El día de
ayer subimos dos notas referidas al narcotráfico: “Correa ha pactado con las FARC”:
Lucio Gutiérrez y “Narcotráfico ya instalado por Ella”,
en ambas sus autores dejan claros indicios de las responsabilidades que les
caben a los presidentes de Ecuador y Argentina por permitir la infiltración de
este flagelo en sus respectivos países.
Desde
mediados de julio diferentes medios han denunciado que la provincia de Salta se
había convertido en la capital del narcotráfico, era tan “grossa” la denuncia
que antes de publicarla decidimos verificarla a través de nuestros
corresponsales en esa querida provincia.
En el día
de hoy nos informan que la situación imperante es la que describe el artículo
que publicara oportunamente el diario El Tribuno de Salta, el que podrán
leer más adelante. También nos informan que el gobernador Urtubey manifiesta que ese tema no es problema de Salta,
sino de la Nación por ser área de frontera y escapar a él, como si el problema
no fuera en un 50% dentro del territorio salteño.
En Salta se
ha observado un gran cambio con todos los hechos delictivos que han sucedido últimamente
(desaparecidos, asesinatos, violaciones, etc.) y sacudido no solamente a la
sociedad salteña, sino a todo el país. También es destacable la
ligereza de los jueces por tratar de cerrar aquellos casos como los de las
turistas francesas y últimamente las dos chicas colgadas de un árbol.
La
responsabilidad de asegurar las “áreas de frontera” cae sobre los hombros de
los miembros del Sistema de Seguridad
Interior, cuya cabeza más visible es la presidente de la Nación –Ley N°
24.059 SEGURIDAD INTERIOR- y otros miembros son: los gobernadores de las
provincias que adhieran a esa ley, el congreso nacional, los ministros del
interior, de seguridad, de defensa, de justicia, la policía federal argentina,
la policía de seguridad aeroportuaria, las policías provinciales, la prefectura
nacional argentina y la gendarmería nacional… evidentemente alguien y algunos
no están cumpliendo cabalmente con sus funciones y responsabilidades.
Una Ciudad Juárez se instala en
Salta
La temida Ciudad Juárez mexicana, que alberga a
los peligrosos cárteles (organizaciones criminales ligadas al narcotráfico,
trata de personas y otros delitos), parece haber creado una sede en el norte
argentino, más precisamente en la localidad de Salvador Mazza, donde los asesinatos por encargo, el traslado
ilegal de estupefacientes y el egreso de automóviles robados, son moneda
corriente.
Si bien la
problemática en la mencionada localidad fronteriza, situada 426 kilómetros al
norte de la capital salteña, es de vieja data, se acrecentó tras la inentendible
orden de la Ministra de Seguridad de la
Nación, Nilda Garré, quien comandó el traslado del 90% de los efectivos de Gendarmería Nacional hacia la ciudad de
Aguaray el 5 de enero pasado y de
esta manera, liberó el paso fronterizo para los criminales.
A raíz del
doble crimen perpetuado en una finca del paraje El Arenal de Salvador Mazza, donde murieron Gonzalo Guzmán (34) y Oscar
Daniel “Coqui” Aráoz (35), a causa de un ajuste de cuentas vinculado al
narcotráfico, un equipo periodístico de El Tribuno se trasladó a la zona de
mayor ingreso de cocaína al país e investigó el raid delictivo que se sumó a un
listado interminable de asesinatos a sangre fría. Amenazas, persecuciones
constantes y miradas desafiantes fueron un común denominador en todo momento y
en cada lugar de la zona desde algunos sectores de la pueblada hacia los
enviados del matutino salteño El Tribuno. Mientras las fuentes continúan
investigando el doble asesinato, el único detenido por el hecho, de apellido Bamba y líder de una banda narco cuyos
componentes son argentinos y bolivianos, fue trasladado a Tartagal para ser indagado en las próximas horas por el juez de Instrucción Formal 2, Fernando
Mariscal.
La zona caliente de la frontera
Para
situarse en Salvador Mazza, un
visitante tiene que saber varios puntos; como por ejemplo, donde ubicarse y por
qué lugares debe transitar para no ser víctima por los maleantes.
En la zona
existen tres barrios extremadamente peligrosos del lado argentino (General San
Martín, Pueblo Nuevo y Sector 5), que colindan con la localidad boliviana de San José de Pocitos. Del lado boliviano
se encuentra el barrio África, el más temido de la región.
Un total de
30 kilómetros de frontera “caliente”
dividen los mencionados territorios de Argentina y Bolivia. Estos son los
elegidos por los traficantes ilegales para traspasar la mercadería de norte a
sur por caminos legales (camuflando la droga) o por caminos secundarios que se
encuentran en el monte.
Narcotráfico
Debido a la
difícil tarea de pretender desbaratar las redes ilícitas, en diálogo con El
Tribuno, integrantes de las Fuerzas que luchan contra estas organizaciones
aseguraron que si bien no hay cárteles organizados como en México, San José de Pocitos (Bolivia) y Salvador
Mazza (Argentina), cuentan con grupos familiares que están vinculados al
narcotráfico desde sus antepasados y por ende las enemistades y rivalidades por
la toma de poder, traspasan generaciones.
En base a
estos datos, la Policía apresó el viernes pasado al temido delincuente
identificado por su apellido como Bamba,
líder de una red mafiosa llamada “Los
Bembas” y que tenían una acérrima rivalidad con los asesinados Gonzalo Guzmán y Oscar Daniel “Coqui” Aráoz,
debido al trafico de drogas.
“En Pocitos y Salvador Mazza
no se produce ni se comercializa cocaína, pero al tratarse de un límite
fronterizo entre dos países, es una zona de paso y los narcotraficantes del
lugar negocian con los fabricantes y con los vendedores”,
aseguraron.
Además,
dijeron: “El temido barrio boliviano
África, cuya dimensión no supera cinco manzanas, funciona como aguantadero de
narcos, sicarios y prófugos de la Justicia. La Policía boliviana (PB),
generalmente no ingresa en ese sector”.
El destino final, Europa
Según las
fuentes consultadas, la pasta base de cocaína que ingresa a este país por Salvador Mazza, es llevada hacia Pocitos desde de las localidades
bolivianas de Cochabamba o Santa Cruz, aunque también suele
ingresar de Colombia, cuyo paso por Perú es obligado.
Por ese motivo,
entre los pobladores del barrio África, se pueden observar decenas de
colombianos y peruanos, quienes realizan las labores de logística, mientras la
sustancia ilícita es transportada.
Luego,
ingresa por territorio salteño y es llevada a Buenos Aires, para que desde allí
se la traslade a Europa, el destino final.
Sin
embargo, la droga no es el único problema existente en la región; los
vehículos, exclusivamente los de Alta gama, cuyos dueños sufren el robo de los
mismos en todo el país, tienen como destino final Bolivia y por ese motivo, Salvador Mazza y Pocitos también están en la mira de los investigadores por ser el
principal paso fronterizo de ambos traslados (automóviles y cocaína).
Los coches
llegan a Salta desde diferentes puntos del territorio nacional, en especial
desde Buenos Aires, y son atravesados por el barrio Sector 5, cruzan la
quebrada Guandacarenda e ingresan al barrio África, para instalarse en suelo
boliviano sin tener que ser revisado por las fuerzas de seguridad.
“Seguirán los asesinatos”
Los
pobladores de Salvador Mazza y Pocitos ya no transitan con normalidad
por la zona y el motivo es entendible; las propias redes narcos lograron que se
corra la bola que los asesinatos de Guzmán
y Aráoz a sangre fría, son los primeros de una larga lista de asesinatos a
conocidos delincuentes que están vinculados al traspaso de drogas.
“No nos metemos y no sabemos lo que
ocurre. Si supiéramos tampoco se los diríamos porque con los pesados de Pocitos no se juega”, comentaban una y otra vez los
lugareños cuando eran consultados por El Tribuno acerca del peligro latente.
Un anónimo
solo se animó a decir: “Sé que los
amenazados son comerciantes conocidos y que en alguna oportunidad mejicanearon
(como se conoce a quienes reciben cocaína, no la pagan y la venden por su
cuenta) a los del sector que ahora pretende venganza. Seguirán los asesinatos,
de eso no hay ninguna duda”.
“Ni el arresto de Bamba los va a
parar”, culminó.
Más de 700 armas en su poder
Los
homicidios en el territorio norteño ya no son ninguna novedad y cientos de
personas ya fueron víctimas de las redes criminales. Al respecto, el ex comisario
Miguel Sosa, que fue encargado de la Comisaría 40 de Salvador Mazza hasta 2008, comentó un detalle importante.
“En el año 2.000, una deposito
judicial de armas fue saqueado en Tartagal.
En esa oportunidad, más de 700 pistolas fueron secuestradas y trasladadas a la
zona de Salvador Mazza”. “Por ese
motivo, la mayoría de los delincuentes se encuentran armados todo el tiempo y
los asesinatos se realizan con total brutalidad cuando las negociaciones no
salen como ellos quieren”, cerró Sosa, quien ya está
retirado y no tiene un domicilio fijo.
Salvador Mazza o Salvador Juárez
El viernes,
un equipo periodístico de El Tribuno estacionado en una de las calles céntricas
de Salvador Mazza escuchaba por
radio las declaraciones del ministro de
Seguridad de la administración Urtubey, diciendo que no había que sacar
conclusiones apresuradas, a propósito de que estuvieran operando en nuestra
provincia cárteles de la droga y que estos fueran responsables de los cuatro
asesinatos con características mafiosas que se registraron en pocos días, tanto
en esa localidad como en la boliviana de Bermejo.
De pronto, dos individuos con cara de pocos amigos rodearon el móvil del
diario.
-Anden con
cuidado, entendido*, les advirtió uno de ellos, mientras el otro se dedicaba a
fotografiarlos uno por uno.
Policías no
eran. Gendarmes tampoco y llamó la atención de los periodistas la impunidad con
que esas personas se desplazaban por un lugar colmado de efectivos de las
fuerzas de seguridad y miembros de los Servicios de Inteligencia de toda laya,
nacionales e internacionales, algunos encubiertos y otros demasiado visibles.
Más tarde, Eduardo Sylvester
ratificaba en declaraciones a este diario la posición del gobierno.
Ante todo
pidió “actuar con extrema prudencia”,
como si la prensa fuera imprudente al barajar una hipótesis que está en boca de
todos. Y agregó que “la modalidad de este
doble crimen es distinta a la que habitualmente ocurre en la zona, porque no
sabemos en qué circunstancia se produjo, ni si tiene relación con hechos
anteriores Por eso, recomendó, hay que ser muy criteriosos”.
Tal vez el
responsable de la Seguridad pública en la provincia, olvidó las “modalidades” del crimen del empresario naviero bonaerense Julio Trama,
el 5 de mayo de 2010, al que citamos por su repercusión mediática, ya que fue
sólo uno, de las decenas de crímenes que ocurrieron en los últimos años en Salvador Mazza, localidad a la que
algunos han comenzado a llamar, con cruel ironía, Salvador “Juárez”.
A Trama lo mataron a hachazos y quemaron
luego parcialmente su cadáver, dejándole en los bolsillos 17.000 dólares.
Mientras que a Gonzalo Guzmán,
propietario de una carnicería y a su ayudante Oscar Aráoz, los asesinaron de sendos tiros en la nuca. En este
punto habría que darle la derecha (sin connotaciones ideológicas) a Sylvester: Las “modalidades” de los crímenes fueron distintas. Entretanto en la
vereda de enfrente, en los montes de Bermejo,
aparecieron ejecutados a balazos, el remisero
Marcel Torres, que había sido secuestrado entre el 12 y el 15 de junio,
junto a otra persona de nacionalidad boliviana.
Está claro
que algo huele mal en la provincia en materia de Seguridad y negarlo, no parece
ser la mejor estrategia para enfrentar el problema.
La realidad
Lo que
viene cocinándose en Salvador Mazza
desde hace largo tiempo, agudizado en los últimos años por un cinturón de
miseria y marginalidad agobiante, sumado al cuentapropismo y a la informalidad
que apenas alcanzan para sobrevivir, alimenta el fortalecimiento y la expansión
del crimen organizado y el narcotráfico.
A esto se
suma una escasa presencia del estado, si la medimos en términos de eficacia
para llevar adelante un plan de desarrollo integral que al tiempo que integre
socialmente de manera paulatina y sostenida a los habitantes del lugar, ejerza
también el monopolio de la fuerza.
Digámoslo
en pocas palabras: ¿quién ejerce la autoridad real en Salvador Mazza dentro de
los cinturones de miseria que rodean la localidad? ¿A quién le teme y respeta
más la gente que sufre una marginalidad que ofende a la condición humana? Cuando
los periodistas de El Tribuno cubrían el sepelio de uno de los muertos, una
señora le susurro a uno de ellos: “Tengan
cuidado chicos, mucho cuidado; no duerman en Salvador Mazza”.
En Salvador Mazza la gente tiene miedo.
Así de simple, miedo. Las organizaciones del narcotráfico que operan en la zona
están llevando adelante lo que los especialistas en seguridad llaman “crímenes predatorios”. Cada uno de
ellos representa un mensaje hacia sus adversarios en la guerra por el control
del territorio y hacia la población, para que la gente no hable, no mire, no
moleste.
El poder somos nosotros, dicen los
mensajes.
Tal vez
todavía estén en la etapa de la guerra entre pandillas de “entrepreneurs”. La que llevan adelante como parte del control
inicial del territorio. Que siempre es un control hegemónico. Ahí no se admiten
cooperativas. Algunas pandillas irán predominando hasta que, finalmente, una o
dos controlen el territorio. Y ahí comenzará la expansión.
Así comenzó todo en México. Así ganó
su fama Ciudad Juárez
Es que El Putumayo colombiano, El Chapare boliviano y el Alto Huallago peruano son zonas de
producción. Y luego están las fronteras secas; los territorios de paso de la
droga. Ellos son, hacia el norte de México, las diez ciudades fronterizas con
EEUU; y hacia el sur las llamadas fronteras lábiles, los espacios vacíos o “territorios sin ley”. En esa lista confeccionada
por los organismos competentes de la ONU, en el continente americano se ubican
el Peten mexicano, el Darién en Panamá y Salvador Mazza en el norte argentino.
Así estamos y una cosa es segura: si no hay diagnóstico sobre la
enfermedad no hay posibilidades de cura. Y si la curación está en manos de
amateurs o incompetentes que la niegan, los resultados serán predecibles a
corto y mediano plazo. Claro que deberíamos admitir, también, que la negación
de la realidad forma parte de un estrategia política nacional que, por el
momento, le ha dado buenos resultados a sus patrocinadores. Por lo visto y
oído, hay quienes en Salta han resuelto imitarlos.
Fuente: El Tribuno de Salta
El informe
periodístico El Tribuno, -excelente- , y si bien no dice nada que no sepamos, aunque la comparación la tendría que haber
hecho con Sinaloa, no con Juárez, tanto como estar mas
actualizados,...sirve como base y como parámetro para ubicarnos en tiempo y
espacio en el contexto de del Cartel de Crisinaloa... ya
se evalúan más marchas y manifestaciones en Salta;...muchos crímenes que se
suman a los 35.000 asesinados por acción u omisión de Balcarce 50.
Se
olvidaron de Jujuy, donde la droga y el trafico de armas es lo mas importantes
y tal vez sea mas fácil el ingreso y sin tanto líos de muertes, etc., los "chicos" de la FARC y Sendero andan bien no hacen despelote.
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