sábado, 13 de abril de 2013

'EL CIELO POR ASALTO'


Damos la bienvenida al libro de Vicente Massot, ayudará a iluminar el reciente período histórico de la Guerra Revolucionaria de los años ’70 y que el relato oficial se ha empeñado en ocultar.

Oberdan Sallustro en manos del ERP, luego sería asesinado por sus captores

Las dos organizaciones terroristas más importantes fueron sin duda el ERP y Montoneros, en la lucha armada que ellos desataron –si bien comulgaban en objetivos, mantenían diferencias tácticas e ideológicas- ambas cometieron errores estratégicos y tácticos que la llevaron a la derrota en el campo de batalla.

Para comprender mejor ese período de la historia argentina habrá que leer el libro de Massot y tantos otros que de a poco van venciendo la mentira instalada desde el poder de turno.

Sinceramente,

Pacificación Nacional Definitiva
Por una Nueva Década en Paz y para Siempre


CLAVES DE LA GUERRA QUE PERDIERON ERP Y MONTONEROS

Fue una guerra irregular, terrible, sin códigos y con 2 demonios sueltos. Carece de rigor histórico el intento ladriprogresista de reescribir el pasado reciente. Podrán contárselo a quienes no lo vivieron pero hay muchos que conocen qué ocurrió... y al Frente para la Victoria no le queda tanto tiempo en el poder: la economía viene por ellos, la estanflación se los llevará, irremediablemente. En tanto, Vicente Massot presentó un libro muy interesante, tabú para los tiempos que corren: 'El Cielo por Asalto - ERP, Montoneros y las razones de la lucha armada' (Editorial El Ateneo). Urgente24 reproduce un fragmento.


Roberto Mario Santucho (PRT-ERP), Marcos Osatinsky (FAR) y Fernando Vaca Narvaja (Montoneros) 
poco antes que partieran hacia La Habana.

por VICENTE MASSOT

"(....) Muchos años después, Mario Eduardo Firmenich le contestaba a Felipe Pigna algo que revela el error irreparable en el que incurrieron:


"Éramos conscientes de que se nos venía encima la dictadura. No alcanzamos a prever el grado de criminalidad que tendría la táctica del desaparecido. Nos imaginamos que esta iba a ser una dictadura más dura, más represiva que todas las conocidas. Para decirlo de algún modo burdo, sería igual que las dictaduras conocidas, pero un poco peor, multiplicado por algún factor. Si antes había Cámara Federal especial, que se conocía como 'el Camarón', bueno ahora habría leyes más duras, más rígidas y más cámaras especiales. Si antes había diez días de incomunicación al detenido, ahora habría veinte o treinta. Si antes había limitaciones al derecho de defensa, ahora habría más limitaciones. Si antes había menos muertos ahora habría más muertos en combate. O sea, a algunos de los heridos los dejarían morir. Una represión de la misma calidad, pero en mayor medida".


Los presupuestos tácticos que motivaron la recusación de los dos grupos guerrilleros a dejar las armas ante el 60% de los votos cosechados por la fórmula Perón-Perón en septiembre de 1973 continuaban vigentes en marzo de 1976: en tanto y en cuanto las Fuerzas Armadas no resultaran disueltas o quedasen subordinadas a un poder verdaderamente popular y revolucionario, seguirían siendo el brazo represivo por excelencia de la burguesía.


Su convicción de que podían vencerlas era unánime, y si acaso hubo planteos contestatarios en las cúpulas del ERP y de Montoneros, se hicieron oír después. Las razones que esgrimió Rodolfo Walsh fueron posteriores al golpe. Su informe a la conducción llevaba fecha del 2 de enero de 1977. El escritor y cabeza de la inteligencia clandestina de la organización en la cual militaba, consideraba que se estaba desarrollando en la Argentina una lucha de clases y no una guerra. Correspondía, entonces, privilegiar la política con base en el peronismo. El Movimiento Montonero, de reciente creación, debía, como en los ejemplos arquetípicos del marxismo, crear la vanguardia y no a la inversa. Lo mismo corresponde decir de las tardías conclusiones autocríticas que hicieron tanto Santucho como Julio Roqué, por ejemplo, ninguna de las cuales terminaba de dar en la tecla.

Recién antes de morir el jefe del ERP expresó en el buró político del PRT:


"Nos equivocamos en la política, y en subestimar la capacidad de las Fuerzas Armadas al momento del golpe. Nuestro principal error fue no haber previsto el reflujo del movimiento de masas, y no habernos replegado. Por lo tanto, debemos desmilitarizar la política, replegar al Partido en los centros obreros y disolver la Compañía de Monte hasta que un nuevo auge del movimiento popular, aproximadamente dentro de un año, o un año y medio, nos permita relanzarla."


Lo que ignoraban quienes percibieron parte de los errores cometidos era el grado de atención que su despliegue, después de la asunción de Cámpora, había generado en los Estados Mayores de las Fuerzas Armadas. Suponer como Walsh y Santucho que, a condición de hacer abandono de los pujos militaristas del pasado, estarían en capacidad de reagruparse, organizar la resistencia y volver a la lucha armada en un par de años, significaba no comprender lo que habían decidido "del otro lado de la colina".


NOTA: Las imágenes y negritas no corresponden a la nota original.

viernes, 12 de abril de 2013

¡CONSTITUCION, REPUBLICA Y JUSTICIA!... BASTA DE CORRUPCIÓN E IMPUNIDAD


"Un muerto más o uno menos no modifica nada"

Gabriel Mariotto
vicegobernador KK de la Pcia. de Buenos Aires

Cromagnon: 198 muertos
  


Once: 51 muertos
  


La Plata: 51 ó 56 ó 93 ó 127 muertos depende de quién los cuente

 

Inseguridad desde 2003: 9.125 muertos, estimación Policía Federal


Accidentes viales por rutas en pésimo estado desde 2003: 29.183 muertos
(Vialidad Nacional)

 



Que esto no siga solo depende de vos
 #18 A

Ahora, todos debemos hacer los mayores esfuerzos para transformar la marcha del 18 de abril (el 18A) en la más numerosa que se haya registrado en el país. Las razones para este esfuerzo pueden ser varias, como quedó demostrado el 8N, pero esta vez debemos concentrar la consigna: ¡CONSTITUCION, REPUBLICA Y JUSTICIA!

GACETILLA DE PRENSA DE FAMILIARES Y AMIGOS DE VÍCTIMAS DEL TERRORISMO - MANCHALÁ

DERRIBAR EL MONUMENTO QUE HOMENAJEA A SOLDADOS DE MANCHALÁ

Está de moda alinearse al "relato oficial". Y la moda, ha llegado a Salta.

La impostura de los concejales, al pedir que se retire el monolito que recuerda el combate de Manchalá, constituye una ofensa a la inteligencia de los argentinos y es un grosero acto de ingratitud.

De manera impúdica, el “relato oficial”, hoy recuerda a los asesinos, en el muro construido en la costanera porteña, ocultando los crímenes cometidos por las organizaciones armadas como Montoneros y ERP y el tendal de víctimas que causaron.

Agravia a la República y a la Democracia, el desprecio por esos doce ciudadanos que cumpliendo su Servicio Militar Obligatorio, debieron enfrentar a los atacantes de las Instituciones, en pleno gobierno constitucional.

La Asociación de Familiares y Amigos de las Víctimas del terrorismo de Argentina, AFAVItA, denuncia esta iniciativa vergonzosa, que detrás de su remanida muletilla del terrorismo de estado, solo apunta a poner en valor, el accionar de las organizaciones terroristas en la Argentina.

Silvia Ibarzábal
Presidente

Gabriel Miraz                             Andrés Fernández Cendoya
                     Secretario                                                   Vocal

DEMOCRACIA CHORICERA

Por Mauricio Ortín, Profesor de Filosofía - UNSa

Una gran parte de los argentinos considera al actual sistema “democrático” de gobierno como el mejor de todos los posibles. Supuestamente garantiza, como ninguno, el bienestar general, como también la libertad y el progreso espiritual y material de los individuos. Esto es, evidentemente, falso. Y no porque el imperfecto sistema republicano consagrado en la Constitución Nacional sea inviable, sino porque, sencillamente, éste es violado de manera sistemática por el Gobierno nacional en funciones.

Es un debate terminado y concluyente, en la Argentina, que el voto de la mayoría debe ser el que elija a quien presidirá Poder Ejecutivo. En cambio, no sucede lo mismo cuando quien fue elegido mayoritariamente decide avanzar sobre los derechos de las minorías establecidos en la Carta Magna (para el kirchnerismo, por ejemplo, parece ser lo más natural del mundo). El abuso de poder es un fenómeno universal que tiene su origen en la naturaleza humana. El autoritarismo es una enfermedad endémica de la sociedad que solo puede ser controlada con el debilitamiento del poder absoluto del Estado mediante la división en tres poderes independientes. El autoritarismo “democrático” confunde el poder limitado y delegado para administrar el Estado con la suma del poder público, que decide sobre la vida y la hacienda de cada uno y de todos los habitantes. La mayoría (obtenida en una elección presidencial), por el mero número, no adquiere por simpatía el estatus de principio ético o razón suficiente para justificar cualquier política desde el Estado. Por lo contrario, el respeto irrestricto de la persona humana por parte del gobierno es la base principal del Estado de Derecho; cualquier otra cosa es totalitarismo vestido con ropaje de “democracia”. La mayoría, a Hitler, no lo consideraba ni democrático ni, mucho menos, republicano. El problema cardinal en cualquier sociedad es el abuso de poder; provenga del Estado o de donde provenga. El obtener circunstancial o permanentemente la mayoría no debe operar como una suerte de elección del déspota de turno. Lo ideal sería que nadie ni nada coarte los derechos de la persona por el solo hecho de serlo; fundamentalmente que el Estado, dada su negra y milenaria historia de terror, estafa, fraude, crimen, guerra, extorsión y espanto sobre los individuos, deje de victimizarse y reclamar más poder para sí

Es una mentira funcional al totalitarismo el afirmar que “todos somos el Estado”. “L’État c’est moi” (El estado soy yo), frase atribuida al rey Luis XIV, ilustra como ninguna al Estado real frente al ilusorio de los totalitarios. Ramsés, Cleopatra, Atila, Enrique VIII, Idi Amin, Stalin, Hitler, Napoleón, Fidel Castro, Hugo Chávez y tantos otros se apropiaron, en cada caso, de esa frase: “El Estado soy yo”. La forma monárquica, imperial, comunista, fascista o “democrática” por la que accedieron al poder es anecdótica; lo verdaderamente sustancial es cómo, por su intermedio, los tiranos arrasaron y arrasan con la libertad y la hacienda de los sometidos. La “democratización de la Justicia” que pretende poner en vigencia el kirchnerismo a través de las cámaras, es el último peldaño hacia el totalitarismo a secas. El Poder Judicial independiente de la Argentina, a pesar de Oyarbide, Zaffaroni y tantos otros, agoniza pero aún respira. Su “democratización” es el tiro de gracia final. Significa que los jueces serán nombrados o expulsados por un Consejo de la Magistratura cuyos miembros serán elegidos por el voto popular. Es decir, por este sistema tramposo que permite que el que detenta el poder use y dilapide los fantásticos recursos de todos para instalarse como el mejor candidato, demonice a la oposición y los medios, compre voluntades y, así, gane elecciones. “Correr (y ganar) con el caballo del comisario” no es ni democrático ni otorga aval ni legitima el poder. Mucho menos para elegir a los que deben controlar al “comisario”.

El presidente Bartolomé Mitre (objeto favorito de repudio de los intelectuales K), apenas asumido el cargo, solicitó a la oposición los nombres de los notables para integrar la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Mitre no accedió a la presidencia a través del sufragio universal, secreto y obligatorio. La ley Sáenz Peña es una conquista posterior; sin embargo, por la independencia de la Justicia hizo infinitamente más que todos los mandatarios, de facto o constitucionales, que lo sucedieron (singularmente, esta desvergonzada, choricera y totalitaria “democratización de la Justicia” presentada por los K).


FUENTE: http://www.eltribuno.info/salta/270223-Democracia-choricera.note.aspx

NOTA: Las imágenes y negritas no corresponden a la nota original.

EL GRITO DE MANCHALÁ





¡SOY UN GIL!


... ¡Lo que más bronca me da
es haber sido tan gil!
“Chorra”
Tango de Enrique S. Discépolo.

Y no tengo empacho en reconocerlo.

Soy de los que no comprendían la política del odio implementada contra todo aquel que opinara en forma independiente y en disidencia con el relato oficial. Supuse inicialmente que, careciendo el Dr. Néstor Kirchner de base partidaria que lo respaldara, con apenas el 20 % de un electorado que sólo lo conocía por fotos –el 19 % lo había votado por descarte y contra Menem– apeló al negocio de los Derechos Humanos para satanizar y santificar a diestra y siniestra con el objetivo de arrimar tropa a su redil. No le importó violar la Constitución, los tratados internacionales, ni los principios generales del derecho. Pero también supuse que, una vez logrado este fin, continuaría con la transitoria pacificación que habían logrado anteriores gobiernos democráticos, que la ansiada unión y concordia de los argentinos sería reconocida como una política de estado que todo gobierno tendría la obligación de continuar e inclusive perfeccionar.


¡Qué gil!

Tiempo después, cuando la 125 y el “voto no positivo” imaginé que Cristina tenía ante sí la maravillosa oportunidad de llamar a las partes interesadas y sentarlas frente a ella, supuse que finalmente dialogaría en una muestra “urbi et orbi” de que argentinos éramos todos y todas y que ella estaba dispuesta a escuchar las proposiciones sin discriminación alguna.


¡Qué gil!

También creí que la tragedia de Once podía ser otra chance y que seguramente Cristina la aprovecharía para compensar su “ausencia” de Cromagnon y que su solidaridad con víctimas y deudos le permitiría acercarse al pueblo y, ahora sí de una vez y para siempre, avanzar firmemente en pos de la paz y la concordia argentina. Esta vez no me equivocaría...


¡Qué gil!

Y así siguieron los variados y conocidos capítulos de nuestra reciente historia que se presentaban como inmejorables oportunidades para dejar de lado actitudes hostiles, poses soberbias, autoelogios desmesurados, infantiles mentiras sobre logros imaginados, ocultamiento y deformación de la realidad, y avanzar de una vez por todas en lo que el propio fundador del partido gobernante, el mismísimo General de la gardeliana sonrisa, intentó en su pacificador otoño: La unión y concordia de los argentinos.

Pero nada cambió y así llegamos al ridículo internacional. Tan grande es la división y antagonismo logrado por nuestros actuales gobernantes que hemos superado lo insuperable. La histórica designación de un cardenal argentino para ocupar el trono de Pedro provocó, como no podía ser de otra manera, orgullo y odio al mismo tiempo; emocionadas lágrimas apenas contenidas del 90% de la sociedad y sonoras silbatinas de los reptiles de siempre se entrecruzaban en el cielo patrio. Y peor aún, quienes ayer le habían dado la espalda, humillándolo e ignorando sus constantes pedidos de audiencia, imputándole delitos de lesa humanidad que sólo existían en sus afiebradas y perversas imaginaciones, horas después se alineaban a su lado, unidos y arrodillados, jurándole amor eterno.

Aunque tarde, finalmente tal vez la concordia, la paz y fraternidad habían llegado de la mano de Francisco. Los odios darían paso al respeto, los ataques a la comprensión, las dudas a la fe.


¡Qué gil!

Una nueva y triste calamidad se lleva vidas y bienes de argentinos y nuestras autoridades juegan al patrón de la vereda, echándose culpas de mutuos y compartidos errores y discutiendo cual comadres de barrio ante la aterrorizada y doliente mirada de miles de argentinos que han sido víctimas de las peores lluvias registradas en décadas, perdiendo seres queridos y todos sus bienes. Lluvias que nadie pudo prever, pero cuyas lamentables consecuencias esos mismos incapaces que compiten en acusarse podrían haber evitado o reducido sensiblemente sus efectos.

Porque no hubo previsión, y si hubo intentos no se permitió llevarlos a la práctica. No hubo autorizaciones para endeudarse ni hubo partidas que constitucionalmente le pertenecían a la Ciudad o a la Provincia de Buenos Aires, la tan mentada obra pública fue corrupta e incompetente, se obstaculizó todo lo posible el retiro de Aduana de la maquinaria requerida para tareas hidráulicas indispensables. La ciega obstaculización a todo proyecto progresista no generado en la usina K, fue el pan de cada día.

Hoy el odio confirma que está más vivo que nunca y hace cola para pegarle al Jefe del Gobierno porteño por estar fuera del país, como si la tragedia se hubiera limitado a la Capital Federal. Horas después, comprobado que el desastre se abatió también sobre La Plata y alrededores, y siendo que tampoco estaban presentes ni el Vicegobernador Mariotto, ni el Intendente Bruera (Río de Janeiro), ni la Ministra de Acción Social Alicia Kirchner (París), los mismos acusadores se apretujan ahora para reconocer el “inocente error”, inclusive justificar a quien desde Copacabana aseguró estar colaborando con los damnificados con foto y todo, pretendiendo su inocencia y culpando a su “operador de Tweeter”. La perversión y la estupidez no tienen límites.

Y ante tantas ausencias, el operativo de ayuda es encabezado por el Secretario de Seguridad, Sergio Berni. El mismo que afirmó que la inseguridad era una sensación, una mentira más de Clarín. El mismo a quien pocas horas después le robaron el automóvil oficial que utiliza para sus importantísimos operativos.

Y finalmente debo decir que también imaginé a la oposición agrupada algún día, tras un candidato electo democráticamente y con el resto en patriótico compromiso de acompañarlo en su gestión desde el lugar que finalmente a cada uno le toque. En definitiva las más importantes políticas de Estado son pocas – economía, educación, salud, justicia, asistencia social– y todos concuerdan en ellas, por lo tanto quien las enuncie en su programa de gobierno y las lleve a la práctica seguramente contaría con el amplio apoyo de la ciudadanía.


¡Qué gil!

¡Qué decepción! Hemos llegado a formar un partido político en cada consorcio de propietarios. Todos aspiran a sentarse en el sillón de Rivadavia. Nadie quiere ser parte de coalición, frente o unión alguna si no es portando el brazalete de capitán.

Y así estamos. “El mundo se nos cayó encima” dijo alguien. Y si fuera así, el mundo tiene mucha puntería dado que ninguno de nuestros vecinos recibió siquiera un cascotazo.


Hoy nuevamente la muerte golpeó nuestras puertas. Y los funcionarios con una crueldad rayana en la perversión se dedican a intercambiar acusaciones importándoles muy poco, o nada, las víctimas de su soberbia, de su odio, de su corrupción, de su incompetencia, de su egoísmo.

Algún día deberán pagar por sus acciones y sus omisiones.

Juan Manuel Otero


jueves, 11 de abril de 2013

LA PARADOJA DE "DEMOkRATIZAR LA JUSTICIA"

La paradoja de la “democratización de la justicia” es que el proyecto y sus autores no soportan un debate –como corresponde a una decisión fundamental– una vez más el oficialismo hará que el Congreso actúe como una escribanía, convalidando sin modificar una sola coma el proyecto enviado por el ejecutivo del poder de turno.


Nuestra Nación adoptó como sistema de gobierno el republicano, que en su sentido más amplio, es un sistema político que se fundamenta en el imperio de la ley (constitución) y la igualdad ante la ley como la forma de frenar los posibles abusos de las personas que tienen mayor poder, del gobierno y de las mayorías, con el objeto de proteger los derechos fundamentales y las libertades civiles de los ciudadanos, de los que no puede sustraerse nunca un gobierno.


En esta nueva maniobra del poder de turno, a través de la presidente, nos impone una proposición en apariencia verdadera que conlleva a una contradicción lógica o a una situación que infringe el sentido común.

La paradoja de “democratizar” y ni siquiera aceptar el debate parlamentario es un poderoso estímulo para la reflexión. Ella nos revela la complejidad de la realidad o del objetivo final del poder de turno: “Asumir la suma del poder público, removiendo el último obstáculo que representa la independencia del Poder Judicial, a fin de gobernar sin control alguno y asegurar a sus funcionarios y cómplices una impunidad imposible de aceptar”. Este objetivo es mucho mejor explicitado por el señor periodista Carlos Pagni, en su artículo de análisis político que les dejamos a continuación.

Sinceramente,

Pacificación Nacional Definitiva
Por una Nueva Década en Paz y para Siempre


UN CAMBIO DE RÉGIMEN

Por Carlos Pagni | LA NACION

Al modificar su Carta Orgánica, Cristina Kirchner fijó al Banco Central un nuevo cometido: "Preservar la estabilidad fiscal". ¿Quién podría oponerse? Claro, si hubiera dicho "emitir moneda sin respaldo para financiar el Tesoro", se hubiera advertido que la reforma era aberrante.

Con el Consejo de la Magistratura sucede algo parecido. En su mensaje al Congreso, la Presidenta propone que los consejeros se elijan con mecanismos "que expresen más fielmente la voluntad popular, fuente de toda soberanía y legitimidad democráticas". Sólo un perverso rechazaría la invitación. Ahora bien, si se recomendara "someter a los jueces al control del partido mayoritario", se advertiría que Cristina Kirchner no auspicia una mutación institucional más: intenta fundar una nueva juridicidad. De eso se trata la reforma judicial del kirchnerismo.

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La idea subyacente a esta remodelación es que los jueces constituyen una rémora oligárquica dentro del Estado democrático. Su poder no deriva del voto directo de la ciudadanía. Y, además, son seleccionados entre graduados de las facultades más tradicionalistas del sistema universitario. Que también ellos sean alcanzados por la onda igualitaria que avanza sobre la vida pública desde hace más de dos siglos parece un progreso objetivo.

Sin embargo, ese movimiento supondría la renuncia a una conquista estratégica de la civilización occidental. Esa conquista es la capacidad de cualquier ciudadano de oponer al poder una verdad.


En el núcleo de esta concepción hay un criterio: los resultados electorales son reglas de validez, no criterios de verdad. Es decir, quien gobierna lo hace porque tiene más votos, no porque tenga la razón. Pueden existir mayorías equivocadas. Sobre este principio se asientan el derecho a la crítica, corazón de la libertad de prensa, y la independencia del Poder Judicial.

Para no caer bajo el imperio de una mayoría ocasional, las sociedades abiertas ponen los derechos de las personas a resguardo de la autoridad derivada del voto. Una de las estrategias para lograrlo es confiar la interpretación de las leyes a una institución que esté menos expuesta a las fluctuaciones electorales: el Poder Judicial. Para esta visión, la naturaleza conservadora de la magistratura no es un vicio. Es una virtud.


Decir que no existe otra legitimidad que la del voto directo es decir que no hay otra voluntad respetable que la del líder ungido por las urnas. Cristina Kirchner profesa este prejuicio. Sugiere a los periodistas que la contradicen que armen un partido y se presenten en las elecciones. Y a los jueces que le frustraron el famoso 7-D los amenazó con asimilarlos a la Corte que convalidó el golpe del 30.


Cualquier contradicción al deseo del Poder Ejecutivo conspira contra la democracia. Carlos Menem presumía lo mismo cuando amplió la Corte para imponer una mayoría adicta. Rodolfo Barra, ideólogo del desembarco, escribió en 1989 que ese tribunal debía alinearse con las preferencias que el pueblo expresaba en los comicios.

Los proyectos que la Presidenta envió al Congreso son vigas maestras de este nuevo orden. Pretenden que los ciudadanos se allanen a la tiranía de una mayoría ocasional en cuyo nombre habla el caudillo. Su primer dispositivo es la elección popular de los representantes de los jueces, de los abogados y de los académicos del Consejo.

En su artículo 114, la Constitución Nacional establece que en ese instituto debe procurarse "el equilibrio entre la representación de los órganos políticos resultantes de la elección popular, de los jueces de todas las instancias y de los abogados de la matrícula federal". Agrega que "será integrado, asimismo, por otras personas del ámbito académico y científico". Es evidente que los constituyentes distinguieron entre consejeros cuya legitimidad deriva de las elecciones generales y consejeros elegidos por sus pares. Esa discriminación quiso garantizar aquello con lo que el kirchnerismo pretende arrasar: la autonomía del Consejo y, por lo tanto, de la Justicia, respecto de las oscilaciones del electorado.


Como sostuvieron en 2006 Horacio Verbitsky y Andrea Pochak, del CELS, "la legitimidad de los integrantes del Consejo está dada por diversas fuentes. [?] La legitimidad no proviene únicamente del voto popular". Cuatro años más tarde, el mismo Centro propuso que el organismo se democratice eligiendo a magistrados, abogados y académicos en comicios generales, con sistema D'Hont, pero sólo entre sus pares.


En cambio la Presidenta pretende que los jueces, abogados y académicos que aspiren a ser consejeros se incorporen a las listas de los partidos, que resultarán de una interna o del dedazo de un jefe político. Preguntas: ¿qué método se aplicará en el Frente para la Victoria para armar la boleta? ¿Esos consejeros representarán a sus colegas o a su agrupación electoral? Como escribió ayer el abogado Bernardo Saravia Frías, el proyecto del Gobierno "reemplaza la independencia judicial por la dependencia partidaria".


La segunda modificación relevante es que para remover a un magistrado ya no serán necesarios dos tercios de los consejeros. Bastará con la mitad más uno. Durante la reforma de 2005, un senador advirtió el riesgo al que quedaría sometida en ese caso la autodeterminación de los jueces: "La ley ha fijado sabiamente el criterio de dos tercios para la acusación de un magistrado y es, precisamente, en garantía del juez. No cualquier hecho puede provocar la acusación de un juez y su eventual destitución". Ese senador fue Miguel Pichetto, que ahora defiende lo contrario: que los magistrados sepan, cuando redactan un fallo, lo fácil que sería desplazarlos.

La limitación de las cautelares que suspendan decisiones del Estado es la tercera dimensión decisiva de esta revolución autoritaria. También aquí hacen su trabajo los reflejos condicionados del lenguaje. Cristina Kirchner denuncia que las cautelares benefician a "las corporaciones" que se rebelan contra las decisiones de la democracia. Es decir, del Gobierno. Es decir, de ella. ¿Quién derramaría una lágrima por esas "corporaciones" malditas?


El problema es que en el año 2001, por ejemplo, "las corporaciones" fueron los miles de ahorristas que consiguieron un amparo en contra del "corralito". Y tres años antes, eran los sindicatos que frenaron en la justicia laboral la flexibilización con que Menem trataba de salvar la convertibilidad.


Si se tiene en cuenta la extravagante arbitrariedad con que se administra la economía nacional, la limitación de las cautelares significa la "morenización" total de los mercados. ¿Qué empresa arriesgará una moneda en un país en el cual está vedado recurrir a los tribunales para protegerse de una disposición inconstitucional del Estado? Cristina Kirchner le está dando un mazazo final a la inversión.

El kirchnerismo protagoniza, otra vez, un festival de contradicciones. Hace siete años, reducía a 13 los miembros del Consejo porque "20 es una exageración". Ahora lo dejará en 19. Pero hasta 2015 serán 25.

Hace cinco meses reglamentó el per saltum para agilizar las causas. Y ahora, que pretende limitar los casos que llegan a la Corte, crea cámaras de casación para ralentizarlas.


Las desprolijidades se deben a que, como de costumbre, esta reforma no obedece a un vector teleológico. No pretende construir a partir de reglas generales un sistema judicial más aceptable. Fue pensada para remover los obstáculos que encontró la Presidenta en su avance sobre otras instituciones: los juzgados, el Banco Central, la prensa. Ya se sabe: la creatividad del kirchnerismo sólo florece en conflictos retroactivos. Otro vicio de esta iniciativa es la premura. ¿Por qué se está remodelando el Poder Judicial a libro cerrado? Sencillo: el mayor límite de la Presidenta es el tiempo.

Tiempo para vencer en sus batallas obsesivas. Tiempo para superar la barrera de 2015. Y, sobre todo, tiempo para cerrar las causas judiciales que amenazan a sus funcionarios.

El Gobierno quiere que los consejeros se elijan en las primarias. Especula con que en esos comicios presentará una lista única, frente a rivales atomizados. Advertido de que esos opositores podían unificar la boleta para el Consejo, ayer prohibió esa posibilidad corrigiendo el artículo 3 del proyecto. Fue el único cambio tolerado por la Casa Rosada.

La urgencia obliga a Cristina Kirchner a maniobras impresentables. No resiste un debate abierto. La máscara de la democratización, es decir, de una transferencia de poder a los ciudadanos, esconde mal su avasallamiento a la Justicia.


La prepotencia institucional ha logrado despertar a la oposición. La UCR y el FAP se niegan a participar de las reuniones de comisión, ya que no hay debate. ¿No convendría democratizar el Congreso? Ernesto Sanz habló de "totalitarismo". Los radicales coordinan con las demás fuerzas una convocatoria a la movilización. Y Jorge Yoma, aliado a Daniel Scioli, fisura el bloque oficialista negándose a una "iniciativa mussoliniana".

La Presidenta ordenó que su reforma debe estar aprobada el miércoles 17. El apuro puede ser una mala jugada. En las redes sociales se estaba organizando un cacerolazo para el día siguiente. Parece que ella se ha sumado a la convocatoria.


NOTA: Las imágenes y negritas no corresponden a la nota original.

martes, 9 de abril de 2013

FALLECIMIENTO DE OTRO PRESO POLÍTICO


Estimados Amigos:

A través del aviso de la Unión de Promociones hemos tomado conocimiento que el día domingo 07 de Abril de  2013 falleció el señor General de División (R)  Carlos Alberto MARTÍNEZ (Arma de Artillería - Perteneciente a la Promoción 75 del CMN), detenido como Preso Político y se hallaba bajo proceso judicial.


Con él, son ya 193 (ciento noventa y tres) los Camaradas fallecidos, pertenecientes a todas las Fuerzas Armadas, de Seguridad, Policiales y Penitenciarias; en el marco de este proceso de persecución, teñido de incontables irregularidades jurídicas y sistemática venganza.

Expresamos nuestras sentidas condolencias a todos sus familiares, alegados, compañeros de Promoción y amigos, rogándole al Señor, les conceda pronta y cristiana resignación. Pedimos a la sociedad argentina que en su próxima y  justa Protesta y Movilización, incorpore un también justo reclamo por la paz, concordia, justicia e historia completa dentro del marco de igualdad contra la ley.

Dadas las avanzadas edades y estados de salud de los Presos Políticos en la Argentina, estas lamentables noticias son cada vez más seguidas, lamentablemente casi son diarias. Una vez más levantamos nuestra voz hacia el poder de turno, no pueden continuar con esta matanza selectiva… es su obligación como presidente de todos los argentinos garantizar el debido proceso, la igualdad ante la ley y por sobre todo lograr la unión de la sociedad para superar las antinomias que después de casi 203 años aún nos mantienen divididos. Es hora de sin odios, ni venganzas, es hora de una mirada superadora.

Sinceramente,

Pacificación Nacional Definitiva
por una Nueva Década en Paz y para Siempre

LADRONES Y ASESINOS GENOCIDAS



“… se entenderá por ‘genocidio’ … c) Sometimiento
intencional del grupo a condiciones de existencia
que hayan de acarrear su destrucción física, total
 o parcial; …”. Artículo 6 del Estatuto de Roma

Al comenzar esta indignada nota, permítaseme reiterar la invitación a la charla que, con Carlos Manuel Acuña, daremos el miércoles 10, a las 19:00 hs., en Quintana 161, de la Ciudad de Buenos Aires. Digo ‘charla’ porque tendrá las características de una conversación abierta entre amigos, en la cual propondremos soluciones de cara al futuro, y discutirlas.

Ahora, a lo nuestro. ¿No le parece que lo que el Estado argentino, en todos sus niveles, hace con los más pobres e indefensos de nuestros ciudadanos encaja perfectamente en la definición? El Estatuto de Roma fue suscripto por la Argentina en 2004.


A ese grupo humano la insana e idiota política inmigratoria obliga a agregar ahora los pobladores de las villas de emergencia más populosas de nuestras grandes ciudades. Tampoco los tan declamados derechos de los pueblos originarios, condición falsamente atribuida a las tribus que invadieron el sur provenientes de Chile, se aplican a los coyas de la puna, a los tobas del noroeste ni a los qom de Formosa y el Chaco, que son destinatarios de la peor política de exterminio racial.


El populismo busca mantener en condiciones de vida infrahumanas a aquéllos susceptibles de transformarse en ‘clientes’ de intendentes, gobernadores y presidentes, y los subsidios y planes sólo consiguen evitar que mueran demasiado rápido, sin rendir, en sucesivos votos, los beneficios electorales anhelados. Que ello implique condenar a un millón de jóvenes a ser ‘ni’ –no trabajan ni estudian– y a pasar del ocio y de la falta de educación a la droga parece ser un daño menor y colateral.


Sin negar que ese flagelo –la corrupción– viene casi desde los orígenes de la patria, fue en los últimos diez años cuando, por haberse tratado de la década de mayor recaudación para el Estado en toda su historia, se alcanzó este nuevo hito. Analistas hablan de ingresos fiscales por la alucinante suma de US$ 400.000.000.000.= (cuatrocientos mil millones de dólares).


A pesar de eso, la ‘década ganada’ de los gobiernos de los Kirchner ha permitido que se deteriorara –en la práctica, que desapareciera– toda la infraestructura que tanto nos había costado conseguir. Comprobar este aserto resulta fácil: las rutas están destruidas y su estado cuesta 8000 muertos por año en accidentes, carecemos de una red de autopistas, nuestras ciudades se inundan y las previsibles catástrofes cada vez cuestan más vidas y bienes, los ferrocarriles se han transformado en trampas mortales y ofrecen comodidades dignas del ganado, los servicios públicos han dejado de funcionar, los puertos y canales de navegación están casi inutilizados por falta de dragado, los hospitales y escuelas carecen hasta de lo más elemental, los chicos no tienen clases, no hay dinero para pagar los sueldos de maestros, policías y gendarmes, y todos los otros males que usted mismo podrá agregar.


Como digo, nada de esto es nuevo, como tampoco lo sean los argentinos que realmente viven por debajo del límite de pobreza y de indigencia, o los que sólo obtienen trabajo no registrado, o ‘negro’. Pero lo que indigna, lo que subleva, lo que nos obliga a repensar la política y la forma en que nos comportamos frente a ella es que todo esto sucede después del período más largo de crecimiento, no sólo nacional sino de toda la región sudamericana, con la única excepción de Venezuela. Cuando se inventan feriados tan largos que permiten que el 2,5% de la población se tome vacaciones, ¿no se piensa en el 40% de empleados informales, que sólo cobran los días que trabajan?


Entonces, las preguntas se imponen. Si bien la política, según don Néstor (q.e.p.d.), requiere de mucho dinero, ¿era necesario robar tanto? Después de haberse quedado con los desaparecidos fondos de Santa Cruz, que hubieran permitido vivir como reyes hasta sus tataranietos, ¿era indispensable robar también la comida de los chicos, que nunca tendrán un cerebro apto para pensar? Si ya roban a los más pobres sus magros salarios en los casinos de todo el país, ¿también era necesario robar el dinero destinado aunque fuera sólo a conservar los trenes y los caminos? Si los bienes materiales que poseen –casas, hoteles, aviones, aviones, estancias inexplicables– son tantos, ¿también había que robar truchando medicamentos para los enfermos terminales? ¿Cómo puede justificarse que, para pagar los principescos sueldos de los chicos de la Cámpora, se sigan gastando más de dos millones de dólares diarios en Aerolíneas Argentinas? A la luz de lo que sucedió en La Plata, ¿no hubiera sido mejor destinar esa fortuna a construir obras hidráulicas, usinas, hospitales, escuelas y viviendas?


Si la Argentina, como vemos, depende tanto de sus exportaciones agropecuarias, ¿cómo no se cuidan y pavimentan los caminos necesarios para que la producción pueda trasladarse a los puertos? ¿Es necesario gastar la millonada que se destina a la publicidad de los inexistentes actos de gobierno, sean celestes, amarillos o naranjas, cuando las rutas nos cuestan por año muchísimas más muertes que la guerra de Malvinas? ¿Era necesario destinar a Tecnópolis los fondos que hubieran debido solucionar las inundaciones del río Salado? ¿Fue imprescindible que los caminos en Santa Cruz costaran cuatro veces más que en San Luis?


Si la Antártida y la soberanía nacional en ese continente son tan indispensables y esenciales para el futuro, ¿había que robar hasta el dinero necesario para mantener las bases argentinas que tenemos allí? Si el Ejército dispone de unidades especializadas en catástrofes bélicas, ¿fue necesario robar los fondos que hubieran permitido trasladarlas rápidamente a las zonas inundadas?


La inflación, que siempre castiga con más fuerza a las capas más bajas de la pirámide social, tiene una de sus más profundas causas en la indispensable importación de combustibles, un daño que nos costará décadas reparar, producto de la voluntad de los Kirchner de robarse YPF. ¿No se trata de un excesivo precio sólo para juntar más dinero? Si los más pobres son los que pagan el gas más caro, porque lo compran en garrafas, ¿era necesario robarse la plata destinada a los gasoductos? Si cada vez son más quienes carecen de vivienda, ¿era necesario que Bonafini, Schoklender y los funcionarios cómplices robaran tanto dinero destinado a casas para los más humildes?


Las valijas de Antonini Wilson, los vuelos de Southern Winds con drogas a España, el mantenimiento de la inexistente Lafsa, Guita-rrita Boudou y Ciccone, los subsidios de Ricardo Jaime y los Cirigliano, la embajada paralela en Venezuela, la ‘venta’ de bonos a Chávez, el injustificable crecimiento patrimonial de tantos funcionarios, la nueva colonización de Puerto Madero, las tierras fiscales del Calafate, los gobernadores feudales que viven en castillos mientras sus provincias se hunden en la miseria, la falta de radares en las fronteras del norte, Rudy Ulloa, Lázaro Báez, Cristóbal López, Electroingeniería, Ezkenazi, Whertein, Spolsky y su imperio multimediático, Bulgheroni, la Anses, el Banco Nación, el PAMI, el Banco Central y las AFJP’s, Micheli y su bolsa de dólares en el baño, son sólo botones de muestra de un inventario amplísimo.


Por estos hechos, y muchos más que no caben en la extensión de esta nota, doña Cristina, sus funcionarios y sus cómplices necesarios (los empresarios) deberán ser, irremisiblemente, juzgados cuando pierdan el poder. Y esta vez sí el Estatuto de Roma podrá ser usado para condenarlos, porque se tratará de una ley anterior al hecho. Para poder concretar esa ilusión y enderezar el rumbo de la Argentina, sólo hace falta una cosa: una Justicia seria, rápida, eficiente y, sobre todo, independiente. Con ella, todo será posible; sin ella, nada lo será. Esta será sólo una de las propuestas que discutiremos el miércoles 10, en la charla a la que, espero, pueda asistir.


Bs.As., 7 Abr 13

Enrique Guillermo Avogadro
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