Desde
el nacimiento de Pacificación Nacional
Definitiva, el 8 de diciembre de 2010, el representante de UnoAmérica en Argentina el Lic. Jorge Mones Ruiz siempre ha estado
cerca nuestro y nos ha mantenido informados sobre las actividades y noticias de
su organización.
UnoAmérica ha invitado
a todas las fuerzas democráticas de América
Latina a incorporarse activa y entusiastamente a su iniciativa de defender la democracia y la
libertad en nuestro continente, que se encuentran bajo amenaza. Nos ha invitado
a construir un futuro maravilloso, donde prevalezca la libertad, la justicia
social, la solidaridad y la integración en América.
Cuando el ingeniero Alejandro Peña Esclusa, presidente de UnoAmérica, fuera detenido como “preso político” del régimen bolivariano que preside el Comandante Hugo Chávez Frías en Venezuela, y por una causa armada por tenencia de explosivos y actividades terroristas, por supuesto también con “testigos estrellas”… hicimos llegar nuestra solidaridad y apoyo a su gestión en defensa de la libertad y la democracia. Una vez más demostró su amplia inteligencia, sentido del humor y fina ironía que solo puede exhibir los que con valentía son portadores de la verdad.
Hoy nos congratulamos en desearle un ¡Muy Feliz 4° aniversario! Y aprovechamos por agradecerle habernos señalado un rumbo correcto.
Sinceramente,
Pacificación Nacional Definitiva
por una Nueva Década en Paz y para
Siempre
Con motivo del aniversario de UnoAmérica
Por UnoAmérica
Política Urge
rescatar las
instituciones y encontrar
nuestro destino histórico
Miércoles,
12 de Diciembre de 2012
Bogotá,
12 de diciembre.
Tenemos el agrado de informar que hoy se cumplen cuatro años
de la creación de la Unión de
Organizaciones Democráticas de América, UnoAmérica, cuyo objetivo –como
bien dice nuestra declaración inicial– es “proporcionar a los sectores democráticos de América un mecanismo de
intercambio de información, coordinación permanente y apoyo mutuo” para
defender la democracia, las libertades y los derechos humanos en la región.
América Latina
experimenta una grave crisis, caracterizada principalmente por el derrumbe de
los gobiernos pertenecientes al Foro
de Sao Paulo (FSP): Brasil,
país donde se fundó el FSP, es
testigo de un escándalo de corrupción sin precedentes, que apunta directamente
a Lula y a las estructuras del Partido de los Trabajadores; Venezuela, inmersa en un sinnúmero de
problemas, enfrenta además una sucesión presidencial inesperada, debido a la
enfermedad terminal de Hugo Chávez,
principal financista del Foro
de Sao Paulo; Cuba vive los
últimos días de la dictadura de los hermanos
Castro; en Bolivia ha quedado al
descubierto una red de extorsión incrustada dentro del gobierno de Evo Morales, que arroja nuevas luces
sobre lo ocurrido en la masacres de Pando y el Hotel Las Américas; el gobierno
de Cristina Kirchner sigue los mismos
pasos de Chávez, en la demolición de
la economía y de las instituciones argentinas; el ecuatoriano Rafael Correa intenta acabar con todo
vestigio de libertad de expresión; absolutamente desvinculado del mundo real,
el uruguayo Pepe Mujica no tiene una mejor idea que
proponer la legalización de la marihuana; mientras que el narcotráfico y las
pandillas de las maras crecen
vertiginosamente en México y en los países centroamericanos, amenazando la estabilidad de esos estados.
Frente
a la crisis terminal de los gobiernos del Foro
de Sao Paulo, los partidos tradicionales no representan una alternativa
sólida, ni plantean soluciones programáticas; infestados por el populismo y la
corrupción, parecieran estar paralizados ante la magnitud de las amenazas que
nos asechan. Las organizaciones multilaterales como Unasur y Mercosur
tampoco son capaces de ayudar, puesto que han perdido su objetivo y su
identidad, poniéndose al servicio del Socialismo
del Siglo XXI. No es una
exageración, pues, afirmar que América
Latina vive una profunda crisis existencial, y que durante los próximos
meses se definirá si el continente rectifica el rumbo, para así encontrar su
destino histórico, o si se hunde en una espiral de violencia y de anarquía.
Los
partidos políticos por sí solos, no tienen la capacidad de enfrentar el
panorama descrito, hace falta el concurso y la participación activa de todas
las instituciones: gremios, academias, universidades, sindicatos, fuerzas
armadas, organizaciones civiles, iglesias, y demás representantes de las
fuerzas vivas de nuestras naciones. Además, como las amenazas que nos rodean
son de carácter global, no es posible derrotarlas dentro de cada nación de
manera aislada, sino que se debe trabajar mancomunadamente, mediante una
alianza latinoamericana por la defensa de la institucionalidad, la identidad,
la estabilidad, el desarrollo, la justicia y la paz.
En
su cuarto aniversario, UnoAmérica
reitera su disposición a trabajar en esta dirección, y colaborar con todas
aquellas organizaciones que compartan los objetivos aquí planteados. Pese a los
problemas y a los enormes obstáculos, los integrantes de UnoAmérica desean manifestar sus más sinceros sentimientos de
optimismo por el futuro que nos espera. No en vano el Papa Juan Pablo II se refería a Iberoamérica como el “Continente de la Esperanza”.
Si
los países europeos, tan disímiles en cultura, idioma, e historia, han podido
conformar una poderosa comunidad económica; con mayor razón nuestras naciones,
signadas por una misma cultura, prácticamente una misma lengua, y una historia
similar, y bendecidas con gigantescos recursos naturales, podrán crear una
estructura regional para el crecimiento y el desarrollo.
Aprovechamos
para recordar que hoy es el Día de la
Virgen de Guadalupe, Emperatriz de
América y Patrona de UnoAmérica, a quien encomendamos la protección y la
guía de nuestro continente.
Nota: las imágenes y negritas no corresponden a la nota original.
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