viernes, 23 de septiembre de 2016

MUERTOS SIN JUSTICIA


Días después de conmemorar el 15° aniversario del ataque al Pentágono y a las Torres Gemelas, varias explosiones en los Estados Unidos fueron objeto de la atención por parte de la prensa internacional, cuando todavía retumban en el mundo los atentados de Francia, Bélgica, Turquía, Tailandia y Alemania. Cada bomba significa conmoción, pero no memoria en el caso del ciudadano argentino. El argentino no recuerda cuando los estruendos se daban en Salta, Córdoba, Buenos Aires o Tucumán, y las víctimas eran la sociedad civil y distintas instituciones de la Nación. El blanco de esos ataques fueron las fuerzas policiales, armadas y de seguridad, el juez Quiroga -que debía juzgar a terroristas que operaban en el territorio argentino- y miles de argentinos, cuyas vidas fueron truncadas.


Quienes derrotaron al terrorismo local son pagados con la muerte. Las leyes, los derechos humanos, la avanzada edad, los certificados médicos, no existen para la justicia argentina. El coronel (R) Fiorini y el juez Roca fueron los presos políticos número 376 y 377 muertos sin justicia. Quienes integraban el Tribunal Oral Federal en la megacausa III que los juzgaba fueron miembros de la agrupación terrorista Ejército Revolucionario del Pueblo.

Coronel Cayetano Fiorini, asistido para poder caminar sin ver 

David San Román
DNI 36.346.156


NOTA: Las imágenes no corresponden a la nota original.

jueves, 22 de septiembre de 2016

ALGUIEN DEBÍA PAGAR

Si fuera profesor en la Facultad de Derecho les preguntaría a mis alumnos: qué pasa si un joven uniformado es enviado a un control vehicular y durante el mismo recibe dos disparos desde una motocicleta que lo dejan al borde de la muerte. Qué pasa si los médicos del hospital donde ingresa testifican que lo hace vestido de uniforme y gravemente herido. Qué pasa si a quince cuadras de ahí, ese mismo día, se produce un enfrentamiento entre dos grupos armados, ambos vestidos de civil según testigos de la época. Qué pasa si al día siguiente, un comunicado de la institución a la que pertenece el joven uniformado lo condecora por haber sido herido en el cumplimiento de su deber, sin agregar nada más. Qué pasa si 40 años más tarde, los familiares de las víctimas de uno de los grupos enfrentados aquel día, al no hallar otros responsables con vida, acusan al joven del asesinato de uno de ellos, y del secuestro seguido de muerte del otro. Qué pasa si sólo presentan como prueba la condecoración que coincide en fecha y localidad. ¿Y si les dijera que ese joven uniformado era militar, y aquella la década del 70? Entonces un alumno respondió: si quienes buscan justicia la encuentran en un inocente, no sólo nunca la tendrán sino que nunca estarán en paz. Me dio esperanzas... sobre todo porque no soy profesor en la Facultad de Derecho, y nunca conocí a ese alumno. Sólo soy el hijo de aquel joven uniformado, en busca de justicia desde hace ocho años.


Eduardo Alfonso (h.)



NOTA: La imagen no corresponde a la nota original.

REMOCIÓN JUEZ RAFECAS



martes, 20 de septiembre de 2016

ES MOMENTO DE UNA FUERTE AUTOCRÍTICA

16 de Septiembre 2011

Por Mauricio Ortin, profesor de Filosofía (UNSa)

La Argentina no tiene política de seguridad. Pero no es que no la tiene porque el Gobierno no quiera tenerla. No la tiene porque Gobierno y oposición están presos de la incoherencia de pensar como “progres” y actuar como capitalistas. El marxismo militante, antes de la implosión y derrumbe del mundo socialista, todavía creía que la revolución era posible. Pero cayó el velo y la realidad ya no pudo ocultarse.


En la URSS, China, Corea, Camboya, Alemania del Este, Polonia y demás países-prisiones comunistas, dictaduras feroces y genocidas, redujeron a las personas a la condición de esclavos. El terror estatal fue eficiente y la única política de seguridad. En nombre del pueblo y la clase proletaria, el comunismo asesinó a cien millones de personas y condenó a una vida miserable a generaciones enteras.

En América Latina, también el comunismo hizo su ensayo de tomar el poder (Fidel Castro, públicamente, afirmó que, salvo en México, lo intentaron en todos los países). En el nuestro, en particular, ello tuvo lugar en la década del 60 y, principalmente, en la del 70, cuando las organizaciones armadas marxistas declararon e hicieron la guerra al Estado nacional (conducido, por entonces, por el Partido Justicialista y sus aliados).



Son de Juan Domingo Perón las escalofriantes palabras que siguen: “(...) el repudio unánime de la ciudadanía hará que el reducido número de psicópatas que van quedando sea exterminado uno a uno para bien de la República” (en una carta dirigida a los oficiales, suboficiales y soldados de la Guarnición Azul que habían sido atacados por el ERP).

También, por cadena nacional (20/1/74) y vestido con su uniforme de general, manifestó: “Ya no se trata de contiendas políticas parciales, sino de poner coto a la acción criminal que atenta contra la existencia misma de la patria y sus instituciones, y que es preciso destruir antes de que nuestra debilidad produzca males que puedan llegar a ser irreparables en el futuro”.

Pero si alguna duda quedaba, Perón se encargó de disiparla designando jefe de la Policía Federal al comisario Alberto Villar (jefe de la Federal, durante el gobierno de facto de Lanusse). Los trascendidos periodísticos cuentan que Villar no aceptó en la primera instancia. “No soy peronista”, se justificó ante el presidente. A lo que Perón, hábilmente, respondió que lo convocaba no por peronista, sino porque “la Patria lo necesita”. (El comisario Alberto Villar y su señora, meses después, fueron asesinados cuando Montoneros hizo volar la lancha en la que se desplazaban).

El Congreso Nacional no quiso ser menos. Los mismos legisladores que meses atrás habían derogado las leyes del gobierno militar contra los actos subversivos se disponían a aprobar otras mucho más duras. Mas, estas, según parece, no bastaron; porque el gobierno justicialista dio la orden y “carta blanca” a las Fuerzas Armadas para que se hicieran cargo de aniquilar a la subversión[1].


Esto es, técnicamente, sin dar cuenta a los jueces jurisdiccionales y/o a los legisladores nacionales, de las acciones de combate, toma de prisioneros, muertos, interrogatorios, etc., que surgían del estricto acatamiento de lo ordenado en cuestión. Ninguna autoridad pública, magistrado, ministro o parlamentario se opuso a la voluntad del gobierno peronista. Ni Eugenio Raúl Zaffaroni[2], quien por ese entonces ya era juez y siguió siéndolo durante el gobierno militar.

Hoy, “otros gallos cantan”. El Gobierno nacional peronista honra y enaltece a los que Perón llamaba “psicópatas que hay que exterminar”, y condena, juzga y persigue a los militares y policías a los que Perón, Isabel, Luder, Videla, Viola, Galtieri y Bignone habían utilizado como exterminadores. El peronismo debiera hacer una autocrítica severa sobre la responsabilidad que le cabe en la represión terrorista y contraterrorista de los últimos cuarenta años. Porque, señores peronistas, ustedes son cualquier cosa, menos víctimas.


NOTA: La presente nota fue escrita en 2011, sin embargo mantiene una vigencia aterradora. No aprendemos de nuestros errores, persistimos en ellos.

Las imágenes, destacados y referencias no corresponden a la nota original.



[1] Todas las declaraciones altisonantes de los representantes del pueblo de esa época se encuentran transcriptas en el libro de sesiones de la Cámara de Diputados.
[2] Siendo juez del Proceso de Reorganización Nacional jamás cursó un habeas corpus. En 1976 Zaffaroni juró fidelidad a los objetivos básicos y al estatuto del Proceso de Reorganización Nacional. En su libro Derecho Penal Militar,  publicado en 1980, justificaba la represión e inclusive “la muerte del delincuente”.

200 AÑOS HAN PASADO Y SEGUIMOS COMO ENTONCES… ¿HASTA CUÁNDO?

Vivimos en un mundo donde la técnica y la ciencia prevalecen, donde todo cambia, en un mundo que se admira ante la eficiencia y las conquistas concretas en donde las comunicaciones y el dialogo ejercen un importantísimo papel en las relaciones humanas.


Estos, y variados temas más deberían convocarnos a un debate colectivo, en donde la participación y el protagonismo individual y comunitario tendrían que constituirse en el principal componente… pero lamentablemente hoy, como en 1816, los argentinos seguimos sin coincidir ideológicamente en cuanto al tipo de país que pretendemos forjar…

Leemos o escuchamos a diario que amplios sectores de nuestra sociedad no se comprenden, ni dialogan, no porque no puedan comunicarse, sino porque no quieren hacerlo, porque la concentración y abuso del poder junto a las diferentes interpretaciones o sentidos que le asignamos a muchas palabras que a diario empleamos, dificulta y/o desanima al dialogo.


¿Cuántas interpretaciones se dan a las palabras cambio, progresista, revolución, libertad, resistencia, el lío que nos sugirió hacer el Papa Francisco, hoy impactado de ver como la corrupción ha invadido todos los lugares (y el recibe a los/las corruptos en Santa Marta), “resistir es construir”, etc.?

Cuando la historia parecía haber cerrado este conflictivo capítulo definitivamente, los argentinos de manera casi permanente, seguimos siendo testigos de indicios y evidencias que muestran que, en los hechos, esta confrontación perdura y perdurará mientras hayan verdades que se callen.


Admirados de nuestros propios descubrimientos y del poder individual que nos da el conocimiento algunos nos angustiamos hoy por los vanos e infructuosos esfuerzos individuales y colectivos que estamos realizando para zafar de la actual polarización y miedos sociales que en estos 14 años produjo una asociación ilícita que a través de  un pacto social, cultural y político corrupto mal llamado “modelo de acumulación de matriz diversificada con inclusión social”, nos gobernó “acumulado” a dos manos saqueando al Estado, mientras un pueblo engañado los avalaba con su voto

Hoy, y como ocurre en toda crisis social de crecimiento, cualquier  transformación o cambio social que se intente, traerá consigo dificultades complejas. Porque algunos hombres y mujeres que ampliaron escandalosamente su poder económico a expensas de un poder político que no pudieron mantener, sienten más incertidumbre que nunca respecto de su libertad, porque a la par de su crecimiento económico, una parte considerable de su misma sociedad sufrió y sufre de hambre y miseria, apareciendo en esa relación nuevas formas de presión social y psicológica, la que a su vez está generando tensiones políticas agudas, sociales, económicas, jurídicas  e ideológicas, dividiendo una vez más a nuestra sociedad por la presencia de fuerzas contrapuestas, mientras muchos ciudadanos, quizás demasiados, son los que tienen dificultad para entender su propia realidad...

Envueltos en tan compleja situación muchos hermanos, agitados entre la esperanza y la angustia, se preguntan acerca del curso presente de las cosas.

Los cambios tan acelerados, a menudo realizados sin un diagnóstico ni planeamiento previo, como las desigualdades sociales existentes, producen un aumento en las distintas contradicciones y/o desequilibrios.

Gracias a quienes dieron su vida o su libertad individual por nuestra democracia, la ciudadanía tiene por el momento el camino abierto para optar entre la libertad o la esclavitud, entre el progreso o el retroceso social, entre la fraternidad o el odio.

La turbación actual de los espíritus y la transformación de las condiciones de vida estarán vinculadas a un período de cambio social en el que mucho tendrá que ver la inteligencia de los argentinos: hacia el pasado, sin darle la espalda a nuestra historia, que nos brinda el consejo sabio de la experiencia; hacia el futuro, por el aporte de la técnica prospectiva y la planificación.

En un clima social que presagia días de agitación y violencia, con un paquete explosivo sobre nuestras espaldas…, pensemos que el futuro depende de todos nosotros. Reflexionemos juntos analizando nuestro pasado, mientras la Justicia hace lo que debe hacer con los corruptos, y acordemos definitivamente cual es la Argentina que debemos terminar de construir.

¡Pongámonos al país sobre los hombros!, no lo carguemos más sobre nuestras espaldas…


Concretemos de una vez por todas LA CULTURA DEL ENCUENTRO abriendo y no cerrando la comunicación, hablando con toda persona con la mente y el corazón abierto.

Si estamos realmente convencidos de lo que tenemos que decir, las palabras llegarán.

No la hagamos más difícil, solo lo sencillo promete éxito.

En azul y blanco, Hugo Cesar Renés
Otro sí digo:

Me parece que en el próximo e mail voy a parrafear el Martin Fierro creo que allí están todos nuestros problemas sociales descritos.

En azul y blanco, Hugo Cesar Renés

NOTA: Las imágenes no corresponden a la nota original.


Un abrazo en azul y blanco, Hugo Cesar Renés

LOS ASESINATOS JUDICIALES

Coronel Cayetano Fiorini, asistido para poder caminar sin ver  

El Coronel Cayetano Fiorini y el Juez Arturo Liendo Roca tenían 92 y 80 años respectivamente. Fiorini estaba ciego, su sordera era aguda y pese a haber sido trasplantado sus funciones renales se hallaban comprometidas. El juez Liendo Roca padecía una severa cardiopatía. Ambos eran las víctimas propiciatorias en uno de los tantos circos judiciales que se vienen montando en la República con el cuento de la “lesa humanidad” desde el momento en que el matrimonio Kirchner transó con la izquierda internacional para que, a cambio de los fueros que esta otorga para cometer cualquier tropelía, apriete o robo, el estado argentino montase una maquinaria de venganza a partir de la cual se pudiera asesinar “legalmente” a aquellos que habían osado derrotar militarmente a sus formaciones especiales.

Claudio Avruj

La manera de ejecutar a los presos políticos- aún hoy en la luminosa era de “cambio y transparencia”- no ha cambiado nada con respecto a lo que sucedía en pleno kirchnerato. Al igual que en la década robada los jueces de ejecución les niegan la prisión domiciliaria, a la que tienen derecho por edad o enfermedad, oficialmente acompañados por la amenaza del secretario de derechos humanos que cualquier prisión domiciliaria será revisada por el gobierno y se les niegan, también hoy, los tratamientos específicos que sus enfermedades requieren, solo falta que si un accidente pone a alguno de ellos a la muerte -como fue el caso del General Videla- suceda que los jueces de ejecución miren para otro lado, con el beneplácito del gobierno, y dejen que la agonía y el dolor duren lo que tengan que durar hasta que llegue la muerte.

Juez Arturo Liendo Roca - Foto de archivo

El Coronel Fiorini y el Juez Liendo Roca murieron ayer mientras eran juzgados. De nada sirvieron los pedidos de sus defensores, ni los certificados médicos presentados por defensores y familiares. Los jueces intervinientes decidieron sumar a su cometido de prevaricadores seriales, el perverso conchabo de verdugos y aprovecharon las tensiones y angustias que todo juicio conlleva para matarlos, porque a diferencia de otros juicios, quienes juzgaban a Fiorini y a Liendo Roca no eran como en otros casos simples mangantes que veían en la condena ya acordada que debían imponer -más allá de toda justicia- un recurso de mejora pecuniaria o la fama “jurídica” conseguida a costa de la libertad y la vida de quienes fueron llamados a combatir por la libertad de la República, en este caso, para mayor vergüenza de la “justicia”, quienes los juzgaban fueron parte, en el momento de los hechos que pretendían juzgar, de las bandas que asaltaron a sangre y fuego a la república y que los hoy procesados vencieron.

Hasta ayer a mediodía Mauricio Macri y sus compinches, Avruj y Garavano, cargaban en su conciencia el asesinato de treinta y seis presos políticos, hoy han sumado dos más y han mejorado, para mayor alegría de Carlotto, Bonafini y secuaces varios, la velocidad con que estos eran eliminados durante el kirchnerismo. Ya no se podrá jactar Cristina Kirchner de que durante su reinado se eliminaba un preso político cada nueve días, hoy se ha conseguido “mejorar” esa marca y se elimina, desde el 10 de diciembre de 2015, un preso político cada 7,5 días.

José Luis Milia

MUEREN UN EX MILITAR Y UN EX JUEZ QUE ERAN JUZGADOS POR LESA HUMANIDAD

Por Leonel Rodríguez para La Nación

Ambos eran juzgados en la Megacausa III; el abogado se quejó de que el Tribunal no los haya eximido del desgaste de las audiencias

Santiago del Estero.- Un ex militar y un ex juez que eran juzgados en los tribunales federales santiagueños por delitos de lesa humanidad en la denominada "Megacausa III" fallecieron en la jornada de hoy a raíz de graves enfermedades que padecían, tratándose de Cayetano Fiorini, ex militar de 92 años de edad, quien sufría severos problemas de salud, trasplantado en un riñón y ceguera total y de Liendo Roca, ex Juez, de 80 años y también con un serio cuadro cardíaco.

En ambos casos sus abogados habían planteado ante el Tribunal Oral Federal (TOF) la delicada situación de salud de los dos ancianos y que "su sola presencia en las audiencias y el estrés que eso conlleva podrían poner en riesgo sus vidas", pero esto era desechado por los miembros del tribunal a pesar de los certificados médicos presentados por la defensa y sus familiares.

Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal

Recordemos que la semana pasada, tal como lo publicara LA NACION, la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal, había suspendido las audiencias de este juicio que arrancara el pasado 22 de agosto, a raíz de serias recusaciones planteadas por el abogado Miguel Ángel Torres, defensor de uno de los acusados, el ex militar Jorge D'Amico.

Entre los planteos esgrimidos por Torres en su escrito no solo figuraban las situaciones de salud de varios de los imputados, sino que además desechaba la imparcialidad del Tribunal Oral Federal debido a que dos sus integrantes habían pertenecido al Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y el restante había sido querellante por la APDH en otros juicios de lesa humanidad.


Dicho tribunal está compuesto por María Alicia Noli, tucumana y reconocida ex militante del ERP con el nombre de "Liliana", José María Pérez Villalobo, cordobés y también ex miembro del ERP y Juan Ramos Padilla, porteño y que fuera querellante por la APDH en otros juicios de lesa humanidad.

El abogado Miguel Ángel Torres, se mostró acongojado por la noticia y en diálogo con LA NACION aseguró: "hemos tomado conocimiento de la muerte de Cayetano Fiorini, un señor sordo, ciego, con un trasplante renal, una persona que estaba muy grave y que no podía ser sometida a juicio y el doctor Liendo Roca, de muy avanzada edad. Ambos no soportaron el cansancio físico y mental de las audiencias interminables".



NOTA: Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.

lunes, 19 de septiembre de 2016

CONTINÚAN FALLECIENDO MÁS PRESOS POLÍTICOS


Estimados Amigos:

A través de la Unión de Promociones hemos tomado conocimiento que lamentablemente fallecieron más camaradas, acaecido en las fechas que para cada caso se especifican, quienes se encontraban injustamente detenidos como  Presos Políticos:
  • Viernes 09 de Septiembre de 2016, del señor 2º Comandante (R) Casiano Pedro Burtnik (Gendarmería Nacional).
  • Miércoles 14 de Septiembre de 2016, del señor Comisario Mayor (R) Antonio Mariano Oliva (Policía de la Provincia de Buenos Aires).
  • Jueves 15 de Septiembre de 2016, del señor Contraalmirante (R) Horacio Mayorga (Armada Argentina).
  • Viernes 16 de Septiembre de 2016, del señor 2º Comandante (R) Julio San Román (Gendarmería Nacional).
  • Lunes 19 de Septiembre de 2016, del señor Coronel (R) Cayetano José Fiorini (Ingenieros - Promoción 84 - CMN).
  • Lunes 19 de Septiembre de 2016, el señor ex Juez Federal Arturo Eduardo Liendo Roca.
Consecuentemente, ya son 378 (trescientos setenta y ocho) los fallecidos, pertenecientes a todas las Fuerzas Armadas, Fuerzas de Seguridad, Fuerzas Policiales, Fuerzas Penitenciarias y Civiles; en el marco de este proceso de persecución, venganza y exterminio, donde SE CONTINÚAN REPITIENDO en forma sistemática infinidad de irregularidades jurídicas, instrumentadas en el ámbito de una justicia prevaricadora.

Debe destacarse que del total de Presos Políticos que han fallecido, 37 (treinta y siete) decesos se han producido desde el día 10 de Diciembre de 2015.

Reiteramos nuestra solicitud a todos los integrantes de las FFAA, Fuerzas de Seguridad, Fuerzas Policiales y Fuerzas Penitenciarias, a las distintas ONG e Instituciones, a familiares, amigos y allegados en general, a continuar sumándose en apoyo de todos quienes deben enfrentar esta injusta situación, a fin de afirmar, fortalecer e incrementar el planteo de los justos reclamos por acceder a una justicia verdaderamente independiente, imparcial y objetiva, a través del irrestricto respeto por la Constitución Nacional. La continuación de la ardua lucha en su apoyo, por la recuperación plena del estado de derecho y por la reparación del respeto y la credibilidad de las Instituciones de la República, así lo exige.

Expresamos nuestras sentidas condolencias a todos sus familiares, allegados, compañeros y amigos, rogándole al Señor, les conceda pronta y cristiana resignación.

Dadas las avanzadas edades y estados de salud de los Presos Políticos en la Argentina, estas lamentables noticias son cada vez más seguidas. Una vez más levantamos nuestra voz hacia el poder de turno, no pueden continuar con esta matanza selectiva… es su obligación como presidente de todos los argentinos garantizar el debido proceso, la igualdad ante la ley, brindar asistencia sanitaria adecuada y por sobre todo lograr la unión de la sociedad para superar las antinomias que después de 205 años aún nos mantienen divididos. Es hora de sin odios, ni venganzas, es hora de una mirada superadora. ¡BASTA!

Sinceramente,

Pacificación Nacional Definitiva

por una Nueva Década en Paz y para Siempre

domingo, 18 de septiembre de 2016

FALLECIÓ OTRO PRESO POLÍTICO


Ha fallecido el Señor Almirante, Dn. Horacio Mayorga. Prestigioso hombre de armas de enorme ascendiente entre sus camaradas Aviadores Navales y en la Armada toda. La injusticia de un estado "Miope", impidió que SU Armada, lo despida con los honores reglamentarios con que se le da el último adiós al guerrero que decoló en su vuelo hacia las estrellas. La ausencia del clarín que tocara  "Silencio", la reemplazó un agudo toque de pito marinero que emocionó las almas de todos los que tuvieron la dicha, el honor y la posibilidad, de acompañar al colega de armas, en su zarpada. Señor Almirante, su nombre ya está inscripto entre los argentinos que honraron el ser nacional. Los que tuvimos el honor de conocerlo y tratarlo profesionalmente, seguiremos tratándolo como tantas veces le hiciera sonreír "AQUI NUMERAL, A LIDER!!!"

Descanse en paz.

El señor Almirante, Dn. Horacio Mayorga, falleció en cautiverio.

Hector Julio Alvarez
Vicealmirante (RE)

DNI: 4630003

ENTREVISTA AL Dr. DANIEL SABSAY - CONOCIDO CONSTITUCIONALISTA

Los locutores Albina Cabrera y Alejandro Delgado Morales, de Radio Télam, entrevistaron al abogado constitucionalista Dr. Daniel Sabsay.