Antes que nada nos disculpamos por la extensión de la nota, pero la gravedad del tema lo justifica.
¿Será
el “plan de reordenamiento territorial”,
ahora dirigido por Juan Manuel Abal
Medina, el arma secreta del kirchnerismo para vencer en las elecciones
legislativas del 2013 y obtener la mayoría parlamentaria que el permita ejecutar
el “plan de Cristina eterna”?
Al
proyecto, todavía en discusión, de confiscar el predio de la Sociedad Rural
Argentina, le siguen muchos otros de similar catadura. Tales como el que nos
describe Carlos Marcelo Shäferstein
en la carta que nos enviara y transcribimos a continuación, como así también la
nota del Informador Público,
titulada Comienza a aplicarse un plan
para desalojar viviendas militares… parecen acciones aisladas y no
relacionadas con la sociedad civil o clase media, solo dirigidas contra la
Sociedad Rural –el campo- y las Fuerzas Armadas, enemigos seleccionados y
predilectos de la presidente en su acción de gobierno –a pesar de la fantochada
de la recepción de la Fragata Libertad-… tenga cuidado el próximo puede ser
usted, recuerde que “VIENEN POR TODO”.
Carlos Marcelo Shäferstein
El
27 de diciembre de 2012, Pacificación
Nacional Definitiva envío un mail invitando a a las 19:00 horas al Predio de la Sociedad Rural a cantar el
Himno Nacional en repudio al intento del poder de turno en confiscar por
decreto su tradicional predio ferial en Palermo.
De
la misma manera en más de una oportunidad nos hemos referido a los negocios
inmobiliarios entre la ministro Nilda
Garré y el general de división César
Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milan, disponiendo de distintos
terrenos fiscales. Ahora ya es un plan nacional y continuará avanzando en la
medida que los argentinos seamos pasivos y nos dejemos violar nuestros derechos
civiles.
Sinceramente,
Pacificación Nacional Definitiva
Por una Nueva Década en Paz y para Siempre
Campo Argentino de Polo
Estimados
señores de Pacificación Nacional Definitiva:
A lo
que Ud. menciona... nadie dijo nada que el lunes pasado CFK, con la excusa de terminar con el «aristocrático» deporte del Polo, ha ordenado que pasen los
terrenos del Campo Argentino de Polo y toda la tierra que le dependa al Estado
Nacional. El predio pertenece y es administrado desde hace más de cien años al Comando de Remonta y Veterinaria de la
Patria...
O
sea que nos chorean ciento treinta mil hectáreas de campos de cría de ganado
équido y explotación que siempre administró el Ejército Argentino desde la
generación del '80.
Antes
se quedaron con el CEMBA (Centro
Ecuestre Militar) de Báez y Clay, una manzana que fue a remate y nadie
ofertó ni por la base: un millón de pesos, para quedársela gratis... en lo que
hoy se conoce como Las Cañitas.
En
cualquier momento se quedan con el Club
Hípico Militar «San Jorge», de
Hurlingham.
Gracias
a todos los Directores de Remonta
corruptos de los últimos años que no saben más que agacharse y abrir las
nalgas.
«Malhaya
triste destino los caballos argentinos...»
Un
abrazo y a ver si nos reunimos a cantarle el Himno Nacional a quién. Las FFAA
fueron destruidas y no pueden presentar recursos de amparo. A sus Ejércitos los debería cuidar el
pueblo argentino... que hoy es un populacho descerebrado.
Carlos Marcelo Shäferstein
(ex jinete militar)
Comienza a aplicarse un plan
para desalojar viviendas
militares
enero
11, 2013
By
Informador Público
En particular alquiladas por suboficiales retirados, para
entregarlas a beneficiarios de planes sociales en función de necesidades
electorales.
Con
las primeras notificaciones, comenzó a implementarse en la última semana de
diciembre la aplicación del decreto 1382/12 del Poder Ejecutivo que contempla
desalojar de viviendas propiedad de las FF.AA. y de SS a sus actuales ocupantes
-en primera instancia personal retirado que regularmente las alquilaba a cada
guarnición- para que sean utilizadas por beneficiarios civiles de planes
sociales en función de las necesidades políticas y electorales del Gobierno.
Tiempo
Militar pudo constatar el caso de un suboficial principal retirado del Ejército
que reside desde hace varios años en un barrio militar de Olavarría.
“La ultima semana de diciembre me llego una nota de la unidad
a la cual le alquilo que no me renuevan el contrato de acuerdo a lo establecido
en el Decreto Nº 1382/12 publicado en Boletín Oficial Nº 32458 del 13 Ago2012”, dijo el afectado cuya identidad, debidamente constatada por
nuestra publicación, es mantenida en reserva.
El
suboficial señalo que ninguna autoridad le pudo informar las razones de tal
medida, señalado que sólo se limitaban a obedecer una orden del Comando de
Brigada transmitida por Mensaje Militar Conjunto (MMC).
Cuando
vio la luz el año pasado, inicialmente se especuló con que el decreto 1382 sólo
afectaría terrenos deshabitados de las fuerzas o antiguos cuarteles. Ahora, la
cruda realidad es que -a juzgar por lo que se invoca en la comunicación
enviada- involucra a viviendas de los barrios militares, tradicionalmente
alquiladas a sus usuarios, en especial personal de suboficiales que suele fijar
residencia definitiva en su lugar de destino, en particular cuando deja la
actividad.
En este
marco, y para comprender la trama de la espinosa cuestión, es útil traer e la
luz un artículo del periodista Mariano
Obarrio publicado en la edición impresa del diario La Nación, el 3 de
septiembre del año pasado, cuyos términos son los siguientes:
La presidente Cristina Kirchner les quitó
a las Fuerzas Armadas y de seguridad todas las facultades de administración y
la disposición de sus propios inmuebles, competencias que ahora pasarán a la Agencia de Administración de Bienes del
Estado.
En
el artículo 19 del decreto 1382, por el que se creó esa agencia el mes pasado,
derogó dos leyes, cuatro decretos y un artículo de una ley que fijaban esas
competencias de las fuerzas sobre las tierras militares, que comprenden grandes
extensiones que podrían ser loteadas.
Según
confiaron a La Nación fuentes castrenses, “todos
los cambios están muy herméticos en el Ministerio de Defensa, pero todos los
altos mandos ya descuentan que deberán ceder los terrenos”.
“No se sabe aún cuáles, pero lo cierto es que los generales
están resignados y cederán todo lo que les pidan y más también para estar bien
con la Presidente”, confió a La Nación
un alto jefe militar, descontento con la norma. Incluso, se menciona la
posibilidad de afectar terrenos de Campo de Mayo al nuevo plan de ordenamiento
territorial.
En
su artículo 19, el decreto 1382 derogó las leyes 23.985 y 24.159 y los decretos
653/96; 433/2007, 35/2001; 443/2000, y el artículo 14, inciso h de la ley
26.352.
Ellos
regulaban las disposiciones a las que se ajustaban los bienes inmuebles de las
Fuerzas Armadas, el Ministerio de Defensa, la Gendarmería Nacional y la
Prefectura Naval Argentina, la ex Onabe, y la Administración se Infraestructura
Ferroviaria (Adif).
La propiedad privada
Tal
como informó La Nación el domingo 26 de agosto, un anteproyecto del Ministerio de Planificación facilita la
expropiación de terrenos privados por razones sociales. En el Gobierno
confirmaron que la intención es rescatar la “función
social” de la propiedad privada, al poder declararla de “utilidad pública”.
El ministro de Planificación, Julio De Vido, negó que la intención
política del Gobierno fuera expropiar terrenos, aunque luego admitió que se
podría hacer sobre la base de las leyes vigentes.
No
obstante, el proyecto de ley, que se incluye en el plan de ordenamiento
territorial, se diseñó en el Consejo
Federal de Planificación y Ordenamiento Territorial, que dirige Graciela Oporto, en el ministerio que preside De Vido.
El
borrador de esa iniciativa facilitará las expropiaciones si lo amerita el
interés colectivo, que es, a juicio del texto oficial, el bien superior al cual
estarán sujetos el uso y la propiedad del suelo.
Este
plan se complementaría con el de distribución de tierras fiscales entre los
sectores de bajos recursos, según lo requiera el “interés público”.
Para
cada caso de necesidad social, podría así elegir el Gobierno si recurre a
terrenos fiscales o de propiedad privada “cuando
la situación socioterritorial lo requiera”.
Un
segundo artículo de La Nación, firmado por el mismo articulista y que globaliza
la nota precedente, también publicado en la misma fecha expresa:
El gobierno de Cristina Kirchner prepara
un ambicioso plan para destinar tierras fiscales a la construcción de nuevas viviendas
sociales, con el fin de relocalizar familias de bajos recursos que viven en
villas de emergencia y asentamientos precarios. El proyecto, que se
instrumentará en el camino hacia las elecciones legislativas del próximo año,
contempla además la posterior urbanización de las villas beneficiadas, una vez
que los habitantes se hayan trasladado.
El
Estado se haría cargo de las nuevas construcciones y concedería la escritura a
cambio de un pago muy bajo extendido en un plazo prolongado. También planean construir
escuelas y hospitales públicos, según confiaron altas fuentes oficiales a La
Nación.
Se
cubrirían así dos necesidades del Gobierno: por un lado, frenar el crecimiento
exponencial de las villas en los últimos años. Por el otro, jugar una carta ganadora
para las elecciones del año próximo, vitales para el oficialismo en el objetivo
de mantener vigente la idea de la reforma
de la Constitución, con la re-reelección
de la Presidente incluida.
“Preocupa mucho la presión de las villas. Por eso se conformará
un gran banco de tierras fiscales para barrios de viviendas sociales”, confió a La Nación un allegado al jefe del Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, que dirige el ahora
denominado “plan de reordenamiento
territorial”. El jefe de los
ministros no respondió las consultas de La Nación por este tema.
Cristina Kirchner
firmó el 9 del mes pasado el decreto 1382/12, por el cual creó la Agencia de Administración de Bienes del
Estado. Se trata de una “superagencia”
a la cual todos los ministerios y organismos de los poderes Ejecutivo,
Legislativo y Judicial le deberán informar sobre los inmuebles que poseen, para
conformar en 90 días un registro único de bienes del Estado. Ése será “un gran banco de tierras fiscales” que
se distribuirán entre los más necesitados.
Todavía
no está definido el criterio de reparto. La Agencia
administrará todos los inmuebles de la Presidencia,
del Parlamento y de la Justicia, de los ministerios, entes autárquicos, ferrocarriles, Fuerzas
Armadas y de seguridad, y del
viejo Organismo Nacional de
Administración de Bienes (ex Onabe), que quedó disuelto en ese decreto.
El ex Onabe sólo administraba 1800
inmuebles, los que estaban desafectados a ministerios u organismos públicos.
Aun así, la Auditoría General de la
Nación hizo un informe en 2006 que determinó falta de registros,
inventarios, control, y caos administrativo.
Lo
llamativo es que la nueva “superagencia” conservará
las autoridades del ex Onabe -de
hecho seguirá funcionando en el mismo edificio de Retiro, con fuerte influencia
de La Cámpora y pasará a gestionar
inmuebles, tierras y edificios cuya cifra no está calculada.
Muchos
bienes ni siquiera tienen títulos ni escritura y están en situaciones jurídicas
complejas: desocupados, subutilizados, cedidos o alquilados por segunda o
tercera vez, a préstamo o bajo ocupación de intrusos. Para este plan se está
pensando en destinar terrenos lindantes a las villas por dos razones. En primer
lugar, para que no haya problemas de desarraigo que desalienten la mudanza. Y
en segundo término para que ese traslado permita urbanizar las villas con mayor
nivel de población por metro cuadrado, con el ensanchamiento de las calles y el
establecimiento de espacios públicos.
No
está en análisis la hipótesis de una erradicación de las villas, ya que
expondría al Gobierno a fuertes tensiones sociales.
El presidente de la Agencia, Antonio Vulcano, responde al secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli. Su vicepresidente, Martín
Reibel Maier, es el verdadero cerebro del ente y milita en La Cámpora.
El arquitecto Martín Reibel Maier y el abogado Manuel Horacio Baladrón, ambos integrantes de La Cámpora, fueron designados como vicedirector de la Agencia de Administración de Bienes del Estado y subsecretario de Transporte Aerocomercial, respectivamente.
El
decreto 1382 estableció que la Agencia
definirá el uso y destino de los bienes para lograr “inclusión social”, “políticas
redistributivas para la población”, la “incorporación
del valor social” y “la afectación de
esos inmuebles a políticas públicas como salud, educación, medio ambiente,
producción, administración y vivienda, entre otros”.
También
buscará la “preservación del patrimonio
inmobiliario”, la “puesta en valor de
los inmuebles” y “proyectos de
desarrollo local y regional”.
Cristina Kirchner
tiene en la mira muchos predios de las Fuerzas
Armadas o de seguridad que
considera en desuso u ociosos.
Pero
no sólo recurrirá a tierras fiscales. El plan se complementará con el
anteproyecto de ley que se analiza en el Ministerio
de Planificación, que habilitaría la expropiación de tierras privadas al
declararlas de utilidad pública y privilegiar su fin social y el interés
colectivo, sobre el cual informó La Nación el domingo 26 de agosto último.
Si
bien se escriturarían a precios simbólicos para los sectores más vulnerables,
también una parte de las tierras fiscales se utilizará para el programa de
créditos baratos para vivienda Procrear.
Otros terrenos se usarán para el Polo
Audiovisual, anunciado el miércoles último.
La
fase del modelo de la redistribución de la tierra se exhibirá como la natural
continuidad de la etapa de redistribución del ingreso. De hecho, el Gobierno no
descarta restituir el artículo 38 de la Constitución de 1949, que reivindicaba
la función social de la propiedad privada, en un eventual debate sobre una
reforma constitucional. Y en el Congreso
analiza regular la propiedad privada en la próxima reforma del Código Civil.
La “superagencia” abrirá discusiones con
ministerios y organismos. Podrían entrar en conflicto inmuebles que éstos usen
y que la Agencia considere que están
ociosos o cuyo personal pueda ser reubicado.
Los
bienes deberán identificarse, se cuantificarán, se pondrán en valor, se
evaluará su situación catastral y jurídica, se loteará y se zonificará, según
las fuentes oficiales. Luego de ello se los deberá dotar de infraestructura
básica que muchos no tienen: agua, luz, gas y cloacas. (Tiempo Militar)
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