sábado, 4 de abril de 2015

LA FUNDACIÓN CONTRA EL TERRORISMO “MEDIÁTICO”

Marzo 31 de 2015
Columna de, Óscar Platero.

“Modestia aparte, mi gestión ha sido la mejor de los últimos años”, dijo a una revista de publicación semanal Mauricio López Bonilla, el locuaz Ministro de Gobernación, cuando salió a su rescate su amigo Juan Luis Font y en forma apresurada facilitó quien cubriera y publicara sus ansiadas declaraciones; producidas ante el acelerado desgaste de su lamentable gestión pública. Quizá para López, compararse con los últimos 5 ministros -varios de ellos detenidos y procesados por descarados actos de corrupción- le haga sentirse bien, ¿realizado, quizás?

Mauricio "Modesto" López Bonilla

Como todos sabemos, la seguridad es una “percepción” que se produce en los ciudadanos integrantes de la sociedad a quien sirven los funcionarios de turno asignados a ésa delicada misión. Y, lejos de elucubrar increíbles y baladíes excusas basadas en parabólicas y repetitivas apariciones públicas, cuyas exposiciones ya nadie cree; mejor sería consultar su opinión y criterio, a los miles de familiares de los pilotos de trasportes público -autobuses, taxis, transportes de basura, etc.-; asesinados sistemáticamente durante su gestión.


También, a los miles de comerciantes que sufren en forma inclemente las extorsiones dirigidas desde las prisiones, mientras se trata de mimetizar su corrupto origen, justificándolo en la ineficacia de los bloqueadores de señal de aparatos celulares -a los cuales han apostado repetitiva e inútilmente con millonarias inversiones-, mientras cientos de estos aparatos se mantienen en uso por los reos, ante el fracaso en evitar su introducción a los penales.


Igualmente, preguntar sobre sus millonarias pérdidas y desesperanza, a los cientos de miles de transportistas, pasajeros, comerciantes y ciudadanos, afectados por los persistentes y sistemáticos bloqueos de carreteras, que se producen una y otra vez, en los mismos lugares, horarios, efectuados por conocidos grupos, y con el mismo modus operandi; sin que los sesudos funcionarios de seguridad, puedan efectuar labores de inteligencia y planes preventivos para evitarlos. El fenómeno de la inseguridad, no se combate con miles de agentes más, se combate con trabajo de inteligencia, y acciones de prevención del delito y operativas, emanadas de funcionarios honestos, capaces y con don de mando.


Como aspecto inédito y  de coyuntura, me fueron formuladas ésta semana constantes preguntas de amigos y personas conocidas sobre ¿qué se esconde? tras esa criatura mal llamada, “fundación contra el terrorismo mediático”, diseñada según mi parecer, coincidiendo con el de muchos periodistas y analistas, a la exacta medida de los intereses corruptos actuales, concebidas por funcionarios y estructuras que mediante éste engendro,  pretenden ripostar y descalificar a los periodistas que denunciamos  constantemente sus oprobiosos y apátridas actos de saqueo del erario nacional. Por lo que,  para enriquecer mi apreciación expuesta en ésta columna, decidí sumarle los conceptos vertidos por dos distinguidos personajes de la vida pública nacional.


El periodista y analista Ricardo Méndez Ruiz, Presidente de la “Fundación Contra El terrorismo, Guatemala” al describir a los medios de comunicación los fundamentos legales para la impugnación presentada en contra la creación de la fundación contra el terrorismo mediático, en forma detallada y contundente,  indicó que se procedió a denunciar públicamente las anomalías en que incurrieron quienes  autorizaron su funcionamiento, por ser este nuevo ente, una amenaza en contra de la Libertad de Expresión y un burdo plagio efectuado del nombre de la Fundación Contra el Terrorismo Guatemala.


La distinguida periodista Brenda Sanchinelli Izzepi, en su columna publicada en el matutino Prensa Libre, opina: Esta “Fundación contra el Terrorismo Mediático” es una amenaza para nuestro país porque implicaría ceder a las presiones, agachar la cabeza, ponerse un parche en la boca, tirar la toalla y dejar de luchar. Sería entregar a Guatemala, en charola de plata, en manos de gentes sin escrúpulos, para que la terminen de saquear, sin que nadie pueda decir una sola palabra.

Muchas voces más, provenientes de todos los sectores político sociales, y entidades de prensa, se han manifestado de la misma manera, incrédulos ante lo evidente: “La intención, es acallar las crecientes críticas ante la corrupción galopante y abusiva de los funcionarios actuales”, ni un niño de tierna edad, aceptaría las explicaciones del Ministro de Gobernación, quien nerviosamente se arropa para justificar haberla autorizado,  en aspectos legales de puro trámite -recurriendo  intencionalmente a la forma, no al fondo-.

Como periodista, y orgulloso miembro de la Fundación Contra el Terrorismo Guatemala, rechazo las burdas explicaciones del funcionario en cuestión, y exijo que se deje de manipular e intentar confundir a la sociedad y a los miles de integrantes y simpatizantes de nuestra combativa Fundación, con aviesas intenciones. Los perfectos desconocidos, ex empleados públicos y contratistas -del actual gobierno- que prestaron su nombre para el efecto, deben dar la cara y aclarar a la opinión pública, quienes son sus patrones.

UN ESPÍA INGLÉS CONDECORADO, UN HÉROE ARGENTINO OLVIDADO

Por: Mario Vidal [1]

Los casos del británico Sidney Edwards, espía de la corona, y el del argentino Ernesto Proni Leston, autor de hazañas de guerra, son emblemáticos por el tratamiento diametralmente opuesto que cada uno de ellos recibió de su país por los servicios prestados

Sidney Edwards y Ernesto Proni Leston

El oficial de la fuerza aérea británica Sidney Edwards y el capitán de fragata argentino Ernesto Proni Leston en un punto fueron iguales: sirvieron a su modo a su patria, durante la guerra de Malvinas. Pero el final, para el uno y para el otro, fue diferente: al inglés lo condecoraron con la Orden del Imperio Británico, y el argentino terminó trabajando de remisero.

Un espía en Santiago

Embajador chileno en Londres. Miguel Schweitzer

En cuanto las tropas argentinas tomaron posesión de Malvinas, el 2 de abril de 1982, el Ministerio de Defensa británico encomendó a uno de sus espías, Sidney Edwards, de 47 años, una nueva misión: conseguir el apoyo chileno en el conflicto. Tan secreta era la misión que su mujer se enteró dónde había estado recién después de la guerra.
El agente planificó bien la operación. Comenzó entrevistándose con el embajador chileno en Londres. Miguel Schweitzer, y el agregado aéreo en esa misma ciudad, Ramón Vega, quien años después llegaría a ser jefe de la Fuerza Aérea trasandina. Les dijo que para Inglaterra era vital conseguir el apoyo del gobierno de Chile para su contraofensiva en las islas del Atlántico Sur y que, según las informaciones que poseía, a los chilenos les convenía que Argentina no se saliera con la suya.

Comandante de la FACH, general Fernando Matthei

"Si no nos ayudan en la guerra los argentinos caminarán después derechito a tomar las islas del Beagle", les dijo. También les prometió armamentos, inteligencia "y otras cosas que normalmente ustedes no podrían conseguir". Días después, vestido de civil, ya estaba en el Aeropuerto de Santiago de Chile, desde donde enfiló directamente a la embajada de su país. Esa misma tarde se reunió con el comandante de la Fuerza Aérea, general Fernando Matthei.

Augusto Pinochet Ugarte

Éste le dio cálidamente la mano y le ofreció "cooperación total dentro de los límites de lo práctico y de lo diplomáticamente posible". Una sola condición le puso: si algo salía mal, Pinochet debía aparecer ante los ojos de la opinión pública internacional como ignorante del asunto. El inglés respondió que entendía "la delicadeza de las relaciones entre los dos países" y coincidió en "la necesidad de mantener el secreto". Se reunió además con otros oficiales y tomó notas que, esa misma noche, tras memorizarlas, destruyó. A los pocos días ya tenía un documento falso de identidad, un auto, y una licencia para manejar.

Vivía con un pie en la embajada británica y otro en las oficinas centrales de la fuerza aérea chilena. Un día, a las tres de la madrugada, sonó su teléfono. Debía ir de inmediato a la embajada a ver mensajes urgentes que le habían enviado. Salió tranquilo a desandar las calles a esas horas desiertas por el toque de queda que regía hasta las cinco de la mañana. También estaba inmunizado contra eso.

Chile al servicio de Inglaterra

Chile comenzó a ponerse al servicio de Inglaterra facilitándole el uso de un radar de largo alcance instalado en Punta Arenas. Este implemento permitía a los ingleses ver los movimientos de aviones argentinos en Ushuaía, Río Gallegos, Río Grande y Comodoro Rivadavia, y transmitir la información a la fuerza aérea británica.

Sidney Edwards

El radar de Punta Arenas les acercaba avisos tempranos de ataques aéreos argentinos. Años después, el mismo espía confesaría: "Sin ese elemento, habríamos tenido que montar patrullas aéreas de combate carísimas y aviones volando constantemente, listos para interceptar intrusos. Las informaciones que recibíamos a través del radar de Punta Arenas hicieron que la guerra fuera más corta".

Otra tarea de Edwards, quien también era piloto y experto en operaciones conjuntas, fue coordinar con Londres el envío de un equipo del Servicio Aéreo Especial Británico (SAS), al cual venía incorporado un sofisticado sistema satelital de comunicaciones.

almirante José Toribio Merino

Chile también permitió a los ingleses utilizar el aeropuerto de la isla San Félix, ubicada a 892 kilómetros de la costa chilena. Desde allí partían aviones británicos pintados con los colores chilenos, los cuales volaban a gran altura cerca de la frontera argentina "para obtener información de lo que pasaba en ese país". Efectuaron un total de cinco vuelos de reconocimiento, denominados misiones Nim-rod. Según las memorias del espía, "en la isla, a cargo de la Armada, el almirante José Toribio Merino había ordenado darnos todas las facilidades".

HMS Antelope en el estrecho de San Carlos

Al mismo tiempo, en una carpeta, Edwards anotaba los aviones ingleses derribados, buques hundidos y tropas heridas. "Con mis colegas chilenos coincidimos en que los pilotos argentinos estaban mostrando un gran coraje y habilidad", recordó años después, cuando todos estos documentos fueron desclasificados por su país.

Tensión en Punta Arenas

Casi a la medianoche del 18 de mayo de 1982, en las afueras de Punta Arenas, un helicóptero Sea King apareció ardiendo cerca del mar, vacío. Otra vez el teléfono despertó en plena madrugada al espía. Era el general Vicente Rodríguez, "que estaba extremadamente agitado" porque Pinochet quería saber qué hacía un helicóptero británico en Chile. El dictador lo sabía, pero de acuerdo a lo convenido se lo debía hacer aparecer como inocente de culpa y cargo.

Edwards pidió instrucciones a sus jefes de Londres sobre qué debía hacer ante el grave incidente que desnudaba una activa presencia militar inglesa en Chile. Dos días después, aparecieron tres de los tripulantes del helicóptero, y se presentaron ante las autoridades. La embajada británica organizó entonces una conferencia de prensa, con presencia de Sidney Edwards. Uno de los pilotos dijo a los periodistas que en momentos en que realizaban un "viaje de entrenamiento" las malas condiciones climáticas los obligaron a descender y que se mantuvieron ocultos porque creían que habían caído en territorio argentino.

Sea King británico

La verdad era muy distinta. El Sea King en realidad transportaba fuerzas especiales para desembarcarlos en el sur de Argentina con el objetivo de destruir los misiles Exocet argentinos y los aviones Súper Étendard que los llevaban. Tal operación debió ser abortada tras la caída del helicóptero y el consiguiente escándalo mediático.

A medida que corrían los días, disminuían los ecos periodísticos relacionados a este caso. Pero un periodista insistía con eso. Edwards les dijo a las autoridades chilenas que "estaría feliz" si el reportero enfocara su atención en otras cosas. Días después preguntó a Patricio Pérez, un oficial de la Fuerza aérea de Chile, sobre el reportero. "No te preocupes por él. Está vivo, pero muy asustado", le respondió.

Las tropas argentinas se rindieron el 14 de junio de 1982 y, con un saldo de 255 británicos y 649 argentinos muertos, la corta guerra se terminó. Edwards fue a la discoteca Brujas a celebrar el triunfo. "Muchos de mis colegas chilenos se me unieron en esa discoteca, y estaban tan contentos como yo de la victoria", recordó.

Por esta misión lo condecoraron con la Orden del Imperio Británico. Hoy tiene 80 años, y recuerda: "Con la ministra Margaret Thatcher y mis jefes del Ministerio de Defensa coincidimos que sin la ayuda que logramos de Chile habríamos perdido la guerra".

La otra cara de la moneda

Avión Lockheed Neptune, al mando del
Capitán de Corbeta Ernesto Proni Leston

El 4 de mayo de 1982, aviones Súper Étendard dotados de misiles Exocet hundieron el moderno destructor Sheffield, con lo cual se asestó un duro golpe a las fuerzas británicas. El gestor de la hazaña fue el capitán de fragata Ernesto Proni Leston, quien al comando de un avión de exploración Neptune localizó a la nave de guerra inglesa, la siguió por varias horas, y envió precisas coordenadas que permitieron horas después a los aviadores argentinos atacarla con éxito.


En septiembre del 2007, Proni Leston murió. La noticia pasó desapercibida mientras irónicamente el periodismo argentino se esmeraba en difundir el fallecimiento del general inglés Jeremy Moore.

El capitán Proni Leston fue otro de los tantos casos emblemáticos del poco reconocimiento que en este país se ha brindado a los héroes de la guerra de Malvinas. Tras su retiro de la Armada Argentina, este ex combatiente debió trabajar como remisero porque con su magra jubilación no podía mantener su hogar.

En los últimos tiempos de su vida, le costaba caminar, secuela de un disparo que le efectuó un marginal que lo asaltó mientras trabajaba por las calles de su ciudad. "Lo que no pudieron los ingleses lo logramos los argentinos con nuestra conducta esquizofrénica", declaró, recordando su infortunio, un ex compañero de lucha.


Ésta fue la "condecoración" que recibió quien habiendo hecho méritos para ser declarado Benemérito de la Patria terminó sus días olvidado, sin pena y sin gloria.


NOTA: Todas las imágenes no corresponden a la nota original.



[1] El autor es historiador

DERECHOS HUMANOS KIRCHNERISTAS. LA POLÍTICA DEL EXTERMINIO...


El pasado 24 de marzo, gobierno, medios, políticos y una gran cantidad de organizaciones de derechos humanos, se confundieron en un relato único, esmerando alabanzas a la política de derechos humanos del kirchnerismo.


Hay una forma de publicitar dicha política como una bandera impoluta de los gobiernos de Néstor Kirchner y su viuda, supuesta política de derechos humanos ejemplo para el mundo.

La esmerada propaganda oficial, por cuyos millones bailan desde artistas, hasta obispos de la Iglesia Católica, miente un cuento de derechos humanos y oculta la verdadera esencia de esa política... una velada venganza para matar a todos aquellos uniformados o no, que en los años 70 combatieron al terrorismo en Argentina.


Esa es la verdadera política de derechos humanos del gobierno kirchnerista, la que no se muestra, de la que está prohibido hablar. La política de venganza y exterminio de la que jueces, funcionarios, ministros, el servicio penitenciario federal, médicos de hospitales públicos, el gremio de los trabajadores del Estado, policía federal y de seguridad aeroportuaria, obispos de la Iglesia Católica y una extensa lista que engorda la complicidad para violar sistemáticamente los derechos humanos en sus cárceles federales.


Ancianos enfermos sin atención médica, que son trasladados durante horas y horas sin agua ni comida para los juicios de la mentira, viejos deambulando con sondas o sillas de ruedas por los pasillos mugrientos de un penal federal, amputados a los que nadie mueve de sus camas... en esas condiciones están los presos políticos del kirchnerismo, y en esas condiciones han muerto casi 300 ancianos.


En el Penal Federal de Marcos Paz, el Módulo llamado de Lesa Humanidad, lleva cuatro días sin agua. Allí, casi 300 ancianos pasan sus vidas esperando un juicio que tal vez nunca llegue.

Desde hace cuatro días, en Marcos Paz, los ancianos desfilan con baldes o tachos viejos y sucios hacia una canilla alejada para traer un poco de agua para bañarse o utilizar en sus letrinas. Muchos de los presos no pueden cargar peso, o apenas si pueden caminar, y dependen para tener agua de la buena voluntad de sus compañeros...

Hace un mes ocurrió lo mismo en el Hospital del Penal Federa de Ezeiza, donde los presos enfermos debían acarrear agua en tachos y bolsas para poder asearse o limpiar sus inodoros.

Hace diez años, el gobierno kirchnerista viene perpetrando un plan sistemático de aniquilación de presos políticos. Esa es la única y verdadera política de derechos humanos del kirchnerismo: Vengar la guerra que Argentina ganó contra el terrorismo.

Invito a cualquier periodista, funcionario, juez, político, ciudadano.. a visitar las cárceles donde están detenidos los presos políticos de Argentina... veremos si luego de ello, pueden volver a hablarme de derechos humanos.

Horacio R. Palma
Escribidor contumaz...

viernes, 3 de abril de 2015

FELICES PASCUAS


Debemos dejar la ventana abierta, para que ingrese el ángel de la esperanza y nos traiga la buena noticia que todos esperamos.

¡Hasta que todos libres!

Pacificación Nacional Definitiva
por una Nueva Década en Paz y para Siempre

jueves, 2 de abril de 2015

RECORDANDO Y HOMENAJEANDO A UN HÉROE


El señor Capitán de Fragata de Infantería de Marina (post-mortem Cruz al Heroico Valor en Combate)
Don Pedro Edgardo Giachino

(Mendoza, Argentina, 28 de mayo de 1947 - Puerto Argentino, islas Malvinas, 2 de abril de 1982) fue un oficial de la Armada Argentina que se destacó por ser el primer caído en combate durante la recuperación argentina de las Malvinas, hecho que desencadenaría la Guerra de las Malvinas.

martes, 31 de marzo de 2015

LA CÁMPORA Y LOS LÍMITES QUE NO CONOCE

Por Daniel Muchnik

Acosada en varios frentes y especialmente en el judicial la Presidenta ha decidido aumentar su blindaje pensando en el futuro. No en vano las versiones de su postulación a alguna función parlamentaria para ella y para Máximo, su hijo mayor, envuelto en las historias vinculadas a los hoteles en Calafate y administrador de otros bienes que la familia posee en Santa Cruz. Y los sofocones que soportan los amigos estrechos de su marido, los empresarios cercanos al poder, privilegiados y soberbios. A quienes el periodismo de investigación descubre movimientos subterráneos que no eran conocidos.


¿Bastará el blindaje más seguro y sostenible? Autora y máxima autoridad de un gobierno autoritario, caprichosa en sus decisiones, desconfiada, la Presidenta ha decido confiar en gente joven y no en profesionales veteranos de tantos cambiantes gobiernos peronistas. Los mismos que pasaron (y votaron sin pudor) de la estatización histórica del pensamiento del viejo Líder a las privatizaciones de Menem y de las privatizaciones de vuelta a las estatizaciones. Siempre cantando el Himno Peronista, que no ha cambiado la letra.


La Presidenta se ha refugiado en el área económica en Axel Kicillof que no logra sacar las papas del fuego y en su entorno a Eduardo Wado’ de Pedro que ya estaba en los círculos más cercanos y en su hijo. En otras áreas de la vida económica, en Aerolíneas, por ejemplo, le resulta suficiente con la gestión de Mariano  Recalde su titular, a quien desearía como Jefe de la Ciudad. A tal punto que aparece ante sus ojos como un genio cuando los tropiezos son grandes y sólo los subsidios desmesurados pueden sostenerlo. El mantenimiento de Aerolíneas exige la erogación de casi u$s 2 millones diarios. Excusa dada: Hay que unir a la República. Para los expertos se podría hacerlo mejor y sin tantos gastos, racionalizando rutas lejanas y equipos de vuelo de orígenes muy distintos.


Como guardia de seguridad de sus pasos y sus salidas a los balcones interiores de la Casa Rosada tiene a La Cámpora, cuyos cánticos le alegran el rostro y el espíritu en los momentos que siguen a algunos de sus discursos. Pero La Cámpora son algo más que esa juventud que agita banderas con pasión detrás de la Presidenta.

¿Sabrán sus integrantes quién fue Cámpora y por qué eligieron ese apellido para embanderar su militancia? ¿Los guía una nostalgia imborrable de los años 70? ¿Es ese un paradigma histórico digno de ser elogiado e investigado bajo el microscopio?


Héctor Cámpora, dentista bonaerense fue un parlamentario de las primeras administraciones de Juan Perón, amigo íntimo de Juan Duarte (a quien acompañaba en las juergas hasta su comentado suicidio). Fiel servidor del líderen todas las instancias. Cumplió con sugerencias, propuestas y órdenes que emanaban en el exilio, desde Puerta de Hierro.

Fue así que, consagrado Presidente de la Nación en una elección masiva, acompañado con fervor por la juventud en 1973 porque Perón estaba prohibido para presentarse según el gobierno Militar de Alejandro Lanusse, el Tío,así  lo llamaban sus seguidores, declinó a los 49 días para permitir que el Lídertomara la batuta desde la Casa Rosada. Esos fueron los pasos, que la Historia no desmiente. Cuando Perón rompió con las formaciones militares juveniles que había promovido, Cámpora fue radiado sin piedad. Cámpora es, pese a sus admiradores, sinónimo de subordinación o de sometimiento ciego. ¿Es exactamente esa figura la que quiere enaltecer y recordar La Cámpora?

Para la juventud de estos días el nombre implicaría un elogio a los que no se armaron entonces y mantenían un espíritu de cambio a cualquier precio y los que sí se armaron, imponiendo un orden militar cerrado y peligroso, dispuestos a matar a quien sea con tal de tomar el poder. Gente que se enamoró de la violencia, que mató indiscriminadamente, calientes sus cabezas con el ejemplo imposible de la Revolución Cubana. Y, en los primeros tiempos, con el apoyo de ciertos sectores de la población argentina. Nunca, ni sus jefes, ni los sectores que los justificaron, salvo excelsas excepciones (no alcanzan los dedos de una mano) hicieron la autocrítica de lo hecho en el pasado, de la sangre perdida sin sano objetivo.


A tanto llega la admiración por ellos que un sector de La Cámpora le pide a Mario Firmenich, figura máxima de Montoneros, residente en España, que regrese a la Argentina, para reivindicarlo históricamente. Para ello habría que saber en qué estado está la causa que investiga el juez Ariel Lijo sobre el asesinato del ex-jefe de la CGT José Ignacio Rucci. Peronistas veteranos consideran estas intenciones como una locura. Pero en La Cámpora se insiste.


En la oposición política hay quienes se preguntan sobre los límites de su existencia. Muestran su preocupación por la buena relación de la agrupación juvenil con algunos jefes militares, y, pensando en el futuro, la ocupación por parte de ellos de los puestos jerárquicos en los principales ministerios. También hay comentarios sobre el ingreso de muchos de esos militantes en el nuevo organismo de inteligencia, que ya resultaría temible. Una vez nombrado el nuevo gobierno, quedan. ¿O acaso no los dejarán?


NOTA: Las imágenes no corresponde a la nota original.

EMPIEZA LA PREVIA

por Gabriela Pousa

Por primera vez el país es lo que se ve. Ya ni apariencias caben en este escenario donde los disfraces se están acabando. La inexplicable trama de enredos y canchas embarradas que signan la muerte de Alberto Nisman se extiende hacia el resto del escenario porque algo es cierto: la desaparición del fiscal, su denuncia desestimada y el paro de mañana son todos hechos políticos. Todo ha de serlo de ahora en más.


Inútil es pretender venderlos como sucesos limitados a lo policial, a lo judicial o a lo meramente sindical. En esta Argentina no hay modo de separar la paja del trigo. Todo tiene que ver con todo porque en todo se ve, más o menos clara, la mano del gobierno nacional tratando de manipular a conveniencia las circunstancias.

Ahora bien, que el gen político se inmiscuya hasta en la vida familiar no implica la ausencia de otros condimentos. Se acaba marzo y comienza inexorable, el proceso electoral con lo que eso significa en una geografía donde la democracia no deja de ser sinónimo de ir a votar. Otra será la suerte cuando se comprenda cabalmente, que lo democrático implica derechos y deberes de ciudadano que van mucho más allá de la emisión de un sufragio.

A partir de abril, casi todos los fines de semana, en algún punto del mapa, habrá cuarto oscuro y definiciones que aportarán desazones y esperanzas. Ahora bien, si por obtener un triunfo electoral en una determinada localidad se creerá que ya está la suerte echada a nivel nacional, las sorpresas a posteriori serán magnánimas.

Estamos en un país donde todo puede cambiar de la noche a la mañana. Ejemplos sobran: la entronización del Papa, las inundaciones en La Plata, la muerte del titular de la UFI AMIA, una cuenta no declarada ligada a alguno de los candidatos, otra olla que se destapa…, podrían alterar de cuajo un pronóstico electoral que hoy parezca imposible ser modificado.

Empiezan los trabajos de seducción harto complejos, porque la sociedad es una mujer que ha sufrido excesivos desencantos. Sin embargo, muchas veces demostró necedad siendo esa esposa golpeada que vuelve a elegir a su marido. No está nunca claro si nos avergüenzan las cicatrices, o si las llevamos como orgullosos soldados.

En este contexto, cabe recordar que mucho (sino todo) lo que se esgrime hoy día en medios, discursos, o correveidile de pasillos, está más relacionado a deseos o coyunturas que a proyección de escenarios probables con bases sustentables. Las encuestas convertidas en productos de consumo estacionales cotizan según quien oferte cifras e imágenes.

Todos ganan, todos empatan y todos pierden simultáneamente. Sin ir más lejos, esta mañana recibí un sondeo donde Aníbal Ibarra tiene la mayor intención de voto porteño. Poco serio. Tampoco se trata de preguntarnos ¿quién es más lindo? Ni basta con ir en búsqueda del menos malo. No tomemos a la ligera esta previa.

Quevedo sostenía que “puede medirse la tierra y el cielo pero jamás la mente humana”. Y no se equivocaba. En ese sentido, la subestimación del pueblo que hacen algunas consultoras es similar a la que observamos en las cadenas nacionales donde se pretende vender Argentina como una panacea donde no existen los problemas. Hay que entender que una cosa son las tendencias, y otra muy distinta son los resultados, aún cuando en ocasiones pueda haber coincidencias.

Considérese que la credibilidad en la política es mínima, que el miedo que imparte el gobierno con todas las internas de inteligencia, y la evidencia de una mafia enquistada en el seno del poder, provocan consecuencias. Y esas consecuencias llevan a muchos argentinos a desdoblar su discurso.

Una cosa es lo que se dice en público, y otra es la que se calla. El enrarecido clima en que vivimos lleva a que lo “políticamente correcto” prevalezca. Por eso, las respuestas que puede darse a las encuestas ya sean telefónicas, callejeras, o puerta a puerta tienen más margen de error que en otras épocas.

Comprar merluza compactada por bacalao o trucha fresca depende de cada uno. Medios, políticos y consultoras tenderán a satisfacer al cliente. La sociedad debe satisfacerse a sí misma. Hace tiempo que sus demandas y preguntas no son tenidas en cuenta. Lamentablemente, aquello que desvela a la gente no es lo mismo que desvela a la dirigencia.

Argentina es el país donde todos juegan a Antón Pirulero, cada cual atiende su juego. Y al ir avanzando casilleros en el calendario, esta dialéctica se va incrementando a extremos impensados. Los candidatos están contando votos puertas adentro, lidiando internas, tratando de que los trapitos sucios se laven en casa, y no a la vista de otros que puedan usarlos como carta de triunfo.

Es cierto que les cuesta en demasía lograr que las asperezas se limen sin ser expuestas. Para ese sector de la dirigencia, abocado de lleno a la campaña proselitista, el fiscal Nisman ya no es tema. La inflación y la inseguridad le son ajenas. Los ciudadanos somos números. Apenas consideran suyos los métodos y estrategias para ganar adeptos al costo que sea.

En ese trance, muchas veces, el ridículo es protagonista. De la noche a la mañana, los mismos políticos que ayer aplaudían ciertas medidas, hoy las critican y aborrecen como si no existiese memoria colectiva. El hecho de haberse callado frente a determinados hechos, tampoco los redime de culpas sean estas por omisión o por actos. Las complicidades no pueden taparse aunque hay candidatos que luchan denodadamente porque lo imposible sea logrado.

Si la ciudadanía está consciente de estas maniobras o si ha sepultado el ayer porque con el presente ya tiene demasiado, se verá una vez que los comicios hayan terminado.

Se va marzo, es triste decirlo y lo es más vivirlo: es el tiempo de los revoques y el maquillaje más que el de los cambios. Empieza el muestreo de escenografías efímeras donde todo lo que se nos ha de mostrar parecerá redentor de lo que hay.

Mientras, el gobierno tratará de alcanzar la orilla dando manotazos de ahogado. Si nos distraemos puede que lo haga más rápido de lo que pensamos. No sea cosa de terminar aferrados a él como balsa que nos salve, cuando ha sido el que condujo el naufragio.

Posiblemente, cualquier escenario futuro pinte mejor que este donde se ha perdido todo valor. Pero recordemos que doce años atrás, muchos creyeron lo mismo y se volcaron a una opción de la cual no tenían siquiera noción. En enero de 2003, Néstor Kirchner era un perfecto desconocido para la mayoría del electorado argentino. Siguió siéndolo pues el interés social en analizar curriculum vitae de los postulantes es nimio. La ley del mínimo esfuerzo nos mantiene sometidos.

Repetir el error es volver a auto-condenarnos a infortunios iguales o parecidos. La célula que emerge del cáncer, la mayoría de las veces no hace sino provocar una metástasis. Este paralelismo no necesita exégesis para ser entendido.

Si hemos de elegir un órgano nuevo, lo óptimo sería buscar entre aquellos que no han estado rozando el órgano enfermo. “Las apariencias engañan“, eso ya lo sabemos (o deberíamos saberlo) Y el contagio puede no ser advertido desde el primer momento.

Gabriela Pousa
Perspectivas Políticas

MORIR POR CONVICCIÓN

El ciclo vital de los seres humanos termina con la llegada de la muerte. Idealmente, ella sobreviene  cuando los años han agotado la energía, desgastado los órganos y terminado con la voluntad de vivir. A veces la muerte se adelanta por un accidente o enfermedad grave. A veces un ser humando decide  terminar su ciclo por propia voluntad. Se llama  suicidio.  Pero muchos hombres y mujeres son arrebatados en medio de su ciclo vital por la acción de sus semejantes, sea en forma de violencia callejera, bajo la influencia del odio, los celos, la emoción violenta o el calor de la batalla. Cuando un ser humano enfrenta una situación de grave riesgo que pone en juego su vida, a sabiendas de las consecuencias, su muerte  es  el fruto del convencimiento de la causa que  lo motivó. Morir por convicción es una forma inusual de morir,  que no pasa desapercibida y que puede alcanzar ribetes épicos, pero es  una muerte más al fin.


Esta introducción nos lleva al caso de la muerte del fiscal Alberto Nisman. Millones de televidentes asistimos al momento en que un periodista le preguntaba si era consciente que  al denunciar  a la presidente y su entorno de un grave delito ponía en riesgo su vida y contestó que sí. Pocos días después se cumplió inexorablemente su destino. Nisman actuó por convicción y murió por esa misma convicción. Lo terrible, lo insoportable, es que después de su muerte dos fiscales sostuvieron su acusación y un juez  y dos camaristas cerraron con sus fallos la posibilidad de una investigación imparcial. ¿Murió en vano Nisman, entonces? Hay quien puede pensar así pero nuestra visión es distinta. Nisman no murió en vano porque marcó un camino, un paradigma  de valor incalculable.  Cuando un hombre está convencido de cuál es  su deber debe cumplirlo hasta el final, más allá de los riesgos, de la conveniencia  y de los temores. El fiscal puede haber estado acertado o equivocado en su acusación. Pero creyó en ella hasta el punto de jugarse la vida (y perderla) en el intento.


Es lastimoso también que la investigación por su muerte, de la que hay indicios crecientes de que fue  un asesinato,  haya quedado entrampada en las discusiones entre una fiscal irresoluta, una ex esposa sumamente entrometida y un gobierno que se empeña en enlodar al difunto de la forma más  escabrosa y ruin que la dignidad puede soportar. Las expresiones del Jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, son un compendio de mal gusto, ligereza y grosera chabacanería. Las demoras y las discusiones entre peritos quieren hacer olvidar, con el paso del tiempo y la aparición de nuevos temas de interés público que en la Argentina apareció muerto el fiscal que había denunciado a su propio gobierno, el día anterior a su presentación en el Congreso. Sin embargo, a los ciudadanos que sentimos que la denuncia de Nisman fue el primer  gran intento de investigar a un poder embriagado de impunidad, no conseguirán hacernos olvidar lo que él ahora representa: un hombre que con sus defectos y virtudes tuvo el coraje de  morir por convicción.


¿Y qué nos muestra la otra cara de la moneda, la cara del poder?  La presidente de la nación ha recomenzado sus cadenas nacionales proselitistas, con la presencia de sus candidatos y los anuncios baladíes que le sirven de pobre excusa. El Ministro del Interior y Transportes se postula como precandidato presidencial pero conserva el control de las elecciones en que competirá. Los jueces electorales no pueden actuar porque aún no se han oficializado las candidaturas  y se da por descontado que la palabra de un Ministro no vale nada. Esta afirmación no es caprichosa. Todos los postulantes por el Frente para la Victoria se humillan al aceptar que harán lo que Cristina Fernández quiera. El Artículo 38 de la  Constitución Nacional  dice que ella garantiza a los partidos políticos,  como instituciones fundamentales del sistema democrático, “…la competencia para la postulación de candidatos a cargos públicos electivos…”  pero eso no funciona así en el mundo oficialista. Allí, sin embozo, la presidente impone las candidaturas y el resto acata como soldados que no analizan la legalidad de las órdenes recibidas.

En el campo económico  los malos pronósticos se han hecho realidad. La Argentina está en recesión y el comercio exterior ha caído abruptamente, tanto en exportaciones como en importaciones. Los dólares escasean y no hay posibilidad de acceder al crédito externo. La inflación sigue  en valores incompatibles con el funcionamiento normal de la economía y el consumo se sostiene insuflando al sistema pesos sobrevaluados sin respaldo real que aceleran el crecimiento del déficit  fiscal. Todo está pensado y organizado para ser sostenido en forma ficticia y forzada hasta las elecciones y después quedará en manos del próximo gobierno enfrentar las consecuencias de los desaguisados cometidos, no por error, sino por una deliberada e insensata política populista que solo se justifica en la búsqueda de mantener una cuota de poder y un falso relato.


El pináculo del ocultamiento y la incoherencia discursiva corrieron por cuenta de Kicillof, el Ministro de Economía que declaró que no daba las estadísticas de pobreza para no estigmatizar a ese sector, afirmación absurda ya que no puede haber estigmatización en la exposición de un dato descriptivo de una situación. Lo suyo es un burdo intento de ocultar un dato desfavorable y una demostración de la voluntad de negar la realidad.


Quizás el único rayo de luz que iluminó el campo político provino de la  Convención Radical. Más allá del resultado, que fue  la decisión de competir en las PASO  en una misma alianza transitoria con el PRO  y la Coalición Cívica, lo valioso del proceso fue que por una vez en mucho tiempo vimos  funcionar la democracia interna en un partido político y cómo se adopta una decisión en medio de un debate público, con posiciones claras y con las diferencias resueltas a través del voto. En lo estrictamente electoral esta decisión termina de definir  el panorama al dejar solo tres candidatos con posibilidades ciertas de acceder a la presidencia: Macri, Scioli y Massa, con el primero en franco crecimiento y afirmación de sus posibilidades.


La preocupación más fuerte en el campo opositor  y en la ciudadanía que no adscribe al Frente para la Victoria es el daño que aún puede producir el gobierno antes de dejar el poder a través de leyes de franco contenido populista, del incremento de subsidios que se tornarán insostenibles en el tiempo y de los acuerdos con potencias extranjeras que comprometen el futuro. No dejamos de notar que las trampas y las chicanas que utiliza el gobierno para burlar las normas electorales con copiadas por distintos sectores políticos, que aun en inferioridad de condiciones, no se resignan a dejar al oficialismo el monopolio del abuso.


Por eso es que afirmamos que en las próximas elecciones se juega mucho más que un recambio de gobierno. Es necesario que quien suceda al actual gobernante demuestre que no ha sido inoculado por el virus del autoritarismo, del anti republicanismo y por supuesto de  la insoportable corrupción. Deberá atender graves desacoples económicos y reparar graves injusticias. Terminar, como dijo Mauricio Macri, con “el curro de los derechos humanos” para pasar a analizar con imparcialidad las persecuciones impulsadas por la venganza y los intereses materiales. Reubicar a la Argentina como un país serio y confiable en  sus relaciones internacionales y  recuperar la seguridad interna y las capacidades para la defensa que se han deteriorado a un nivel inaceptable, entre otros muchos campos de deterioro moral y de infraestructura.


El camino a transitar es largo, difícil y complicado, pero predomina en nosotros la esperanza de que el tiempo oscuro se esté terminando y que encontraremos la salida a través del ejercicio de la democracia con unión, esfuerzo y mucho trabajo, efectuado con vocación de servicio. De ese modo, quienes murieron por convicción a lo largo de nuestra historia reciente, no habrán muerto en vano.
                                                                                         Buenos Aires, 29 de Marzo de 2015

Juan Carlos Neves
Vicepresidente de Nueva Unión Ciudadana

NOTA: Las imágenes no corresponden a la nota original.