LA NACION – 15sep12
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Contramarchas
Por Mariano Obarrio
La presidenta Cristina Kirchner les ordenó ayer a sus
ministros "redoblar la apuesta" frente al masivo cacerolazo de
protesta de anteayer , y habilitó al ala juvenil cristinista Unidos y
Organizados a convocar a dos "contramarchas" a la Plaza de Mayo, una
para el jueves próximo y otra para el 27 de octubre.
La mandataria trazó una línea discursiva radicalizada:
minimizar y descalificar la protesta fue la misión asumida por el jefe de
Gabinete, Juan Manuel Abal Medina. El funcionario afirmó que hubo "mucho insulto,
mucho odio, mucha agresión" y dijo que a los manifestantes "les
importa más lo que ocurre en Miami que lo que ocurre en San Juan" .
El desafío en Unidos y Organizados es llenar la Plaza de
Mayo como anteayer. La marcha del 27 de octubre está confirmada; ese día se
cumplirán dos años del fallecimiento de Néstor Kirchner. Pero la del jueves
próximo aún está en análisis entre las agrupaciones La Cámpora, Kolina y
Movimiento Evita, entre otras.
"La del 27 quedó muy lejos. Por eso se analiza una
el jueves. Faltan algunas cosas, pero las ganas están. Queremos formar una
cadena humana nacional y popular para apoyar a Cristina y responder a lo de
anteayer", confió a LA NACION un dirigente juvenil.
El plan tiene el aval de la Casa Rosada. Pero los
gobernadores de Buenos Aires, Daniel Scioli; de Córdoba, José Manuel de la
Sota, y de Mendoza, Francisco "Paco" Pérez, además de dirigentes como
Horacio González y Fernando "Chino" Navarro, recomendaron "tomar
nota" y atender los reclamos.
Estos matices desnudaron nerviosismo y discrepancias
internas, poco usuales en el kirchnerismo, excepto en momentos de tensión
política.
El senador Aníbal Fernández, del Frente para la Victoria,
abrazó ambas banderas, la conciliadora y la conspirativa, en cuestión de horas.
Por la mañana, admitió en Radio Mitre que la protesta "fue
importante", aunque no entendía los motivos.
Pero al mediodía en Radio 10 la desmereció diciendo que
"fue organizada por Clarín y TN no podía faltar a la fiesta de
quince".
A media mañana, la Casa Rosada le ajustó el discurso. Y
Abal Medina marcó la línea oficial, más combativa, con el periodista Víctor
Hugo Morales, en Radio Continental. "En absoluto vamos a cambiar las
políticas que votó el 54%", dijo el jefe de Gabinete.
Por esas horas, ya cundía en la Casa Rosada la idea de
que "hay que redoblar la apuesta", tanto en la política como en la
gestión. Desde el kirchnerismo machacarán de aquí en más con que la
movilización de anteayer "fue la expresión de la oligarquía que quiere voltear
a Cristina", por lo cual "hay que defenderla en la calle".
En Olivos apuestan a que el cacerolazo no encuentre cauce
en un dirigente opositor y a que el jefe de gobierno porteño, Mauricio Macri,
no acierte a articular un frente para las elecciones legislativas de 2013.
Luego de atender a varios ministros en Olivos, y dar
instrucciones sobre el nuevo hilo discursivo, la Presidenta partió a las 15.20
para Río Gallegos, en medio de un fuerte operativo de seguridad. Llegó a Santa
Cruz tres horas más tarde.
Comenzó entonces a surgir la idea de las
"contramarchas". La del 27 de octubre se promociona en Facebook:
"Néstor Vive en el Pueblo 27/10 Todos a la Plaza y lo vamos a demostrar
Unidos y Organizados". En cambio, la del jueves se discute entre Unidos y
Organizados y Abal Medina, quien no atendió la consulta de LA NACION.
LOS GOBERNADORES
El peronismo histórico se mantiene en silencio. Sus
dirigentes no quieren exponerse a las críticas por una marcha de aparatos
políticos, el despliegue de miles de micros por la avenida 9 de Julio, y aún
así no poder empardar la masiva marcha de anteayer.
Sin embargo, para Abal Medina el reclamo fue menor.
"Cualquier movilización de la izquierda junta la misma gente",
aseguró. Y desafió a los manifestantes a "armar un partido y ganar las
elecciones".
Además, aseveró que el reclamo "no tuvo
espontaneidad alguna, fue convocada por Twitter incluso por dirigentes
políticos y sectores que articulan contra el Gobierno".
El titular de la Anses, Diego Bossio, señaló que
"muchos" de los que protestaron "no ven más allá de su egoísmo
personal". Y el jefe del bloque kirchnerista en la Cámara de Diputados,
Agustín Rossi, dijo que "el escenario de anoche fue absolutamente
funcional a las corporaciones".
Por su parte, Daniel Scioli se diferenció de la Casa
Rosada y aseguró que "con mucho respeto, humildad y seriedad" se
deben "escuchar e interpretar" los reclamos. Su par cordobés, De la
Sota, subrayó que "el país necesita diálogo para tranquilizarse y
unirse".
Y el mandatario kirchnerista mendocino, Paco Pérez,
admitió que "sin lugar a dudas es un llamado de atención. Fue importante,
y hay que hacer un análisis profundo de cuáles son sus derivaciones". En
Mendoza el cacerolazo fue masivo.
"El Gobierno debe tomar nota de esta importante
movilización", había dicho anteanoche Horacio González. El diputado
bonaerense Fernando "Chino" Navarro sintonizó con esa línea: "No
somos dueños de la verdad" y "hay cosas que corregir", dijo,
aunque advirtió que el llamado de atención fue "para oficialistas y
opositores".
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