Hay más de 1.000 ancianos Soldados juzgados y presos,
casi 200 fallecidos en prisión
El
injusto juzgamiento del personal de las Fuerzas
Armadas, de Seguridad, Policiales, Penitenciarias y de otros
organismos del estado que cumpliendo órdenes emanadas del más alto nivel político del país derrotaron a las organizaciones políticas-militares
subversivas que tenía como objetivo alzarse con el poder mediante el terror
y la violencia; solo es posible gracias a jueces
y fiscales prevaricadores que se sometieron a la obediencia debida del poder
de turno y aceptaron diseñar un “derecho
a medida” para cumplir una venganza impiadosa que no tiene paragón en la
historia universal.
Suprema Corte de Justicia de la Nación
Es justo reconocer a nuestros hombres de armas, que en esa época existía un reclamo generalizado de la mayoría de la sociedad para que acabaran con el flagelo del terrorismo, no solo en la prensa, en el Congreso de la Nación, en los Partidos Políticos, en las conversaciones de entre casa y entre amigos, etc. Eso no lo puede negar nadie y menos desentenderse ahora... abandonándolos a su suerte y con condenas que se saben escritas de antemano.
Palabras de Ricardo Balbín, titular de la UCR
No
se puede juzgar una guerra con el Código
Penal en la mano, la excepcionalidad de su naturaleza violenta exige un
sistema de justicia y leyes especiales como estaba establecido en el Código de Justicia Militar.
El terrorismo en la Argentina fue consecuencia de un plan originado y conducido por los
estados de la Unión Soviética y Cuba,
es decir lo que grupos presuntamente desinformados o directamente mal
intencionados hubieran calificado como “Terrorismo de Estado”, de no haber
sido las organizaciones extremistas afines a esos grupos.
Por decisión del Congreso, se extendieron los beneficios del "punto final" a los responsables de actos terroristas. En otras palabras: se forjó la ilusión de una pacificación interior que seguramente no fue sincera, porque se desmoronó como un castillo de naipes.
Ahora nos encontramos nuevamente en plena discordia, intentando algunos mantener una visión asimétrica que inculpe a los militares, también quizá a la Triple A y al gobierno de Isabel Perón, pero que cubra con la más absoluta impunidad a los terroristas que desataron nuestra guerra interior y la mantuvieron, incluso, con gobiernos constitucionales.
De
todas maneras, la expresión “Terrorismo de Estado” es falaz y
contradictoria por lo cual no puede ser usada seriamente sino con efectos
escandalosos o propagandísticos. Nada mejor que lo expresado al respecto por la
Audiencia Nacional de la Justicia de
España, Sala de lo Penal Sección
Segunda en Auto Numero 8/2008 referida a la extradición de María Estela Martínez Vda. de Perón
donde dice: “La expresión Terrorismo de Estado no existe, es desafortunada, el estado no puede
subvertirse a sí mismo”.
Se
puede entonces afirmar que la ya excedida frase “Terrorismo de Estado” es
un término creado por grupos cómplices al mismo extremismo para disimular y
justificar su propio accionar y a la cual no se la puede tomar seriamente.
Las “aberraciones jurídicas” cometidas durante
los mal llamados juicios contra crímenes de lesa humanidad, han causado un mal inconmensurable
al estado de derecho, a la sociedad en su totalidad y al estado mismo que hará
necesario el paso de mucho tiempo para reparar semejante daño. Es por ello que
decimos que es hora de Paz, Concordia, Justicia, Historia completa y Unión
dentro del principio de igualdad ante la ley, para evitar a la Patria un daño
mayor e irreparable… aún estamos a tiempo.
El proyecto de ley de amnistía presentado por el entonces diputado nacional Jorge R. Vanossi marca un camino que en algún momento deberíamos emprender. Por favor si alguien tiene una idea mejor que la exprese y la ponga a consideración de la sociedad... este es un tema acuciante.
Sinceramente,
Pacificación Nacional Definitiva
por una
Nueva Década en Paz y para Siempre
DECIAN LOS MILITARES
“FORO
DE LA VERDAD HISTORICA"
Desde
1983 a la fecha la opinión publica, argentina y extranjera, es sometida a una
colosal campaña masiva de deformación, un verdadero lavado de cerebro, sobre
los trágicos hechos ocurridos en la Argentina entre 1969 y 1979.
Esta
acción tuvo un pico inicial que finalizo en 1987, pareciendo luego diluirse en
la acción limitada de grupos menores de extrema izquierda. A esto último
contribuyeron los graves daños producidos
a la esencia de las instituciones armadas - evidenciados en la crisis de Semana
Santa - que decidieron a nuestra irresponsable dirigencia política a adoptar medidas
de pacificación nacional, con leyes de amnistías parciales y posteriores
indultos presidenciales.
Sin
embargo desde 1995 vivimos un rebrote
del despiadado ataque a las Fuerzas Armadas, con la más que evidente intervención
de sectores ligados a la cúpula del gobierno hoy casi saliente, por necesidades
de su política internacional, para quitarle la bandera de los DDHH a la nueva oposición
materializada en la Alianza y como simple cortina de humo para esconder sus déficits
políticos. A esta acción se pliegan alegremente los eternos denunciantes
disfrazados de defensores de derechos humanos y algunos grupos más díscolos de
la Alianza, a disgusto de su dirigencia que se siente casi gobierno y no desea
alimentar un incendio a heredar.
Los hoy menores de cuarenta años, sin haber sido testigos ni
protagonistas, reciben una distorsionada versión de la guerra civil ocurrida
hace un cuarto de siglo, cuyas consecuencias de esta forma se extienden hasta
nuestros días.
Dos
de los ex Comandantes están nuevamente detenidos desde 1998, juzgados
nuevamente por acusaciones por la cuales ya lo fueron en 1985 y declarados
inocentes; un verdadero Gulag judicial, mientras tanto notorios altos
funcionarios civiles y militares, jueces incluso, acusados de publicas y graves
corrupciones, son protegidos desde las esferas del poder político.
Dr. Alberto Rodríguez Varela
El prólogo
del prestigioso Dr. Alberto Rodríguez
Varela al libro "TESTIMONIO DE UNA DECADA" del Gral. de División Genaro Díaz Bessone (1996), sintetiza en forma
cabal la realidad vivida en nuestra Argentina en aquella década de los 70, de
horror y desencuentro. Veamos sus partes esenciales:
"Creemos, por ello, que es oportuno dedicar estas
palabras liminares a la recapitulación de algunos aspectos de esa cruenta
guerra civil, promovida por organizaciones terroristas cuyos jefes recibieron instrucción
militar en Cuba y en otros países del área comunista".
"El 'Documento final sobre la guerra contra la subversión'
que expidió la Junta Militar el 28 de abril de 1983 registra 21.642 hechos
terroristas ejecutados entre 1969 y 1979. Los mismos abarcan asesinatos de
ancianos, mujeres, niños, políticos, empresarios, sindicalistas, policías,
gendarmes, militares, periodistas, obreros y personas que desarrollaban las mas
variadas actividades, secuestros extorsivos, ataques a unidades militares,
asaltos a entidades financieras, etc."
Víctimas inocentes del terrorismo
"La primera respuesta a la embestida terrorista fue
principalmente civil y política. Se creó en 1971 una Cámara Federal, integrada
con jueces probos e independientes, que demostraron singular coraje y eficiencia.
A principios de 1973 se encontraban procesados o condenados aproximadamente
2.000 terroristas."
"Las autoridades constitucionales que asumieron el 25 de
mayo de 1973 disolvieron ese tribunal, amnistiaron y liberaron a todos los
terroristas - entre ellos a los asesinos del General Aramburu - y derogaron indiscriminadamente la legislación
penal sancionada para reprimirlos. Los legisladores que se sumaron comparten la
responsabilidad histórica de haber dejado al país sin jueces, sin leyes y con
los asesinos sueltos y dispuestos a intentar el ataque definitivo para imponer
en Argentina un régimen totalitario".
"Al sanciona se esas leyes, se desechó la alternativa
civilizada y con empecinada ceguera el recién instalado gobierno constitucional
empujo a los argentinos hacia la barbarie”.
“Después de esas desaprensivas decisiones legislativas, la situación
interna se agravo. No era posible caminar sin riesgo por las calles.
Diariamente se producían atentados con explosivos o armas de fuego sin que
fuera viable recurrir ante ninguna autoridad. La impunidad era total."
"En el mes de febrero de 1975 la situación en la
provincia de Tucumán adquirió contornos gravísimos. El llamado Ejercito Revolucionario del Pueblo (ERP) había
logrado controlar gran parte del territorio. Era previsible, incluso, que
intentara el reconocimiento internacional una zona supuestamente
"liberada".
Formación del ERP en el monte tucumano
La Presidente Isabel Perón, sin objeciones
del Partido Radical, expidió un
decreto “ordenando a las Fuerzas Armadas
aniquilar el accionar de las organizaciones subversivas que operaban en Tucumán".
Presidente de la Nación María Estela Martínez Vda. de Perón
"No habían transcurrido dos años desde el 25 de mayo de
1973.
Pero los legisladores hablaban otro idioma. El mismo diputado
radical que había auspiciado "sancionar" a los jueces de la Cámara
Federal antiterrorista, reconocía ahora - ante el asesinato del sindicalista Rucci - que "todo esto forma parte de una guerra sorda, de una
guerra subterránea, que está ocurriendo en el escenario de la Republica"[1] . Un legislador del Partido
Justicialista fue más drástico al recomendar la sanción de leyes que
otorgaran a las Fuerzas Armadas y de
Seguridad "amplios poderes"
para "perseguir a los subversivos
hasta sus guaridas y matarlos como a ratas, porque no merecen vivir en este
suelo"[2]. (Diario de Sesiones, pags. 2506, 2532 y 2533). Ese era el clima que vivía el país".
Doctor Italo Luder
"En noviembre de 1975, el Poder Ejecutivo Nacional, interinamente a cargo del Doctor Italo Luder, extendió a todo el territorio argentino la
orden impartida a las Fuerzas Armadas de aniquilar al terrorismo."
"Poco después el Ministro
de Defensa Tomas Vottero pronunció una conferencia pública. En ella advirtió
que ante la lucha 'total, sofisticada y compleja, despiadada, diabólica y
criminal', promovida por la subversión armada, 'queda una sola alternativa: el exterminio total del enemigo.
"Agrego que las 'Fuerzas Armadas, en cumplimiento de
obligaciones constitucionales y convocadas por el gobierno, han asumido, junto
a las Fuerzas de Seguridad, la responsabilidad de la acción directa contra la acción
armada de la subversión. Y lo han hecho y siguen haciéndolo con marcado y
rotundo éxito, gracias a su acendrado patriotismo, su vocación de servicio, su
voluntad de lucha, su espíritu de sacrificio, su cohesión ideológica y
espiritual y el coraje personal, en todas sus jerarquías, de todos sus
componentes, no pocos de los cuales han rendido en acción a la Patria el
holocausto de sus vidas. A ellos rindo, como ministro de defensa, y en nombre de la Excma. señora presidente de la Nación, la gratitud y el homenaje
del gobierno, llamándolos beneméritos de
la Patria y diciéndoles que cada gota de su preciosa sangre ha reafirmado
tanto nuestra fe en la victoria final contra sus asesinos, como nuestra
inquebrantable determinación de no dejar por hacer absolutamente nada de lo que
este dentro de nuestras facultades y de nuestro poder de decisión, hasta
alcanzar su más completo exterminio".
"Estas expresiones durísimas, que están dentro del
contexto de la terrible guerra se encuentran publicadas en la «Revista de la
Escuela de Defensa Nacional» y no suscitaron reacciones adversas. Por ello, la
defensa ante la agresión subversiva, encomendada a las Fuerzas Armadas, de
seguridad y policiales, fue legitima, la victoria militar, alcanzada pagando un
alto precio de sangre, fue justa".
"No pretendemos, con lo dicho, minimizar ni justificar
las violaciones al orden moral objetivo que hayan podido cometerse en el curso
del conflicto. Dios, que conoce el fondo de las conciencias, tiene una clara y
completa visión de todo lo ocurrido, y a él le corresponde dictar la sentencia
definitiva".
Dresde tras el bombardeo vista desde lo alto de la torre del ayuntamiento.
Famosa foto de Richard Peter.
Famosa foto de Richard Peter.
"Los aliados en la segunda conflagración mundial
ejercieron también la defensa legitima de la civilización occidental frente a
la agresión del totalitarismo racista y del imperialismo nipón, y obtuvieron
una inobjetable victoria. Sin embargo, los horrores de la guerra civil
argentina, frente las atrocidades ordenadas por los gobiernos de los países líderes
de Occidente, no son susceptibles de comparación alguna. Recordemos solamente
los bombardeos de ciudades en el continente europeo, sobre todo Dresde y Hamburgo, con pérdida de centenares de miles de vidas humanas,
fundamentalmente ancianos, mujeres y niños. El propio Winston Churchill en sus Memorias, se horroriza por los efectos devastadores
de esos bombardeos aéreos".
"No menos espeluznante fue el holocausto de Hiroshima y Nagasaki solo para obtener una rendición que los japoneses proponían
fuera «honorable» y los americanos exigían revistiera carácter
"incondicional". Para hacer efectiva esta exigencia dos ciudades
fueron aniquiladas, murieron 200.000 japoneses de ambos sexos, incluso niños,
enfermos valetudinarios. Además, la bomba atómica produjo mortales efectos patológicos
que se manifestaron a lo largo de dos décadas".
"Recordemos, finalmente, que la Resistencia francesa
solo entre junio de 1944 y febrero de 1945 habría ordenado 105.000 ejecuciones
sumarias. Las represalias hacia los colaboracionistas prosiguieron después que
el ejército alemán (Wehrmacht) abandono el territorio de Francia. Se ha
calculado que luego de finalizadas las operaciones bélicas se efectuaron
aproximadamente 20.000 ejecuciones de supuestos colaboracionistas. Obsérvese
que la amnistía sancionada por el gobierno francés de postguerra fue extendida hasta el 1 de enero de 1946 para
cubrir todas las extralimitaciones cometidas durante el año 1945".
"A estos horrores podríamos sumar otros ocurridos en Italia, Bélgica, Noruega, Luxemburgo y Dinamarca a partir de su liberación del yugo nacional socialista.
Pero ningún exceso altera el principio axiomático según el cual la causa de los aliados fue legitima y su
victoria justa".
"A nadie se le hubiera ocurrido procesar a Truman, Churchill o De Gaulle
como consecuencia de las transgresiones cometidas por las fuerzas aliadas
durante una guerra que produjo 50 millones de muertos. Los tres quedaron
consagrados como líderes que, en momentos cruciales para la supervivencia de la
civilización occidental, condujeron a sus pueblos a la victoria. Y nada más.
Lo demás, todo lo que entra en el plano de la conciencia
moral, quedo reservado al juicio y a la misericordia de Dios".
"Nuestro proceder al término de la guerra fue diferente
al observado por las potencias victoriosas en la segunda guerra mundial. No
actuamos tampoco como los americanos, que tuvieron una sangrienta guerra civil
durante la presidencia de Lincoln,
con más de 600.000 muertos. Ni como los españoles, cuya dura contienda interna
de 1936-1939 dejó un saldo que oscila, según los diversos autores, entre
300.000 y 1.000.000 de muertos".
"Las cifras nuestras son por cierto muy inferiores. No
lo decimos porque olvidemos que solo una vida tiene ante Dios un valor
infinito. Lo señalamos solo para ubicar la magnitud de nuestro conflicto frente
a los horrores que envolvieron a los países más cultos del planeta".
"Un estadista genuino, al asumir el gobierno en
diciembre de 1983, habría procurado consolidar la paz interior, neutralizar los
odios y rencores, afianzar la concordia y promover la reconciliación entre los
argentinos. Podría incluso haber convocado a un acto público de expiación para
que todos, según los dictados de la propia conciencia, y desde las diferentes
perspectivas religiosas, pidiéramos al Señor el descanso eterno de los caídos,
sin exclusión de nadie, y su misericordia por todas las transgresiones morales
cometidas en el curso de la guerra".
"No fue ese el camino elegido. Las nuevas autoridades se
empecinaron en sembrar semillas de discordia, desplegando una campaña
publicitaria impresionante contra las instituciones militares que defendieron a
la Nación en tiempos difíciles".
"Se vulneró el principio de división de poderes y el sistema
republicano de gobierno al asumir el Poder Ejecutivo funciones judiciales y
dictar una virtual sentencia condenatoria de las Fuerzas Armadas, en la persona
de sus Comandantes, mediante el decreto 158/83".
"Se violó el derecho
de defensa y la garantía del juez
natural, así como el principio de
irretroactividad de la ley penal, y el precepto que exige que todo proceso se funde en ley anterior a
los hechos de la causa. Se dejaron cesantes al Fiscal de Cámara y a todos los jueces
federales, y se nombraron a otros que
homologaron el designio de condena
exteriorizado en el decreto”.
Referencias:
[1] Dip. Antonio Tróccoli (Presidente del bloque UCR)
2 Dip. Alberto Stecco ex vicepresidente primero de la Cámara de Diputados en 1973.
2 Dip. Alberto Stecco ex vicepresidente primero de la Cámara de Diputados en 1973.
LOS HOY PRESOS DE ESTE REGIMEN, MIRAMOS HACIA ATRAS; NOS RECORDAMOS COMO JOVENES TENIENTES O SUBTENIENTES Y NOS PREGUNTAMOS PORQUE LA SOCIEDAD ARGENTINA PERMITIÓ EL ENCARCELAMIENTO DE TODOS NOSOTROS QUE DIGNAMENTE, CON RIESGO DE NUESTRAS VIDAS Y EN CUMPLIMIENTO DE LAS ORDENES QUE CUMPLIAMOS ESTAMOS INJUSTAMENTE PRESOS. NUESTRAS CONCIENCIAS ESTAN TRANQUILAS; FUIMOS SOLDADOS Y LOS SEGUIREMOS SIENDO HASTA EL FIN DE NUESTROS DIAS. OFRECEMOS A DIOS NUESTRO SACRIFICIO PARA QUE DE UNA VEZ POR TODAS LA ARGENTINA DECIDA Y PUEDA LLAMARSE NACION.
ResponderBorrarFIRMADO: UN TENIENTE DE LOS AÑOS 75 EN CAUTIVERIO
Estimado Teniente Preso Político:
ResponderBorrarPor favor reciba nuestro "Honor" y "Gratitud", somos testigos de la época y recordamos esa tragedia desatada por el terrorismo internacional. Ustedes nos salvaron.
Acogemos su sacrificio actual como un acto más hacia la Patria... esa Patria que usted ama, a la que sirvió con dignidad y valor. Gracias y reciba la seguridad de nuestra mayor estima y consideración personal.
Respetuosamente.
Excelente el repaso histórico de "Causa Legítima y Victoria Justa"
ResponderBorrarEduardo Ramos Campagnolo. Escritor
Brillante recopilación histórica y muy bien relacionada.
ResponderBorrarBrillante recopilación histórica y muy bien relacionada.
ResponderBorrarExcelente el repaso histórico de "Causa Legítima y Victoria Justa"
ResponderBorrarEduardo Ramos Campagnolo. Escritor