sábado, 4 de enero de 2020

ILUSIONES DEL VIEJO Y DE LA VIEJA



"El misterio político más grande del Siglo XX
es el fracaso de Argentina como Nación".
Robert D. Crassweller 

A Alberto Fernández, que sueña con transformarse en el nuevo refundador de la Argentina, los papeles se le están quemando rápidamente, incluso en el ámbito externo, que ayer se complicó en serio. Forzado por la innegable influencia de su compañera de fórmula en el diseño de la política, está cayendo rápidamente en las mismas contradicciones que tanto nos perjudicaron.

Nos pide que dejemos de pensar en dólares pero, desde que asumió hace menos de un mes, ya imprimió un 12% más de pesos que, necesariamente, darán nuevos aires a la monumental inflación que padecemos. 

Pretende pagar llegar a un rápido arreglo con los acreedores y el FMI para evitar caer una vez más en default, pero parece ignorar que la voluntad de los Estados Unidos es determinante en el organismo. El ataque en Bagdad con misiles, que produjo la muerte de un jerarca del régimen iraní, Qassem Soleimani, demuestra que Donald Trump no bromea cuando se trata de combatir a su "eje del mal".

Ya el día anterior, la Casa Blanca había advertido que la posición de la Argentina con respecto a Evo Morales y el notorio reacercamiento con  Venezuela y Cuba tendría graves consecuencias en la relación bilateral. Sin embargo, inexplicablemente se autorizó a una línea aérea, que cubre la ruta Caracas-Teherán, a llegar a Buenos Aires; y lo digo porque, en la medida en que no parece racional desde el punto de vista comercial, falta conocer las verdaderas razones que la motivaron.

El Presidente declaró que Argentina sólo podrá hacer frente a sus compromisos externos cuando vuelva a crecer, y ha centrado sus expectativas en Vaca Muerta, que nos ha hecho recuperar la autosuficiencia energética, y en el artificial y populista impulso al consumo interno. Para que el yacimiento se transforme en un verdadero motor de ese necesario crecimiento, se requieren gigantescas inversiones internacionales para financiar su expansión; sin embargo, para que se concreten resultan esenciales tres condiciones: claras e inamovibles reglas de juego, rentabilidad y confianza, sobre todo en la Justicia.

Pero ninguna de ellas se da. Demostrando que padece una grave bipolaridad, el Gobierno interviene en el mercado energético, congela tarifas y modifica arbitrariamente esas reglas, mientras el impuestazo de la ley de "solidaridad y reactivación" deprime el consumo y destruye toda rentabilidad de las empresas. El ajuste sólo afecta al sector privado, ya que el gasto del Estado -incluyendo a los tres millones de jubilados sin aportes incorporados por Cristina Fernández al sistema- en todos sus niveles se ha incrementado de modo perverso. Con observar qué sucedió cuando se atrasaron demagógicamente los precios, resulta fácil predecir el futuro: más déficit fiscal, más cortes de suministro, más despilfarro, menos producción, más negociados, etc.

En la medida en que, como se ve, ninguna de las condiciones esenciales se cumple, los inversores escapan de la Argentina como de la peste y se van a buscar otros horizontes más amigables, con la improbable excepción de las siempre soñadas de China. La maraña de impuestos y costos agregados inviabilizan cualquier proyecto productivo y, así, el futuro de nuestra economía se percibe como cada vez más negro, y enterrará las aspiraciones personales de Alberto.

Y nadie desconoce el dominio que Cristina Fernández ha adquirido sobre la Justicia (con Carlos Zannini, Procurador del Tesoro y jefe de los abogados del Estado; Daniel Rafecas, Procurador General y cabeza de los fiscales; Juan Martín Mena, Secretario de Justicia; Gerónimo Ustarroz, Consejero de la Magistratura; Sabina Fréderic, Ministro de Seguridad; Félix Crous, titular de la Oficina Anticorrupción; Sergio Berni, Ministro de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires; etc.) con todo lo que ello implica en materia de inseguridad jurídica.

Nótese que ya Fréderic, el Gobernador Axel Kiciloff y hasta el propio Presidente calificaron a los juicios por corrupción que afectan a tantos funcionarios kirchneristas y empresarios como persecuciones políticas, y han llegado al gravísimo extremo de criticar las pericias que determinaron que Alberto Nisman fue asesinado y que Santiago Maldonado se ahogó.

Si Cristina Fernández sueña con la impunidad, al menos para sí misma y sus hijos, lo cierto es que no resultará posible; la ciudadanía movilizada no tolerará que esa ilusión se concrete y, si se intentara, produciría un verdadero estallido social. Pero aún si consiguiera aquí algo por el estilo, tampoco podrá moverse por el mundo, ya que hay causas instruidas en el extranjero, motivadas por los raros movimientos financieros realizados por nuestros ladrones en otros países, que no se cerrarán fácilmente y que le dificultarán esos desplazamientos.

Bs.As., 4 Ene 20

Enrique Guillermo Avogadro
Abogado

viernes, 3 de enero de 2020

SE CUMPLIERON 45 AÑOS DE LA MUERTE DEL AUTOR DE "LA IGLESIA CLANDESTINA"

Sacheri, o la verdad amable

El asesinato en 1974 del brillante filósofo católico puso fin a un magisterio espiritual que empezaba a proyectarse sobre la política del país en tiempos de violencia y discordia. La palabra de su biógrafo.

POR JORGE MARTÍNEZ 22.12.2019


Era un hombre cordial pero enérgico, admirado por su inteligencia y su erudición de tomista eximio, un conferencista incansable que viajó por todo el país (y también por Uruguay y Chile) dando charlas ante públicos diversos, y un católico valiente que no tuvo miedo de levantar la voz en tiempos aciagos. Ese compromiso extremo, ejemplar, le costó la vida en un sacrificio martirial que hoy pocos conocen, y menos aún valoran.

Aquello ocurrió hace hoy 45 años, el 22 de diciembre de 1974. Carlos Alberto Sacheri fue asesinado un mediodía de domingo en la localidad bonaerense de San Isidro, cuando volvía de misa en auto acompañado por su numerosa familia (era casado y tenía siete hijos). Una minúscula banda guerrillera de izquierda, la misma que dos meses antes había asesinado a otro pensador católico, Jordán Bruno Genta, se atribuyó el crimen. Que fue un crimen de odio religioso, así confesado por sus autores en una irreverente comunicación distribuida tiempo después del hecho.

De ese modo terminó, a los 41 años, la vida terrenal de Sacheri. En su legado intelectual quedaron dos libros decisivos, incontables publicaciones menores, varias de las cuales había tenido que firmar con seudónimo a modo de protección, y un persuasivo magisterio personal como profesor universitario, orientador académico y espiritual, y gestor de cursos, clases, publicaciones, institutos y entidades dirigidas a la difusión del bien, la verdad y la belleza, incluso en las horas más adversas, sobre todo en las horas más adversas.

Puesto que desde entonces quedó del lado políticamente incorrecto de la grieta ideológica, hoy no se alaba a Sacheri como el "intelectual comprometido" que fue. Su historia merece recordarse. A mediados de la tumultuosa década de 1960, después de perfeccionarse en universidades del exterior, el joven profesor regresó al país para emprender un auténtico apostolado. Dos peligros veía abatirse en esos años sobre las almas y las mentes de sus compatriotas. En la Iglesia, la desviación del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, que ganaba terreno y amenazaba con romper la unidad de la Fe, ante la aparente pasividad de las jerarquías eclesiásticas.

En las universidades, el avance de los ideólogos de izquierda que estaban logrando convertir a las cátedras en fábricas de combatientes por el socialismo.

Al primer mal Sacheri dedicó una solicitada dirigida a los obispos argentinos ("A nuestros padres en la fe") que apareció con su nombre y apellido en mayo de 1969 en dos de los principales diarios del país. Y que fue la semilla de lo que al año siguiente se convertiría en La Iglesia Clandestina, su libro más famoso, y la expresión más cabal de eso que su biógrafo, Héctor H. Hernández, llama la "vida pública" de Sacheri, el inicio de "una locura de reuniones, de conferencias, de proyectos, de viajes".

LA DENUNCIA

"Sacheri comprendió que en la Iglesia se jugaba en gran parte el destino de la Argentina y de Occidente -opina Hernández, autor del completísimo Sacheri, predicar y morir por la Argentina (Vórtice, 2007). Por eso hizo una denuncia totalmente bondadosa, pero firme y sin pelos en la lengua, con una tenacidad que le llevó a hablar en todo el país, en todos los auditorios, por todos los medios incluso televisivos y radiofónicos, disertando varias veces por semana y hasta por día, contra esos curas al revés que querían la conversión de la Iglesia al mundo en una especie de laicismo con palabrería clerical, y no la del mundo a la Iglesia. Y se puede decir que en la época venció a los tercermundistas, consiguiendo que los dirigentes argentinos de aquélla pusieran alguna firmeza en el asunto".

Al otro mal, la manipulación marxista de las universidades, Sacheri destinó su vida misma como profesor de Filosofía, carrera que había perfeccionado en Canadá bajo la guía del belga Charles de Koninck, un tomista de relevancia internacional, y que a partir de 1967, pese a las posibilidades que se le ofrecían en el extranjero, eligió continuar en el país. Aquí enseñó en la UCA y en la UBA (donde llegó a ser coordinador del área de ingreso a la universidad), con clases que merecieron el elogio de académicos como el Premio Nobel Bernardo Houssay, José Luis de Imaz (decía que en sus lecciones "se producía una ósmosis tremendamente curiosa" entre tema y expositor) o Carlos Escudé, de quien Sacheri fue director de tesis.

Ese apostolado personal también se manifestó en incontables charlas, conferencias y cátedras privadas para las que siempre encontraba tiempo pese a una ocupada vida profesional y familiar. (El doctor Jorge Ferro ha recordado, en una reciente entrevista filmada con Sebastián Randle, los cursos de lectura de la Suma Teológica que Sacheri aceptó darles durante un año a él y a un pequeño grupo de jóvenes que hacia 1972 se reunían una vez por semana, a la noche). No rechazaba ningún auditorio, ya fueran académico u obrero, militar o eclesiástico, propio o ajeno. Evitaba encerrarse en círculos y no le temía a la competencia de sus adversarios ideológicos, que justamente por eso veían en él a un enemigo peligroso, "porque sabía mucho y nunca se enojaba ni insultaba", según un testimonio recogido por Hernández. Tampoco le importaba el número de oyentes ("aunque haya dos personas, yo igual voy", solía repetir) ni la geografía donde demandaran su presencia.

TODO PARA TODOS

"Mi experiencia de los testimonios que he recogido es que los que hablaban de Sacheri se superaban a sí mismos en su capacidad de describir a una persona" -recuerda Hernández-. Lo entendían todos, convencía a todos, y nadie podía correrlo ni por derecha ni por izquierda. Todos lo reconocían como un intelectual valioso y como un tipazo. Alguien ha dicho de él que "hacía amable la verdad".

Su segundo libro, El orden natural (publicado inicialmente en 1972 con otro título), es una recopilación de artículos que habían aparecido a lo largo de 50 domingos en el diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca. En ellos Sacheri hizo un acertado compendio de la Doctrina Social de la Iglesia en momentos de confusión y fuga a los extremos ideológicos. "Creyó que había una tercera solución, ni liberal capitalista ni socialista sino de justicia social y patriotismo, para los problemas políticos" -observa Hernández-. Vio la practicidad salvadora y justiciera de la verdad y la justicia. El Orden natural y cristiano. Y reivindicó la misión del laico contra el clericalismo, cada vez mayor en la Iglesia, en "la instauración en Cristo de la sociedad".

Promediada la década de 1970, Sacheri era ya mucho más que un profesor universitario. La política nacional lo convocaba. Se había convertido en un "estratega" intelectual, en un "hombre nexo" entre sectores diversos y hasta enfrentados que buscaban salidas para un país que marchaba hacia un abismo de violencia y destrucción. Algunos pedían para él el Ministerio de Educación; otros lo consideraban el único "presidenciable" que podía ofrecer el catolicismo tradicional y nacionalista en una eventual etapa de recambio.

"En Sacheri confluían fuerzas de relativa importancia y él era muy convocante" -completa Hernández-. No dejaba los flancos que deja la llamada "derecha" y la llamada "izquierda". Si el político Sacheri hubiera sobrevivido y tomado posiciones en un nuevo gobierno, no necesariamente militar... porque podía darse tranquilamente otra salida, hubiera habido justicia social y política, sin desaparecidos seguramente, sin la deuda externa que fabricó (José Alfredo) Martínez de Hoz".

Las balas asesinas frustraron esa posibilidad. Sacheri murió, pero quedaron sus libros, sus artículos y el ejemplo que marcó a innumerables alumnos y discípulos. Lo atestigua un documento que Hernández encontró entre los papeles que atesoraba con devoción el padre de Sacheri. Era una nota firmada por un "Alumno anónimo de la UCA" que había salido en el número 3 de la revista Claustro. Algunas líneas que decían poco y lo decían todo. Decían esto: "Profesor Sacheri, lo quiero mucho. Le debo casi toda mi formación intelectual y una buena parte de mi visión del mundo. Lo quería, más que como un amigo, como a un padre que me había dado vida espiritual...".

Jorge Martínez
 @JorgeGMar

MONUMENTO AL DESCAMISADO, EL "COLOSO DE RODAS" PERONISTA QUE NUNCA LLEGÓ A ERIGIRSE



El triunfo de Perón sobre sus adversarios, el 17 de octubre 1945,  abrió una etapa marcada por el poder omnímodo y personalista del nuevo líder, quien se valió de prácticas represivas y corruptas para tratar de perpetuarse en el poder.

Los rasgos que distinguieron esa etapa fueron:

El culto a la personalidad

La figura del líder y de la que fuera declarada "Jefa Espiritual de la Nación" fue convertida en objeto de culto. Mediante una infatigable propaganda fueron ensalzadas las supuestas dotes del “primer trabajador” y “su esposa”, a quienes se les otorgaba la cualidad de conductores de la clase obrera argentina.

Simultáneamente se eliminó el más leve rastro que constituyese un testimonio de la actividad política de sus adversarios. Los manuales de historia fueron reescritos, las fotografías fueron trucadas, se alteraron hechos, lugares y protagonistas, potenciando la imagen del dictador y su primera dama, deslegitimando la de sus antagonistas.

El centralismo burocrático

La Constitución de 1949, que modificaba la de 1854, configuró un Estado totalitario en el que quedaba reforzado el poder del Partido Justicialista frente al resto de las instituciones, sus integrantes debían ser obligatoriamente militantes de aquel.

Nació un grupo constituido por varios cientos de miles de individuos que dirigieron la planificación económica y que creó una verdadera élite burocrática sumisa al dictador.

El coste de este sistema fue el veto o desaparición de los dirigentes más imaginativos e independientes, que fueron sustituidos por funcionarios sumisos, fanáticos y tendentes a uniformar la sociedad. A partir de 1949 se emprendió la persecución de los librepensadores. En su lugar se erigió como única tendencia oficial y reconocida el “paraíso del trabajador”.

El régimen de terror

El mecanismo utilizado por Perón para llevar a cabo su política y acallar las voces disidentes, fue el régimen de terror. Éste afectó a señalados líderes de la revolución, oficiales del ejército, cuadros, militantes de partidos políticos opositores, la Iglesia Católica, intelectuales y técnicos responsables de la planificación económica.
 
Las mayores purgas o depuraciones se desarrollaron durante la tercera presidencia de Perón (1973-1975).

El instrumento empleado para llevar a cabo la represión fue la Triple A, organización clandestina para-policial cuyo principal responsable fue José López Rega.

Esta organización clandestina era la encargada llevar a cabo las detenciones, interrogatorios y ejecuciones de aquellos considerados desafectos al régimen peronista.

Esas desapariciones y asesinatos de disidentes del peronismo jamás fueron investigadas. Es una deuda que el partido justicialista mantiene con la sociedad argentina… ellos se victimizaron e hicieron creer que el mal llamado “Terrorismo de Estado” se inició a partir del 24 de marzo de 1976… hoy los “Patos de la Boda” son los 2.367 miembros de las Fuerzas Legales de la Nación, quienes cumpliendo órdenes emanadas de los más altos niveles de conducción del estado  aniquilaron el accionar subversivo en la década de los ‛70.

Como empezamos hablando del culto personalista, más abajo le dejamos una nota para que aprecien el destino de república bananera que nos salvamos de ser, a no ser que la "arquitecta egipcia", nuevamente en el poder... sueñe con el "culto a los faraones patagónicos".


MONUMENTO AL DESCAMISADO, EL "COLOSO DE RODAS" PERONISTA QUE NUNCA LLEGÓ A ERIGIRSE


Germán Wille
25 de diciembre de 2019  • 07:34

Corrían los primeros años de la década del '50. El General Juan Domingo Perón había empezado su segundo mandato como presidente de Argentina. La imaginería del gobierno justicialista, con la exaltación de sus principios, de las figuras del trabajador, de Perón y de su esposa Evita, estaba presente a través de afiches, libros y diversos mecanismos de propaganda muy bien aceitados.

Pero hacía falta algo más. Una obra gigantesca, para la eternidad, que representara al mismo tiempo la trascendencia del justicialismo y la consolidación a través del arte de todos sus postulados doctrinarios. Con esa base nació la idea de construir lo que se conoció como "El Monumento al Descamisado".

El general Perón frente a la maqueta de la obra. El hombre de lentes es el escultor, Leone Tommasi  Fuente: Archivo

El proyecto de la gran obra establecía que en la zona de Recoleta por donde hoy se encuentra la Floralis Genérica - más conocida como la Flor Metálica- se iba a levantar una inmensa construcción de 137 metros de altura en honor a aquel trabajador fabril de raigambre popular bautizado descamisado por la liturgia justicialista. Además, en la base de este "coloso de Rodas" peronista se levantaría un templo laico circular con estatuas alegóricas y con escalinatas de acceso a la construcción de unos 100 metros de diámetro.

Tras la prematura muerte de la primera dama de la nación, en julio de 1952, el proyecto se transformaría en el "Monumento a Eva Perón". Aunque la estatua del legendario trabajador peronista no iba a modificarse, en el templo inferior se instalaría el sarcófago de la entonces llamada Jefa Espiritual de la Nación.

El 26 de julio de 1953, de la mano de Leone Tomassi, el escultor italiano encargado de realizar la obra, se inauguró en el Ministerio de Trabajo la muestra con la maqueta de lo que sería el monumento y sus adyacencias. Y a fines de abril de 1955, con la platea del emprendimiento ya realizada, el propio Perón dio la simbólica cucharada de mezcla inicial en la ceremonia que inauguraba la construcción de lo que sería el monumento más grande del mundo. Comenzaba a erigirse "la octava maravilla peronista".

Pero en septiembre de 1955, cuando el gobierno justicialista cayó derrocado por la autodenominada Revolución Libertadora, el Monumento a Eva Perón quedó en la nada absoluta.

El presidente Perón pone la primera cucharada de mezcla y se inaugura la construcción del monumento Fuente: Archivo

Las estatuas que ya habían sido hechas sufrieron destinos infames. "Algunas fueron mutiladas y arrojadas al Riachuelo, y otras que estaban en el taller italiano del escultor fueron destruidas por un comando paramilitar que envió hasta allí el gobierno golpista del '55", narra a LA NACION Oscar Andrés De Masi, abogado y especialista en patrimonio y monumentos.

El emplazamiento del coloso

El primer proyecto de la estatua para honrar al descamisado se remonta a octubre de 1946. Según un libro de próxima publicación de los periodistas e historiadores Hugo Gambini y Ariel Kocik, en esa fecha se aprobó en el parlamento la construcción del monumento, aunque no planeado con las dimensiones que se le dieron después.

Plaza Rubén Darío, en la esquina de Figueroa Alcorta y Austria, el lugar donde se hubiera erigido el monumento Fuente: LA NACION - Crédito: Fernando Massobrio


Además, se esperaba colocar el emprendimiento en la Plaza de Mayo. En 1949, otra ley trasladaba el monumento a la Avenida de Mayo y 9 de Julio. Finalmente, se decidió que el coloso peronista -y el mausoleo de Evita que estaría a sus pies- se instalaría en un predio de la Recoleta.

El lugar aproximado donde estaría establecido el coloso es en la zona de la actual Plaza Rubén Darío, esto es, en el área comprendida entre las Avenidas del Libertador y Figueroa Alcorta, la calle Austria y el Museo Nacional de Bellas Artes.

La maqueta panorámica del monumento: 1 es la Facultad de Derecho; 2, la residencia presidencial y 3, el edificio del Automóvil Club Argentino Fuente: Archivo - Crédito: Diario Democracia

Según razona De Masi en el libro "Monumento a Eva Perón", el lugar elegido puede tener que ver con que, por una parte, por la altura de la construcción podía erigirse como una suerte de faro, y por ello se había buscado un lugar próximo al río.

Por otro lado, se puede inferir que también influyó en su ubicación la cercanía del emprendimiento con lo que por entonces era la Residencia Presidencial, el sitio en el que Eva Perón había exhalado su último aliento, y donde hoy -luego de que esa residencia fuera demolida por la Revolución Libertadora- se levanta la Biblioteca Nacional. El monumento estaría exactamente enfrente, en línea recta a la que fuera la vivienda de Perón y Evita.

Otro sector del predio donde estaría el Descamisado deja ver, de fondo, la torre de la TV Pública Fuente: LA NACION - Crédito: Fernando Massobrio

Una red alimentadora de cables de alta tensión y dos cañerías maestras de Obras Sanitarias de la Nación que se encontraron en la excavación del terreno produjeron varias demoras. Luego, se colocó para la base de la obra un reticulado de hierro de alta resistencia donde se volcaron 4000 metros cúbicos de hormigón. Había que tener en cuenta que la flamante platea debía ser lo suficientemente fuerte para soportar las 42.000 toneladas del peso de la totalidad del monumento.

La platea de la obra estaba preparada para resistir las 42.000 toneladas del monumento Crédito: La Prensa

La construcción de la obra estaría a cargo de la empresa alemana Wayss & Freitag, que ganó una licitación a la que se habían presentado unas 19 firmas.

El escultor

El hombre elegido para realizar la megaobra fue Leon o Leone Tommasi, un italiano nacido en Pietrasanta, costa norte de Toscana, en 1903. Este artista había realizado obras escultóricas que se habían instalado en el edificio de la Fundación Eva Perón, donde actualmente funciona la Facultad de Ingeniería.

El arquitecto italiano Leone Tommasi esculpía el mármol en un taller de su país y en otro en San Isidro hacía los moldes Crédito: Genitleza MuSA Pietrasanta

Especialista en trabajos en mármol - en el jardín botánico porteño hay esculturas de su autoría-, este artista realizó la primera maqueta de la obra en 1951, y se la presentó a la misma Eva Perón, que la aprobó, pero, según decían los diarios de la época, realizando algunas sugerencias.

A contramano -o no- de la legendaria frase atribuida al general Perón, "Si querés que algo no funcione, creá una comisión", el monumento al descamisado tenía su propia Comisión de seguimiento. Encabezada por la Senadora Juana Larrauri, y en la que participaban, entre otros, el diputado Héctor Cámpora y el Subsecretario de Informaciones de la Presidencia de la Nación, Raúl Alejandro Apold -hombre clave en la maquinaria de propaganda justicialista-, esta comisión organizó un viaje hasta Pietrasanta para realizar el seguimiento de los trabajos de Tommasi.

Leone Tommasi trabaja con la maqueta del Descamisado Fuente: Archivo - Crédito: Diario Democracia

El escultor alternaba sus tareas entre el taller que tenía en su tierra natal y uno que había montado aquí en San Isidro. Según De Masi, en la Argentina el artista realizaba los modelos de arcilla y yeso, mientras que en Italia trajinaba el mármol, proveniente de una localidad próxima a Pietrasanta llamada Carrara.

Los derechos del trabajador Crédito: Sammartino Ediciones

El exorbitante costo de la obra, que se calculaba entonces en 400 millones de pesos, fue uno de los cuestionamientos que tuvo el monumento en la opinión pública, especialmente luego de la caída del gobierno justicialista. Pero otro de los planteos negativos que se le hacía era el por qué se había elegido un escultor extranjero para realizarla. Al respecto, De Masi señala que en aquel tiempo se le atribuía a Apold una reflexión, que le expuso a Perón: "¿Habrá escultores buenos que sean peronistas?". A lo que el General habría contestado con desencanto: "Ése es el miedo que tengo."

Reconstrucción 3D del Monumento - Gentileza: Laboratorio di Robotica Percettiva PERCRO, Istituto TeCIP, Scuola Superiore Sant'Anna, Pisa, Italia03:59

Detalles de la obra

El conjunto arquitectónico completo mediría una vez y media más que la Estatua de la Libertad neoyorquina y tres veces más que el Cristo Redentor carioca. "La grandiosidad de la obra será el testimonio permanente de la exaltación que la Nueva Argentina hace del recuerdo de su Abanderada", decía el folleto de presentación del monumento distribuído en 1955 por la Secretaría de Prensa y Difusión de la Nación.

El inmenso descamisado que coronaba esta construcción -según la maqueta- presentaba el rostro adusto mirando al horizonte, la camisa abierta hasta la cintura con el recio pecho al aire y los puños apretados a ambos lados de su cintura. Estaba realizado mediante "una estructura compleja, hueca, revestida en chapas de cobre batido y patinado, muy similar a la estatua de la libertad", señala De Massi.

El monumento sería 46 metros más alto que la Estatua de la Libertad y casi 100 metros más que el Cristo Redentor Fuente: Archivo

Desde una escalera helicoidal interna, se podría llegar hasta la cabeza de la estatua y también se establecían paradas intermedias de observación panorámica de la ciudad, como una terraza enclavada en el yunque que formaba parte de la obra.

El templo/mausoleo de la base concentraba los preceptos del ideario justicialista. "Cada una de sus partes simbolizará la obra titánica de Perón, el fuego de la Revolución de Octubre", explicaba el folleto de la época.

La galería circular externa tendría 16 columnas con una estatua de 4,5 metros de altura en cada una, de una sola pieza en mármol, que representaban los postulados doctrinarios peronistas: entre otros, la justicia social, la solidaridad, los únicos privilegiados son los niños. En el mismo conjunto escultórico había una alegoría a La razón de mi vida, y dos imágenes de Perón: el Coronel y el Conductor.

Según cuenta Ariel Kocik, un informe realizado por una comisión investigadora de los gastos y posibles malversaciones del peronismo conformada por el gobierno de la autoproclamada Revolución Libertadora consignó que el precio de cada una de estas estatuas, sin contar el trabajo del escultor, era de unos US$ 50.000.

La escultura de Eva con las representaciones del trabajo manual y el intelectual estaría dentro del mausoleo Crédito: Sammartino Ediciones

Las tres puertas de acceso al templo, inmensas, de bronce y con imágenes en bajorrelieve representarían los tres principios para la Argentina que inflaman el discurso de justicialistas de otrora y de hoy, cuando braman por una patria socialmente justa, económicamente libre y políticamente soberana.

En el salón principal, revestido en mármol, de pavimento y columnas de granito rojo, se encontraría una estatua de Eva Perón, acompañada de dos esculturas alegóricas, las del trabajo manual e intelectual.

La razón de mi vida, una de las estatuas alegóricas que rodearían el templo Crédito: Sammartino Ediciones

Por encima de las columnas, una inscripción en letras mayúsculas ocuparía toda la circunferencia del templo: "Hubo al lado de Perón una mujer que se dedicó a llevarle al presidente la esperanza del Pueblo, que luego Perón convertía en realidad. De aquella mujer solo sabemos que el Pueblo la llamaba cariñosamente Evita". La extensión de la cita da cuenta del importante diámetro interno del mausoleo.

La luz cenital llegaría hasta el subsuelo, para iluminar el sarcófago de Eva Perón Crédito: Sammartino Ediciones


El sarcófago de Eva Perón

"En su viaje por Europa en 1947, cuando visitó París, Eva se impresionó con el Palacio Nacional de los Inválidos y con el mausoleo de Napoleón que se encuentra allí dentro. Se le ocurrió que podía hacer lo mismo acá, una especie de monumento funerario en honor del descamisado desconocido", cuenta a LA NACION el orfebre Juan Carlos Pallarols.

Lo que esa mujer no sabía en ese momento era que aquel mausoleo pensado para el descamisado anónimo se transformaría luego de su muerte en su propio templo para el postrero reposo. El proyecto emplazaba el sarcófago de la Jefa Espiritual de la Nación en un subsuelo del mausoleo, iluminado por una luz cenital.

Mascarilla original de Eva Perón, en el taller de Juan Carlos Pallarols hijo Fuente: LA NACION - Crédito: Patricio Pidal

Se planificó que dicho sepulcro estaría tallado en cristal de roca, y llevaría una cubierta con la imagen de una Eva Perón yacente trabajada en plata, un modelo que sería la réplica exacta del cuerpo de la líder, realizado por Juan Carlos Pallarols padre. "Mi papá trabajaba con el cadáver, que estaba en el subsuelo de la CGT, para hacer el molde que luego reproduciría en plata -cuenta hoy el hijo del artista-. El cuerpo de Eva estaba tan consumido luego de su enfermedad, que para hacer la mascarilla de la cara había que darle volumen inyectándole parafina caliente en la nariz y las mejillas".

El sarcófago de Eva Perón estaba en el subsuelo del mausoleo Crédito: Sammartino Ediciones

"Mi papá era famoso porque moldeaba la plata a mano, como un chapista. La lámina de ese metal precioso para Eva medía dos metros por ochenta, y tenía un espesor de un 1,2 milímetros", cuenta Pallarols hijo. Como un detalle, el orfebre añade: "La idea era que cada 26 de julio -fecha de muerte de la líder justicialista- la cubierta de plata se levantara con unas cadenas y quedara en exposición el cuerpo real embalsamado de Evita".

La tapa del sarcófago estaba preparado para levantarse y dejar a la vista el cuerpo de Eva Fuente: LA NACION - Crédito: Patricio Pidal

El dato de que el cadáver se exhibiera "es revelador de una tremenda pulsión mística en el monumento y permite su exhibición ritual, al modo de los santos y santas de la iglesia expuestas, de tanto en tanto, en fiestas y procesiones", señala De Masi en el citado libro Monumento a Eva Perón.

La caída

El Coloso de Rodas, aquella majestuosa estatua -una de las siete maravillas del mundo antiguo- que custodiaba el acceso portuario a la mencionada isla griega, sucumbió en el año 226 antes de cristo a causa de un maremoto. El gran descamisado justicialista cayó, aún antes de erigirse, a causa de la furia antiperonista que trajo consigo la autorrotulada Revolución Libertadora.

El decreto ley 4161 del nuevo gobierno de facto buscaba de manera contundente la "desperonización" del país. Se prohibía hacer mención de los nombres de Perón y Eva Perón y también utilizar cualquier imagen, símbolo o elemento que remitiera al justicialismo, so pena de pasar de 30 días a seis años en prisión.

La maqueta fue rota en partes y escondida en manteles y paneras del Café Tortoni Fuente: LA NACION - Crédito: Patricio Pidal

En ese contexto persecutorio y opresivo, Pallarols cuenta lo que hizo su padre: "Rompió la maqueta de yeso de Eva en pedazos y los envolvió en manteles y en canastas de pan del Café Tortoni, porque mis abuelos eran los dueños de ese lugar, y se embaló todo para preservarlo. Y la parte de plata la cortó en pedacitos, la fundió y la vendió para pagar parte de los gastos".

Con la intempestiva interrupción del Monumento a Eva Perón, el orfebre, que no había querido recibir ningún pago por adelantado por su trabajo, quedó en la ruina económica absoluta. Con el tiempo y el trabajo, los Pallarols se recuperaron, e incluso en 1983 reconstruyeron el molde de la Eva yacente, que se encuentra ahora en el taller que Juan Carlos hijo tiene en San Telmo.

Los derechos del trabajador y la razón de mi vida, dos de las esculturas sobrevivientes del Monumento al Descamisado están en el Museo "17 de octubre" Fuente: LA NACION - Crédito: Victoria Gesualdi/AFV

En tanto, muchas de las estatuas que integraban el monumento fueron destruidas, y otras arrojadas al Riachuelo. Dos de ellas, la que representa La razón de mi vida y la de Los derechos del trabajador, están actualmente en la que fuera la quinta de fin de semana del matrimonio de Perón y Eva, en la localidad de San Vicente, en el lugar que se convirtió en el "Museo 17 de octubre", y donde hoy, además, yacen los restos del líder justicialista.

"Esas estatuas las rescató en su momento la municipalidad de Lomas de Zamora, con una intervención del Intendente Bruno Tavano y personal del Museo local", señala De Masi. En estos casos, las esculturas que representan a la Eva sosteniendo La Razón de mi vida y a Perón, acompañando a un trabajador, se encuentran decapitadas.

El resto de las estatuas del monumento nunca llegaron a esculpirse, o fueron destruidas o extraviadas. Lo poco que se había construido en el emplazamiento de la Recoleta, en las proximidades de la Flor Solar, fue demolido.

La figura decapitada de Eva Perón sostiene el libro La Razón de mi vida Fuente: LA NACION - Crédito: Victoria Gesualdi/AFV

El proyecto del Monumento al Descamisado -luego a Eva Perón-, una obra épica, la más grande del mundo, que reflejaría la magnificencia de la Nueva Argentina del gobierno peronista, quedaba así convertida en un mero sueño, condenado a la destrucción y al olvido.

Por: Germán Wille



JUECES Y ESPÍAS, BOTÍN DEL PULSO ENTRE CFK Y ALBERTO FERNÁNDEZ


La nueva vicepresidenta y presidente argentinos acaparan parcelas estratégicas de poder

Alberto Fernandez y Cristina Fernández de Kirchner , tras la toma de posesión de la presidencia argentina

Por Carmen de Carlos
Actualizado: 01/01/2020 01:59 horas

La nueva Argentina de los Fernández (Alberto y Cristina) se parece bastante a la vieja del kirchnerismo aunque no es la misma. La de hoy asiste, empobrecida y en clima de revancha, al reparto -o conquista- de sibilinas cuotas de poder donde el botín de guerra es el control de jueces y espías. Los primeros tienen en su mano el futuro de la única mujer en el mundo que llegó a la vicepresidencia con una colección de procesamientos -y órdenes de detención- sin precedente en la historia universal. Los otros, los del servicio de inteligencia, son los dueños y custodios de las «carpetas» de «Alberto y Cristina», de los informes oscuros de políticos, magistrados y resto de los mortales que pintan algo en esta Argentina desdibujada.

Cristina Fernández ordenó una investigación sobre la actuación de Gabriela Michetti, su antecesora como titular del Senado, puesto indisoluble al de vicepresidente. De paso, pidió que se anulase «en forma urgente» la orden de detención en su contra en el marco de la causa de los «cuadernos de la corrupción» o del chofer, donde está registrado, de puño y letra de un conductor oficial, el circuito de sobornos «K» con nombres y apellidos (el suyo entre otros), confesados por empresarios arrepentidos. A su vez, la ministra de Seguridad, Sabina Frederick anunció que se revisará el informe de Gendarmería Nacional que estableció que la muerte del fiscal Alberto Nisman (el que acusó a Cristina Fernández de encubrimiento a los responsables del atentado a la AMIA) fue un asesinato. La sucesora de Patricia Bullrich, en una Cartera de alta sensibilidad, también propuso revisar la actuación de este cuerpo de Seguridad en la muerte de Santiago Maldonado, un activista y artesano aliado de los mapuches que se ahogó en el río (no sabía nadar) al huir de los agentes tras cortar una carretera. El objetivo es reescribir la historia, según el guión de Cristina Fernández.

Gente peligrosa

El diputado Waldo Wolf no dudo al advertir, «estamos en manos de gente peligrosa», y exigió que se respete la división de poderes. La exministra Bullrich criticó a su sucesora al considerar que pretende imponer «la obediencia debida» para que «el subordinado haga lo que dice el jefe». Pablo Lanussee, exfiscal y actual abogado de la familia de Nisman, se negó a que Frederic remueva más la muerte de su colega cuando ya hay un informe realizado por orden judicial que determinó su asesinato.

Héctor Gambini resumía, con un afrase en «Clarín», el objetivo prioritario de la viuda de Néstor Kirchner: «… Licuar sus propios procesamientos, salvar a sus hijos y barrer a los jueces díscolos». Entre estos, el primero en la lista es el juez federal Claudio Bonadío. Impermeable a las amenazas y pese a estar en condiciones de ejecutar su jubilación, prefiere arriesgarse a un juicio político antes de abandonar las tres causas de Cristina Kirchner que tiene pendientes. «No va a descansar hasta que las eleve a juicio oral», observa una fuente de su entorno.

La expresidenta parece ir por buen camino para lograr su impunidad pero éste es largo y el banquillo la aguarda. En caso de que su plan se truncara, el presidente (ésta sería su única arma para controlarla) sería el único que podría salvarla con un indulto. Pero, la mancha sería indeleble y eso es, especialmente, lo que la viuda de Néstor Kirchner quiere evitar.

Para cumplir con una misión en la que se juega la vida en libertad, CFK, siglas por las que también se conoce a la mujer que más poder concentró en Argentina, ya tiene a su favor a la mayoría del Consejo de la Magistratura, equivalente al Consejo General del Poder Judicial, donde los jueces (los que la acusan y los que podrían hacerlo) cambian la butaca por el banquillo. El gremio judicial, en su mayoría bajo sospecha, entiende el mensaje. Antes de recibir una citación al patíbulo no sería extraño (sucedió hace pocos días) que la expresidente fuera sobreseída, si no en todas, en algunas de las causas más graves.

La vicepresidenta parece tener el control, por sí misma y a través de sus leales, de buena parte del Poder Judicial y, al menos de momento, también en Inteligencia, a través de la interventora, Cristina Caamaño. Presidenta de Justicia Legítima, el órgano «ultra K» de jueces está pasando el rastrillo a «los servicios» que tienen, con los jueces, la llave del poder. El presidente, Alberto Fernández, no se anima a nombrar un titular todavía, extremo que se interpreta como parte de la «pulseada» que mantiene con su vicepresidenta.

En un resumen rápido, por ahora, se podría decir que ella gana terreno en esos campos claves del poder. Gambini lo resume, al recordar que el «Viceministro de Justicia, Juan Martín Mena, era número dos de la ex SIDE (Secretaria de Inteligencia) cuando hallaron muerto a Nisman», que Carlos Zanini (procesado con la expresidenta en la causa de encubrimiento de AMIA) es hoy procurador del Tesoro (Abogacía del Estado) o que Daniel Rafecas, el juez que dio carpetazo a la denuncia de Nisman (sin tiempo material para leerla) será el flamante Procurador General de la Nación (Fiscal General).

jueves, 2 de enero de 2020

PLAN DE DEFENSA PERONISTA/KICHNERISTA 2019-2023

En las palabras del Ministro A. Rossi:

HUELGA DE HAMBRE DE UN PRESO POLÍTICO


Drástica decisión de un preso político: el Teniente Primero Gustavo De Marchi, de 71 años, anunció que cumple una huelga de hambre, sin alimentos ni medicamentos, hasta su muerte

30 Diciembre 2019

El motivo es la permanente violación a nuestra Constitución Nacional, códigos de Rito de fondo y forma como también las expresas leyes N° 27.360, 27.362, 26.200 (en especial art. 13) y demás leyes y tratados Internacionales de Derechos Humanos que someten a provectos ancianos[1] a prisiones preventivas In eternum –sin condenas firmes-, como adelanto de condena procesal en los ilegítimos, ilegales procesos mal denominados de “lesa humanidad” que fusilan el art. 18 de nuestra Carta Magna.


Más grave aún la conculcación de la resolución 002/2019 de la “BICAMERAL de MANITOREO…”, que con fuerza de ley obligatoria para todos los Tribunales Federales de la Nación Argentina; resolución que fue aplicada por los Tribunales citados “A DESTAJO” para con los políticos y funcionarios presos por delitos de corrupción, como también para infinidad de delincuentes comunes, pero no a los provectos ancianos “PRISIONEROS DE GUERRA” “DE LA DÉCADA SANGRIENTA” de los setenta del siglo pasado. Semejante iniquidad con temeridad y malicia, máxima sibilina sevicia que constituye el icono mundial a la arbitrariedad judicial en paralelo a la nefanda discriminación, que aniquila el Principio de igualdad ante la Ley –consagrado en el art 16 de la Constitución Nacional.


“VIVIR CON HONOR O MORIR CON GLORIA”, “EL QUE NO LUCHA POR SUS DERECHOS, NO TIENE DERECHO A TENERLOS”. “EL PUDOR DE LOS HIPOCRITAS, ES LA PELUCA DE SU CALVICIE MORAL, LA PATRIA ANTES,… LA PATRIA SIEMPRE “JESUCRISTO Y TODA LA ARGENTINA NOS ESTÁN MIRANDO” ¡¡¡“ARGENTINA”… AMELA O DEJELA”!!!

Tte 1ro I – Parac –EA – (R) Don Gustavo Ramón De Marchi






NOTA: Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.