Queridos
amigos:
Aristóteles de Estagira
Cuando
al sabio y filósofo Aristóteles de
Estagira[1], le hicieron notar que
alguna de sus afirmaciones contradecían a las de su maestro y amigo Aristocles de Atenas [2](conocido
como Platón, que significa: el de las
anchas espaldas) le atribuyen haber respondido “soy amigo de Platón, pero
más aún de la verdad”. Lo expresado
nos deja como enseñanza que hay un compromiso superior con la verdad que se
impone al hombre de principios por sobre los intereses y aun por sobre las
relaciones afectivas. Apelaremos a esa lección que nos dejó el Estagirita para encarar el tema del
acuerdo entre el gobierno argentino
y el gobierno de Irán respecto a la causa del atentado terrorista contra la AMIA
tratando de sustraernos a las simpatías y antipatías que nos despiertan
los estados, funcionarios,
organizaciones e instituciones que son
protagonistas de esta historia.
Platón
El horroroso atentado terrorista contra la
AMIA fue perpetrado en Julio de 1994 por medio de un vehículo cargado de
explosivos cuyo conductor se inmoló en la maniobra. Los servicios de inteligencia argentinos, que habían sido duramente
desarticulados a partir del advenimiento de la democracia siguiendo la equivocada política
de atribuir a las instituciones
las responsabilidades de las acciones de sus dirigentes y olvidar
que los profesionales que las componen cumplen directivas cuya pertinencia
difícilmente pueden evaluar, no tenían ninguna pista a pesar de que previamente
se había efectuado un atentado de
características similares en la embajada de Israel en Buenos Aires en el
año 1992. La investigación del atentado se orientó primero sobre un grupo de
miembros de la policía bonaerense que fueron sobreseídos cuando se demostró que
el testigo de la acusación había sido impulsado por el juez de la causa.
Posteriormente surgió una pista que se llamó la “conexión siria” que
apuntó a una venganza contra el gobierno
de Carlos Menem organizada desde ese país. Finalmente en el año 2006 (doce
años después del atentado) un nuevo fiscal determinó que el atentado había sido organizado por el gobierno de Irán señalando
como imputados a funcionarios de esa
nacionalidad.
Ahora
bien, a partir del momento en que el fiscal
Nisman determinó la culpabilidad de Irán, el problema del atentado dejó de
ser un problema judicial para pasar a
ser, definidamente, un problema
internacional. Las pruebas disponibles debieron ser presentadas ante el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para
que Irán fuera sancionado en
consecuencia, si se lograba demostrar lo
denunciado. El gobierno de Néstor Kirchner presentó el caso ante la Interpol y logró que esa organización
policíaca, cuyo estatuto prohíbe “toda
actividad e intervención en cuestiones o asuntos de carácter político, militar,
religioso o racial”, dictara cédulas de detención contra los funcionarios
iraníes imputados. Ni el presidente
argentino ni sus diplomáticos
podían ignorar que el caso era llevado así a un camino sin salida. Irán nunca entregaría a sus funcionarios como imputados no solo
porque su ley interna lo prohíbe
sino porque ello significaría asumir la
responsabilidad por acción u omisión de una agresión extraterritorial de
gravísimas consecuencias. Con esta acción, Néstor Kirchner no logró avanzar un paso en la búsqueda de verdad y justicia pero
recibió el beneplácito de las naciones
que en el plano internacional disputan con Irán, particularmente EUA e Israel. Por su parte, las pruebas aportadas por agencias
extranjeras tienen el problema de que dichas agencias no trabajan como
auxiliares imparciales de la justicia sino como fieles servidoras de sus
gobiernos. En otras palabras los
funcionarios de inteligencia no son necesariamente amigos de la verdad sino más
bien, “empleados de Platón”.
fiscal Alberto Nisman
¿Por
qué cambió ahora el gobierno argentino
su posición e impulsó un acuerdo
bilateral con Irán al margen de
los procedimientos judiciales? Los indicios fueron claros. Primero la delegación argentina ante la ONU modificó su política de abandonar la sala de la Asamblea General a la hora de escuchar al
presidente iraní. Después la presidente
Cristina Fernández ofreció a los iraníes
la posibilidad de efectuar las indagatorias en un tercer país. Luego vinieron las negociaciones secretas denunciadas por el periodismo, negadas por el Ministro
Timerman y ahora reconocidas por las partes y, finalmente, las
negociaciones públicas que culminan con un acuerdo que comienza por poner en
duda todo lo actuado judicialmente y someterlo a una “Comisión de la Verdad”.
En síntesis, al igual que sucedió con la Fragata
Libertad y con los deudores de bonos, la diplomacia argentina está tratando de
deshacer los entuertos que ella misma provocó, en este caso porque ahora
quiere, evidentemente, recomponer las relaciones
con Irán y probablemente apoyar a su
más firme aliado que es Venezuela.
De
modo que las contradicciones del Ministro
Timerman son ineludibles y las objeciones de la comunidad judía y de la oposición
resultan impecables. Pero como el gobierno
argentino no trata en absoluto de
buscar verdad y justicia sino de avanzar
en una cuestión de Estado, se produce un diálogo de sordos. El gobierno ya eligió su nueva alineación
internacional y los familiares de las víctimas son, una vez más, abandonados y decepcionados. Si la Cámara
de Diputados logra rechazar el acuerdo con Irán, no se avanzará nada en la causa pero al menos la burda
maniobra quedará expuesta y será más
difícil de concretar.
Otros
de los que parecen no desesperarse demasiado por el compromiso con la verdad
son los responsables del INDEC,
cuyas mediciones de la inflación se alejan cada vez más de lo obtenido por
agencias independientes, dato que debe
ser presentado a través del Congreso
para evitar sanciones. Sus números
arrojan que un argentino puede comer diariamente con algo así como seis pesos,
lo que ya dejó de rozar el ridículo para precipitarse abruptamente en él. No
voy a insistir con el 2,58 por ciento de inflación de enero medido en forma
independiente sino que relataré algo más
simple, como una excursión a una verdulería del conurbano. Por cuatro manzanas
verdes, cinco pelones, un kilo de tomates y cuatro bananas en buen estado, hubo
que pagar 50 pesos. Eso es nada menos que la mitad del valor del billete de
mayor valor de nuestra moneda. Me sonrío recordando los sanos consejos del respetado Doctor Cormillot que nos
recomienda cinco porciones de frutas y verduras por día. En verdad, comer sano
es carísimo y aguantar además la presión impositiva requiere un esfuerzo
denodado.
Los gremios se resisten lógicamente a que
les pongan topes a la discusión salarial y solo difieren entre “oficialistas” y “opositores” en la metodología para expresar sus reclamos. Los primeros, aún esperan obtener algún
reconocimiento por su fidelidad pero ya no se resignan al silencio. Los opositores, en cambio, ya plantean
nuevas acciones de fuerza y un directo enfrentamiento en el plano político en que anteriormente
supieron apoyar al gobierno.
En
este entorno, el gobierno perdió la
oportunidad de imprimir los billetes del bicentenario con el rostro de Eva Perón con un valor superior, que
podría haber sido de 200 o 500 pesos, para no reconocer una inflación que ya nadie deja de
reconocer. En cambio prefiere dar la batalla pseudo ideológica de reemplazar la figura de Roca en los
billetes de 100 pesos, demostrando
que el fundamentalismo ideológico no
tiene límites.
El gobierno necesita enemigos para confrontar y los busca donde puede. Bucea en la
historia, mira allende las fronteras y aprovecha cualquier hecho, aunque sea
menor, para organizar una confrontación. La señora presidente ha llegado a decir que para ella “los árboles son sagrados” para atacar
al Jefe de Gobierno de la Ciudad que
encaró el trasplante de 277 árboles para realizar obras en la Avenida 9 de Julio. Por supuesto que
logró un cruce de acusaciones por el incumplimiento del Estado de la Ley de Bosques y la tala de árboles
para instalar la feria de Tecnópolis.
Todo asunto es bueno para promover la confrontación desde los discursos y las
redes sociales y ubicarse en el centro de la escena por cuestiones que distraigan de la gravedad de la inflación, la
inseguridad y el persistente estancamiento de la economía que continúa en el
2013 electoral.
Área de Tecnopolis
Sin
embargo, en conversaciones con distintos dirigentes políticos todos hacen notar
que las encuestas indican que la ciudadanía cada vez tiene menos paciencia para
soportar las confrontaciones sin sentido entre dirigentes y están menos dispuestos a prestarse al juego
de los agravios públicos de los que no se privan los funcionarios. También
se percibe que la preocupación por la situación general del país es
creciente y generalizada. No hay
dudas de que la vigencia del actual
supuesto modelo está agotada y de que para sacar al país del pozo será necesario
un consenso entre los futuros gobernantes electos y quienes fueran sus
competidores. Nos referimos a las políticas
públicas que habrá que desarrollar para disminuir la inflación sin caer en la recesión, a la recuperación del autoabastecimiento
energético (en 2012 solo en importar
gas se insumieron 4700 millones de dólares) y a recuperar la paz social conmovida por el auge de la delincuencia,
el avance de la droga y la impunidad para cortar vías de comunicación
con la sensación de ejercer un derecho adquirido. También se menciona la
necesidad de la recuperación de la
capacidad de defensa y la finalización
de las persecuciones revanchistas contra
militares con poco sustento legal, aunque esto último se expresa en voz baja y “off the record” (fuentes con atribución de reserva total). Scioli no se priva de reunirse con Cobos, ni De la Sota con Macri. Las
señales de la disposición de los dirigentes políticos a dejar aislada la
búsqueda del conflicto y frenar la
concentración del poder son cada vez más frecuentes y claras aunque todavía no
se traducen en alianzas concretas.
Convocatoria de una sociedad harta
Nos
despedimos con una referencia al anuncio del Papa Benedicto XVI de su próxima renuncia que impactó
fuertemente en los católicos del mundo. Desde el punto de vista religioso, es
una cuestión que, en su carácter de ungido por el Espíritu Santo, resolverá con su Señor. Desde el punto de vista humano, es un maravilloso ejemplo de
lo que significa el compromiso con su verdad, de la capacidad del
renunciamiento aún a la más grande magistratura y de la humildad de no
sentirse insustituible ni aferrado a su cargo. Podríamos hacer una larga lista de líderes políticos que tendrían que tomar esos ejemplos comenzando por Cuba, Venezuela, Corea del Norte o la Argentina, ya que, lejos de ejemplo del Papa y de la cita de Aristóteles, son seguidores mucho más fieles de sus intereses que de la
verdad.
Un
abrazo para todos,
Juan Carlos Neves, Presidente de Nueva Unión Ciudadana
@NevesJuan
Carlos
NOTA: Las imágenes y negritas no corresponden a la nota original.
[1] Aristóteles nació en Estagira (Tracia) en el año 384 a.C. Fue a Atenas para estudiar en la
Academia y se convirtió en el discípulo más importante de Platón. El rey Filipo de Macedonia lo convocó a Tracia para que se encargara de la educación de su hijo Alejandro, quien sería con el tiempo el
famoso emperador Alejandro Magno. Aristóteles fue el maestro de Alejandro y lo vió crecer, llegar a su
máximo esplendor, e incluso morir (323). Aristóteles
murió en el año 322. Sus obras son muchas y abarcan temas diversos.
[2] Arístocles de Atenas, apodado Platón («el de anchas espaldas»), nace, probablemente, el año 428-427
a.n.e. en Atenas, o quizás en Aegina. Pertenecía a una familia noble. Su padre,
Aristón, se proclamaba descendiente
del rey Codro, el último rey de Atenas.
Platón tuvo una
educación esmerada en todos los ámbitos del conocimiento. A los veinte años
(407) tiene lugar el encuentro con Sócrates:
acontecimiento decisivo para Platón.
Sócrates contaba entonces 63 años y
se convertirá en su único maestro hasta su muerte. La injusticia del orden
oligárquico y los errores de la democracia conducen a Platón a orientar su pensamiento en el sentido en encontrar un
fundamento sólido para poder instaurar un orden justo: «Entonces me sentí irresistiblemente movido a alabar la verdadera
filosofía y a proclamar que sólo con su luz se puede reconocer dónde está la
justicia en la vida pública y en la vida privada. Así, pues, no acabarán los
males para los hombres hasta que llegue la raza de los puros y auténticos
filósofos al poder o hasta que los jefes de las ciudades, por una especial
gracia de la divinidad no se pongan verdaderamente a filosofar»
En la isla de Aegina, a la sazón en guerra con Atenas, y Platón es hecho esclavo y luego rescatado por Anníceris, a quien había conocido en Cirene. En el 387 regresa a Atenas
y funda la Academia, primera escuela
de filosofía organizada, origen de las actuales universidades. Allí permanecerá
durante veinte años dedicado al estudio y a la enseñanza.
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