Por
Mauricio Ortin
Como tantos miles de salteños participé como
soldado conscripto en el Operativo Independencia. No me preguntaron si quería
ir a Tucumán, simplemente me indicaron que tomara fusil y bolso y subiera a un
camión.
Estuve
destinado en Cruz Alta y en el ingenio La Florida. No tuve la oportunidad de
entrar en combate con los subversivos pero tengo amigos que sí lo hicieron. Leí
el auto de elevación a juicio por el Operativo Independencia y me parece un
mamarracho de cabo a rabo. Según el juez Bejas, los soldados que defendimos en
Tucumán el Estado argentino somos genocidas hasta que no se demuestre lo
contrario o, en su defecto, monigotes de los militares y del capitalismo ¡Vaya
coincidencia! Lo mismo que sostenían las bandas armadas cuando dicho operativo
tuvo lugar. El moño del disparate, sin duda, es que los jueces acepten como víctimas
querellantes a los guerrilleros que masacraron al capitán Viola y a su hija de
tres años, María Cristina. Es evidente que hay palabras que han perdido su
sentido originario y deben ser reemplazadas de manera urgente. “Juez” es una de
las más comprometidas.
juez Daniel Bejas |
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