lunes, 2 de julio de 2012

Ya casi nadie recuerda a la barbarie.


Hoy 2 de Julio de 2012, se cumple el 36º aniversario del atentado a la Superintendencia de Delitos Federales, ex Coordinación Federal. Hay que recordar que en ese atentado terrorista murieron 23 personas, incluyendo una civil que se encontraba de visita, y unas 60 resultaron heridas. Sobre este cobarde y vil atentando terrorista ya se ha hablado, escrito mucho y sin embargo no se ha solucionado. La Cámara Nacional de Casación Penal confirmó el sobreseimiento del ex jefe de Montoneros Mario Firmenich y otros ex militantes por el atentado mencionado.


Fuentes judiciales informaron que los camaristas de la Sala I: Raúl Madueño, Juan Fégoli, y Mariano González Palazzo consideraron que no constituyó un "crimen de lesa humanidad" tal y como reclamaba la querella de sobrevivientes y familiares de los muertos y por consiguiente ratificaron que el hecho está prescripto.

Sin embargo, en su oportunidad la defensa de los querellantes anticipó que apelará el fallo de Casación ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación… no tenemos más noticias sobre esta acción, seguramente cajoneada.

Los beneficiados por ese insólito fallo, además de Firmenich, son: Horacio Verbitsky, Laura Silvia Sofovich, Miguel Ángel Lauletta y Lila Victoria Pastoriza.

La resolución también menciona al periodista Norberto Habegger y a Marcelo Kurlat, pero ambos están desaparecidos.


Para comprender mejor a este salvaje atentado terrorista, les dejamos el testimonio de un testigo calificado:

Por cuestiones laborales, fui testigo y hube de asistir a los heridos de ese cruel atentado, primer experiencia para mí,  en la asistencia de atentados con bomba terrorista; el segundo, fue la bomba en el auditorio del Ministerio de Defensa; el tercero la asistencia de un bombero de la PFA, que intentó desactivar una bomba puesta por los Montoneros en una plaza. Esta explotó y prácticamente desintegró su tórax y su cara que estaba desfigurada; tanto es así que primero fue necesario asistir al médico que lo trajo en ambulancia, quién estaba shockeado. El bombero murió en minutos, sin brazos, sin facies.

Por último, colaboré con las víctimas del atentado a la AMIA.

A pesar de que el episodio final, es la muerte; no es lo mismo asistir a un herido de bala que a un herido por una bomba, el cuál se presenta con heridas externas e internas gravísimas, con miembros arrancados, desmembrados, reventados por la onda expansiva.

Los heridos y muertos de la ex Coordinación Federal, eran los exponentes de una agresión, cargada de odio, de venganza, en quienes se intentó provocarles la muerte, de forma brutal. Habían quienes estaban cortados por la mitad, los que presentaban pérdida de parte del cráneo con su masa encefálica, pérdida de parte de sus miembros, heridas cortantes diversas, etc., etc.

Ahora bien, estas personas fallecidas ó heridas salvajemente, eran integrantes de una institución como la Policía Federal Argentina, que sufrió en su personal, la agresión montonera y erpiana.

Me pregunto al leer  en su apreciada publicación, algunas colaboraciones de sus lectores, recordando la acción nefasta guerrillera, que tanto odio y agresiones cometieron contra las instituciones armadas y de seguridad, mandadas en los comienzos de los 70, por gobiernos peronistas;  si, en recuerdo de sus pares, organizarán alguna expresión de repudio a la acción guerrillera.

Sería honorable que los Centros de Comisarios Retirados, Centro de Gendarmería, Centro de suboficiales de la PFA ó de la provincia de Bs. Aires, etc. recuerden a este episodio, como a otros tantos, para no permitir el olvido de sus camaradas asesinados.

¿Los veremos mañana publicados? Lo dudo.

Horacio R. Repetto


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