La mayoría de los analistas políticos y
los periodistas serios califican, con un léxico prudente y moderado tal como
corresponde a profesionales de fuste, la
política exterior llevada a cabo por la presidente Cristina Fernández, como impredecible, errática y equivocada.
Pero ese lenguaje medido puede llegar a
confundir a aquellos desprevenidos o
incautos que lamentablemente en nuestro país son varios millones.
La política exterior llevada a cabo
por el cristinismo es todo aquello que señalan los analistas, pero
fundamentalmente es además, y esa es su característica principal, disparatada y
groseramente torpe. Es disparatada y torpe, porque no responde a
ninguna política estudiada y cuidadosamente planeada en búsqueda del logro de
objetivos nacionales fijados con anterioridad.
Inclusive se duda de que haya objetivos políticos nacionales en las
relaciones internacionales de nuestro país.
No es el objetivo de esta corta nota
relatar los vaivenes de la política de nuestra presidente. Simplemente destacar
algunos pocos aspectos salientes de nuestro cada vez más aislado país en un
contexto mundial en el que los países tienden a conformar la “gran aldea global” a través del
fenómeno que trajo aparejado la globalización, consecuencia del vertiginoso
avance de la tecnología.
No es el mundo que se nos viene encima
como manifestó nuestra confundida mandataria. Somos nosotros, la Argentina que
se cae del mundo, por sus tremendos y desastrosos equívocos y disparates.
Tampoco es el peronismo porque este
gobierno no tiene poco y nada del peronismo tradicional. Recordemos que los que
conducen las riendas del poder son los que fueron echados de la Plaza de Mayo
por el creador y jefe del peronismo. Tampoco es la ideología del partido
gobernante, porque todos sabemos que no tienen ideología conocida, salvo el oportunismo político.
Pero inclusive el oportunismo, que
podría ser una dudosa pero aceptable táctica política, el kirchnerismo la ejecuta mal y desprolijamente.
A continuación algunos aspectos
negativos de la lamentable y desastrosa gestión de Cristina Fernández.
La cancillería y el cuerpo diplomático,
en una proporción probablemente la más elevada en el periodo democrático iniciado
en el año 1983, está cubierta por nombramiento políticos en desmedro de los de
carrera. Y obviamente estos no están en condiciones, por más buena voluntad que
pongan, en igualar al diplomático de carrera.
El actual canciller Héctor Timerman, se
destaca netamente por su falta de vuelo, idoneidad y torpeza ejecutiva y verbal
y seguramente será el peor canciller que se recuerde en nuestra Historia. Su
deseo de agradar a la mandataria lo lleva a cometer errores que lo llevan al
límite del ridículo, no solo en sus
acciones sino también en sus argumentaciones.
La Argentina es actualmente un país en
donde todo está por hacerse. Y lo que ya está hecho hay que rehacerlo por su obsolescencia y
deterioro por muchísimos años sin el mantenimiento y cuidado adecuado. (Ferrocarriles,
carreteras, servicios públicos, etc.)
En un mundo en donde los capitales
financieros buscan afanosamente regiones y países en donde invertir con
seguridad y rentabilidad, estos evitan cuidadosamente nuestro país para
radicarse en los países limítrofes y en América Latina en general.
Este gobierno es el directamente
responsable que los capitales extranjeros no quieran radicarse en el país.
El gran “pecado” del cristinismo es nuevamente dejar pasar de largo el tren de la historia
al espantar los eventuales inversores y no tener acceso a créditos y préstamos con un interés tan bajo que parece irrisorio,
por su fantasioso y trastornado “modelo
económico”.
Los disparates y errores de la
mandataria en la relaciones internacionales, empezaron 1 prácticamente cuando
inició su primer gestión presidencial e inclusive aún antes.
En un viaje por España antes de asumir
la primera presidencia la
impresión que dejó fue muy pobre. Un empresario presente en uno
de sus actos públicos la calificó como "vedette
populista" y una mujer “frívola”,
“frívola y populista” es el término exacto que utilizó. Un debut nada gratificante para la candidata...ni para el
país.
Los desplantes, errores, faltas a la educación y al
protocolo aceptado universalmente y su confusa e incontenible verborrea, es una
de sus características de la Sra. Fernández en el ámbito de las RR.II.
Recordemos que apenas iniciado su primera gestión
presidencial, cuando se descubrió la famosa valija de Antonini Wilson
contrabandeando casi un millón de dólares, presumiblemente para el financiamiento
de su campaña presidencial, Cristina imprudentemente acusó a EE.UU. de montar
una “operación basura” en contra de
ella y lo consideró como una intromisión en la política regional.
Y así
comenzó, desde el principio, a tensarse las relaciones con el principal
potencia del mundo. Con el correr de su gestión la tensión llegó casi a un punto límite.
Pasó lo mismo con otros países, inclusive con los españoles, que fueron los principales inversores en la Argentina en la
década anterior.
La soberbia, la agresividad y el destrato de la mandataria es casi un
aspecto común en las relaciones con otros países. Y esa tensa y mala relación
la tenemos con los principales y más
importantes países occidentales: EE.UU. España, Alemania, Inglaterra, Francia,
Italia, recientemente Israel y toda la comunidad judía y seguramente otros países que se me quedan
en el tintero.
La misma mala relación que tiene con casi todos los sectores del nuestro
país, la tiene con los países con los cuales nos relacionamos. ¡Un verdadero caso de análisis y
estudio!
Hay decenas de errores y torpezas de la presidente para narrar y buscar
una explicación racional: desde la errática relación con Gran Bretaña por las
Islas Malvinas hasta el verdadero asalto a mano armada en la estatización de YPF,
perjudicando groseramente a una empresa española.
Para no prolongar esta nota en y a modo de síntesis la buena relación de
la Argentina es solo con los países de
gobierno autoritario o dictatorial de América: Venezuela, Cuba, Ecuador y
Bolivia.
En el resto del mundo podemos mencionar, la Libia de Kadafi, Angola, (ref.1) ahora Irán y dentro unos pocos días, la peor dictadura de Africa: Guinea
Ecuatorial. (ref.2).
Para complementar este sombrío y kafkiano panorama, solo nos falta alinearnos
con Corea del Norte para estar dentro de los “Outsiders” del mundo.
20-Feb-13 Dr.
ALFREDO RAÚL WEINSTABL
NOTAS:
(1)
Tanto Angola como Guinea
Ecuatorial están gobernados por dos de los dictadores africanos que más años están el poder. Ambos son violadores
sistemáticos de lós “Derechos Humanos”, bandera política de nuestro actual
gobierno.
(2)
Guinea Ecuatorial figura entre los 12 países más
corruptos del mundo, según Transparencia Internacional. Recordemos que el
presidente de este último país, Teodoro
Obiang, en el año 2008, fue invitado por la presidente a visitar la
Argentina. En esa ocasión esta, reprochó públicamente al invitado la trasgresión
de los “Derechos Humanos en su propio país. La respuesta fue inmediata. Obiang se fue del país, furioso. Desde la
página oficial de su gobierno dijo que “no viajó a la Argentina para recibir
lecciones de democracia y respeto de los derechos humanos”.
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