de cuarta” se
caracterizan por situaciones tales como el que un presidente y su vice
anuncien eliminar la independencia del Poder
Judicial (golpe de Estado) y los gobernadores,
los diputados, los senadores (nacionales y provinciales)
reciban la noticia con la misma inquietud que les genera el pronóstico del
tiempo, para mañana, en Borneo.
¡Eso
sí, para prejuzgar el fallo que absolvió a los imputados del caso “Marita
Verón” actúan como un solo hombre! No se indignan, ni repudian cuando Hebe de Bonafini llamó “turros” a los integrantes de la Corte Suprema de Justicia, ni cuando el
“juez” Oyarbide la sobreseyó en la causa por el súper desfalco de la Fundación Madres de Plaza de Mayo.
En
un arresto de ira, Hebe le demandó
al gobernador de Tucumán que cierre
ya todos prostíbulos de la provincia. Alperovich,
que teme más a la lengua impune de Bonafini
que al mismísimo Lobizón, entregó un
funcionario a los perros para salir del paso.
A
propósito, ¿por qué Cristina, los legisladores y demás indignados no se indignaron, en su
momento, con Eugenio Zaffaroni? ¿Cuántas Marita Verón habrán pasado por los seis
departamentos que alquilaba este miembro de la ex “Corte Suprema de Justicia de
lujo”?
No
hay que “democratizar la Justicia”,
hay que deskirchnerizarla.
Fuente: http://www.eltribuno.info/salta/236498-Democratizar-la-Justicia.note.aspx
Nota: Las imágenes y negritas no corresponden a la nota original.
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