General de División César Santos Gerardo del Corazón de Jesús Milani
El superior que es
corrupto, desleal, cobarde y traidor es el más despreciado por sus
subordinados. No inspira confianza y menos lealtad.
Los oficiales
superiores de hoy –salvo honrosas y pocas excepciones- han demostrado
ineptitud, impericia y cobardía al ejercer la conducción superior de
cada fuerza, mientras que algunos oficiales jefes, subalternos y suboficiales
sostenían a las instituciones en horas cruciales.
Cada uno sabe cómo
actuó ante el ataque contra las Fuerzas Armadas en el revisionismo jurídico de
la Guerra Contrarrevolucionaria de los años ’70, la mayoría debe tener
remordimiento por el abandono institucional al que sometieron a los soldados,
que cumpliendo expresas órdenes del superior gobierno de la nación, vencieron
al terrorismo subversivo en una cruenta guerra y que hoy continúa en los
tribunales federales. Esta nueva guerra, en un campo de batalla desconocido, ya
ha dejado más de 1.300 camaradas juzgados, condenados y al día de hoy 176 fallecidos
como Presos Políticos.
En las parodias
judiciales llevadas a cabo en cada Tribunal Federal Oral, los jueces que los
integran, escucharan las defensas y
descargos de los imputados para impartir justicia hemipléjica, es todo mentira.
Ellos ya habían sido condenados de
antemano.
Además de la
injusticia, para todo soldado, no hay peor lacra que saber que hay un superior
corrupto, sin honor y que se caga en sus subordinados. El periodista Alexis Di
Capo nos regala una exhaustiva nota con sobrados ejemplos de estos personajes
disfrazados de militares.
¿El ministro de
defensa y la presidente de la Nación, continuarán avalando tanta corrupción y
estupidez… o les caben las generales de la ley?
octubre 21, 2012
By Alexis Di Capo
El operador militar de Garré acumula numerosas denuncias por
corrupción.
El senador radical Gerardo Morales
realizará mañana una presentación ante el juez
federal de Tucumán Daniel Bejas “para
saber cuál fue el rol” del actual
subjefe del Ejército y jefe de
Inteligencia de esa misma fuerza, general
César Milani, durante el “Operativo Independencia”(1975-1976).
El magistrado ordenó esta semana la detención de 34 supuestos represores que
actuaron en esa provincia, entre ellos, el general
retirado Mario Benjamín Menéndez, ex gobernador de las islas Malvinas en
1982.
La Policía de Seguridad
Aeroportuaria detuvo el miércoles a 16 personas implicadas en delitos de Lesa
Humanidad. La Fiscalía también pidió las detenciones de la ex presidenta María Estela Martínez de Perón y del dictador Jorge Videla, pero el juez sólo pidió
la captura de los uniformados.
“El
10 de septiembre del año pasado presenté un pedido de informes para saber qué
funciones desempeñó Milani en
Tucumán, a las órdenes del general Acdel
Vilas, desde el 20 de mayo de 1976 hasta el 17 de julio del mismo año, en
el marco del Operativo Independencia.
El 18 de octubre, el Ministerio de
Defensa me contesta con evasivas. Lo que sí está claro es que estuvo en
Tucumán durante esos años, eso está en
su legajo”, aseguró Morales. La presentación que se prepara no sería un hecho aislado
porque un grupo militar vinculado con sectores de la oposición está elaborando
una serie de denuncias que abarcarían el amplio espectro de actividades de Milani como mano derecha de la Ministra de Seguridad Nilda Garré. Las mismas
están volcadas en un extenso documento al que tuvo acceso
informadorpublico.com. Para empezar, se lo acusaría de violar las leyes de
inteligencia y defensa al montar una red de inteligencia interna clandestina.
Al respecto se mencionan los casos del Proyecto
X (espionaje de Gendarmería) investigación
de la Armada por el espionaje en la base naval de Trelew y apoyo a Hebe de Bonafini cuando estalló el caso
Schoklender. Le sigue otra violación
de normas de inteligencia y secretos de Estado: la divulgación periodística del listado de los PCI (Personal Civil de
Inteligencia) de Ejército durante el último proceso militar. Entre los
cargos también figura la manipulación de información distorsionada para
provocar el pase a retiro de numerosos oficiales del Ejército no afines al
gobierno. Se destacan en este sentido los ascensos del 2010 y el 2011.
Además se lo acusaría
por el armado de un ejército paralelo a través de una red de oficiales que
integran, entre otros, los generales
Paoli, Montero, Demaría, Madina, Filippi, Carena, Ruarte, Motta, Rodríguez y Skinner y los coroneles
Staiger, Lago, Brocca, Temperini, Garnitto y Ricciardi, con la presunción de que
varios de los nombrados recibirían
sobresueldos vía fondos reservados de la Secretaria de Inteligencia.
La
lista de futuros cargos
Pasando al campo de
los delitos económicos, la nómina de acusaciones en preparación incluye el
enriquecimiento ilícito de Milani
que adquirió en La Horqueta (San Isidro) una mansión tasada en un millón de
dólares. Pero además se lo señala como autor de una serie de operaciones
inmobiliarias, principalmente venta a precio vil de propiedades de la
inteligencia militar, adquiridas por miembros de su grupo La entonces ministro de defensa Garré habría estado
al tanto de las mismas para las que se habría utilizado personal de
inteligencia a cargo de determinados “aprietes”.
La lista continúa con
una presunta defraudación a la administración pública cometida con las
asignaciones presupuestarias de inteligencia (este año con la imputación 3.9.2
de casi 14 millones de pesos comprometidos y devengados en el primer
trimestre). Durante la gestión de Garré,
Milani habría pasado alrededor de
200 millones de pesos al rubro de fondos reservados con el aval de Garré. En este tema, la investigación
se detiene especialmente en el desempeño del coronel de intendencia Ricciardi.
También existe el
borrador de una denuncia por malversación de fondos públicos. Como Subjefe del Ejército, Milani habría utilizado el Departamento
Contaduría y Finanzas del Estado Mayor para comprar automóviles, equipos de
informática y de comunicaciones, operaciones que debieron tramitar otros
organismos. En este tema, se destaca la estrecha relación de este general con
la firma Toyota, cuyos autos utiliza. Señala el borrador que un inventario en
la Agrupación de Apoyo de Inteligencia de Campo de Mayo arrojaría resultados
sorprendentes.
Complementariamente
también hay una acusación por el empleo de fondos reservados con fines
personales. Por ejemplo se mencionan fiestas suntuosas, viajes costosos, en
especial la gala de inteligencia de fines del 2011 en el Regimiento de
Patricios, además de la contratación de prostitutas de alto nivel. En el rubro
fiestas, los investigadores de Milani
subrayan la que tuvo lugar en el séptimo piso del Estado Mayor del Ejército la
noche del 23 de octubre del año pasado para celebrar la victoria de CFK. En esta suma asimismo se anota que
la residencia del Ejército en Tandil funcionaria los fines de semana largos
como hotel para los dirigentes de La
Cámpora.
La extensa nómina incluye
la acusación por haber montado la Operación
Escudo Norte, supuestamente un plan de apoyo logístico a las fuerzas de
seguridad que se convirtió en una operación encubierta de inteligencia
interior. Esto al margen de que los radares de vigilancia RASIT fueron un
fiasco.
El informe consigna
también que Milani mantiene
relaciones comerciales con un grupo de
oficiales retirados que lo suelen acompañar en sus viajes y fiestas. En
esta lista figuran el general Carlos
Pedro Artuso, ex director de la Obra Social del Ejército y actual
presidente del arma de Ingenieros y el general
Horacio Daniel Piazza, que fue incorporado al servicio activo a instancias
de Milani. Siguiendo la nómina están
dos coroneles retirados, Horacio Lassaga y Luis Fonseca, conspicuos proveedores del Estado.
Queda bajo la lupa
asimismo la relación entre Milani y
el estudio jurídico de Paula Lauría
y Diego Suárez Martínez, que se
ocupa de conseguir medidas cautelares para el cobro de diferencias salariales
de los militares, una prospera industria del juicio. El nexo entre aquel y el
estudio sería el padre de aquella abogada, el coronel (RE) Alberto Lauría.
Un capítulo aparte
tiene el coronel (RE) Alberto Tornero,
que Garré designó como Director de
la Agencia Logística de la Defensa a pedido de Milani. Tornero es el
operador de un mega plan por más de mil millones de pesos para la renovación
del parque automotor del Ejército mediante la compra directa a IVECO. Tornero trabajó en esta operación con
el empresario Luis Vitullo,
representante de IVECO en cuya mansión en San Martín de los Andes aquel suele
pasar sus vacaciones. Vitullo es un
conocido y para nada prestigioso traficante de armas. Cuando Garré pasó a Seguridad, Tornero la acompañó a un cargo a esa
área.
Por último, el
dossier cierra con una mención al estrecho vínculo entre Milani y el mayor (RE) Juan
Ballestrino, ex carapintada al igual que aquel, Este oficial es dueño de
una de las principales empresas de seguridad del país con sede en San Isidro.
Su trabajo sería proporcionarle a Garré
y Milani información sobre
empresarios y políticos de primera línea.
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