Al Señor Comandante
de la Fragata ARA “Libertad”
Capitán
de Navío D. Pablo Lucio Salonio
Señor Comandante de
la Fragata ARA "Libertad", no se mucho de Comando de buques navales.
Soy solo un soldado
del Ejército que prestó servicio en las guerras y funciones que se le
ordenaron, comandó aeronaves y pequeñas Unidades de Aviación, nada muy glorioso.
La historia muy pocas
veces me han enfrentado con situaciones límites aunque me ha ocurrido, nada muy
heroico, y por suerte puedo mirar de frente a mis Subalternos, no tengo
Superior que pueda reprocharme, ni conducta de que me avergüence.
Conozco el Manual del Cadete Embarcado (Escuela
Naval Militar, Río Santiago edición 1946, espero siga vigente!), en el se
establece como Leyes del Honor Naval:
1. Ningún buque
argentino debe caer en manos del enemigo
2. Todo buque
argentino se hunde antes de rendir el pabellón
3. El puesto del
oficial es siempre el de mayor riesgo
4. Ningún hombre de
mar abandona a otro hombre de mar en peligro
5. Las tradiciones
del servicio son exponentes de honor y respeto y el deber de todo oficial de
marina es mantenerlos y enaltecerlos, como base del prestigio de que goza la
Armada en el país.
Sé de las
atribuciones del Comandante de aeronave, derivadas de las leyes del mar:
- el Comandante es el
"dueño" de su comando
- tiene atribuciones
gravísimas, no comunes a ningún otro tipo de función
- es el único que
decide en condiciones de crisis
- cumple sus
funciones solo, aislado, decide por sí
Tengo fe en Usted, no
debe desconocer el Código de Honor y
seguramente cree en él; no desconoce sus atribuciones ni las desatenderá
alegremente; debe tener la destreza de un profesional de la Armada con sus años
de servicio y perfeccionamiento.
Habrá tomado las
previsiones para navegar en "aguas
inseguras", muy por delante de las imprevisiones de los aficionados
políticos o militares o cultores de la "sabiduría
del después".
Si no lo hizo, estará
salvando el error noche tras noche, recurriendo a lo que resulte menester,
asistido por su eficiente y aguerrida Plana Mayor.
Estará esperando el
momento, las circunstancias, las mejores condiciones; debe haberse quedado con
la mínima y más confiable tripulación para reducir riesgos, minimizar
requerimientos logísticos, sin perder libertad de acción, solo unos
descomedidos o ignorantes pueden pensar que Usted es solo un Jefe de Guardia.
Si no ha tomado una
decisión hasta el momento será porque ni los "tiempos navales" ni la situación se lo han impuesto, y
no habrá permitido que lo coloquen en una posición en la que no tenga la "ultima" palabra.
Confío en Usted,
todos los días leo el diario y escucho las noticias esperando la sorpresa que
seguramente nos dará (particularmente estaré atento el 7 de noviembre).
Le transcribo la
orden de Operaciones más corta, clara y precisa que escuché en mi vida,
impartida por el Coronel De Guernica
en circunstancias realmente dramáticas a un jefe de Regimiento:
"Tcnl
... como está bien? me alegro mucho!; ...; El Tcnl ... necesita apoyo; ...; Ud.
es Tcnl y sabe lo que tiene que hacer! entre en operaciones, cuídese, ... pero
no mucho!"
Por suerte su carrera
no esté en juego, en la mejor o peor de las situaciones está terminada, de lo
que resulte será culpable; deseo fervientemente el Señor le dé una larga vida
para poder disfrutar los méritos de sus acciones, su nombre ya está en la
Historia (como Soldado no desconocerá como admiro tamaño oportunidad).
Sr. Capitán de Navío
confío en los Oficiales de la Armada Argentina, no tengo ningún temor,
independientemente de los aciertos o errores de la conducción política y
militar, sé que Usted no nos defraudará, o ¿sí? (disculpe, solo una humorada
para distender el momento).
Con respeto y
gratitud por los buenos servicios prestados en bien de la Patria, confiado en
que figurará en las páginas de gloria de nuestra querida Armada.
C.
Enrique Alsina
Tcnl
(R)
VGCT
VGCT
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