viernes, 15 de mayo de 2020

¿APRENDEREMOS DE UNA VEZ POR TODAS?



En abril del 2015 el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, comunicaba al Congreso su intención de eliminar a Cuba de la lista de países que supuestamente patrocinan el terrorismo.


La decisión llega como parte del proceso de normalización de relaciones entre Estados Unidos y Cuba que se iniciaba el pasado mes de Diciembre, y sólo tres días después de la reunión que Obama y Raúl Castro mantenían en panamá durante la Cumbre de las Américas. La decisión entrará a los 45 días de la notificación de Obama al Congreso.

En su comunicación al Congreso, Obama certifica dos aspectos: por un lado, que el gobierno cubano no ha proporcionado apoyo al terrorismo internacional en los últimos 6 meses, y por otro, que ha garantizado que no apoyará actos de terrorismo internacional en un futuro.  Estos son los dos aspectos que la ley exige para sacar a un país de la lista mencionada.

Estados Unidos anunció el miércoles (13.05.2020) que incluyó a Cuba en su lista negra de países que no colaboran plenamente en la lucha antiterrorista, una medida que prohíbe vender armas a la isla, alegando la presencia en el país de la guerrilla colombiana del Ejército de Liberación Nacional (ELN). “Este es el primer año en que Cuba ha sido certificada como no totalmente cooperante desde 2015”, dijo el Departamento de Estado en un comunicado.

Sinceramente no podemos entender que el presidente Obama haya creído en las falsas promesas de Raúl Castro, quién con su ya fallecido hermano se cansaron de exportar la violencia de la revolución cubana a todos los países de Latinoamérica y algunos de África. Nuestro país aún no ha cerrado las profundas heridas que nos produjo una guerra interna limitada. Dios perdone a Obama por su candidez, nosotros somos más pragmáticos y conocemos la traición de los americanos. Nos traicionó James Earl "Jimmy" Carter y “su política de ddhh”, nos traicionó Ronald Reagan con su apoyo al Reino Unido y destrozando el TIAR y nos traicionó Obama con su política de acercamiento a Cuba.


Y ahora para colmo recibimos ayuda cubana para combatir la pandemia del Covid-19, a lo que hay que sumar el posible empleo de las FFAA en operaciones contra el narcotráfico... ¿Tan ingenuos nos creen?




Esperamos que algún día la historia escriba su verdad justiciera, ahí aprenderemos un poco tarde a no tropezar siempre con la misma piedra, para lo cual recomendamos leer el siguiente libro de nuestro amigo el Cnl Rávago de Venezuela… lo pueden comprar en Amazon.com:

LA GUERRA SIN NOMBRE: ESTRAGOS DEL NARCOTERRORISMO EN AMÉRICA
de Rubén Darío Bustillos Rávago (Autor)


“…este libro tiene importancia continental, porque aquí el autor se refiere a acciones concretas de las múltiples intervenciones realizadas por el castro-comunismo en América”. Gral. de Brig. (Ej) Teodoro Diaz Zavala.

“…valioso trabajo, que debe ser lectura obligada para todos los que pensamos en una Venezuela libre, soberana y democrática”. Gral. de Brig. (Ej) Juan Antonio Herrera Betancourt.

“…un compendio histórico que recomiendo leer de inicio a fin para que las generaciones del pasado recuerden estos eventos, las del presente los conozcan y las del futuro… abran los ojos…” Gral. de Brig. (GN) Miguel A. Aparicio.

“…un alertar a los latinoamericanos sobre el peligro que se cierne sobre los pueblos de la región de caer en manos del narco-terrorismo que tanto daño a causado en nuestro otrora bello país: Venezuela”. Cnel. (Av) Oswaldo Martínez.

¿HASTA CUÁNDO?


El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, capaz de repetir errores, situaciones que lo dañan y lastiman. En nuestro país repetimos errores de un pasado, que no se nos permite dejar atrás y para poder mirar un futuro promisorio, el que debemos construir partiendo casi desde cero… Una vez más.

¿Hasta cuando seguiremos tropezando con esa piedra? Los “colectivos” de hombres y mujeres que viven de la política y la militancia, de sindicalistas eternizados en su podio de poder y corrupción, de los derechos humanos para algunos y el resto que se jodan. ¿Hasta cuándo?

Ya son 564 los fallecidos, pertenecientes a todas las Fuerzas Armadas, Fuerzas de Seguridad, Fuerzas Policiales, Fuerzas Penitenciarias y Civiles muertos privados de su libertad
Una vez más la arbitraria y discriminación judicial que mantiene en prisión a hombres, que no son delincuentes comunes, son los verdaderos Presos Políticos ignorados por todo el mundo. No somos personas del derecho, tal vez el señor presidente de la Nación -que es profesor adjunto de la cátedra “Teoría General del Delito y del Sistema de la Pena”- pueda explicar al pueblo que gobierna las siguientes dudas que dejamos planteadas:


¿Cuál es la causa por la que se mantiene injustamente privados de su libertad, a las personas que en la década del '70 defendieron a la República Argentina, de la toma del poder absoluto a través de la violencia de las organizaciones político-militares? A pesar que existen numerosas denuncias ante organismos nacionales e internacionales de que los llamados “juicios de lesa humanidad” están plagados de “irregularidades jurídicas”

¿Por qué el estado no se ocupó de cumplir su obligación constitucional de garantizar el debido proceso en estas causas?

¿Por qué a estas personas no se les cumple el artículo 18 de la Constitución Nacional Argentina?

¿Por qué a estas personas no se les aplica el derecho de la ley igualitaria?

Para no tropezar más con la misma piedra estamos peticionando, ante el señor presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, que se efectúe una Auditoría Jurídica sobre lo actuado en los mencionados juicios de “lesa humanidad”, en el que las partes designen a intachables peritos judiciales para que emitan un dictamen… caiga cara o cruz, la justicia, las partes y la sociedad toda deberán aceptar y cumplir ese resultado. Sería lo más sano para el bien común.



APRENDER DEL PASADO

Aunque parezcan tan solo un extravío político y judicial, las indiscriminadas liberaciones de presos podrían anticipar la repetición de trágicos hechos

A partir de la aparición de la guerrilla revolucionaria en la Argentina durante el gobierno democrático de Arturo Frondizi, en 1959, su delictivo accionar fue reprimido en el marco de la ley por los Juzgados Federales de Sección, tanto en tiempos de gobiernos civiles como militares. Fue en 1971 cuando, ante la violencia armada que desataron distintos grupos guerrilleros, esos juzgados quedaron desbordados y el gobierno de facto de Alejandro Agustín Lanusse resolvió crear la Cámara Federal Penal de la Nación[1].


En poco más de un año y medio, este tribunal había sustanciado casi 9000 causas, procesado a alrededor de 2000 personas y condenado a casi 600, que pasaron a cumplir penas de prisión en distintas cárceles. Entre ellas se contaban los principales dirigentes y numerosos combatientes de las organizaciones terroristas de la época, entre las cuales se destacaban el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y la agrupación Montoneros.


Cuando los militares entregaron el poder a Héctor Cámpora, el 25 de mayo de 1973, la primera decisión del nuevo presidente fue excarcelar a un gran número de condenados, incluidos violadores, narcotraficantes, ladrones y asesinos, además de los terroristas. Sin indulto ni amnistía, la historia registra que ganaron caóticamente la calle a medianoche por la presión de una marcha de organizaciones de izquierda hacia la cárcel de Devoto, ya tomada por más de 200 guerrilleros, en un episodio que se conoció como el “devotazo”. Se trató de un aval político a la violencia terrorista, que se prolongaría hasta fines de aquella década.

“Ni un solo día de gobierno popular con presos políticos”, era la consigna revolucionaria y la promesa de Cámpora. La amnistía se formalizaría recién tres días más tarde, con la aprobación por amplia mayoría de votos del Congreso de la Nación. Unos días después, ambas cámaras legislativas disolverían el tribunal penal y derogarían la legislación antiterrorista vigente, hecho que fue celebrado con aplausos y con la entonación del Himno Nacional.

Los presos liberados no tardaron en retornar a sus organizaciones político-militares para enfrentar con armas al propio gobierno peronista que sucedió al que los había dejado en libertad, tal como ellos mismos habían anunciado. Su intención no era otra que continuar dirigiendo ataques contra las “empresas imperialistas y el ejército opresor”, con el fin de golpear y desgastar al “enemigo” hasta lograr las condiciones para “asaltar el poder y establecer el gobierno revolucionario obrero y popular”. Y cumplieron, a sangre y fuego. El período de máxima violencia de los amnistiados, integrantes del ERP, Montoneros y otras organizaciones guerrilleras, sucedió entre mayo de 1973 y marzo de 1976, durante los gobiernos constitucionales de Cámpora, Juan Domingo Perón y su viuda, María Estela Martínez de Perón, y se cobró las vidas de más de mil víctimas del terrorismo.


Entre ellos, un lugar especial ocupa el el gobierno de facto de Alejandro Agustín Lanusse resolvió crear la Cámara Federal Penal de la Nación, integrante de aquella Cámara Federal Penal que se atrevió a juzgar a los terroristas. Resultó asesinado en 1974 de 14 disparos efectuados por dos integrantes del ERP montados en una motocicleta que, identificada, condujo a la detención de Raúl Argemí y Marino Amador Fernández, a quienes se condenó por asociación ilícita, tenencia de armas de guerra, acopio de munición y uso de documentación falsa. Dos décadas después, ambos, aún vivos, fueron indemnizados al amparo de la ley reparatoria 24.043, sancionada en 1991: Argemí, con un monto que, actualizado por inflación, rondaría hoy los 12 millones de pesos, y Amador Fernández, con lo que hoy equivaldría a 13 millones de pesos. En cambio, la única placa que homenajeaba al valiente juez en el frente del edificio de la calle Viamonte donde funcionaba el tribunal fue retirada en 2012, durante el gobierno kirchnerista.

Otro integrante de aquel tribunal fue baleado en las piernas y un tercero salvó su vida de casualidad, a raíz de lo cual los ocho magistrados sobrevivientes se vieron obligados a exiliarse con sus familias.

Los trágicos efectos de la amnistía de 1973 y la derogación de leyes antiterroristas fueron determinantes tanto en la decisión de Perón y su viuda como en la de los militares que la derrocaron de pasar a combatir a las organizaciones guerrilleras en forma ilegal.

El último informe de la Secretaría de Derechos Humanos del año 2015 habla por sí solo. A partir de tan irresponsable amnistía, durante el gobierno peronista, hubo, en casi tres años, 631 desaparecidos y 514 muertos, mientras que, en los casi ocho años de la última dictadura militar, según el mismo informe, se contabilizan 6447 desaparecidos y 754 muertos.

Aquellos hechos de un pasado trágico parecen reeditarse, una vez más, en el presente. Funcionarios del actual gobierno conmocionaron la agenda pública con acciones que solo pueden explicarse a partir de su clara ideología setentista.

Horacio Pietragalla

El secretario de Derechos Humanos de la Nación, Horacio Pietragalla, hijo de dos combatientes montoneros, gestionó la prisión domiciliaria del exsecretario de Transporte Ricardo Jaime, condenado por corrupción; de Martín Báez, procesado por lavado de dinero y otros delitos económicos, y de Luis D'Elía, condenado por tomar una comisaría.

Tan injustificada como enojosa medida dio lugar a reclamos de infinidad de delincuentes comunes de todo el país y a revueltas violentas en algunos penales, como el de Devoto.

Roberto Cipriano García

Roberto Cipriano García integra la Comisión por la Memoria de la Provincia de Buenos Aires, organismo dedicado al patrullaje ideológico y a la militancia antisistema que los contribuyentes de una provincia quebrada pagan de sus bolsillos. Recordemos que esa comisión, a pedido del juez federal de Dolores, Alejo Ramos Padilla, otro militante kirchnerista, presentó un informe, en 2019, en el que identificaba supuestas operaciones de acción psicológica por parte de periodistas, en un tan flagrante como vergonzoso ataque a la prensa independiente, cuya única finalidad era perjudicar los avances de la causa de los cuadernos de las coimas.

Días atrás, y en línea con Pietragalla, García en persona recorría los penales instando a los presos a presentar recursos de amparo. “El objetivo de la Comisión por la Memoria es trabajar por la liberación de la mayor cantidad de personas detenidas posible. Han bajado desde enero unos 2100 detenidos. No alcanza, es poco, hay que sacar más”, afirma peligrosamente.

Graciana Peñafort

Por su parte, Graciana Peñafort, directora de Asuntos Jurídicos del Senado y defensora legal de Cristina Fernández de Kirchner y de Amado Boudou en causas de corrupción, amenazó públicamente a la Corte Suprema de Justicia de la Nación y al Poder Judicial. En tuits de su autoría, expresó: “Vamos a escribir la historia con sangre o con razones”. Y recomendó fijarnos “de qué lado de la mecha estamos”.

Lo que debió superar ampliamente el mero escándalo político para derivar por sobradas razones en la expulsión de su cargo y su procesamiento por amenazas e incitación a la violencia no pasó a mayores en medio de una anomia ciudadana frente a cuestiones ligadas a preocupaciones propias de un tiempo de pandemia. Hemos de llamar la atención, precisamente por ello, respecto de los peligros que este tipo de amenazas encierran y los impredecibles riesgos de continuar violando la sana división de poderes que establece la Constitución. La historia nos enseña que, en un contexto de masivas liberaciones de presos en el marco de un incierto proyecto político que ya hizo sonar muchas cacerolas, episodios como los del crimen del juez Quiroga también podrían repetirse. Lo que hoy puede parecer solo un impropio extravío puede ser anticipo de trágicos hechos si no alzamos la voz para denunciarlos. Simple ejercicio de memoria.


NOTA: Las imágenes, referencias y destacados no corresponden a la nota original.



[1] Se crea la Cámara Federal Penal de la Nación, porque los juzgados federales estaban desbordados e impotentes para hacer frente a la violencia armada. Imaginada por el ministro de Justicia, Jaime Perriaux, dicha Cámara estaba compuesta por tres salas, integradas cada una por tres jueces probos de demostrada formación jurídica. ninguno de los nueve jueces era un improvisado. Cargaban en sus espaldas largos años en el foro judicial. Los jueces fueron: Ernesto Ure, Juan Carlos Díaz Reynolds, Carlos Enrique Malbrán (Sala 1); César Black, Eduardo Munilla Lacasa y Jaime Smart (Sala 2); Tomás Barrera Aguirre (luego reemplazado por Esteban Vergara), Jorge Vicente Quiroga y Mario Fernández Badesich (Sala 3). A su vez, cada juzgado tenía un secretario y su respectivo fiscal, además del necesario personal judicial.
Dos hechos promovieron la formación de esta Cámara: el copamiento de la localidad de Garín por comandos de las FAR, el 30 de julio de 1970, y el asalto a un camión del Ejército en el que es ejecutado el teniente Mario César Azúa y herido el soldado Hugo Alberto Vacca, en abril de 1971.
De esa Cámara un juez fue asesinado (Dr. Quiroga), hoy otro es un Preso Político (Dr. Smart) y algunos debieron exiliarse.

REFLEXIONES SOBRE EL ENCIERRO


Buenos Aires 13 de mayo, Festividad de la
Virgen de Fátima. Año 2020

Sr. Director:

Nadie puede asegurar cuándo y cómo terminará la pandemia y el encierro que ella impone. Lo que si uno puede intuir es que, cuando todo esto termine se escribirán cientos de libros y también se filmarán muchísimas películas con guiones que nos hablarán de distintas situaciones vividas en estos tiempos de cuarentena y encierro.

Es que lo que estamos viviendo, a veces pareciera que no fuese real, que todos estamos inmersos en un gran sueño del cual todavía no hemos despertado. Vivimos como si estuviésemos siendo protagonistas de una película o novela de ciencia ficción y futurismo. Pero la cuestión es que todos estamos encerrados en nuestras casas. Y en el encierro ocurren muchas cosas que nos llevan a pensar y a reflexionar.


En mis otros tiempos de encierro forzado, o mejor dicho de prisión, vividos en la última década del siglo pasado como consecuencia del pronunciamiento militar del 3 de diciembre de 1990, muchas cosas aprendimos. Por supuesto hay que destacar, sobre todo y ante todo que, no es lo mismo la cárcel para un delincuente que para aquél que ahí se encuentra por haber defendido ideales, que era nuestro caso. Para el delincuente sin arrepentimiento, la cárcel es lo más parecido al infierno, los segundos, minutos y horas resultan interminables y se sufre el encierro, se padece.


Para el que no es delincuente y es buena persona, el encierro sirve para conocerse así mismo, acercarse a Dios y perfeccionarse. Siempre he sostenido que los hombres del 3 de diciembre de 1990, hemos vivido nuestra reclusión, por Gracia de Dios, en una mezcla perfecta de templo y cuartel. Cuartel por el orden, el respeto y la disciplina y templo por la espiritualidad que nos daba el rezo diario del Santo Rosario y la posterior Eucaristía.

Y aquí viene ahora mi principal reflexión de estos tiempos. Pero previamente debo aclarar para aquellos lectores que no hayan leído mis anteriores escritos sobre esta pandemia que, soy de los que piensan que todo ocurre porque la Providencia Divina lo permite. Si es Soros, Bill Gates, la Banca Mundial, la masonería o el mismo murciélago, todos ellos sólo son instrumentos más allá de que crean que llevan la iniciativa. En síntesis, en términos militares, el Comandante supremo de toda esta operación, no es otro que la Divina Providencia.

Y lo real y concreto es que el encierro ha logrado aquello que tanto y tanto le ha pedido en interminables oportunidades la Virgen Santísima en sus diferentes Advocaciones a la grey Cristiana del mundo. En efecto, si hay algo que se nos ha pedido en cada aparición, en cada locución privada que han recibido los elegidos, es que recemos el Santo Rosario.


Y ocurrió que, por Soros, Bill Gates o el murciélago, de repente, todas las familias Cristianas del mundo, nos encontramos en nuestros hogares rezando el Santo Rosario como jamás ocurrió en la historia de la Humanidad… si esto no es algo del Cielo…!!! Lo que tantos y tantos años se nos pidió y no cumplimos, esta cuarentena lo está posibilitando. Cerremos los ojos por un instante e imaginemos a millones de familias rezando todos los días en sus hogares…

Ahora bien, y ¿para qué rezamos?, ¿qué más nos pide la Virgen Santísima? Nos pide que no nos alejemos de Dios, que lo volvamos a poner en nuestros corazones, nos pide que recemos por la conversión de todos aquellos que lo han dejado de lado, especialmente por aquellos que pecan con extrema gravedad sobre los santos inocentes con el aborto y por los que quieren destruir la familia tradicional Cristiana con la ideología de género

Hoy 13 de mayo se conmemora en el mundo entero la festividad de la Virgen de Fátima. Unámonos en millones de rezos del Santo Rosario por estas intenciones teniendo presente Sus palabras: “Al final el Inmaculado Corazón de María triunfará”…
    

¡Viva Cristo Rey!     ¡Viva María Reina!


¡Por Dios y por la Patria!


Hugo Reinaldo Abete
Ex Mayor E.A.

NOTA: Las imágenes y destacados no corresponden a la nota original.

miércoles, 13 de mayo de 2020

DECLARACIÓN DE ALIANZA PARA DECLARAR SITIO, LUGAR O BIEN HISTÓRICO NACIONAL A LAS INSTALACIONES DEL BATALLÓN DE I.M. N° 5 ESCUELA.


 

Bajo el lema “la unión hace la fuerza” las siguientes personas que nos desconocíamos. Residentes en ciudades muy lejanas entre sí, nos informamos que ambas habíamos iniciado dos peticiones públicas en distintas fechas y circunstancias, coincidentemente en pos de un mismo objetivo, brevemente descripto en el título de esta declaración. Tomamos contacto y decidimos, formalizar una alianza para trabajar coordinadamente.

Mabel Rosa Rubano, argentina con DNI N° 10.895.527 y domiciliada en Soneyra 887 – B° AGP de la ciudad de (9420) Río Grande, Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, de profesión docente jubilada, antigua residente de la mencionada ciudad y Héctor Carlos Revollo, argentino con DNI N° 21.978.616 domiciliado en calle 9 - N°206 - Barrio La Boca de la localidad de San Pablo (4129, Provincia de Tucumán de profesión Técnico en Telefonía Celular y ex conscripto clase 1971 que cumplió en 1990 su servicio militar en el BIM5 Ec. unidad de Infantería de Marina con asiento en la ciudad de Río Grande de la provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur; convienen en celebrar el presente acuerdo:
Unir sus esfuerzos, hacerlo por sí y en representación de miles de ciudadanos argentinos y extranjeros, quienes expresaron su adhesión mediante su firma en forma digital y escrita,  para lograr que el señor presidente de la Nación Dr. Alberto Fernández emita un Decreto Nacional, previo recibir el asesoramiento pertinente por parte de la Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y de Bienes Históricos, declarando “Lugar o Sitio Histórico Nacional a las instalaciones del Batallón de I.M. N° 5 Ec. con asiento natural en la ciudad de Río Grande”.
Ambos  reconocemos expresa y recíprocamente con capacidad legal suficiente para llevar esta acción adelante y manifestamos que:

1.  Como argentinos sabemos que el Batallón de Infantería de Marina N°5 Ec. ofrendó orgullosamente la vida de un puñado de argentinos, así como el resto de las distintas unidades de nuestras Fuerzas Armadas en la defensa de Puerto Argentino - Malvinas, constituyéndose, según declaraciones de combatientes ingleses que obran en documentos elaborados pos conflicto, en la unidad militar en tierra más profesional y aguerrida.

2.  Que son muchos los argentinos residentes en Río Grande y en otras latitudes,  interesados en preservar esa unidad de la Infantería de Marina como patrimonio histórico y cultural, teniendo en cuenta no sólo la reconocida actuación  en la Guerra de Malvinas, sino también el apoyo a  la comunidad desde el año 1947, fecha de su asentamiento en la Isla Grande de Tierra del Fuego, a través de acciones de servicios a  los habitantes, consistentes en asistencia de salud de todo nivel de complejidad, emergencias en incendios, aislamientos climáticos, etc. hasta la llegada de los servicios correspondientes, pero que si estos se ven superados actualmente, el personal del batallón es el refuerzo sin límites, como acontece en la actual pandemia que afronta la humanidad.

3.  Muchos de los pobladores nacieron en el servicio de enfermería de la unidad, y fue siempre el BIM 5 el que acudía en ayuda  en sus distintas necesidades. Ahora, pretendemos  atesorar el patrimonio  de la unidad, cuyos hombres entregaron sus vidas en el último conflicto armado y rendirles el homenaje que  merece el Batallón y la ciudad de Río Grande. Queremos proteger la historia para legarla a las futuras generaciones. El Batallón ha logrado convertirse en un ejemplo de solidaridad a la comunidad y capacidad combativa, gracias a su  adiestramiento  que tanto le permitió afrontar la guerra como proteger a sus ciudadanos.

4.  Por tal motivo solicitaremos a la  Comisión Nacional de Monumentos, de Lugares y Bienes Históricos,   la declaratoria como BIEN de INTERES HISTORICO NACIONAL, bajo la conducción y administración de la Armada Argentina,  a fin de preservar el patrimonio histórico y cultural de la Nación. Tenemos conocimiento que es necesario un decreto presidencial para efectuar esa declaración, previo asesoramiento y aval de la Honorable Comisión Nacional mencionada precedentemente.

5.  Estamos confiados que podemos lograr beneficios mutuos mediante el trabajo conjunto y hemos acordado establecer esta Alianza bajo los términos y compromisos que se han detallado.

Argentina, 12 de mayo de 2020.


Mabel Rosa Rubano           Héctor Carlos Revollo
 DNI N° 10.895.527                 DNI N° ­­21.978.616



MARÍA O’DONNELL: “FIRMENICH TODAVÍA REIVINDICA EL ASESINATO DE ARAMBURU, LO ENTIENDE COMO UNA RESPUESTA LÓGICA AL GOLPE DEL 55”


En “Aramburu”, que acaba de publicar Planeta, la periodista reconstruye el crimen que fue el acto fundacional de Montoneros

12 de mayo de 2020

Pedro Eugenio Aramburu fue ejecutado por un grupo armado el 1° de junio de 1970

El 29 de mayo de 1970 un grupo de jóvenes disfrazados de militares se presentó en el domicilio de Pedro Eugenio Aramburu. Sara, su mujer, los hizo pasar. Era el Día del Ejército, y el ex presidente de facto no desconfió. Así lograron detenerlo, y someterlo a lo que Montoneros denominaría un “juicio revolucionario”. Lo trasladaron a una quinta en Timote, provincia de Buenos Aires. Tres días después lo ejecutaron.

El secuestro y asesinato de Aramburu, motivado por la proscripción del peronismo, los fusilamientos y el robo del cadáver de Eva Perón, fue el acto de presentación de la organización guerrillera, el bautismo de un grupo que acapararía la escena política durante los años siguientes.

El episodio lo reconstruye María O’Donnell en Aramburu, una investigación cuyo testimonio más importante es el de Mario Firmenich. Confinado en su casa de Villanueva y Geltrú, Barcelona, donde vive junto a su familia, el miembro fundador de Montoneros y jefe de la organización hasta su disolución definitiva accedió a una reunión con la periodista en agosto de 2017. Es el único sobreviviente del grupo armado que asesinó al presidente de la autodenominada Revolución Libertadora.

-      ¿Por qué un libro sobre Aramburu?

-      Me parece que es un tema muy incómodo, que todavía merece una discusión para poder abordar con el paso del tiempo algunos temas que en ese momento generaron muchas divisiones. Además, es el hecho fundacional de Montoneros, de la guerrilla peronista, la más importante de la Argentina en la década del 70. Un hecho sobre el cual estaba montado el relato fundacional del propio Firmenich como jefe de Montoneros, que lo fue además hasta la disolución de Montoneros, y me pareció que ahí había mucho para ir a buscar todavía.

-      ¿Cómo lograste llegar a Firmenich?

-      Él insistentemente nunca me contestó. Yo lo había buscado mucho para mi libro sobre Born y nunca había podido dar con él. Después, en algún momento conocí al hijo Facundo, cuando vino a la Argentina, porque va y viene desde España. Lo entrevisté un par de veces. Después por recomendación de allegados a él empecé a contactar a la mujer, porque él no me contestaba los mails. Ella conocía mi trabajo en Born. Es historiadora y le había parecido que había hecho un trabajo honesto y serio. Y ella, durante un tiempo, fue como un vehículo para tratar de llegar a él. Entonces me tomé el riesgo de tomarme un avión, y me fui para allá. Primero fue un no rotundo y después intermedió una persona cuya identidad prefiero no revelar, un dirigente peronista con quien ambos teníamos relación, y más por cumplir con un deseo de él que con mi pedido finalmente Firmenich accedió a este almuerzo, que compartimos con la mujer.

Firmenich, máximo jefe de Montoneros y único sobreviviente del grupo que asesinó a Aramburu

-      ¿Cómo describirías la actitud que tiene frente al asesinato de Aramburu?

-      Él tiene una reivindicación muy grande al día de la fecha, y eso no ha cambiado nunca, si uno lo ve a lo largo de la historia. Incluso cuando le da el indulto Menem, que se lo da junto con los militares, y hace un reportaje con Neustadt, hace una suerte de autocrítica. En ese contexto, Neustadt le dice: “¿Y Aramburu?”. Y él responde: “A Aramburu lo juzgó el pueblo, no fuimos nosotros; nosotros solo fuimos los ejecutores de la decisión”. Y es un poco lo que me encuentro cuando hablo con él. Tiene la idea de que la violencia arranca en el 55 con el golpe a Perón y que si hubo un Aramburu es porque antes hubo un 55, bombardeos, fusilamientos... Incluso va más allá y plantea el tema de Dorrego. Lo entiende como una respuesta lógica a lo precedente y eso me parece que también tiene en común un gran sector del peronismo. Entienden que un recorte de los 70 para adelante es un recorte injusto. También me doy cuenta de que es su propio relato fundacional de Montoneros, de él como único sobrevivente del grupo que mató a Aramburu, y eso le da su identidad. Eso lo ha convertido en una especie de paria, es el único dirigente importante montonero, que nunca más pudo reinsertarse en la Argentina y es un deseo que evidentemente tuvo y una situación que le resulta muy frustrante.

-      En el correo electrónico que te envía él habla de esta “exclusión”, y en cierto modo se victimiza. ¿Creés que es inmerecido el desprestigio de Firmenich?

-      Lo que me doy cuenta es que en él se depositan todas las críticas a Montoneros, y al militarismo y a la soberbia, rasgos de su personalidad. Puedo ponerme en su punto de vista y entender que sienta que es injusto que sea solo contra él la crítica. Evidentemente no fue el único dirigente importante que condujo Montoneros, pero fue su jefe desde el 71 en adelante. Me parece que al final Firmenich es el representante de todas las decisiones de Montoneros.

-      Algo llamativo es que el secuestro del cuerpo le parece un exceso.

-      Sí, es raro, ¿no? Ahí hay toda una discusión sobre si ese operativo que Paco Urondo hace en el 74 es con o sin autorización de Firmenich. Lo hablé con muchos montoneros. Algunos me dijeron que Paco Urondo por su personalidad pudo haber hecho algo por las suyas; otros me dicen que algo tan imbricado e importante para la historia de Montoneros como el cuerpo de Aramburu no lo hubiesen tocado nunca sin el permiso de la conducción. Pero bueno, más allá de eso, lo que me dice a mí Firmenich es esto de “con los muertos no se jode, somos católicos”. Y ahí hay un momento anterior de la cosa católica, donde uno quita la vida de alguien. Para un católico, es un momento trascendental, y él encuentra una justificación para matar a Aramburu pero encuentra mal robar su cuerpo de la Recoleta.

Tumba de Pedro Eugenio Aramburu, en el Cementerio de la Recoleta

-      ¿Por qué Aramburu y no Rojas?

-      Lo que me dijo Firmenich es que Rojas tenía mucha seguridad, lo cual es cierto, estaba mucho más desamparado en materia de seguridad Aramburu. Eso le dio a la familia de sospechar que fue algo que hizo a propósito Onganía. El Aramburu que matan en los 70 no era el Aramburu antiperonista furioso del 55. Era un Aramburu que se había dado cuenta de que ahí había un juego imposible sin el peronismo, y que tenía ambiciones personales de ser él el Lanusse, el que llevara un poco adelante la transición y alguna apertura...

-      Bueno, tenía contacto con Perón...

-      Tenía contacto por intermediarios, sí. La versión de Firmench es que les daba lo mismo cualquiera de los dos y encontraron más desprotegido a Aramburu. Y la versión de otros, que tiene un costado interesante, es que Aramburu era un personaje de mucho más peso político que Rojas. Rojas era un jubilado de la política y Aramburu era un jugador que podía un poco ofrecer una salida que ese grupo de Montoneros no quería que ocurriera.

-      ¿Tiene algún asidero la versión que indica que la operación se concretó con la complicidad de Onganía?

-      Hay un hecho objetivo que es la facilidad con que lo secuestran, la falta de una custodia de un ex presidente, en un momento en el cual ya había empezado una situación de hechos que tenían como objetivos algunos militares o policías. Además, él había tenido un atentado en la quinta. El hecho de que no tuviese protección fue siempre un factor que a la familia de Aramburu le pareció sospechoso. También, la demora de Onganía. Tardan mucho en tomarse en serio el secuestro. Primero creen que es un autosecuestro, un hecho de propaganda de Aramburu. La desconfianza entre Onganía y Aramburu, sobre todo los militares que rodeaban a Onganía, hizo que la reacción fuera muy lenta. Ahora, todas las versiones de los amigos de Aramburu que apuntan a que Montoneros lo secuestra y lo entrega en la Facultad de Derecho a la inteligencia del Ejército, que se muere en el hospital, son todas muy disparatadas. Yo no encontré ningún asidero. Uno puede preguntar qué grado de infiltración podía tener ese grupo original de Montoneros, por las relaciones del mundo católico, nacionalista, sobre todo de la familia Abal Medina, con Onganía, y si ellos estuvieron al tanto y no hicieron nada. En su momento se le preguntó a la Casa Rosada por los famosos supuestos ingresos de Firmenich, pero la causa judicial dice que no hubo ningún ingreso. Así que yo no encuentro en ninguna de las versiones de allegados a Aramburu suficiente evidencia como para considerarlas creíbles.

Portada de "Aramburu", el libro de María O'Donnell que publicó Planeta

-      ¿Qué es lo que torna insuficiente el relato de Firmenich sobre el secuestro y asesinato?

-      Hay varias cosas que son bastante inconsistentes. Por ejemplo, él dice que lo secuestran a Aramburu y cambian autos ahí en la parte de atrás de la Facultad de Derecho. Era una época en que los dos jefes eran Abal Medina y Emilio Maza. ¿Maza, que era un jefe de la célula, se vuelve? ¿No va a La Celma? Rarísimo. Después en el relato famoso de La causa peronista dice que Capuano Martínez, que era el mejor chofer del grupo, supuestamente va en un taxi, porque Firmenich tenía un taxi. ¿Entrar a provincia de Buenos Aires con un taxi porteño? Rarísimo. Después hay varios momentos en los que él dice “un compañero” y no lo identifica. Hay un cuarto hombre que él no identifica, y no sabemos quién es. Y podría haber un quinto también. Y él mismo a mí me dice que hay alguien que él no identificó. Uno más hay seguro, y es muy poquito. Si no, se supone que estaba Abal Medina solo en el sótano con Aramburu, ¿y a Aramburu lo matan con dos armas distintas, de dos calibres distintos? ¿Y lo vas a matar y queda uno solo en el sótano con él? No es lógico. Tiene muchos agujeros ese relato. Creo que es el relato que armó Firmenich. Es el líder de Montoneros, es el dueño del relato original, indiscutido.

-      El relato de la ejecución que publica Grassi presenta a Aramburu bajo una luz favorable, digno en la muerte. ¿Fue un error político?

-      Para mí fue muy interesante hablar con el hijo de Aramburu, porque al leerlo uno dice: ¿realmente cuando te están por matar querés atarte los cordones de los zapatos y afeitarte? Son reacciones que te llaman la atención. Aramburu hijo me contó que cuando leyó el relato de La causa peronista, con toda la desconfianza que él tiene, reconoció cada uno de esos gestos de su padre. Porque era un tipo muy metódico, porque era un tipo muy prolijo, porque tenía esta idea de cierta pulcritud. Y en ese relato final, cuando en un sótano, con la boca tapada, y las manos y los pies atados, y los cordones atados, le dice “proceda” con una servilleta de la boca, obviamente es un relato que enaltece mucho al adversario, si se quiere. No sé si fue algo pensado o no, pero es un relato que le da dignidad, seguro.

El secuestro del ex presidente de facto en la tapa de La Nación

-      ¿Cómo convive el hijo de Aramburu con este hecho?

-      Es alguien que admiraba muy profundamente a su padre. Él en un momento dice: “Cuando ocurre algo así, no hay ninguna víctima”. Una familia que quedó muy rota: su hermana no volvió nunca más a la Argentina, está casada con un diplomático, y quedó él como hijo único, a cargo de la madre, viuda. Y él tiene una suerte de frustración de sentir que su padre pasó al olvido, y un poco su gran frustración es que en la historia el Aramburu que mata Montoneros es el símbolo del antiperonismo, y él siente que es injusto con lo que era su padre en 1970, que no era el del 1955.

-      ¿Pudiste dar con todos los testimonios que buscabas?

-      Bueno, en esto del supuesto quinto me quedé cerca, pero me hubiese gustado terminar de tener un poco más de claridad respecto de quién estaba ahí. Igual también me di cuenta de que es secundario, en el sentido de que lo que pasó ahí fue que Firmenich se adueñó del relato. En el libro hablo mucho del primer período de la fundación de Montoneros, sobre todo ese primer año y medio en que lo matan a Abal Medina en William Morris, cae Maza en La Calera, cae Sabino Navarro en Córdoba, una sucesión de caídas que lo deja a Firmenich al frente, siendo que era el quinto en menos de un año y medio. De ahí en adelante pasó a ser el único jefe para siempre. La consolidación del poder de Firmenich en el origen, en base a ese relato de La Celma, me interesó mucho.

-      Contás en detalle la formación y extracción de los dirigentes de Montoneros, y en cómo conviven en la organización personajes más vinculados a un nacionalismo católico o peronista, y otros más ligados al marxismo. ¿Cómo hay que entender la identidad de Montoneros?

-      Una cosa es Montoneros antes de Aramburu, y otra es lo que se vuelve después. En el origen, son obviamente un nacionalismo católico, no necesariamente peronista. Aramburu le termina de dar a Montoneros una identidad peronista, pero era un nacionalismo católico de derecha. Para mí fue un descubrimiento encontrar muchos rastros del entrenamiento en Cuba de la célula original. Hay un encuentro entre ese catolicismo y los grupos revolucionarios latinoamericanos. No eran necesariamente peronistas. Creo que termina de adquirir la identidad, y de apropiarse de la resistencia peronista a partir de Aramburu como símbolo. Ahora, con el socialismo que pedían ellos, si uno mira sus primeros comunicados, no termina de entenderse qué era lo que buscaban. Después sí agarran las características de la guerrilla latinoamericana, pero eso es otra historia.

La periodista y politóloga María O'Donnell, autora de "Aramburu"

-      Le dedicás un capítulo a Sabino Navarro, una figura no tan explorada como otras de Montoneros, que llama la atención por su origen obrero.

-      Sabino era un tipo más grande, y había tenido contacto con Abal Medina antes de Aramburu, y hasta donde sé no le cuentan que iban a estar en lo de Aramburu, pero sí que estaban con algo grande. Un poco después de Aramburu, y de La Calera, algo que los deja muy expuestos. Todo lo bien que les había salido en términos de una operación militar, hacen todo mal en La Calera, pero a partir de ahí gran parte del grupo se refugia en las redes de Sabino Navarro. Era alguien obrero, cuyo papá había hecho la migración del interior a los suburbios pobres del conurbano. Era realmente un obrero. Y ese pequeño período es muy interesante. Era un tipo también muy humano en el sentido de que tenía muchas debilidades, como se las consideraba en la época: enamorarse, andar con mujeres que no participaban de la organización... Pero evidentemente era una figura que representaba esto otro, los vínculos con las organizaciones obreras, con los sindicatos obreros, con las fábricas, todo eso que no tenía el montonerismo de Firmech. Sabino era otra cosa, y en eso se sienten mucho más reflejados los cordobeses, que estando en la cárcel rompen con Montoneros.

-      Te referís sobre el final al debate sobre los 70, que estuvo muy presente sobre todo durante el kirchnerismo. Hubo incluso personalidades afines que reivindicaron la lucha armada. ¿Cómo ves esto?

-      Me parece que ya nadie hace una reivindicación de la lucha armada explícita, pero todo hay que ponerlo en su contexto. Es un mal ejercicio saltearse el momento, pero uno sí puede mirar para atrás con autocrítica. Ese momento de máxima violencia, 74, 75, fue el último mejor momento de la economía argentina, en niveles de desigualdad, de pobreza. Era un momento que visto con los ojos de hoy era significativamente mejor. Me parece que Montoneros, y la Juventud Peronista, estuvieron representados en el gobierno de La Cámpora. Por algo se llaman así. En la última campaña le pregunté a Larroque por qué se llamaba La Cámpora, y me dijo que por la lealtad de Cámpora. Lo cual creo que es un discusión que hacia afuera no quieren dar, pero me parece que es una discusión que aún no se ha dado con suficiente sinceridad.