20 de Febrero de 1813
Desde Salta, la linda, nos hacen llegar sus sentimientos por la presencia
del sospechado como principal corrupto
trepador de la historia argentina, seguramente por capricho presidencial se
dispuso que este nefasto personaje –repudiado por el pueblo que no lo eligió- encabece
los actos de la conmemoración del bicentenario
de la gloriosa batalla de Salta.
Enfrentamiento armado librado
el 20 de febrero de 1813 en Campo Castañares, hoy zona norte de la Ciudad de Salta, norte de la República Argentina, en el curso de la Guerra de Independencia de la Argentina.
El Ejército del Norte, al mando del general Manuel Belgrano –a quién la presidente dispuso degradar de su grado
y hacerlo llamar doctor- y de Eustoquio
Díaz Vélez como segundo jefe, derrotó por segunda vez a las tropas
realistas del brigadier Juan Pío Tristán.
La rendición incondicional de los realistas garantizó el control del gobierno rioplatense sobre buena parte de los territorios
del antiguo Virreinato del Río de la Plata, aseguró la región y permitió a
los patriotas recuperar, provisoriamente, el control del Alto Perú.
La
presencia de Boudou sembró enojo
La presencia del vicepresidente Amado Boudou en los
actos del Bicentenario de la Batalla de
Salta generó reacción en distintos sectores políticos y sociales de Salta. Ayer, más fuerzas se sumaron al
rechazo por la presencia del funcionario y coincidieron en argumentar que la
indiferencia de éste ante la Justicia y los hechos de corrupción que lo
envuelven, ameritan que no participe de un homenaje a los héroes. “Boudou
es uno de los hombres más investigados por la Justicia. Además, se va a hacer
eco de una batalla nuestra, donde lucharon verdaderos héroes”, manifestó Francisco Laicera, presidente de la Juventud
Radical de Salta. El responsable de la Juventud
Libres del Sur, José Correa,
expresó que “la visita de Boudou tiene que estar orientada a
resolver problemas y no a participar de un festival. Tenemos altos índices de
mortalidad infantil”, dijo.
Uo de los referentes de UCR Línea Salta, Sebastián Posadas,
también mostró rechazo a la llegada del vicepresidente.
“Vamos a homenajear a nuestros héroes,
quienes tuvieron una altísima idoneidad moral. Por eso, que venga Boudou es una ofensa y no porque sea
kirchnerista, sino por los actos de corrupción que recaen sobre él, algo que lo
distancia mucho de aquellos héroes. Belgrano
murió pobre y dio su vida a la Patria. Eso tenemos que recuperar. No creamos
que todo está perdido”, sostuvo
el dirigente.
Todo argentino bien nacido
seguramente sentirá vergüenza, pena y desánimo por la indeseada y la desagradable
presencia hoy, en Salta -donde se
conmemora el Bicentenario de la Batalla librada en el Campo
Castañares por el Ejército Argentino bajo el mando del general Manuel Belgrano-
del cajetilla más torpe y caradura que se tenga memoria en la vida de la República
y que, por esos caprichos de la historia
que solamente suceden en regímenes como el que nos gobierna ahora, ocupa
nada menos que la vicepresidencia de la Nación Argentina.
¿Qué celebrará, qué
conmemorará, a quién recordará, cómo logrará expresar su espíritu patriótico, de
dónde sacará fortaleza, qué virtudes exaltará sin poder ocultar las propias, a
quién explicará él su descolocada presencia hoy en Salta, y en fin, cómo se desempeñará este personaje abatido que
inevitablemente deberá fingir que vino al suelo salteño a rendir homenajes por un
acto de la envergadura moral y de la plenitud del amor por la patria que, por
lejos, supera su nivel ético deteriorado y casi vencido?
¿A nuestra vez, deberemos los
argentinos, y los salteños, simular que no hemos siquiera atinado a comparar la
pureza de la figura de Belgrano con
la figura del actual vicepresidente de
la Nación? ¿Cómo no establecer, aunque
más no sea inconscientemente o en forma intuitiva, el paralelo entre un héroe y un saltimbanqui?
La
memoria de Belgrano y de su gesta no se merece que la presida un impostor.
Apellidos como los de Belgrano, Díaz, Dorrego, Forest, Pico, Warnes, Superí, Perdreil, Saravia, Polledo, La Hera, y el de múltiples soldados patriotas ignotos que con su
sangre regaron generosamente al suelo salteño… no merecen mezclarse con el del corrupto que se esconderá detrás de la
presencia de más de 1.000 efectivos. Boudou
cobardemente olvida que el valeroso pueblo salteño es de hombres mansos y de
mucha educación… no será agredido físicamente, pero nadie lo librará del
rechazo cívico o condena social merecida.
Sinceramente,
Pacificación
Nacional Definitiva
por una Nueva
Década Paz y para Siempre
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