Si se hubiera hecho un registro de contradicciones, mentiras, disparates y otros dislates
verbales del kirchnerismo, estos llenarían varios tomos que ocuparían
numerosos estantes en cualquier biblioteca.
Y si además, estos libros fueran leídos con más o menos atención y
seriedad, el partido Frente para la Victoria desaparecería casi de inmediato y
sus seguidores se reducirían a la familia Kirchner, sus bufones, cortesanos y
aplaudidores más cercanos.
Realmente no se puede entender, que tanta gente pudiera
tragarse tanta cantidad de sapos prácticamente día tras día.
Sin embargo, existen algunas explicaciones al hecho que
existan tantos “comedores de sapos”:
-
Una gran proporción de la población, ahora en franco y pronunciado declive,
se siente impresionado y por ello identificado con la mandataria, por la
seguridad, el despliegue de números y estadísticas, su aparente convencimiento
y determinación con lo que expresa. Esa retórica engañosa seduce y atrapa a los
ingenuos y a los desprevenidos.
-
Otra proporción muy grande de la población utiliza todo su tiempo útil y
sus esfuerzos en la obtención de recursos para sobrevivir, por lo cual no
tienen posibilidades de adquirir un periódico o seguir las noticias por los
medios radioeléctricos o la TV.
-
Otro segmento de la población no les interesan en absoluto los aspectos
políticos y económicos del país, por el cual renuncian deliberadamente a su
seguimiento.
-
Otro porcentaje de los ciudadanos, por su propio interés o beneficio,
admiten los disparates verbales o no los tiene en cuenta, porque no los afecta
directamente, por el contrario, les permite seguir usufructuando los beneficios
directos o indirectos de ese engaño.
A lo largo de la gestión gubernamental de los Kirchner
los ejemplos de estas torpezas o contradicciones de ellos o de sus primeras figuras, son cientos, probablemente,
tal vez miles.
Solo para nombrar una de las primeras y la más obscena
por lo que significa, fue en 1992, Cristina Fernández, entonces diputada
provincial en Santa Cruz presentó un proyecto que declaraba la necesidad de que la petrolera YPF pasara
a manos privadas. También Kirchner, entonces gobernador de Santa Cruz,
instó a los legisladores de su provincia a que respaldaran el proyecto privatizador
impulsado por el presidente peronista Carlos Menem, y que eventualmente
llevaría a que la petrolera pase a manos privadas.
En el año 2011, Cristina anunció
su decisión de expropiar YPF y en esa ocasión expresó: “…Él (Néstor Kirchner) siempre soñó
con recuperar YPF para el país…”
Entre los
desatinos escandalosos de esta semana, el Ministro de Trabajo Carlos A. Tomada,
que en el año 2009 manifestó que el subterráneo era “insustituible” por otro medio de igual
jerarquía y extensión, ahora dice que el subterráneo “no es un
servicio esencial, porque hay otros medios alternativos para desplazarse”. ¿¿??
Después del documento
que difundió la Iglesia esta semana,
una de las declaraciones más polémicas fue la del vicepresidente Amado Boudou
que, ante la consulta de un periódico, respondió: “¿Qué documento? A nadie le importa”. El vicepresidente, con esa respuesta despectiva, agravia a toda la grey católica. Seguramente no debe saber que los católicos son la inmensa mayoría de
los ciudadanos de este país. En realidad se sabe, que el no sabe, nada de nada.
También uno de los jefes de los
cortesanos, el senador Aníbal Fernández
al respecto expresó:
“¿…qué hace el documento de la Iglesia en este día? …qué es
eso…?", ironizó el ex
jefe de Gabinete en declaraciones a una radio.
Pero como ya
es una constante, el dislate mayor le corresponde a la mandataria. Vinculó las
demandas de los juicios de los jubilados, al compararlas con los juicios ante
los tribunales neoyorquinos de aquellos que no ingresaron a los canjes de la
deuda: “Últimamente se ha
hablado mucho de jueces buitres y fondos buitres, caranchos, ¿no? Yo digo que los buitres y caranchos no
están solamente afuera, hay también adentro y muchas veces se lanzan sobre el
Estado…”
Realmente un
verdadero agravio, una fuerte y gratuita ofensa para todos aquellos jubilados y
pensionados del país. Una expresión intolerable, execrable, insólita.
El régimen
oficialista obliga a millones de jubilados y pensionados a iniciar juicios
contra el Estado para el cobro de lo que genuinamente les corresponde, Si
agregamos que una vez ganados, estos no son liquidados por decisión del Poder
Ejecutivo pese a lo resuelto por la Suprema Corte de Justicia, nos encontramos ante una tremenda e injusta arbitrariedad del Ejecutivo.
Seguramente la
mandataria no pensó en lo que dijo. Su madre se encuentra comprendida entre los
buitres y caranchos. Cristina misma, por su grosera rapiña a dineros del Estado
debe ser seguramente el carancho mayor del país. Pero lo destacable
es que ella nunca piensa en lo que dice. No solo en lo que dice, sino también
en lo que hace.
Ya vimos lo
que hizo el Juez Griesa por sus reiteradas afirmaciones de la presidente que no
iba a pagar a los “holdouts”. Los disparates de esa “boquita” nos van a costar millones de dólares
Alguien de sus
numerosos cortesanos, debería reiterarle hasta el cansancio, que “En
boca cerrada no entran moscas”, o
“por la boca muere el pez”. Los
dos refranes populares son bien que gráficos en su significado.
La presidente
es cada vez es más ofensiva en sus discursos y su arrogancia y soberbia en
decir gruesos errores y disparates, genera cada vez más rechazo… y además
vergüenza ajena.
De hecho, esta
verborrea irresponsable ya produce efectos muy negativos para el país, pero
además está dividiendo a la ciudadanía en dos sectores profundamente
antagónicos. Las consecuencias podrían
llegar a ser impredecibles.
02-12-12
Dr. ALFREDO RAÚL
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