vicealmirante Daniel Alberto Martín, jefe del Estado Mayor de la Armada
Buenos Aires, enero 9 de 2013
Al Jefe del Estado
Mayor
Armada de la República Argentina
Siento un profundo
dolor al escribir esta carta. Ello no es solo por el trato infame que se le
dará hoy a la Fragata Libertad. También lo siento por Ud., porque sé que Ud.
fue tripulante durante la guerra de Malvinas del submarino Santa Fe.
submarino ARA "Santa Fe", hundido en Georgias
Pocos son los que
tuvieron el honor y el coraje de integrar la tripulación de esa lata heroica
que no podía sumergirse más allá de una determinada profundidad pues se iba
irremediablemente a pique y sin embargo esa “lata” con más de cuarenta años en
el mar cumplió con creces las misiones encomendadas y finalmente cuando ya
gravemente averiada y ante el peligro de que cayera en manos enemigas su
Comandante ordenó hundirla, no dudo que Ud. en su corazón, al igual que todos
los tripulantes, se llevaron una parte del alma de ese buque.
No voy a preguntarle
las razones por la cual la jefatura del Estado Mayor de la Armada de la
República Argentina se presta a que una turba mercenaria manosee un buque que
es símbolo de la Armada y de la República ya que no hay razones que justifiquen
una bufonada, más allá de ser utilizadas como arma para denigrar a personas o
instituciones porque le pregunto, ¿hay alguna manera más eficaz para injuriar a
la Armada que haciendo que su Buque Escuela sea la estrella de un espectáculo
rastrero con el que se festejará una mentira de la que la misma Armada y la
Fragata fueron víctimas?
Hoy Ud. ha tirado por
la borda su condición de Marino para convertirse en un mero personal militar
del estado. Ud. le ordenó a la Fragata que quede al pairo hasta que comience
ese circo humillante con el que le harán pagar a la Armada el haber combatido
por la Patria. Hoy Ud. ha resignado su jefatura naval para ejercer la triste
tarea de un animador de exhibiciones baratas.
Cualquier desquiciado ahíto
de odio y de revancha puede pergeñar hirientes payasadas. Eso, los argentinos
civiles y militares, lo sabemos muy bien pues lo hemos sufrido en carne propia.
Lo doloroso es cuando hombres que presumíamos, por sus antecedentes,
inasequibles a la liviandad se prestan a
colaborar en ellas.
Si en su alma queda
algo de ese marino que pese al miedo que seguramente sintió, desafió en un
viejo submarino a modernos buques que se habían puesto como meta hundirlo, sabe
que junto al alma de la Fragata que será humillada con su anuencia hay otras
almas que un día le pedirán explicaciones. Téngalas presente porque son las
almas de muchos marinos y a algunos de ellos Ud. los conoció en vida, se llamaban
Giacchino, Márquez, Artuso.
Que Dios proteja su
espíritu porque desde ahora sabrá que cargar las siglas VGM -si en Ud. aún
queda algo del que sus Jefes y sus Camaradas creían que era- será un peso
agobiante.
JOSE
LUIS MILIA
dni: 6.251.032
josemilia_686@hotmail.com
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