Un dirigente sindical expresó que ante los dislates de la presidente,
Cristina de Kirchner, y su permanente enojo,
ella estaba un poco nerviosa. En
realidad no está nerviosa…, ella está
completamente desquisiada.
Si hacemos un poco de historia, recordemos que cuando asumió la
presidencia en el 2008 Cristina manifestó reiteradamente en sus numerosos
discursos, que la tarea que tenía por delante, en razón de su género, le iba a
costar mucho más.
Ya en aquel entonces, con esta clara manifestación, exteriorizó sus
dudas sobre su capacidad para enfrentar
la compleja tarea de conducir una Nación.
Paralelamente desde el mismo momento en que se anunció su candidatura a la presidencia, a mediados del 2007, numerosos periodistas y analistas políticos, ponían en tela de juicio la capacidad de Cristina para desempeñarse en el cargo más importante de la estructura política y administrativa del país, un cargo netamente ejecutivo, en razón de su absoluta falta de experiencia en gestión.
En el primer período de la gestión de la mandataria, mal que mal, se apoyó en la “habilidad” política de su esposo y continuó llevando adelante su indescifrable “modelo económico”. Pero en el año 2010, al fallecer su esposo, el increíble e inestable andamiaje político construido por su antecesor, comenzó lentamente a resquebrajarse.
Cuando asumió su segunda gestión presidencial después de imponerse por
el 54 % de los votos, ella misma se sorprendió de ello, pero ya sin el apoyo de
su marido, la absurda y fantasiosa construcción política comenzó a desmoronarse
cada vez más rápidamente.
Cristina terminó encerrándose en si misma y cometiendo cada vez más errores,
verdaderas e increíbles torpezas políticas y económicas, que van arrastrando al
país a una situación cada vez más incierta.
Habría que analizar los dos aspectos que confluyen a este anunciado
desastre: el quiebre de su salud mental,
su falta de equilibrio y su soledad política.
Desde el mismo momento que asumió la primera magistratura
en su primera gestión, se perfilaba la conflictiva y conflictuada personalidad
de la mandataria. Se evidenciaba claramente,
falta de sensatez y moderación en
su accionar, con las consecuencias negativas que este hecho traía aparejado.
Mas adelante trascendió que la presidente estaba afectada de trastorno
bipolar, también llamado psicosis maníaco depresiva.
Esta patología
presenta frecuentes estados ciclotímicos, al alternar raptos de alegría y
euforia y momentos de irritación y profunda depresión. En estos últimos
estaría impedida de razonar coherentemente y adoptar decisiones correctas.
Pero también sobresalen
rasgos de un importante complejo de inferioridad, que se manifiesta en su exacerbada soberbia,
su altanería, su resentimiento, su trato autoritario y un comportamiento
y conducta inadecuada para tan alta
investidura. Pero no es el objetivo de este artículo enumerar las enormes y
graves falencias, ya más que conocidas por la mayoría de los argentinos.
Todas estas
falencias se agravaron cuando comenzó a
estar expuesta “a una
serie de traumas ante los que cualquier ser humano resultaría vulnerable” (ref.1).
Su esposo enfermó y falleció repentinamente, fue humillada cuando tomó estado publico la
relación estable que durante muchos años
Néstor, hasta el día de su fallecimiento, mantuvo
con una empleada gubernamental que desempeñaba un importante
puesto en la Presidencia
de la Nación , le
diagnosticaron un cáncer y le extirparon la tiroides, posteriormente le
informaron que el diagnóstico había sido equivocado, la enfermedad de su hijo
Máximo, según algunos medios sería drogadicto y la radicación de su hija
Florencia en Europa.
¡Pobre Cristina! De pronto se encontró abrumada, en absoluta soledad pública y privada, sin en quien confiar y con todas las responsabilidades de su cargo en sus manos.
Pero además a sus
conflictos personales, se le sumó el resultado de la erróneas políticas
aplicadas desde el año 2003, que ya en aquel entonces los analistas
pronosticaban que causarían graves perjuicios en el futuro. Cristina está cosechando las consecuencias
de esos errores y desaciertos. Está recogiendo lo que ella y su esposo
sembraron a lo largo de casi diez años de despilfarro, populismo y demagogia.
Ignorante de
hasta el más sencillo procedimiento de toma de decisiones, con un
desconocimiento supino del trabajo en equipo y sin en quien confiar, en su
autismo, comenzó a adoptar medidas viscerales y casi alocadas, que van a precipitar invariablemente a nuestro
país a un verdadero caos y desastre.
En su conocida política
de confrontación heredada de su fallecido esposo, arremetió contra la base de sustentabilidad de su gobierno, los
sindicatos y los gremios de la clase trabajadora. Exactamente como la hiciera su antecesor. Recordemos que Néstor
Kirchner se caracterizó por traicionar a aquellos que lo proyectaron en su
carrera política. Primero con Menem, luego con De la Rúa , luego con Duhalde, luego
con los capitalistas amigos y así la lista sería demasiado larga para detallar.
Está comfirmando
lo que siempre se sospechó, la utilización del peronismo simplemente para
lograr encaramarse en el poder. Recordemos que Nestor Kirchner busco
desprenderse del peronismo, intentando lograr la transversalidad política. Otro
de sus grandes errores, pero que dejaron bien en claro y ahora más que nunca, que los Kirchner nunca fueron peronistas.
Los últimos
discursos de Cristina fueron lamentables
en su expresión y en su contenido. Se la
vio con diez años más encima, desencajada y expresando sandeces y sus consabidas
fantasías.
¡Pobre presidente! Víctima
de sus groseros errores. Verdaderamente inspira lástima y a la vez vergüenza
ajena.
Pero lo peor de
esta situación no es Cristina, sino nuestro país. Los desvaríos y errores de la
presidente están llevando a la
Argentina a un futuro
negro, turbulento y esperemos que no,
probablemente violento.
Habrá seguramente
estallidos sociales. La
Justicia inoperante y las instituciones muy debilitadas. Deliberadamente
está incendiando a la principal provincia argentina mediante la extorsión
económica a su fiel y sumiso gobernador y también a otras provincias. Hay mala relación con los países vecinos.
Cristina echó al Paraguay del Mercosur. No tenemos amigos en el mundo... salvo Venezuela,
Bolivia y Cuba, y así vamos de un desatino tras otro.
Casi se podría apostar que la presidente,
a la corta o a la larga va a renunciar. Pero no lo puede hacer, ya que ella se colocó y
arrastró a todos los argentinos, a una trampa infernal, que de renunciar, el
país explotaría y sería esquilmado y desvalijado hasta el último centavo: el
sucesor es el botarate de la campera y el pelo largo, el simpático guitarrista Amado
Boudou y la que le
sigue en la línea sucesoria es “Betty la Escandalosa ”, Beatriz Rojkés de Alperovich, la presidenta provisional
del Senado, esposa del
polémico y controvertido gobernador de Tucumán. ¡Peor imposible! ¡Un verdadero
callejón sin salida!
¡Pobre Señora, da mucha pena, lastima y porque no
decirlo, vergüenza, …pero mucho más grave es la situación de nuestra
Patria. ¡A que extremo nos llevó la ineptitud e
incompetencia de Cristina! ¡Pobre país!
02-Jul-12
Dr. ALFREDO RAÚL WEINSTABL
NOTAS:
1.- Carlos
Pagni “La presidente, bajo el imperio de las emociones” “La Nación ” - 01
07 12
Pobre Kristina. No. Me importa un carajo. Quiero que se quede hasta el FIN. Que sea juzgada por el daño que ha echo. Por lo que robó y dejo robar. Por la impunidad con la que actúo y dejó actuar. Por atacar a las Instituciones, fomentando el odio y resentimiento. Por tanta mentira y maldad. Porque no sumó, restó siempre. Gran actora del melodrama-
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