por el Lic Gustavo Adolfo Bunse 20 oct 2012
La República no se repondrá en varias décadas de la impresionante
fractura social que le ha sido infligida… y que está sufriendo en este momento.
Ni siquiera hubo una fractura parecida… en la década
posterior al 50 donde se llegó a los “fusilamientos preventivos” en los
basurales de José León Suárez y de la Penitenciaría Nacional (sin sumario… sin juicio y sin firmas de
nadie) y mucho menos…en la “década infame” que fue la que siguió al golpe contra
Yrigoyen el 6 de septiembre de 1930 … y que se extendió hasta junio del 43.
Odio, no es sólo el enojo… la antipatía o
la aversión hacia alguien. Se trata, además
de eso… de una escala superior que no deja allí las cosas, sino que le agrega
un deseo activo de perjuicio al odiado.
Trátase de un sentimiento negativo que
desea el mal para el sujeto u objeto que se odia. Se
desata, en verdad, un deseo de daño a otro.
El odio está
vinculado a la enemistad y la repulsión.
Las personas que
odian… entonces, tratan de destruir aquello que odian.
En el caso del
odio hacia otro ser humano … el sentimiento puede reflejarse a través de
insultos, agresiones físicas o daños concretos realizados, cabalmente, para producirle sufrimiento.
El odio no
siempre es irracional. Es
normal odiar a quien nos hace sufrir o amenaza nuestra existencia. Pero… es también normal el reflujo del odio…
que es odiar a quien nos destina su odio.
La violencia, suele ser siempre una de las primeras
consecuencias del odio. Cuando un Estado está
a punto de declarar una guerra, suele promover el odio hacia
el enemigo entre los ciudadanos y los soldados. De esta manera, las acciones violentas
aparecen como justificadas y no generan rechazo o sentimientos encontrados en
la sociedad.
Así como Erzebet Bathory… tenía a todas sus sometidas en
varios calabozos, … nuestra reina de luto, tiene a su ejército de arrastrados en
un escenario parecido al infierno del Dante….
Es un lugar… donde existen verdaderas
cloacas de la sumisión.
Hombres, mujeres, periodistas, profesionales,
legisladores, jueces… todos flotan en esa cloaca… o se hallan en ese lugar
sumergidos del mismo modo que Tántalo… pero sin un solo árbol de frutos para
desear.
Algunos… ya están literalmente muertos… aún cuando respiran…
Ni siquiera parecen haberse
enterado de la dimensión de su óbito.
Grupos de cadáveres políticos de toda laya… flotan sin
remedio allí despanzurrados… entre las heces
y los sargazos.
La descripción que hago… no está lejos de la visión de
Virgilio en el infierno narrado por Dante Alighieri en la Divina Comedia.
Una hilera de siervos de
la gleba… observan desde la costa con
enormes lanzas y redes, bien sea para alejar de las orillas a quienes quieran
huir… o bien para capturar a quien la reina necesite para cualquier fin como
que… de vez en cuando… renueva la vigencia de alguno de esos servilismos convertidos en
beca.
Cada
advenedizo de esta fauna - pletórica de reptantes, - sabe muy bien que… en el epicentro del poder…
está ella . La reina de luto.
El especial
favoritismo hacia un lacayo es, precisamente, el pago a su vocación de premiosa
esclavitud… frente a los intereses que lo demandan por doquier.
Bajo juramento, son capaces de renunciar… otra vez más, a su
dignidad, sabiendo que, en cualquier
examen de esta mujer… ella prefiere el oblicuo al recto. Prefiere el ignorante al estudioso, el
intrigante al gentilhombre.
Toda su cáfila de
corruptos o envilecidos saben bien, para renovar su ticket vencido, que la corruptela moral… para ser serviles de la corona… antepone,
ahora, más que nunca… el valimiento al mérito.
Por cuanto… sin
duda son sólo ellos los verdaderos arquetipos primarios del arrastramiento
individual…
Y, con tal arduo
entrenamiento, han de ser absolutamente
capaces de adaptar su impresionante insolvencia moral a cualquier mandato nuevo… imaginado por ellos…para la misma monarca.
Inversamente,
debe saber ella muy bien que la lealtad de los siervos sólo es sostenible con
el pago …riguroso y oportuno… de todas las alícuotas de los planes y subsidios
del progresismo popular.
La famosa
Caja de nuestros impuestos … que ya se
agota.
El progresismo
populista vitoreado por los “unos” suele durar hasta que se acaba el dinero arrancado
con tributos… a los “otros”.
Exonerar a un
felpudo humano, apretarlo y/o colapsarle los pagos, es exponerse a que se venda
de inmediato al otro bando.
O peor aún… a que
revele los secretos que se le han confiado y también a que se convierta en un
enemigo extorsionador.
El mensaje de “amor”
a las puertas de Itatí, pretende tener pues una receptiva bienvenida en su gran
piara de cambiadores de camisetas, cuyo número resultará una función directa
del superávit de la caja… y cuya fuerza desplegada, ha de ser inmedible en su
formidable e imprevista volatilidad.
Porque trasuntará
la más rechiflada hipocresía… porque chorreará insinceridad y porque no será
creíble ni siquiera para el obediente y laxo oído de los propios siervos.
Allí radica ese
concepto complejo… que ella ha forjado dividiendo a la sociedad… entre los
propios y los excluidos : El odio
Y allí yacen,
sobre un colchón barato… totalmente ensangrentado … los despojos de una
oposición que se ha empeñado en llevar el ridículo hasta el paroxismo y de subir al podio para saludar con su rostro
pálido… absolutamente magullado.
Todas nuestras familias,
nuestros amigos, nuestra gente querida y conocida… dialogan con un abierto temor… (“mejor no hablemos de política”) o caen en un enfrentamiento feroz por tratar
de quitar a alguien de las aguas cloacales del oficialismo.
Y allí… se desata un odio tan
terrible… que no tiene retorno.
Porque el que se halla dentro
de ese infierno… habla en un lenguaje
tan absurdo… con argumentos tan ridículos … que parece transitar por el mundo
con una fantasía anómalamente atrofiada… Y en eso consiste todo su infame destino.
Es incapaz de representarse su propio futuro.
Mira al porvenir… aún al más inmediato… y no ve nada.
Por eso carece de vocación.
La vocación, el argumento de nuestra existencia, es… en verdad… una
trama tejida por su imaginación o su conveniencia.
Pero esa misma incapacidad para representarse el porvenir… le impide
que se desarrollen los frenos a su compulsividad, la cual, abandonada a sí
misma… crece.
La luz
de la virtud, lo deja ciego. Y explota en odio hacia lo distinto
Es fotofóbico a la virtud… al mérito… a la nobleza y a la dignidad
humana.
No reflexiona, por cuanto reflexionar no es sino imaginar con detalle
el futuro… vivir de antemano.
La inescrupulosidad del oficialismo….
Su enorme odio radial procede, en buena medida, de sus propias trampas… de sus
propios cepos que ya no sabe desarmar y sólo atina a profundizar.
En el pináculo del odio…
reina ella.. en soledad….
Ella… que viaja montada en
el odio… hacia la nada…
Y en ese viaje hacia la nada… en ese odio… nos
lleva tragados a todos
Lic Gustavo Adolfo Bunse
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