Pérez Esquivel, el MOVADEF y el terrorismo
Por
Agustín Laje (*)
Las
conductas del premio Nóbel de la Paz,
Adolfo Pérez Esquivel, desconciertan
por completo. Y es que si bien es considerado uno de los íconos argentinos en
la defensa de los Derechos Humanos,
sus vínculos con extremistas y terroristas de izquierda que han
dedicado su vida a violar sistemáticamente esos
mismos Derechos Humanos, son de sobrado conocimiento.
En
una investigación publicada hace pocos días, mostré fotos y videos de Pérez Esquivel reunido con militantes
del MOVADEF en Argentina, una agrupación integrada en gran parte por personas
condenadas por terrorismo en Perú, cuyo objetivo es conseguir una amnistía
para el líder de Sendero Luminoso, Abimael Guzmán, y para otros terroristas
presos en el país andino.
Poco
después de la reunión en cuestión, Diego
Rayme, el director de MOVADEF-ARGENTINA
que estuvo cinco años preso en Perú por delitos de terrorismo y que actualmente
goza de asilo político en nuestro país, brindó una conferencia de prensa en la
que aseveró que “mientras en Perú te dicen terrorista, acá (en Argentina)
los compañeros te dicen ‘luchador
social’. Acá los compañeros te atienden. Acá Madres de Plaza de Mayo te abre las puertas. Acá Pérez Esquivel te firma un documento de
apoyo”. Rayme se refería, en
concreto, a la carta que el premio Nóbel
de la Paz envió al presidente Ollanta Humala expresándole “preocupación” por los “presos políticos” de su país.
Pero
las cosas deben decirse como en verdad son. En su misiva, Adolfo Pérez Esquivel estaba repitiendo la misma argucia empleada
por MOVADEF, consistente en llamar “presos políticos” a quienes en verdad
fueron condenados por sumergir al Perú
en un mar de sangre y terror,
acabando con la vida de más de 25 mil
personas. En efecto, una cosa es quien padece injustamente la cárcel tan
sólo por predicar ideas contrarias a las de un gobierno, y otra muy distinta es
quien merece la cárcel por intentar imponer a la fuerza sus ideas, diseminando el terror y la muerte entre sus
compatriotas. Mientras que el primero es un preso político, el segundo no es otra cosa que un
terrorista.
Tras
conocerse en Perú la mencionada
reunión de Pérez Esquivel con MOVADEF, aquél intentó desvincularse de
la agrupación senderista alegando −en una “Carta
abierta al Perú”− que los militantes peruanos “en ningún momento se refirieron a Abimael
Guzmán, ni a integrantes de Sendero
Luminoso” y que sólo “pidieron el apoyo sobre la situación de los
presos políticos y ese fue el motivo de la reunión”. La explicación del premio Nóbel de la Paz insulta nuestra
inteligencia: ¿Acaso una persona tan informada como Pérez Esquivel no ha
tomado conocimiento de los difundidos objetivos del MOVADEF y de sus vínculos con Sendero
Luminoso? ¿Acaso desconoce que MOVADEF,
públicamente y en su propio sitio en Internet, reivindica el pensamiento y la
persona de Abimael Guzmán? ¿Acaso Pérez Esquivel acepta reuniones sin
informarse previamente sobre quiénes son sus interlocutores? ¿Acaso no se informa tampoco al escribir una carta
nada menos que a un Presidente como
lo es Humala, y se basa únicamente
en lo que le ha dicho un grupo de
sujetos a los que desconoce por completo? ¿Acaso está dispuesto a llamar a
la ligera “presos políticos” a
personas cuyos casos particulares no ha estudiado con detenimiento? Cuando se
tienen tantos interrogantes sin respuestas, es porque algo definitivamente no
cierra.
Pero
todo este enredo comienza a clarificarse cuando advertimos que esta no es la
primera vez que Adolfo Pérez Esquivel
se vincula con terroristas marxistas, los califica de “presos políticos”, y expresa su “preocupación” por ellos. En efecto, lo mismo hizo hace no muchos
años con los terroristas del Movimiento
Todos por la Patria (MTP), que atacaron en Argentina los cuarteles de La
Tablada el 23 de enero de 1989 intentando derrocar un gobierno democrático, dando muerte a 11 personas y dejando 66
heridos de gravedad y mutilados.
En
aquella oportunidad, Pérez Esquivel
se sumó (junto a Madres de Plaza de Mayo)
a la gran campaña de presión que le terminó arrancando al presidente Fernando De la Rúa una serie de indultos para los asesinos del MTP. Tal como hizo con la reciente
misiva dirigida al Presidente peruano,
en aquel entonces le expresó a De la Rúa
−también a través de una carta abierta− su “preocupación”
por los “presos de La Tablada” y le
pidió “coraje” para dejarlos en
libertad (ver diario Página/12, 28 de diciembre de 2000). El modus operandi, ayer y hoy, es evidentemente el mismo.
Los
vínculos de Adolfo Pérez Esquivel con
los terroristas del MTP, empero,
datan de mucho antes del atentado contra La Tablada. Así lo ha comprobado el historiador Sebastián Miranda en su
libro Los secretos de La Tablada,
donde establece la conexión entre la revista Entre Todos. Los que
queremos la liberación, de la que el premio
Nóbel era columnista estrella, y el surgimiento del Movimiento Todos por la Patria. En concreto, la revista fue la base
en torno a la que se organizaron los miembros del futuro grupo terrorista.
Entre todos
comenzó a publicarse en noviembre de 1984, y contaba con un staff periodístico
integrado por numerosos ex miembros de
organizaciones terroristas. Entre ellos, Manuel Gaggero (ERP), Horacio Verbitsky (Montoneros), Pablo Ramos (Montoneros), Julio César Urien (Montoneros), Hernán Invernizzi (ERP), Hilda Nava de Cuesta (ERP), Rubén Dri (FAP y Montoneros) y muchos más. Enrique Gorriarán Merlo, jerarca
del ERP y líder del MTP, tal
como lo confesó en sus Memorias, integraba la revista pero su nombre no
figuraba en ella. En un número, no casualmente, se le efectuó un amistoso
reportaje.
Muchos
integrantes de Entre todos
irrumpirían poco más tarde, en 1989, armados hasta los dientes y a los tiros en
el Regimiento de Infantería Mecanizado 3
de La Tablada. Entre ellos, nada menos que el director de la revista Carlos Burgos, el fraile Antonio Puigjané, Pablo
Ramos, Francisco Provenzano, Enrique Gorriarán Merlo, Roberto
Felicetti, entre otros.
En
esta revista Adolfo Pérez Esquivel
se desempeñaba como columnista destacado, habiendo publicado en la mayoría de
los números sus notas de opinión. ¿Tampoco sabía en aquel entonces quiénes eran
sus compañeros, y qué se traía por detrás la publicación en cuestión? Vale
subrayar que Pérez Esquivel jamás se
preocupó por las víctimas que dejó el atentado del MTP, ni por sus familias desahuciadas. Sólo se preocupó, junto a Madres de Plaza de Mayo, por lograr la
liberación de los terroristas que fueron capturados. La presión finalmente dio
resultado, y los asesinos fueron indultados.
Es
inevitable recordar estos hechos cuando nos enteramos que el MOVADEF se reunió en Argentina con Adolfo Pérez Esquivel y éste de inmediato pidió a Ollanta Humala por los “presos políticos” de Sendero Luminoso. No se puede negar que
existen coincidencias significativas.
Adolfo
Pérez Esquivel mira atento una lámina en la que se califica como “prisioneros
políticos” a terroristas de Sendero
Luminoso. Con las manos en los bolsillos, Fair Quesada Trujillo, uno de los referentes de MOVADEF.
Uno de los números de la revista “Entre Todos. Los que queremos la liberación”, en torno a la cual se
organizó el grupo terrorista Movimiento
Todos por la Patria. Pérez Esquivel
fue columnista en la mayoría de los números.
Uno de los artículos de Pérez
Esquivel en “Entre todos”. En él
puede leerse que el premio Nóbel de la
Paz se refiere a Fidel Castro no como un dictador que ha
violado sistemáticamente los Derechos Humanos, sino como el “máximo líder
cubano”, a quien le atribuye la virtud de la “solidaridad” e insinúa incluso
que es un “demócrata”.
Otra nota de Pérez
Esquivel en “Entre todos”. El
tema de Nicaragua es notablemente
recurrente, y siempre en favor al sandinismo.
Existen indicios de financiamiento del gobierno
sandinista a la revista integrada por terroristas de renombre.
Presión para conseguir la liberación de los terroristas que atacaron los cuarteles
de La Tablada (“presos políticos”),
matando a 11 personas e hiriendo y mutilando a otras 66. A esta campaña se sumó Adolfo Pérez Esquivel.
Carta de Pérez
Esquivel a Ollanta Humala,
pidiendo por los terroristas de Sendero
Luminoso, a los que el premio Nóbel
de la Paz considera “presos políticos”, siguiendo la lógica del MOVADEF.
La Prensa Popular | Edición 169 | Viernes 28 de Diciembre de
2012
Referencias:
(*) Agustín Laje es autor del libro “Los
mitos setentistas”, y director del Centro
de Estudios Libertad y Responsabilidad. www.agustinlaje.com.ar | agustin_laje@hotmail.com |
@agustinlaje
NOTA: Las negritas no corresponden a la nota original.
NOTA: Las negritas no corresponden a la nota original.
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