sábado, 30 de enero de 2016

CARTA ABIERTA AL SR. PRESIDENTE ING. MAURICIO MACRI


Sr. Presidente de la República Argentina
Ing. Mauricio Macri:

Una de sus promesas de campaña fue la finalización del "curro de los derechos humanos" y esa supuesta decisión suya motivó que millones de Argentinos le diéramos su voto, esperanzados también en que la Justicia y la Concordia hagan finalmente pie en nuestra Patria..

Pero parece que nuestra democracia no logra ponerse de pie. Su absoluto silencio sumado a la designación del Sr. Claudio Avruj en la Secretaría de Derechos Humanos, parece reeditar las palabras del Dr. Menem cuando, cumplidos sus mandatos, afirmó con seriedad que "si en campaña hubiera dicho lo que realmente iba a hacer nadie me habría votado".

Sr. Presidente, siguen muriendo en la cárcel valerosos militares, integrantes de fuerzas de seguridad, civiles y hasta sacerdotes cuyo "crimen" fue ganar o adherir a la guerra contra los terroristas que, cobijados en rojo pendón y foráneas ideologías, se alzaron en armas contra la Patria, sembrando la muerte de inocentes a su paso.

Y quienes finalmente ganaron aquella guerra que permitió la vuelta de la democracia y, por supuesto, su ascención a la primera magistratura, hoy son vituperados, calumniados y encerrados en miserables calabozos a la espera del llamado de Dios.

Una cosa es finalizar las graciosas indemnizaciones a los terroristas o sus deudos, otorgadas en juicios que rozan lo ridículo y que han llevado a prisión a miles de argentinos.

Y otra muy distinta es que una comisión de juristas notables e independientes, analice la legitimidad del "curro", revisando esos mal llamados "juicios de lesa humanidad" instruídos por jueces prevaricadores, falsos testigos y fiscales arrodillados, amparados por una corrupta dirigencia que lucró con tal farsa en beneficio propio.

Y conforme fuera su dictámen se tomen las medidas que corresponda contra quienes violaron las leyes, Tratados y hasta la propia Constitución. El elemental principio de inocencia, fue vergonzosamente barrido bajo la alfombra, la irretroactividad de la ley penal desconocida por los "juzgadores", encerrando argentinos sin más pruebas que los titubeantes y dudosos dichos de militantes entrenados por fiscales sobre hechos de cuatro décadas de antigüedad.

Si Ud. afirma que realmente se acabará "el curro" es su obligación ordenar la revisión de dichos juicios mamarrachescos y tomar las resoluciones que corresponda sin que tiemble su pulso.

La presunción de inocencia, la prescripción de delitos, las Amnistías, la excarcelación por edad o por años de detención sin sentencia o la obligatoriedad de atención médica, aunque Ud. no lo crea también son DERECHOS HUMANOS.

Dios acompañe su gestión, y no olvide nuestro voto ni sus obligaciones como primer mandatario ni como cristiano.

Saludo al Sr. Presidente con todo respeto

Juan Manuel Otero

DDHH y los Presos Políticos


Sr. Presidente:

Favor de acabar con esta burla a la CN, la Nación toda y al sistema democrático que nos hace que tengamos a Ud. de presidente.

Desde que se postuló a este digno cargo, sabía que debía resolver este tema impuesto por el régimen destituido. No se haga el distraído, porque la historia y la patria lo reclama.

Esta afrenta de permitir que se violen severamente las leyes y nuestra Constitución, será más flagrante cuanto más tiempo pase. Hasta hoy, han muerto 366 personas en cautiverio, lo cual han sido lisa y llanamente “ejecutadas” en las mazmorras de la pretendida “legalidad” democrática, apañada por un terrorismo jurídico y judicial e impulsado por el “curro” de los DDHH, bizcos y tuertos, que nos muestran la historia sesgada y mentirosa. Ellos son una carga moral en quienes, algún día, deberán purgar sus muertes, que nos permita desarrollar una sociedad sana en reemplazo de la enferma, que nos legaron.

Los integrantes de ese régimen son los culpables de esas muertes, los argentinos lo sabemos. Las que desde ahora se produzcan, serán de su Gobierno. Por lo tanto, el tiempo no le deja mucho margen, para que las organizaciones, vulgarmente denominadas de DDHH, solo para quienes atentaron contra Argentina, tratando de imponer regímenes dominantes, pero que dejan morir a miles de argentinos que no nacen y otros que mueren por desnutrición, hambre y sed o por falta de atención médica, etc., no merecen esos mismos derechos. Ejemplos…¡miles!!.

El tiempo corre a una velocidad que hace fracasar las esperanzas de un verdadero CAMBIO, que permita sentirnos CIUDADANOS y no habitantes de un territorio.

Cordiales saludos, aguardando la reacción que nos hará libres… ¡a todos!.

Enrique A. Treglia
DNI 8604976

viernes, 29 de enero de 2016

LA MENTIROCRACIA DEL KIRCHNERISMO

D'Ángelo sobre el curro K de los derechos humanos: "Avruj es un ignorante"

El periodista José D'Angelo, autor del libro “Mentirás tus muertos. Falsedades y millones detrás del mito de los 30.000 desaparecidos” (El Tatú Ediciones) criticó duramente la postura del Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj que se diferenció de Darío Lopérfido que cuestionó el número de desaparecidos. En una entrevista exclusiva de Urgente24, D'Ángelo no solo califica al funcionario de ignorante, sino también lo interpela a abrir los archivos y transparentar las listas y el desfasaje económico dejado por el kirchnerismo en pagos irregulares a los familiares de personas desaparecidas (los cuales en muchos casos fueron datos irregulares).
 
Estela de Carlotto y Claudio Avruj

La polémica en torno al número de desaparecidos continúa. Después de las declaraciones del Secretario de Cultura de Ciudad de Buenos Aires, Darío Lopérfido que afirmó que se desconoce el verdadero número (la misma tesis que sostuvo Graciela Fernández Meijide).

Sorpresivamente quien intentó diferenciarse de Lopérfido fue el actual Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj que afirmó que "El gobierno nacional no comparte los dichos de Darío Lopérfido".

Tras la actitud de Avruj, las críticas no pararon. José D'Angelo Rodriguez, autor del libro "Mentirás tus muertos - Falsedades y millones detrás del mito de los 30.000 desaparecidos" (El Tatú Ediciones) marcó como negativa la actitud del Secretario Nacional de Derechos Humanos.

“Avruj es un ignorante y no sabe de lo que está hablando. Él no puede decir que desconoce el número de desaparecidos porque es el administrador del listado oficial de desaparecidos y tiene la obligación de transparentar el mismo. Así como también darlo a conocer a la opinión pública, abrirlo a los investigadores a la sociedad toda”.

Y remarcó: “Porque además ese listado tiene relación directa con el “curro” de los derechos humanos denunciado inclusive por el Presidente Maurcio Macri”.

En su investigación en la cual indaga las irregularidades y la utilización del “relato setentista” por parte del kirchnerismo para la construcción política y la malversación de fondos, D’Ángelo interpela a Avruj y afirma: “Se pagaron US$2 mil millones de los cuales no rindieron cuentas, Avruj debe demostrar si los pagos realizados por el gobierno kirchnerista fueron o correctos o debe denunciar las irregularidades”, sentenció D’Ángelo.

Según el autor además existe un temor a saltar la barrera de lo “políticamente correcto” pero es necesario transparentar los listados sobre todo por la cantidad de fondos entregados con irregularidades.

“En el listado o la cifra que maneja, Avruj hay 23 mil desaparecidos menos que el número mítico de 30 mil. Si bien un desaparecido ya es una desgracia y es condenable 23 mil mentiras por parte de un funcionario público. Es otro despropósito, mucho más cuando cada uno de esos supuestos desaparecidos falsos significaría el pago irregular de cerca de 220 mil dólares del dinero del pueblo argentino”.

Además, D’Ángelo especificó que Avruj “No puede sostener que discutir el número de desaparecidos no colabora a la unión lo que no colabora es una mentira que se usa para robar dinero público”.

El autor de “Mentirás a tus muertos”, avaló la tesis sostenida por Graciela Fernández Meijide que también cuestiona el mítico número de los 30 mil desaparecidos.
“Meijide es honesta y cuestionó porque se mentía cuando ya existía el listado oficial”.

Con respecto a la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, D’Ángelo dijo “Se debe atener a los listados oficiales, son más de 30 años centralizando denuncias por parte de organismos del estado. Si ella afirma que es esta cifra está mintiendo, es increíble porque hay 23 mil desaparecidos, y si es como ella dice, alguien está ocultando nombres”.

Se incluye así en estos nuevos y tan cuestionables listados a integrantes de organizaciones que para los gobiernos democráticos actuaban por fuera de la ley perpetrando todo tipo de crímenes; también a muertos ejecutados por dictámenes de los tribunales revolucionarios de las organizaciones armadas de izquierda, al igual que a quienes se autoeliminaban ante la inminencia de una detención, cumpliendo órdenes de sus cúpulas, o aquellos que fueron enterrados por sus propios compañeros de lucha. El registro menciona incluso a quienes caían por impericia en el manejo de explosivos, como el caso de una niña de 16 años que pretendía colocar una bomba en una comisaría de Monte Chingolo, cuya identidad sólo pudo establecerse en 2005, aunque en 2006 figuraba aún como desaparecida. Hasta se incluyó a fallecidos en el exterior como Hugo Irurzún, asesinado por la policía paraguaya en una persecución en Asunción, acusado del asesinato del dictador nicaragüense Anastasio Somoza. No menos llamativa, por lo incomprensible, es la inclusión de casos como el de Eduardo Luis Aulet, víctima del clan Puccio en 1983, en un conocido caso de delincuencia común.

Para finalizar sentenció: “Le aconsejaría (a Avruj) que se preocupe porque cada vez es más y más complice si no aclara esto y se vuelve un cómplice de estafa al Estado”.

¿Y, MACRI, QUIEN LE DAMOS LA RAZÓN?

Si bien uno es ministro de la CABA y el otro es un secretario del ministerio de justicia, tanto Claudio Avruj como Darío Lopérfido pertenecen al mismo rejuntado político. No me interesa saber quién es más, jerárquicamente, sino quien tiene el visto bueno del patrón, ya que de acuerdo a lo que dicen, uno de los dos, ante gente poco avisada, estaría mintiendo.


Es probable que a lo largo de los próximos días Mauricio Macri haga suya -quizá en sus charlas con Balcarce- la frase de Néstor Kichner con la que este creía justificar muchas de las perversas barrabasadas que cometía: “…la izquierda te da fueros…”. El panorama se presta a ello; en pocos días más se reunirá con el Papa a quien la mera mención de este tema aterra y, además, tiene a las “orgas” de Derechos Humanos S.A. pateándole la cabeza. Entonces, Claudio Avruj cumple, al igual que Timmerman con Cristina, la misión de poner paños fríos, algo así como: “aunque esté en este lugar, yo soy del palo…”.


Que exista una desmesurada diferencia entre la vergüenza del memorándum iraní que se defecaba en ochenta argentinos asesinados y la defensa de una mentira numérica nada tiene que ver. En política hemos visto demasiada mierda como para hacernos, hoy, problemas e ilusionarnos con que los albañales no se volverán a repetir.

De cualquier manera hay cosas de las que no se vuelve. Cuando Claudio Avruj habla de que 30.000 es un “número emblemático” y acepta, ¿en nombre del gobierno?, la falacia, ¿Qué es lo que quiere decir?, en verdad nada más, pero tampoco nada menos, que lo siguiente: sepan argentinos que aunque los 30.000 sean una mentira, a nosotros nos conviene.

Tampoco se vuelve de la estupidez cuando Avruj dice que: “…saber que tenemos una deuda en la sociedad argentina, una herida a cerrar, y que tenemos que trabajar hacia adelante. Estamos hablando de la muerte, desaparición y lo que fue la tragedia del terrorismo de Estado, que nos dejó enormes secuelas…”, porque Claudio Avruj al decir esto y olvidar descaradamente a las víctimas de la subversión que sí existieron, se convierte en funcional a los que manejaron la venganza y repite el mismo relato de la década robada: “…La Argentina era una idílica comarca pero un día de marzo los militares se despertaron con ganas de matar…”

Si de deudas se trata, él sabe bien que la nación ha pagado, y con creces, miles de millones de pesos en concepto de esa presunta deuda y sabe también, como hombre inteligente que es, que esos dineros no siempre terminaron en las manos correctas de los deudos dolientes, sino más bien en las de aquellos que fieles a su estirpe de buitres han medrado con el dolor ajeno.

Más  allá de la orden que Claudio Avruj haya recibido, sus erráticas actitudes como secretario de DD.HH. solo contribuye a que siga irresuelto un problema que no los dejará gobernar y que escondido bajo la alfombra seguirá sin tendrá solución, porque no se puede seguir, año tras año, mintiendo cuando se había prometido no mentir nunca más.

Claudio Avruj es hoy una incógnita, su discurso es exactamente igual, incluso al negar las víctimas del terrorismo, al que urdieron Cristina y Néstor para hacerse perdonar -mientras acogotaban jubilados al amparo de la 1.050 de Martinez de Hoz- que ni un hábeas corpus firmaron ni palabra alguna dijeron durante la vigencia del proceso por los desaparecidos; pero tampoco pensemos que es un infiltrado, quizás la historia le ha reservado el guarango papel de un Rivera Indarte redivivo que, con su incompleto parque de la memoria, diga, al igual que las “Tablas de Sangre”, una gran parte de la mentira.

Jose Luis Milia

NOTA: Las imágenes no corresponden a la nota original.

jueves, 28 de enero de 2016

HEBE DE BONAFINI


Las recientes declaraciones y calificaciones que hizo la señora Hebe de Bonafini sobre el presidente de la República, Mauricio Macri, no sólo son lamentables sino injuriosas y, en otra época, serían pasibles de sanción legal. Esta señora, maleducada, que debería darles respuestas al país y a la Justicia sobre el uso de los fondos del programa Sueños compartidos, se pasa la vida esparciendo el rencor, la mentira y el engaño, justificando su conducta en su propia tragedia. Pero a no preocuparse, a la larga el bien triunfa. Ya lo dice el dicho: “quien siembra vientos, cosecha tempestades” o aquél otro: “Planta discordia y cosecharás soledad”.

Jesús María Silveyra
DNI 11.045.065

miércoles, 27 de enero de 2016

¿Y SI FUERA CIERTO QUE HUBO 30.000 DESAPARECIDOS?

"Los propios genocidas anunciaron entre muertos
 y desaparecidos casi 45.000 personas".
Estela de Carlotto - “abuela” de Plaza de Mayo

Lo primero que me viene en mente frente a esta pregunta, viendo lo que fue de la República en manos de algunos de ellos o de sus alcahuetes en estos doce años, es que si fuera cierto hoy tendríamos un gran País. No habríamos vivido en el desastre de la última década ni hubiéramos transitado como bola sin manija treinta y tres años de democracia en manos de ignorantes y ladrones, así en este orden de 1983 en adelante. Ni estaríamos hoy en la incertidumbre de saber que será de la República en los años venideros.

Las cifras de bajas de la guerrilla son imprecisas, pero no mucho. Sí sabemos con exactitud las nuestras porque, tumbas sin consuelo pero sin olvido, nos obligaron, en el afán vengativo de quienes se apoderaron del “curro” de los derechos humanos, a recordar año a año y con fervor a aquellos que estos han querido hacer desaparecer de la historia. Si no hubiera sido por este recuerdo estoico e inmutable, Paula Lambruschini terminaría, en la “memoria” colectiva que querían imponer, muerta atropellada por un ómnibus y Carlos Sacheri desnucado, después de misa, al patinar en las escalinatas de la Catedral de San Isidro.


En la paranoia puesta de manifiesto por los que han usufructuado la guerra que vivimos,  todos los caídos -de ellos- son desaparecidos o ejecutados. Esto conviene al relato de una “juventud maravillosa” que no mató, no persiguió y no torturó y que si en algún momento tuvieron  la necesidad -porque “el pueblo y la patria” lo demandaban- de ejecutar a alguien lo hicieron con el corazón contrito y sin rabia. Más o menos un “Hansel y Gretel” de los setenta.

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Se ha demostrado hasta el cansancio que los desaparecidos -algo inmensamente estúpido que le costó el cargo al General Menéndez ya que él insistía en que hubiera cortes marciales, ejecución y entrega del cuerpo a familiares- no fueron 30.000. Primero por la afirmación de Luis Labraña, ex montonero, que afirma haber inventado esa cifra estando exiliado en Holanda y segundo, porque cualquiera que lea con detención el excelente libro de José D’Angelo, “Mentirás tus muertos” puede ver -hasta el cansancio y la náusea- como se urdió la mentira de los 30.000 desaparecidos y cuál era el trasfondo de este número; que esto sirviera para un espurio negociado que hizo millonario a los buitres -machos o hembras- que manejan las “orgas” de los derechos humanos tira abajo la maravillosa mentira con la que durante años se han dedicado a lavar el cerebro de los argentinos, y eso es algo que no puede permitirse, porque esta fábula épica solo se sustenta en la falacia.

Nada se cuenta en ella de la “venta” de perejiles para salvar el propio resuello, de los “propios” fusilados por traidores, de los que se convirtieron en soldados de un almirante, ni que estos, al entrar por Paso de los Libres en la contraofensiva montonera de 1978, ya venían con el endoso en el cogote y que, de la mano de quien después fue el general de la democracia, entraban a “La Polaca” como etapa de un viaje sin retorno.

Hay algo que con el tiempo se torna peligroso y es dedicar la vida y la mente, más allá de los beneficios obtenidos, a la construcción de una estafa moral. Hoy, la abuela Carlotto ha decidido subir la apuesta y ha aumentado -solo ella conoce las fuentes- en un 50% los tradicionales “desaparecidos” de la guerrilla, al mismo tiempo que decía sentirse discriminada porque el presidente Macri recibió a las víctimas del Holocausto y no a ella que, convencida de la patraña que usufructuó, ha empezado a creer en una Shoa vernácula.

Los síntomas de la locura senil son variados y aparecen de forma progresiva, la confusión es el primero de ellos.

Jose Luis Milia

EL JEFE DE GABINETE DE PATRICIA BULLRICH CONSIDERÓ QUE LOS JUICIOS A REPRESORES SON “LA LEGALIZACIÓN DE UNA VENGANZA”

Se trata de Pablo Noceti, quien argumentó que estos procesos son “instrumentos de revancha y de represalia política”. También, repudió el fin de la obediencia debida y la ley de punto final.


El jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti, defendió a represores de La Pampa y de Concepción del Uruguay. Además, consideró que estos procesos eran “la legalización de una venganza”.

El letrado fue socio del estudio de Alfredo Battaglia y Luis Fernando Velasco, que integraban la la Corporación de Abogados Católicos, que definía a los juicios por los delitos de lesa humanidad como “instrumentos de revancha y de represalia política”.

Según informa el diario Página 12, Noceti suscribió la apelación al procesamiento del teniente coronel Fabio Carlos Iriart, responsable de la represión ilegal en La Pampa y a quien el juez Rodolfo Canicoba Corral había responsabilizado por 31 privaciones ilegales de la libertad y 26 casos de tormentos. En esa oportunidad, Noceti argumentó que la acusación estaba sustentada en “ligerezas” propias de  “un proceso en el que la verdad material interesa muy pero muy poco y donde impera la legalización de una venganza, estructurada y diseñada en el poder político, desde el cual se pretende hacer un uso extorsivo del poder judicial al servicio de inconfesables intereses”.

Además, expresó su preocupación de que “nuevos vientos políticos” demarcaran “los destinos del poder judicial, que aparece al servicio de estos vaivenes”. Asimismo, consideró “imprescindible hacer un llamado a la institucionalidad de la República” y añadió: “El poco interés en respetar la Constitución y el debido proceso es tan evidente que parece innecesario fundamentarlo”.

También, sostuvo que los juicios representaban la “manipulación del poder judicial orquestada desde el poder político de turno” y alertó que “la conclusión a la que habrá de arribarse en el futuro es la venganza y el encarcelamiento de los imputados” a partir de “la violación de las reglas elementales del proceso”.

Por otra parte, el funcionario cuestionó que se haya declarado la imprescriptibilidad de los delitos de lesa humanidad y afirmó que la ley del Congreso que declaró el fin de la obediencia debida y el punto final  “debería avergonzar a todos los juristas serios de la República”.

30.000 DESAPARECIDOS ¿VERDAD O MENTIRA?

Por Mauricio Ortín

Estimado Sr. Presidente Mauricio: La afirmación del secretario de Cultura de la ciudad de Buenos Aire, Darío Lopérfido, respecto de que en la Argentina “no hubo 30 mil desaparecidos” ha generado, como ocurre cada vez que se cuestiona dicha cifra, la intempestiva reacción, entre otros, de Estela de Carlotto y de Adolfo Pérez Esquivel. “Manejamos la cifra de 30 mil porque los propios depredadores registraron cerca de 45 mil” disparó la titular de Abuelas de Plaza de Mayo; “Le pediría a Lopérfido que se informe. Soy un sobreviviente de la época de la dictadura” reprochó el Nobel de la Paz argentino. Todo esto dicho con alto grado de fastidio; fastidio que no se ajusta a la respuesta chapucera con la que pretenden desmentir a Lopérfido. Si Carlotto y compañía le dan el crédito a los “depredadores” (militares que pelearon contra la subversión) que hablan de 45.000 entonces debieran dárselo también cuando estos declaran en los juicios en los que son acusados. ¡Qué esperanza! No. Allí corre ese mamarracho jurídico del “testigo necesario”, según el cual la palabra (testimonio) de la víctima (ex terrorista, en la mayoría de los casos) vale mucho más que la del victimario (acusado). Además, ¿Cuándo los militares dijeron tal cosa? ¿Dónde está ese registro? El General Reynaldo Bignone declaró en juicio “Acá no hubo más de 8000 desaparecidos”. El general Videla mencionó 7.000. Por otro lado, ¿de dónde saca Pérez Esquivel que ser sobreviviente de la dictadura le da autoridad de experto para afirmar concluyentemente sobre el número real? Es él quién debe informarse y no Lopérfido dado que, al respecto, los datos oficiales establecidos hasta el último día del gobierno de Cristina y que están al alcance de cualquiera en la página web de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, aseveran categóricamente que las “Víctimas de desaparición forzada y asesinato en hechos ocurridos entre 1966 y 1983” ascienden, exactamente, a 8631 casos desde el golpe de Onganía hasta la asunción de del Dr. Alfonsín. Véase el link:


Para alguien mínimamente informado resulta ostensiblemente falso y fuera de toda duda de que hayan sido 30.000. De allí que, ante la demostración palmaria de que no existe el menor indicio para sostener semejante cifra y si, en cambio, sobrados para estimarla alrededor de los ocho mil, los deshonestos recurran a la falacia ad hominem; es decir, pretender refutar el argumento de los ocho mil descalificando a quien  lo esgrime.  Así, entonces, se insinúa que Lopérfido quiere minimizar la represión del gobierno militar motivado por una suerte de afinidad o complicidad con los “malditos” Videla, Massera y compañía. En suma, una extorsión pues la verdad no es asunto que se dirima por la simpatía que tenga a una o varias personas. Y de serlo, lo recomendable sería seguir al viejo Aristóteles, quien, en circunstancias comparables, subrayó: “Soy amigo de Platón pero más amigo soy de la verdad”.

Así las cosas, no queda otra que pensar que miente, descaradamente, la gran mayoría de aquellos que mediana o suficientemente informados insisten en los 30.000. Comenzando por la ex presidente Cristina Kirchner y siguiendo por Carlotto, Pérez Esquivel, Bonafini, Verbitsky, Recalde, etcétera. Lo mismo vale para las ONG de DD.HH. y también para la política tan celebrada de “Memoria, Verdad y Justicia” y que para el presidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, tiene el rango superior de “política de Estado” por el hecho de haber sido consensuada por los tres poderes. Lo que no aclaró el presidente de la Corte es si la escandalosa mentira en la que se funda (no es la única) también surgió del consenso. Mentira que, con la mera diligencia de contrastarla con los datos oficiales, revienta como como un forúnculo purulento. En este caso, el Estado, que le dice a los argentinos que son 30.000 los desaparecidos (desde el 24 de marzo de 1976 al 10 de octubre de 1983) mientras tiene efectivamente registrados 8631 (desde 1966 a 1983) además de mentir, delinque.

- Señor Presidente de la Nación Mauricio Macri, usted debe, con el riesgo  de ser considerado cómplice,  poner fin a esta ignominiosa situación que abochorna a los argentinos. Solamente consiste en refrendar los informes que obran en su poder, pues ordenar debidamente  los hechos históricos desde el Estado es propio de los gobiernos probos y justos. Ubicando  las cosas en su lugar hará  suyo el lema de ese gallardo rioplatense que dijo “con la verdad ni ofendo ni temo”[1].





[1] Se refiere a José Gervasio Artigas, 

Y QUE CORTEN MIL CALLES MÁS

Domingo, 24 de enero, 2016


Empezaron con multitudinarias plazas del amor donde se juntaban a putear a los que generaban guita. Siguieron con ferias en las que los niños podían jugar al tiro al blanco mediante escupitajos a periodistas. Luego de no llenar Parque Lezama, empezaron a copar los patios internos de la Casa Rosada. Del “si la tocan a Cristina, qué quilombo se va a armar”, pasaron al “ya van a ver, vamo’ a volver”, como si la democracia se tratara de una Fiesta de Quince en la que hay que confirmar cubierto. Luego llegó el “resistiendo con aguante”, algo que sólo puede salir de un cerebro con una vacante en el casillero de sinónimos, como puteando con insultos, o siendo virgen con castidad.

La resistencia con aguante generó una plaza colmada para una charla magistral de Axel Kicillof y un montón de carenciados afectivos que dijeron “dónde viste un ministro de Economía tan querido”. En lo particular, con que supiera de economía, me conformaba. Para que lo quieran ya tiene a la familia. Resistir con aguante también dio como fruto un “Manual de Micromilitancia Activa” en el cual se recomiendan acciones que ellos consideran de “guerrilla comunicacional”, como utilizar a tus propios hijos para montar conversaciones ficticias frente a los precios en el supermercado que disparen el temor de la vieja de al lado, que lo único que quiere es llevarse tres tomates para acompañar el churrasco.


Luego vino una marcha para repudiar la censura a Víctor Hugo Morales, que fue despedido de Continental por inviable. Movilización, equipos de sonido que nadie se preguntó quién pagó, y el Cuervo Larroque parado al lado del relator de fútbol para bancarlo. Sí, el mismo que hizo rajar de la TV Pública a Juan Micelli luego de que éste le preguntara si era necesario que La Cámpora monopolice la solidaridad ajena tras la inundación de La Plata en 2013.

También despidieron a Eduardo Feinmann de Radio 10, pero nadie organizó una marcha, no sabemos bien si por falta de tiempo, o porque les dijeron “el Feinmann malo” y no sabían bien de cuál de los dos se trataba. Lo cierto es que, mientras al Edu lo mandaban a la casa, en el Congreso se daba una situación de esas que sólo pueden pasar cuando un Kirchner está en el medio: pelearse por un despacho para Máximo. Si bien en un principio me solidaricé porque entiendo la emoción que debe sentir el primogénito de Néstor y Cristina al pegar su primer laburo pisando los cuarenta, no pude dejar de pensar que siempre pueden caer abajo. De llenar plazas a “Mamá dice que esa oficina es mía”, sin escalas.

Por si fuera poco, el kirchnerismo residual se encuentra ante el enorme drama de tener que movilizarse y bancar la organización sin caja y con la conducción del PJ reclamada por Scioli, que dedica sus días a mencionar a Rial por Twitter. Al perder la provincia de Buenos Aires, no les quedó ni un refugio para meter contratados que pueda satisfacer la demanda de trabajadores que quieren ser ociosos y cobrar por ello. Sorprendentemente, ni siquiera son solidarios: con toda la que se llevaron, tienen para mantener a todo el lumpenaje, pero a esta altura ya sabemos que no son de poner cosas de su bolsillo.


Quizá uno de las mayores contradicciones de esa asociación ilícita que hemos dado en llamar “kirchnerismo” es que se hayan presentado como los paladines del crecimiento del Estado omnipresente y, a su vez, fomentaran el crecimiento de organizaciones paraestatales. Como el Joven Manos de Tijera, todo lo que ha tocado El Modelo lo hizo pomada. Obviamente, las luchas sociales no podían ser la excepción y allí terminaron Luis D’Elía premiado con una repartición nacional en vez de ir en cana por prender fuego otra repartición nacional, Milagro Sala montando una megaempresa cuya materia prima es la necesidad de los más pobres, y Hebe de Bonafini patinándose miles de millones de pesos de la mano de Sergio Schoklender, hecho con el cual consiguieron lo que ni los milicos pudieron: desprestigiar a las organizaciones de derechos humanos.

El caso de Milagro Sala hoy está en boga simplemente porque cayó en cana y porque muchos compraron el verso de que nada cuenta cuando esa persona está de nuestro lado. O sea: si creyeron que lo de Once fue obra de extraterrestres interesados en la vida inteligente de nuestras tierras y no de la joda loca de los subsidios que se chorearon, o que la derrota de Aníbal Fernández y Daniel Scioli se debió a una campaña periodística y no a que presentaron de candidatos a Aníbal Fernández y a Daniel Scioli, está claro que no importa que la líder carismática jujeña y representante del movimiento Nacional y Popular en el Parlasur se patine unos morlacos cual bacana en el Conrad Punta del Este Resort & Casino.


El problema es que quisieron ponernos como ejemplos y modelos a seguir a las organizaciones que supuestamente combaten el poder hegemónico concentrado. Y muchos compraron sin darse cuenta que ser Gobierno es ser el Poder. Estuvieron más de doce años y medio y la culpa es “del verdadero Poder”, y lo dicen sin ponerse colorados ni tirar un freno de mano para pensar por un nanosegundo en la contradicción de quién carajo es el que tomaba las decisiones en el país mientras ellos cantaban apretujados en los actos de Cristina. Y ese modelo de resistencia al Poder desde el Poder sólo pudo ser aceptado a través del delirio o la comodidad de sentirse parte de algo por una vez en la vida. No tiene nada de meritorio la beneficencia y cooperativismo con la guita ajena, ni se diferencia mucho de lo que hacen las grandes corporaciones cuando nos extorsionan diciendo que, si compramos su producto, una familia que nunca vimos puede dejar de vivir en la calle, en vez de hacer la donación directamente, en silencio y sin darnos culpa. Tampoco encuentro dónde está el motivo del aplauso al combate al capitalismo financiado por los impuestos de los que motorizamos el país a fuerza de capitalismo básico: producción.

Cuando dicen que Milagro Sala es una presa política no mienten: para la concepción que tienen de la política, el apriete, el clientelismo extorsivo, la amenaza, el exterminio de la competencia y el choreo estratificado es natural. Y si para ellos de eso se trata la política, ir preso por chorear, apretar y extorsionar, es ser un preso político. Si les mostraron que Boudou tiene hasta un domicilio en un médano y hablaron de operación de desprestigio, o defendieron todos y cada uno de los millones injustificables de Cristina, es porque creen que así está bien comportarse, que es lo normal. A lo largo de mi vida me cansé de escuchar “lleva años viviendo de la política, está forrado en guita”, como si estuvieran hablando de la carrera laboral que se mandó el pibe que empezó de cadete y llegó a CEO de la empresa. Está increíblemente naturalizado. Y si el kirchnerismo se caracterizó por aprovecharse al extremo de todos nuestros defectos cívicos, estaba cantado que la malversación de caudales públicos no podía ser la excepción a la regla, ni que tampoco iba a zafar de esta ley física la defensa ciega hasta el ridículo de cualquier animalada.

Es por todo esto que creo que si quieren cortar calles, que corten todas las que quieran. Si desean realizar una marcha para repudiar la censura al programa inviable de Víctor Hugo, que hagan una por día. Si les pinta hacer una movida para exigir que se reforme la Constitución para que Cristina sea declarada Emperatriz de la galaxia, que lo armen en formato anual. Si se les antoja organizar una petición para que el Papa decrete que todos los días son San Néstor Kirchner, que lo hagan pero con mesas en cada esquina e interrumpiendo a cada transeunte. Si quieren armar un debate público en Parque Saavedra para debatir el rol durante la dictadura de la faja que le pusieron al despacho que Máximo quería para él, que hagan cien. Si se les canta seguir con la micromilitancia activa de guerrilla comunicacional, que no se limiten al supermercado, el bondi o el subte: vayan casa por casa y toquen cada timbre, preferentemente a la hora de la cena. Y si quieren reclamar por la delincuente común Milagro Sala y decir que en realidad es una presa política, por mí que prendan fuego todo.

Porque cada vez que se mandan una de esas, nos recuerdan de la que zafamos y de lo que nos costó zafar. Y todas y cada una de sus acciones de micromilitancia activa son recordatorios pegados en nuestras cabezas que nos dice que aguantemos, que nada puede ser peor. Todavía no se dieron cuenta de que, si hay ajuste y recesión inflacionaria y así y todo las cosas están tranquilas, es porque veníamos de ajuste y recesión inflacionaria, pero con ellos rompiéndonos las tarlipes las 24 horas, los siete días de la semana, todos los meses del año. Básicamente: que tiraron tanto, pero tanto de la soga, que hasta no llegar a fin de mes nos resulta relajante, porque ahora podemos elegir si queremos escuchar que nos griten que la culpa es de la década de los noventa y de la Alianza, o sea, nuestra por no haber notado antes que estaba por llegar el kirchnerismo salvador para redimirnos de nuestro pecado liberal y devolvernos a la senda del Señor Estado, ese que es tan, pero tan grande que no podía agacharse a levantar a los más necesitados.

Así que sí: sigan. Y que no aflojen, eh, que acá tenemos la memoria bien frágil y, en una de esas, nos olvidamos que alguna vez tuvimos un Gobierno que nos endeudó desendeudándonos, que nos empobreció redistribuyendo y que nos limitó nuestras libertades empoderándonos de derechos.


Domenica. Sí, no es un día habitual para que aparezca un texto mío, pero para no romper con la tradición calabresa que dice que en el día del natalicio hay que hacer todo lo que uno quiere repetir durante el año, aquí estoy, publicando un nuevo texto en mi cumpleaños número 34. Yo hago mi parte cabulera, ustedes hacen el resto. Gracias.

Publicado por Lucca   
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martes, 26 de enero de 2016

DICTAMEN DE LA ACADEMIA NACIONAL DE DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES DE BUENOS AIRES SOBRE LOS TRATADOS INTERNACIONALES Y LA SUPREMACÍA DE LA CONSTITUCIÓN NACIONAL


Ante la doctrina judicial sustentada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en las causas “Arancibia Clavel” (que motivó el dictamen de esta Corporación de fecha 7 de diciembre de 2004), “Espósito” y “Simón”, en las que el Alto Tribunal se pronunció a favor de la primacía de los tratados y convenciones de derechos humanos sobre la Constitución Nacional, la Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos Aires considera necesario expresar su opinión y dictamina:

1. El Art. 75, inc. 22 2° párrafo de la Constitución Nacional establece que los tratados y convenciones de derechos humanos que allí se mencionan tienen jerarquía constitucional, pero siempre que cumplan tres requisitos: a) En las condiciones de su vigencia (reservas y cláusulas interpretativas que introdujo el gobierno argentino en el momento de su ratificación). b) No derogan ningún artículo de la primera parte de la Constitución. c) Sólo pueden tomarse como complemento de los derechos y garantías constitucionales para la interpretación de los mismos. Tanto es así que, en el seno de la Convención Constituyente de 1994, la Comisión de Integración y Tratados Internacionales había redactado un proyecto por el que daba primacía absoluta a los tratados por sobre el derecho interno, es decir que establecía el suprainternacionalismo. Pero fue cambiado por el texto del Art. 75, inc. 22 vigente. Éste, obviamente, tiene una redacción muy distinta a la del proyecto de la Comisión de Integración y Tratados Internacionales.

2. El Art. 27 de la Constitución Nacional no ha sido derogado ni se encuentra subordinado a los tratados internacionales. Por otra parte, los propios tratados de derechos humanos enumerados en el Art. 75, inc. 22 2° párrafo establecen los principios de legalidad, irretroactividad de la ley penal, ley penal más benigna, cosa juzgada, derechos adquiridos, etc.. Más aún, uno de ellos, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos ha dado jerarquía constitucional al principio de ley penal más benigna, que hasta entonces sólo tenía nivel legal (Art. 2 del Código Penal).

3. Los principios de legalidad, irretroactividad de la ley penal, ley penal más benigna, cosa juzgada, derechos adquiridos, no sólo están en el texto de la Constitución Nacional, sino en su espíritu y, más aún, constituyen la esencia del constitucionalismo clásico de los siglos XVIII y XIX. Principios que no han sido modificados por las etapas posteriores del constitucionalismo, que tienen varios siglos de vigencia y que nunca han sido cuestionados.

4. La Convención sobre imprescriptibilidad de las penas, a la que en el año 2003 se le otorgó jerarquía constitucional, de conformidad con el Art. 75, inc. 22 3° párrafo de la Constitución Nacional, obtuvo esa calidad por el Congreso que, por emanar de un poder constituido, no puede alterar las prescripciones que la propia Constitución (poder constituyente) dispone que no se pueden derogar, entre las cuales se encuentran los principios de nuestro derecho público constitucional antes enunciados, cuyo rango es superior a tenor del Art. 27 de la Constitución Nacional.

5. La doctrina judicial que asigna primacía a los tratados de derechos humanos y a la costumbre internacional sobre las normas de la Constitución Nacional implica conculcar su Art. 31, que establece el orden de prelación jurídica del sistema normativo argentino, y si aceptáramos que la reforma constitucional ha modificado dicho Art. 31, la reforma sería nula de nulidad absoluta, porque así lo disponen los arts. 6º y 7º de la ley 24.309 que convocó a la Convención reformadora y que disponen que ella no puede introducir modificación alguna en la primera parte de la Constitución (Arts. 1 al 35 inclusive), lo que así corresponde de lege ferenda.


Buenos Aires, 25 de agosto de 2005


Juan Carlos Cassagne       Alberto Rodríguez Galán

Académico Presidente      Académico Secretario

LA TABLADA


El 23 de enero se cumplieron 27 años del feroz ataque de una horda de terroristas integrantes del llamado Movimiento Todos por la Patria (MTP), que tomaron por asalto, a sangre y fuego, el Regimiento de Infantería Mecanizada Nº 3 de La Tablada. Gloria eterna para todos los que ofrendaron su vida, junto a mi gratitud y reconocimiento para los integrantes de las Fuerzas Armadas y de seguridad que con arrojo y valentía recuperaron la guarnición, defendieron el Estado democrático y el deseo de todos los argentinos que apostamos a vivir en paz y concordia.

Alejo Uribe
DNI 6.259.301


DARÍO LOPÉRFIDO: “EN ARGENTINA NO HUBO 30 MIL DESAPARECIDOS”

El ministro de Cultura de la Ciudad hizo polémicas declaraciones sobre el terrorismo de Estado. Para el funcionario porteño, esa cifra “se arregló en una mesa”


El ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires y director del Teatro Colón, Darío Lopérfido, puso nuevamente en duda el número de víctimas del terrorismo de Estado durante la última dictadura militar, al afirmar que “en Argentina no hubo 30 mil desaparecidos”.

Para Lopérfido, esa cifra “se arregló en una mesa cerrada”. Las polémicas declaraciones del funcionario macrista fueron vertidas durante un encuentro organizado por el periodista Luis Majul, con su espacio itinerante Margen del mundo, que esta vez hizo su presentación en la ciudad balnearia de Pinamar.


Además, el marido de Esmeralda Mitre consideró que la "Argentina es un país con una historia violenta pero no más violenta que en otros países del mundo", y afirmó que "la historia dice que los Montoneros construyeron la democracia cuando en realidad la atacaron".


  1. "En Argentina no hubo 30 mil desaparecidos, se arregló ese número en una mesa cerrada" Darío Loperfido
Al retomar un tema sensible para todos los argentinos, máxime por tratarse de un portavoz del gobierno de la Ciudad, Lopérfido despertó la reacción de diversas personalidades vinculadas a la defensa de los derechos humanos.

Una de ellas fue la presidente de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, quien salió al cruce de Lopérfido: “Qué maldad empezar a manejar esta cifra. Si este señor considera que ese no es el número que nos dé la lista de lo que él piensa que son”.

“Nosotros manejamos esa cifra porque los propios depredadores lo llevaron a 45 mil. Hay montones de denuncias que no han quedado registradas -recordó Carlotto- porque hubo familias enteras que fueron diezmadas. Se registraron las denuncias como se pudo y todavía seguimos recibiendo denuncias de nietos nacidos en cautiverio”.

La titular de Abuelas manifestó en una reciente entrevista su malestar por no haber sido recibida con la organización que preside por Mauricio Macri, quien ante un pedido de audiencia adujo problemas de agenda. “Nos dijo que no tenía tiempo”, señaló Estela de Carlotto.

También el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel salió al cruce de las declaraciones de Lopérfido: “Le pediría que se informe. Soy un sobreviviente de la época de la dictadura”, sentenció.

lunes, 25 de enero de 2016

CRETINOS SIN CAMBIOS


“Hay que tener temple de héroe para ser,
sencillamente, un hombre decente”.
 John Le Carré

Desde luego, y más allá de la exitosa visita de Mauricio Macri, con la remarcable compañía de Sergio Massa, al foro de Davos, la semana que pasó estuvo marcada por el increíble aumento de la inflación, en especial en materia de alimentos. A principios de diciembre, los industriales argentinos, tan afectos a la protección y los favores del Estado, previeron que la apertura del cepo cambiario que ejecutaría el Gobierno tan pronto asumiera, llevaría la cotización del dólar a alrededor de $ 20, y acomodaron sus precios a esas perspectivas imaginadas.

Como sabemos, el tal vez excesivo éxito de la medida lo ha hecho fluctuar en torno a los $ 14 por unidad y, sin embargo, no hubo una retracción similar en los precios, lo cual prueba la catadura moral de esos falsos "capitanes de la industria"; ni siquiera el aumento en el valor de sus empresas medido en términos bursátiles, producto precisamente del cambio copernicano en la forma de gestionar la cosa pública, ha conmovido el duro corazón de estos señores, tan atado al cortoplacismo y tan amante de la ganancia inmediata. Macri, que los conoce bien, debiera comenzar ya mismo a poner límites a tanta ambición y a tanto egoísmo; basta para ello que los obligue a competir, abriendo paulatinamente el comercio, y a adecuarse a esa nueva realidad, compitiendo por calidad y precio. La adopción de una conducta de este tipo no sólo garantizaría los puestos de trabajo actuales sino que, seguramente, permitiría crear muchísimos nuevos por efecto de una gran demanda global de productos locales de excelencia.

El otro hecho fue la reacción del kirchnerismo (con la conspicua presencia de Estela Carlotto) y de los partidos de izquierda frente a la detención, bajo imputaciones de delitos comunes, de la dirigente de la Tupac Amaru, Milagro Sala, calificada de presa política. Son los mismos que no dudaron en dejar como herencia a más de dos mil detenidos desde hace más de diez años, muchos de ellos sin condena, por el solo hecho de haber vestido el uniforme de la Patria cuando, quienes ahora acusan, asesinaban indiscriminadamente, ponían bombas, atacaban los regimientos del gobierno democrático que obtuvo más votos en la historia e, inclusive, pretendían transformar a Tucumán en "estado beligerante", protegidos por Cuba, Libia, Vietnam, Argelia, Líbano, etc.

Tal como sucediera durante la década saqueada, estos dementes pretenden aún, cuando ya han perdido las elecciones y el poder, imponer el patoterismo a la vigencia de la ley y no dudan en continuar ocupando el espacio público con sus piquetes mafiosos, sensiblemente más raleados por la escasez de fondos oficiales para transportar y sostener a sus integrantes. El viernes, mientras la ciudad ardía, me preguntaba dónde estaban los jueces y fiscales que nada hacían para poner fin a estas cosas, que tanto perjudican a los demás.

Y el tercer hecho significativo fue la gigantesca demostración de dolor cívico que constituyó la conmemoración del primer aniversario del asesinato del Fiscal Nisman tras su denuncia contra Cristina y Twitterman por encubrimiento de los autores del atentado a la AMIA, al parecer algo indispensable para los oscuros negocios que el kirchnerismo realizaba con Venezuela y con Irán.

El 1° de febrero, los jueces federales, que tanto han dormido, alquilados (nunca vendidos) durante los negros años de ambos Kirchner, además de avanzar en la causa del inexplicado memorandum firmado con los ayatolás, debieran sacarse las lagañas, quitar el polvo de cientos de expedientes de denuncias de corrupción y comenzar a llamar a quienes tanto confundieron los dineros públicos con personales. Hasta en Brasil y en Estados Unidos, la Justicia está avanzando contra delincuentes como Julio de Vido, por cobrar coimas de Petrobras y beneficiar a los amigos del poder, o Mariano Recalde y Ricardo Jaime, por sobreprecios en la compra de aviones para Aerolíneas Argentinas; ¿cómo explicar, entonces, que Anímal Fernández, tan sindicado como gerente del narcotráfico, no haya sido aún citado por juez alguno?

A las sesiones ordinarias del Congreso, el Poder Ejecutivo debería enviar sendos proyectos de ley que permitan incorporar a nuestros códigos la figura del arrepentido -la delación premiada- para permitir que muchos cuenten lo que saben y, en su caso, aporten las pruebas necesarias para combatir a los corruptos -funcionarios, empresarios y ciudadanos- de todo pelaje, incluido el fabuloso negocio realizado con los derechos humanos, y el decomiso, en beneficio del Estado, de las ilícitas fortunas así amasadas.

Pero pretendo continuar con propuestas positivas para el Gobierno, que permitan cambiar nuestra triste realidad. Hoy le tocará el turno, precisamente, a los jueces y fiscales de menor cuantía y, por qué no, a la policía, tan cuestionada en estos días. Tampoco en esta materia voy a inventar la pólvora; por eso, mi sugerencia es imitar un modelo que tanto éxito ha tenido en los Estados Unidos. Allí, los ciudadanos eligen, entre ellos mismos, a los fiscales y a los jueces inferiores y hasta su jefe de policía local, que ocupan sus cargos por determinados períodos pero pueden renovar sus mandatos; como los así escogidos forman parte de la misma pequeña comunidad en que ejercen sus funciones, el control de sus actos y de los eventuales cambios en su vida personal la realizan los propios vecinos, que los premian o castigan con su voto.

Las ventajas de adoptar un sistema similar, sobre todo en los pueblos del interior, son obvias: alivio en la tarea de los tribunales superiores, rapidez en los procedimientos, proximidad con los hechos, independencia en las decisiones, y justicia en las sentencias, civiles y penales. Si quien ejerciera como "sheriff" fuera un ciudadano común, conocería a su comunidad como nadie, y sería conocido por ésta hasta en sus menores hábitos y costumbres, impidiendo así que cayera en la tentación de corrupción, so pena de terminar él mismo en la cárcel. Obviamente, una solución de este tipo no podría aplicarse en las grandes ciudades, donde todos somos anónimos, y tampoco podría dejarse en manos de estos funcionarios locales la actuación contra los grandes delitos federales, pero significaría un enorme avance en la lucha contra todas las formas de delincuencia.

Espero, finalmente, que Macri reponga, bajo control civil, a la Gendarmería Nacional, a la Prefectura Naval y a la Policía de Seguridad Aeroportuaria en sus funciones específicas, dotándolas de todos los medios -y de la voluntad política- necesarios para encarar seriamente la lucha contra el narcotráfico; si lo hace, nos alejará del trágico destino que hoy desangra a México.

Bs.As., 24 Ene 16 

Enrique Guillermo Avogadro
Abogado