“Ninguna fuerza doma, ningún
tiempo consume,
ningún mérito iguala el nombre de la libertad”.
Nicolás Maquiavelo.
ningún mérito iguala el nombre de la libertad”.
Nicolás Maquiavelo.
Esta
semana ha sido pródiga en lecciones, de esas que el kirchnerismo imparte a la
infantil oposición desde hace años, sin que ésta consiga entender “por dónde vienen los tiros”, como dicen
en España.
Año
tras año, y a pesar de la innegable bonanza que acompañó a don Néstor (q.e.p.d.) y a los primeros tiempos de su heredera, los desorientados
legisladores elegidos por quienes no queremos saber nada con el absolutismo ni
con la falta de República, continúan aprobando la “emergencia económica”. Diez años después, no han
descubierto, al parecer, que la Casa Rosada la utiliza para apropiarse de los
excedentes que el Presupuesto dibujado deja al margen del control
parlamentario, amén de facultar al Jefe
de Gabinete a reasignar partidas, es decir, a ignorar qué se aprobó en el Congreso.
Tampoco
se inmutan –es más, los legisladores provinciales acompañan, muchísimas veces,
proyectos que van en contra de los intereses concretos de la ciudadanía de sus
distritos, tal como ha hecho PC Heller
con los depósitos judiciales del Banco
Ciudad- cuando la bancada
oficialista se niega a discutir la restitución de los fondos jubilatorios de
los que ilegalmente continúa apropiándose el Poder Ejecutivo nacional a pesar de haber disuelto las AFJP’s y confiscado los ahorros de los
particulares. Incapaces de ver más allá de sus narices, no perciben la fuerza
de la herramienta que colocan en manos de doña
Cristina para que ésta asfixie a los gobernadores
díscolos.
No
parece impresionarlos, por cierto, cómo usa la tan ponderada Ley de Medios Audiovisuales para su
guerra privada contra Clarín,
mientras se ha permitido constituir un imperio multimediático y concentrado
infinitamente más grande que el timonea don
Magnetto, ya que esos congresistas no ejercen, siquiera, la virtud de la
autocrítica.
Si
bien lograron pararse de manos cuando el Gobierno intentó, con una desmesurada
cara de piedra, imponer a don Reposo como
Procurador General de la Nación, ya
que hubieran sido también ellos arrastrados al ridículo, permitieron que se
encaramara a ese vital sillón doña Gils
Carbó. Pese a que ésta rápidamente exhibió las uñas con las que piensa
defender las posturas del oficialismo frente al Poder Judicial y se mostró digna integrante de la banda de cegados
y genuflexos fieles de doña Cristina,
los que la aceptaron en nombre de sus innegables pergaminos académicos tampoco
hicieron un mea culpa.
Las
encuestas, en general, se hacen eco de esa ingenuidad y esa desaprensión que
han caracterizado, al menos hasta hace un mes, la conducta de los opositores, a
punto tal que ninguno de ellos, ninguno, ha podido capitalizar el imparable
derrumbe de la imagen de la señora
Presidente. Ha habido, sin embargo, algunos hechos sumamente positivos,
como fueron los compromisos asumidos por los senadores y diputados para no
permitir la reforma de la Constitución –que deberemos exigir se extienda a
todos los pre-candidatos que pretendan resultar elegidos en las legislativas de
2013, para no llevarnos sorpresas posteriores- y el acuerdo de todos los partidos
en defensa de la República, sin que ello constituya, por el momento, un frente
electoral.
Es
que no podía ser menos, ante el desaforado ataque –con todas las letras, un
verdadero golpe de Estado- que está llevando a cabo el oficialismo a través de
esos mamarrachos a los que ha elegido como voceros contra el Poder Judicial, se constituyó un monolítico
frente de todas las asociaciones de jueces y fiscales, que firmaron de un grave
pronunciamiento condenatorio.
Doña Cristina
reaccionó como no cabía esperar de otra manera, es decir, intentando dividirlo.
Así, convocó a sus leales, por convencidos o comprados, a suscribir una
ridícula declaración con la que pretendieron negar la existencia de ilegales
presiones sobre los magistrados. La premura en avanzar con esa increíble
ridiculez -especialmente después de los aprietes a un camarista contra el que
se usó la condición de militar retirado para hacerlo renunciar o de la
recusación masiva de la Cámara Civil y Comercial Federal- y la habitual torpeza
que despliega el oficialismo en estos menesteres –basta recordar los falsos
mineros llanos de las teleconferencias presidenciales- hizo que se incluyera
entre los firmantes a un abogado que invocó ser juez pese a no revestir tal
condición, que ya ha sido denunciado penalmente por ello.
Mañan,
la CGT Azopardo, la CGT Azul y Blanco, la CTA opositora, la Federación Agraria,
el Partido Radical, los jubilados, además de distintas organizaciones sociales
que han elegido protestar por la inflación, que ha carcomido mortalmente los
salarios informales y los subsidios, y las clases medias, heridas por la inseguridad
a la que nadie ya percibe como una “sensación”,
se manifestarán en Plaza de Mayo, ratificando que han tomado el control de la
calle.
Un
ámbito que, cada vez más frecuentemente, se está convirtiendo en inhóspito para
los funcionarios más connotados de esta administración y de todos los poderes,
que ya no pueden almorzar, viajar o asistir a eventos deportivos sin que la
sociedad entera les haga sentir su repulsa: Anillito Oyarbide, Guita-rrita
Boudou, el Pendeviejo Kiciloff, Patotín Moreno y varios más ya pueden
dar testimonio de ello.
La viuda de Kirchner ha cosechado efímeros
triunfos estos días, con la revocatoria de la Cámara de Nueva York al fallo de Griesa, la sentencia del Juez
Alfonso en la “causa Clarín” y la orden de devolver la fragata, impartida por
el Tribunal Internacional del Mar.
Lamentablemente para ella, ninguna se produjo en tiempo apto para mejorar su
alicaída imagen. En los próximos días, deberá batallar en terrenos más
complicados, pues no sólo enfrentará la manifestación del miércoles sino que,
la semana próxima, seguramente la perseguida Cámara devolverá la vigencia a la medida cautelar que protege a Clarín de los embates de Sanatella, el 28 deberá ofrecer alguna
solución al problema de los holdouts
y, en enero, el FMI puede bajarle el
pulgar al país por la falsificación de las estadísticas.
Me
parece que no exagero si pronostico que, en pleno verano, se producirá un serio
conflicto con los bomberos y los boy-scouts, las únicas “corpos” que, hasta ahora, se han salvado de los punzantes ataques
que han llegado desde el atril presidencial para el resto de la sociedad, se
tratara de piquetes de la abundancia, de generales mediáticos, de fierros
judiciales, de medios conspiradores y golpistas, de estudiantes privilegiados de
Harvard, de jubilados caranchos, de sindicalistas traidores a la causa obrera
o, simplemente, de ciudadanos que pretenden conservar sus libertades
individuales de elegir, de informarse y de ser gobernados por tres poderes del
Estado, de igual rango e independientes entre sí.
En
pocos días, y sin que ello implique nada más que una fecha en el calendario,
llegaremos a fin de un año y entraremos en el siguiente que, signado por muchas
elecciones legislativas, seguramente hará que la risueña Marcó
del Pont haga cumplir horas extras al personal de la Casa de la Moneda y de la intervenida Ciccone. Que ello, con seguridad, implique mayor inflación, no
parece ser un problema para doña
Cristina.
Bs.As.,
18 Dic 12
Enrique Guillermo Avogadro
Abogado
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